La historia de la "batalla del agua" escribe un nuevo capítulo. La traición se ha consumado: el programa electoral del PP abandona la idea de acometer un trasvase del Ebro. Como muchos veníamos advirtiendo, el lema "Agua Para Todos" no era más que una quimera para engañar y embobar a la ciudadanía de la región de Murcia y la Comunitat Valenciana, con un doble objetivo: inflar y cebar la incipiente burbuja inmobiliaria -los llamados "modelo Polaris World" y"modelo Marina D´Or- y aniquilar políticamente a la oposición, principalmente al PSOE, quién en el año 2004 derogaba un polémico PHN que incluía un trasvase del Ebro que no contaba con el consenso imprescindible de la cuenta cedente (era inviable socialmente), ni con el apoyo de la comunidad científica (inviable medio ambientalmente), ni siquiera con el apoyo financiero de la Unión Europea (inviable económicamente). En su lugar los socialistas desarrollaron el "Plan Agua", basado principalmente en la desalación, la depuración y la reutilización de caudales de agua, la llamada "nueva cultura del agua" que hacía del "ahorro" una de sus banderas. Los murcianos y los valencianos recibieron una importante inversión del Estado para la construcción de estas infraestructuras gracias a las cuales, y pese al boicot del Partido Popular -aún mantienen bloqueada la desaladora de Torrevieja que tiene que aportar más de 80hm/m3- éstas regiones no sufrieron cortes de agua en medio de la peor sequía que se recuerda en muchos años (2005-2009), a diferencia de lo ocurrido en el año 2003 con el gobierno del Partido Popular.
Los socialistas entendieron que ningún trasvase era realizable si no contaba con el apoyo de la cuenca cedente. El Tajo-Segura, una explotación consolidada, estaba siendo cuestionado ya en el año 2003, incluso desde amplios sectores del Partido Popular. Pocos años después conocimos en boca de Esperanza Aguirre que el objetivo del PNH de Aznar era abrir un trasvase del Ebro para cerrar el acueducto Tajo-Segura, cuyos caudales servirían a la Comunidad de Madrid, que reclamaba su prioridad como cuenca cedente. Ante la creciente protesta de Aragón y Cataluña, el levantamiento de miles de ciudadanos de las ciudades y pueblos ribereños del Ebro, y las fundadas sospechas de que el trasvase fuera inviable económicamente, los socialistas apostaron ya en 2001 por dotar de una estable independencia hídrica a las regiones del Levante español, como la mejor estrategia para asegurar su supervivencia en épocas de sequía. De todas formas -como defendían los críticos- en los años de gran sequía, el PHN de Aznar establecía que no se podría enviar agua del Ebro, cuyo delta y caudal estaban en claro retroceso por ser -como el Segura- un río mediterráneo, dado a crecidas pero también a meses de enorme sequía estival.
Los políticos del Partido Popular de Valencia y Murcia, la zona cero de la burbuja inmobiliaria, entendieron que la derogación del Ebro podia ser eficazmente utilizada para desgastar -y casi aniquilar socialmente- a una oposición política que empezaba a ser incómoda para sus intereses políticos y económicos. Los grandes embajadores del pelotazo urbanístico se vieron amenazados por unos partidos en la oposición que empezaban a destapar casos de corrupción y negocios opacos en los que presuntamente participaban altos cargos del PP en conexión con importantes empresarios y constructores. La derogación del trasvase del Ebro fue la excusa perfecta para trasladar la atención de los ciudades de los desmanes urbanísticos al Palacio de la Moncloa. Se demonizó la derogación del trasvase, y utilizando fondos públicos -como denunció infructuosamente la oposición- se pagaron importantes campañas en la televisión, la prensa y la radio para denunciar el castigo que los socialistas daban a la región de Murcia. Se convocaban manifestaciones ruidosas de protesta frente a la delegación del gobierno y la Confederación Hidrográfica de Segura, se recibía a gritos y empujones a los ministros del gobierno socialista, y se tildaba de anti-murcianos a los socialistas, como "los perros de su amo", que anteponían sus intereses particulares a los de la región de Murcia. Así, se fueron gestando mayores y crecientes mayorías absolutas del Partido Popular en Levante, y el retroceso sin límite de los socialistas hasta su casi extinción.
Basta recordar un poco esta historia y es necesario refrescar nuestra memoria para entender qué nos ha pasado. Podríamos retroceder un poco más en el tiempo para entender la utilización partidista de una desgracia estructural de nuestra tierra -la sequía- que nos azota cada pocos años. Resumió perfectamente los antecedentes de la batalla del "Agua Para Todos" Juan Ramón Calero, ex-líder del PP murciano antes del desembarco de Valcárcel, alguien poco sospechoso de simpatizar con los ideales socialistas:
Los socialistas entendieron que ningún trasvase era realizable si no contaba con el apoyo de la cuenca cedente. El Tajo-Segura, una explotación consolidada, estaba siendo cuestionado ya en el año 2003, incluso desde amplios sectores del Partido Popular. Pocos años después conocimos en boca de Esperanza Aguirre que el objetivo del PNH de Aznar era abrir un trasvase del Ebro para cerrar el acueducto Tajo-Segura, cuyos caudales servirían a la Comunidad de Madrid, que reclamaba su prioridad como cuenca cedente. Ante la creciente protesta de Aragón y Cataluña, el levantamiento de miles de ciudadanos de las ciudades y pueblos ribereños del Ebro, y las fundadas sospechas de que el trasvase fuera inviable económicamente, los socialistas apostaron ya en 2001 por dotar de una estable independencia hídrica a las regiones del Levante español, como la mejor estrategia para asegurar su supervivencia en épocas de sequía. De todas formas -como defendían los críticos- en los años de gran sequía, el PHN de Aznar establecía que no se podría enviar agua del Ebro, cuyo delta y caudal estaban en claro retroceso por ser -como el Segura- un río mediterráneo, dado a crecidas pero también a meses de enorme sequía estival.
Los políticos del Partido Popular de Valencia y Murcia, la zona cero de la burbuja inmobiliaria, entendieron que la derogación del Ebro podia ser eficazmente utilizada para desgastar -y casi aniquilar socialmente- a una oposición política que empezaba a ser incómoda para sus intereses políticos y económicos. Los grandes embajadores del pelotazo urbanístico se vieron amenazados por unos partidos en la oposición que empezaban a destapar casos de corrupción y negocios opacos en los que presuntamente participaban altos cargos del PP en conexión con importantes empresarios y constructores. La derogación del trasvase del Ebro fue la excusa perfecta para trasladar la atención de los ciudades de los desmanes urbanísticos al Palacio de la Moncloa. Se demonizó la derogación del trasvase, y utilizando fondos públicos -como denunció infructuosamente la oposición- se pagaron importantes campañas en la televisión, la prensa y la radio para denunciar el castigo que los socialistas daban a la región de Murcia. Se convocaban manifestaciones ruidosas de protesta frente a la delegación del gobierno y la Confederación Hidrográfica de Segura, se recibía a gritos y empujones a los ministros del gobierno socialista, y se tildaba de anti-murcianos a los socialistas, como "los perros de su amo", que anteponían sus intereses particulares a los de la región de Murcia. Así, se fueron gestando mayores y crecientes mayorías absolutas del Partido Popular en Levante, y el retroceso sin límite de los socialistas hasta su casi extinción.
Basta recordar un poco esta historia y es necesario refrescar nuestra memoria para entender qué nos ha pasado. Podríamos retroceder un poco más en el tiempo para entender la utilización partidista de una desgracia estructural de nuestra tierra -la sequía- que nos azota cada pocos años. Resumió perfectamente los antecedentes de la batalla del "Agua Para Todos" Juan Ramón Calero, ex-líder del PP murciano antes del desembarco de Valcárcel, alguien poco sospechoso de simpatizar con los ideales socialistas:
La realidad es que el PP de Aznar -como bien dice Calero- echó abajo el que seguramente representó el mejor proyecto para acabar con la sequía estructural de la cuenca mediterránea, el famoso "Plan Borrell" (ministro socialista de Obras Públicas) que abogaba por la intereconexión de todas cuencas y ríos del país. Los socialistas por entonces no utilizaron políticamente el bloqueo del Partido Popular en el senado ni emprendieron una campaña de criminalización del adversario como años después harían los correligionarios de Valcárcel, Zaplana y Camps. Pocos años después de bloquear "el Plan Borrell" Aznar prometía en la plaza de toros de Murcia "agua a cambio de votos". Poco dió de sí la promesa. En 8 años lo máximo que hizo su gobierno fue poner cuatro piedras en territorio "amigo", y dejar en manos de la UE la financiación de parte del proyecto, financiación que se cuestionó en diversos informes internos que aconsejaban la negativa al proyecto por insostenible económica y medio ambientalmente. Pero los populares habían encontrado la piedra angular ideal sobre la que cimentar un discurso victimista, basado en culpar al gobierno de Zapatero de todos los males y retrasos que la región de Murcia sufría, aunque muchos de ellos se explicaran por decisiones del anterior gobierno -el de Aznar- y de acuerdos que había firmado el propio Valcárcel -como el del AVE- y que perjudicaban a nuestra comunidad en favor de otras.
Las intenciones del PP, como he dicho anteriormente, cristalizaron en feroces campañas que removían las visceras de murcianos y valencianos. Algunos ejemplos bastan para reconocer el cinismo y la maldad de los populares, auténticas canalladas mediáticas que adquieren mayor trascendencia ahora que conocemos que el señor Rajoy no hará el trasvase del Ebro, y que eso del "Agua para Todos" ya no interesa, una vez el Levante español está convenienemente aborregado y votará a ciegas al PP, y cuando se han recuperado bastiones como Aragón o Castilla La Mancha. Observad hasta qué punto llegaban los dirigentes del PP para "comerle el tarro" a la gente y hasta qué punto pusieron en peligro la convivencia en estas regiones. Lo más grave, la cantidad de dinero público -con nuestros impuestos- que utilizaron para tal fín:
Tanta indecencia no fue en vano. Las consecuencias logicamente no se hicieron esperar:
«Narbona nos robó el agua. Este martes, día 10 de octubre, viene a Lorca. ¿Vas a dejar que se ría de ti?. ¿Recíbela como se merece! Frente al Ayuntamiento a las 12.30»
La esperanza -y la obsesión- de millones de levantinos (almerienses, murcianos, alicantinos, valencianos, castellonenses) cristalizó en un nacionalismo hidráulico de enormes proporciones. Oponerse al trasvase del Ebro o cuestionar la política del PP se convertiría desde entonces en un peligro público en estas regiones, donde un rodillo político y social -bien tejido en las campañas pagadas con dinero público y dinero que provenía de la construcción- acabó por finiquitar a la oposición política. Como en el caso de Narbona o Zapatero, los socialistas tenían que salir escoltados por la Policía Nacional de sus reuniones, muy a pesar de que el gobierno socialista invirtió en infraestructuras de agua más de 1000 millones de euros en la región de Murcia, garantizando de por vida los abastecimientos para la población y la industria. Hasta ese momento la región de Murcia había recibido muchas promesas y poco dinero. Por una vez tenía dinero encima de la mesa. Sin embargo Murcia y Valencia se levantaban en armas envilecidos por sus gobiernos regionales contra el presidente que mejor les trataba presupuestariamente:
Y presentaban a Rajoy como la garantía de un gobierno que defendería los intereses de todos:
La gran esperanza era Rajoy. Valcárcel y Camps, Camps y Valcárcel, estiraban el chicle, acusando a los socialistas de traidores. Día sí día también, declaraciones públicas, editoriales en la prensa subvencionada, artículos de personalidades públicas regionales, el machaque contra los socialistas se hizo insoportable. Especialmente duro y maleducado fue Ruiz Vivo, portavoz del PP murciano, quien dedicaba semana sí semana también duros descalificativos a Cristina Narbona, Pedro Saura y Zapatero. Artículos como "Cristina Desalada" o "Zetapé, Saura y maracas de machín" son claros ejemplos del duro lenguaje que se utilizaba en aquellos años contra los socialistas, rozando lo demandable y lo machista, y sobrepasando el buen gusto y la mínima educación exigible a un cargo público. En esta película de buenos-malos Rajoy fue pintado como un superhéroe y desde entonces, fue visto como el gran salvador de la región de Murcia y la Comunitat Valenciana. Curioso. Hasta tal punto llegaron las campañas de manipulación masiva que los murcianos eran los únicos españoles que aprobaban al líder de la oposición cuando hasta en su propio partido lo cuestionaban. La marea nacionalista que se estableció se resumía en las palabras de la ex-consejera de la región de Murcia, que llegó a decir en prensa que "o se era murciano o se era socialista, las dos cosas eran incompatibles".
Rajoy era la salvación de la región y el fervor casi superaba el que los murcianos profesaban por su líder y presidente, Ramón Luís Valcárcel. Así, la campaña continuó para apuntalar los éxitos políticos y afianzar las mayorías absolutas del PP. Valcárcel y Rajoy, Rajoy y Valcárcel, seguían vendiendo su burra, a pesar de las denuncias de engaño y estafa de los socialistas.
Llegaron las elecciones de 2007:
Era la época en la que en prensa se vendían imágenes de campos secos, con árboles arrancados por la enorme sequía, y por culpa de los socialistas. Años después se conoció que esos árboles se arrancaron para urbanizar el terreno con chalets y adosados como los de la siguiente foto, en la que según denunciaron los ecologistas, podemos observar como se riegan campos de golf con agua de pozo, apta para el riego de cultivos:
Llegaron las elecciones de 2008 y aunque algunos datos ya apuntaban al fín de "Agua para Todos", el PP mantuvo el tipo, y el engaño. Este mismo señor que prometía, hoy dice que del Ebro ni hablar, y del Tajo ya veremos:
El Partido Popular cosechó mayorías absolutas crecientes y parecía no tocar techo mientras los socialistas no encontraban su suelo. Las elecciones de 2011 fueron otro gran éxito electoral del PP, que ya había rentabilizado un victimismo estratégico (Agua-Ave-financiación) que se hacía todavía más fuerte con la llegada de la crísis económica. Valcárcel y Camps, que hasta hace poco se ponían las medallas del crecimiento económico y de la espectacular creación de empleo, endosaban los malos datos de sus respectivas comunidades a Zapatero. A pesar de contar con la mayor parte de las competencias en diversas materias -economía, empleo, industria, ordenación del territorio, urbanismo, medio ambiente, comercio, etc- las comunidades autónomas del PP descargaron en el sospechoso Zapatero las propias responsabilidades. Si ese victimismo-nacionalismo había funcionado con el agua y los levantinos les creían a pies juntillas, ¿por qué no endosar también toda la culpa del desastre de la crísis inmobiliaria?
Entonces llegó la pre-campaña de las elecciones anticipadas de 2011, las generales, donde Rajoy, que había prometido el chocolate del loro, "Agua Para Todos", tenía todas las papeletas para salir vencedor. Llegaba la hora de mojarse de verdad. Sucede que las elecciones autonómicas y municipales de mayo cambiaron el mapa: el PP gobernaba en Aragón y Castilla La Mancha, dos comunidades donde los populares en la oposición llevaban años renunciando a las tesis trasvasistas al ser dos cuencas cedentes. La firme oposición de la secretaria general del PP y nueva presidenta de CLM Dolores De Cospedal al Tajo-Segura era conocida. Luisa Fernanda Rudí, nueva presidenta de Aragón, se oponía tajantemente al trasvase del Ebro. Rajoy pactaba con el PAR - un partido nacionalista y antitrasvasista- ir juntos en las listas a las elecciones generales. El nuevo presidente de Extemadura, Monago, también del PP, echaba abajo la posibilidad de un trasvase del Tajo-Medio que su antedecesor, el socialista Vara, mantenía abierta. Si a ello sumamos el apoyo de Rajoy en 2007 al estatuto de Aragón que garantizaba una reserva de agua para esa comunidad de 6500 hm/m3, cualquier ciudadano informado podía entender lo que en definitiva ha terminado pasando: las tésis trasvasistas habían desaparecido del PP como lo hicieron en 1993-96 porque habían conseguido sus objetivos políticos, los votos que necesitaba para gobernar.
La región de Murcia y la comunitat Valenciana han sido victimas de un enorme engaño. De una operación de marketing político-financiera que ha cambiado su percepción de la realidad económica y social en estas comunidades. Se crearon artificialmente necesidades en la población como si beber agua estuviese en peligro y unos perfidos señores se enpeñaran en hacernos sufrir "porque sí", negándonos el agua que el Ebro tiraba al mar. En estos momentos nada ha cambiado: el Ebro sigue tirando el agua al mar (desembocando, lo natural) y nadie en el PP habla de solidaridad, de injusticias y de maltratos. Ninguna campaña. Ni siquiera -ahora que ven que Rajoy ganará las elecciones- se escuchan discursos reivindicativos, no solo en temas como el agua, sino en otros como infraestructuras o financiación. Las mentiras, tienen las patitas muy cortas, aunque esta vez, gracias a una poderosa maquinaria mediática, el engaño ha durado más de lo previsto. La prensa apesebrada y financiada, y algunas plumas regionales, han contribuído, no sabemos si a cambio de algo o por amor al arte, a crear un clima visceral de odio irracional hacia los socialistas y amor freudiano que roza lo enfermizo hacia el PP. Se mantiene todavía.
Rajoy no va a hacer el trasvase del Ebro. No porque no vaya en su programa electoral, que no va. Sino porque no le interesa hacerlo. Porque no puede hacerlo, porque como entonces, sigue siendo irrealizable. Porque se encontraría con los mismos problemas que en 2004, con una faraónica obra, inmensamente cara, inviable económica, social y medio ambientalmente, que desvertebraría el país, y enfrentaría -más todavía- a diversas regiones, todas en manos del Partido Popular. En resumen: Rajoy y Valcárcel toman por tontos a los murcianos. Fabra a los valencianos. Saben que se han trabajado tan bien y tan a fondo a los ciudadanos de estas regiones que les votarán a ciegas, mientras que en Aragón y Castilla La Mancha el trabajo está por empezar. El Tajo-Segura también está en peligro, ahora con el Partido Popular. El final de esta historia se resume de forma muy distinta a la historia que los murcianos tienen su cabecita. Los socialistas, con todos sus errores, tenían razón. De la misma manera que advirtieron que se estaba gestando una burbuja de enormes proporciones en la región de Murcia y que ésta explotaría dejando un reguero de paro y misería, los socialistas murcianos y valencianos advirtieron que la milonga del "Agua Para Todos" era una enorme mentira, cuyo único objetivo era granarse el apoyo de la ciudadanía en favor de sus intereses urbanísticos y especulativos, y de rebote, aniquilar a los adversarios políticos.
La triste realidad es que han engañado a los murcianos pero los murcianos aún confían, no se han dado cuenta. La crísis que todo lo tapa mantiene el paraguas de la vergüenza, el que todavía proteje al PP. Pero antes o después caerá. La oposición política en estas comunidades se debe rearmar, renovar y emerger con una nueva vitalidad. Los murcianos y los valencianos merecen conocer la verdad. Una verdad que paso a paso, poco a poco, se irá abriendo camino. Preparémonos para una batería de excusas porque pretenderán justificar el engaño y revestirlo de moralidad. Ese tiempo pronto llegará. Ni trasvase, ni AVE por Cieza, ni financiación, ni autovía del bancal. Rajoy ni siquiera ha sido capaz de apoyar el Corredor Mediterráneo. El Partido Popular se tendrá que explicar y enfrente tiene que tener un líder y un proyecto alternativo. Por eso es tan necesario recordar y refrescar la verdadera historia del Agua, lo que ha venido pasando en estas regiones, y lo que se ha pretendido con tanto enfrentamiento político y verbal. Espero haber contribuído a esta pequeña "memoria histórica".
"La verdad os hará libres" Juan 8:32
Las intenciones del PP, como he dicho anteriormente, cristalizaron en feroces campañas que removían las visceras de murcianos y valencianos. Algunos ejemplos bastan para reconocer el cinismo y la maldad de los populares, auténticas canalladas mediáticas que adquieren mayor trascendencia ahora que conocemos que el señor Rajoy no hará el trasvase del Ebro, y que eso del "Agua para Todos" ya no interesa, una vez el Levante español está convenienemente aborregado y votará a ciegas al PP, y cuando se han recuperado bastiones como Aragón o Castilla La Mancha. Observad hasta qué punto llegaban los dirigentes del PP para "comerle el tarro" a la gente y hasta qué punto pusieron en peligro la convivencia en estas regiones. Lo más grave, la cantidad de dinero público -con nuestros impuestos- que utilizaron para tal fín:
¿Por dónde se pasa ahora Rajoy la solidaridad, el apoyo y el compañerismo? ¿Partido Popular comprometido con qué?
¿Cómo suena la sinfonía de Rajoy "no al trasvase del Ebro"? ¿Es Rajoy injusto e insolidario?
¿Por qué Rajoy va a tirar al mar el agua que necesitan la región de Murcia y la comunidad valenciana? ¿No era ese su discurso?
El premio que recibimos como agradecimiento a haber votado masivamente al PP es una enorme peineta de Rajoy a los murcianos y valencianos. Podría ser el nuevo spot del PP.
El PP niega ahora el sentido común que defendía hace muy pocos años. Claro como el agua el "por qué ese cambio".
A ver cómo Rajoy explica a estas criaturas que las mejores ideas, las más sencillas, han desembocado en un cubo de la basura.
Tanta indecencia no fue en vano. Las consecuencias logicamente no se hicieron esperar:
Los resultados en la ciudadanía: irracionalidad, odio y rabia.
«Narbona nos robó el agua. Este martes, día 10 de octubre, viene a Lorca. ¿Vas a dejar que se ría de ti?. ¿Recíbela como se merece! Frente al Ayuntamiento a las 12.30»
Así intentaba calentar el ambiente el PP según denunció el PSOE de Lorca.
Reventando la visita de Zapatero a Lorca.
Miguel Ángel Cámara, alcalde del Murcia, politizando una manifestación apoyada por todas las fuerzas políticas murcianas.
Felicitación de las fiestas del gobierno de Murcia a los gobiernos de Aragón y Cataluña
La esperanza -y la obsesión- de millones de levantinos (almerienses, murcianos, alicantinos, valencianos, castellonenses) cristalizó en un nacionalismo hidráulico de enormes proporciones. Oponerse al trasvase del Ebro o cuestionar la política del PP se convertiría desde entonces en un peligro público en estas regiones, donde un rodillo político y social -bien tejido en las campañas pagadas con dinero público y dinero que provenía de la construcción- acabó por finiquitar a la oposición política. Como en el caso de Narbona o Zapatero, los socialistas tenían que salir escoltados por la Policía Nacional de sus reuniones, muy a pesar de que el gobierno socialista invirtió en infraestructuras de agua más de 1000 millones de euros en la región de Murcia, garantizando de por vida los abastecimientos para la población y la industria. Hasta ese momento la región de Murcia había recibido muchas promesas y poco dinero. Por una vez tenía dinero encima de la mesa. Sin embargo Murcia y Valencia se levantaban en armas envilecidos por sus gobiernos regionales contra el presidente que mejor les trataba presupuestariamente:
Y presentaban a Rajoy como la garantía de un gobierno que defendería los intereses de todos:
La gran esperanza era Rajoy. Valcárcel y Camps, Camps y Valcárcel, estiraban el chicle, acusando a los socialistas de traidores. Día sí día también, declaraciones públicas, editoriales en la prensa subvencionada, artículos de personalidades públicas regionales, el machaque contra los socialistas se hizo insoportable. Especialmente duro y maleducado fue Ruiz Vivo, portavoz del PP murciano, quien dedicaba semana sí semana también duros descalificativos a Cristina Narbona, Pedro Saura y Zapatero. Artículos como "Cristina Desalada" o "Zetapé, Saura y maracas de machín" son claros ejemplos del duro lenguaje que se utilizaba en aquellos años contra los socialistas, rozando lo demandable y lo machista, y sobrepasando el buen gusto y la mínima educación exigible a un cargo público. En esta película de buenos-malos Rajoy fue pintado como un superhéroe y desde entonces, fue visto como el gran salvador de la región de Murcia y la Comunitat Valenciana. Curioso. Hasta tal punto llegaron las campañas de manipulación masiva que los murcianos eran los únicos españoles que aprobaban al líder de la oposición cuando hasta en su propio partido lo cuestionaban. La marea nacionalista que se estableció se resumía en las palabras de la ex-consejera de la región de Murcia, que llegó a decir en prensa que "o se era murciano o se era socialista, las dos cosas eran incompatibles".
Rajoy era la salvación de la región y el fervor casi superaba el que los murcianos profesaban por su líder y presidente, Ramón Luís Valcárcel. Así, la campaña continuó para apuntalar los éxitos políticos y afianzar las mayorías absolutas del PP. Valcárcel y Rajoy, Rajoy y Valcárcel, seguían vendiendo su burra, a pesar de las denuncias de engaño y estafa de los socialistas.
Llegaron las elecciones de 2007:
Era la época en la que en prensa se vendían imágenes de campos secos, con árboles arrancados por la enorme sequía, y por culpa de los socialistas. Años después se conoció que esos árboles se arrancaron para urbanizar el terreno con chalets y adosados como los de la siguiente foto, en la que según denunciaron los ecologistas, podemos observar como se riegan campos de golf con agua de pozo, apta para el riego de cultivos:
Llegaron las elecciones de 2008 y aunque algunos datos ya apuntaban al fín de "Agua para Todos", el PP mantuvo el tipo, y el engaño. Este mismo señor que prometía, hoy dice que del Ebro ni hablar, y del Tajo ya veremos:
El Partido Popular cosechó mayorías absolutas crecientes y parecía no tocar techo mientras los socialistas no encontraban su suelo. Las elecciones de 2011 fueron otro gran éxito electoral del PP, que ya había rentabilizado un victimismo estratégico (Agua-Ave-financiación) que se hacía todavía más fuerte con la llegada de la crísis económica. Valcárcel y Camps, que hasta hace poco se ponían las medallas del crecimiento económico y de la espectacular creación de empleo, endosaban los malos datos de sus respectivas comunidades a Zapatero. A pesar de contar con la mayor parte de las competencias en diversas materias -economía, empleo, industria, ordenación del territorio, urbanismo, medio ambiente, comercio, etc- las comunidades autónomas del PP descargaron en el sospechoso Zapatero las propias responsabilidades. Si ese victimismo-nacionalismo había funcionado con el agua y los levantinos les creían a pies juntillas, ¿por qué no endosar también toda la culpa del desastre de la crísis inmobiliaria?
Entonces llegó la pre-campaña de las elecciones anticipadas de 2011, las generales, donde Rajoy, que había prometido el chocolate del loro, "Agua Para Todos", tenía todas las papeletas para salir vencedor. Llegaba la hora de mojarse de verdad. Sucede que las elecciones autonómicas y municipales de mayo cambiaron el mapa: el PP gobernaba en Aragón y Castilla La Mancha, dos comunidades donde los populares en la oposición llevaban años renunciando a las tesis trasvasistas al ser dos cuencas cedentes. La firme oposición de la secretaria general del PP y nueva presidenta de CLM Dolores De Cospedal al Tajo-Segura era conocida. Luisa Fernanda Rudí, nueva presidenta de Aragón, se oponía tajantemente al trasvase del Ebro. Rajoy pactaba con el PAR - un partido nacionalista y antitrasvasista- ir juntos en las listas a las elecciones generales. El nuevo presidente de Extemadura, Monago, también del PP, echaba abajo la posibilidad de un trasvase del Tajo-Medio que su antedecesor, el socialista Vara, mantenía abierta. Si a ello sumamos el apoyo de Rajoy en 2007 al estatuto de Aragón que garantizaba una reserva de agua para esa comunidad de 6500 hm/m3, cualquier ciudadano informado podía entender lo que en definitiva ha terminado pasando: las tésis trasvasistas habían desaparecido del PP como lo hicieron en 1993-96 porque habían conseguido sus objetivos políticos, los votos que necesitaba para gobernar.
La región de Murcia y la comunitat Valenciana han sido victimas de un enorme engaño. De una operación de marketing político-financiera que ha cambiado su percepción de la realidad económica y social en estas comunidades. Se crearon artificialmente necesidades en la población como si beber agua estuviese en peligro y unos perfidos señores se enpeñaran en hacernos sufrir "porque sí", negándonos el agua que el Ebro tiraba al mar. En estos momentos nada ha cambiado: el Ebro sigue tirando el agua al mar (desembocando, lo natural) y nadie en el PP habla de solidaridad, de injusticias y de maltratos. Ninguna campaña. Ni siquiera -ahora que ven que Rajoy ganará las elecciones- se escuchan discursos reivindicativos, no solo en temas como el agua, sino en otros como infraestructuras o financiación. Las mentiras, tienen las patitas muy cortas, aunque esta vez, gracias a una poderosa maquinaria mediática, el engaño ha durado más de lo previsto. La prensa apesebrada y financiada, y algunas plumas regionales, han contribuído, no sabemos si a cambio de algo o por amor al arte, a crear un clima visceral de odio irracional hacia los socialistas y amor freudiano que roza lo enfermizo hacia el PP. Se mantiene todavía.
Rajoy no va a hacer el trasvase del Ebro. No porque no vaya en su programa electoral, que no va. Sino porque no le interesa hacerlo. Porque no puede hacerlo, porque como entonces, sigue siendo irrealizable. Porque se encontraría con los mismos problemas que en 2004, con una faraónica obra, inmensamente cara, inviable económica, social y medio ambientalmente, que desvertebraría el país, y enfrentaría -más todavía- a diversas regiones, todas en manos del Partido Popular. En resumen: Rajoy y Valcárcel toman por tontos a los murcianos. Fabra a los valencianos. Saben que se han trabajado tan bien y tan a fondo a los ciudadanos de estas regiones que les votarán a ciegas, mientras que en Aragón y Castilla La Mancha el trabajo está por empezar. El Tajo-Segura también está en peligro, ahora con el Partido Popular. El final de esta historia se resume de forma muy distinta a la historia que los murcianos tienen su cabecita. Los socialistas, con todos sus errores, tenían razón. De la misma manera que advirtieron que se estaba gestando una burbuja de enormes proporciones en la región de Murcia y que ésta explotaría dejando un reguero de paro y misería, los socialistas murcianos y valencianos advirtieron que la milonga del "Agua Para Todos" era una enorme mentira, cuyo único objetivo era granarse el apoyo de la ciudadanía en favor de sus intereses urbanísticos y especulativos, y de rebote, aniquilar a los adversarios políticos.
La triste realidad es que han engañado a los murcianos pero los murcianos aún confían, no se han dado cuenta. La crísis que todo lo tapa mantiene el paraguas de la vergüenza, el que todavía proteje al PP. Pero antes o después caerá. La oposición política en estas comunidades se debe rearmar, renovar y emerger con una nueva vitalidad. Los murcianos y los valencianos merecen conocer la verdad. Una verdad que paso a paso, poco a poco, se irá abriendo camino. Preparémonos para una batería de excusas porque pretenderán justificar el engaño y revestirlo de moralidad. Ese tiempo pronto llegará. Ni trasvase, ni AVE por Cieza, ni financiación, ni autovía del bancal. Rajoy ni siquiera ha sido capaz de apoyar el Corredor Mediterráneo. El Partido Popular se tendrá que explicar y enfrente tiene que tener un líder y un proyecto alternativo. Por eso es tan necesario recordar y refrescar la verdadera historia del Agua, lo que ha venido pasando en estas regiones, y lo que se ha pretendido con tanto enfrentamiento político y verbal. Espero haber contribuído a esta pequeña "memoria histórica".
"La verdad os hará libres" Juan 8:32
TODA la razón. Y tremendo post.
ResponderEliminarSupongo que los estafados tardarán todavía un tiempo en darse cuenta de que les han tomado el pelo y continuarán defendiendo a aquellos en los que confiaron todas sus (falsas) esperanzas... y todos sus votos. La naturaleza humana es así. Cuesta ver que uno se ha equivocado, sobre todo tras un adoctrinamiento tan profundo y tan duradero. Al fin y al cabo, todo el mundo sabe que los del PSOE son muy malos y no defienden su tierra y los del PP van a traer mucha agua y muchos puestos de trabajo y van a hacer que mi piso valga el doble.
En fin ¿no queríais PP? Pues tomad dos tazas (de agua desalada, que la del Ebro es solo si la "hubiere").
Por favor, Peperufo, ¿nos recuerdas en qué programa electoral del PP se hablaba del trasvase del Ebro?
ResponderEliminarY ya puestos, ¿nos recuerdas lo que dijo el candidato Rubalcaba acerca de agua y trasvases en su reciente mitin en Murcia?
Muchas gracias.
magnifico trabajo y que poca verguenza se hastan estos peperos
ResponderEliminarBrutal.
ResponderEliminarMuy sencillo. El PP siempre ha defendido el trasvase del Ebro, al menos hasta hace unos meses, y lo ha hecho su seña de identidad y la base de todo su discurso en levante. Han consechado votos vendiendo que Rajoy, al revés que el perfido Zapatero, iba a aprobar el trasvase del Ebro y blindar el del Tajo, ahora nos enteramos que ni una cosa ni otra.
ResponderEliminarEn el programa electoral de 2004 hablaban de desarrollar el PHN. En elecciones autónomicas no tocaba aunque hacían campaña verbal y mediática como si tocara. No fue en el programa electoral de 2008 porque ya por entonces aunque ganara Rajoy ya no se iba a hacer, aunque éste hablaba de trasvases y en Murcia, como ves, se mojó. Ésta vez ni eso, excedentes si los hubiese, que es una expresión que roza la tomadura de pelo. Solo con el estatuto de Aragón y el plan de protección del delta ya no los hay.
Si pretendes despistar con ese detalle -vaya o no vaya sabes como yo que no se hará- mal camino lleváis. Váis a tener que inventar una excusa mejor. Afinad.
En cuanto a Rubalcaba, él no incurre en contradicción. Nunca apostó por el trasvase del Ebro. No ha engañado a nadie en este tema. El PP sí. Y parece que con tu complacencia.
Felicidades por tus enormes tragaderas.
¡ Qué bien los has retratado y qué nerviosos se empiezan a poner !
ResponderEliminar¡ Ahora dicen que el trasvase nunca fue en el programa del pp !
¡ En dos semanas el proyecto de trasvase dirán que nunca existió !
Ja ja ja ja ja ja
tiene que ser muy JODIDO leer este fabuloso recopilatorio siendo MILITANTE DEL PEPE y no carsete la careta de VERGUENZA
ResponderEliminartienen merito hasta para eso
el que hace preguntas....que si,que la culpa éh de Rubalcabah!!!! pobreticos
ResponderEliminarJuanico
Yo he votado al Pp y aunque no voy a votar al Psoe esta vez no voto a Rajoy por tomarme el pelo,metere la papeleta de updy.
ResponderEliminarCuando uno lee toda la mierda que han echado solo se puede sentir asco.
ResponderEliminarAsco de habernos tragado toda la mierda y asco de ver a la gente pedir más mierda para tragar.
Menuda metida hasta el fondo.
Marianico vaya impresentable eres.
Si va en el programa lo que pasa es que va con la letra de Rajoy que no se entiende.... :D
ResponderEliminarMe cuesta trabajo creer que este post vaya en serio. No puede haber nadie que crea a Rajoy tan estúpido como para, con la ruina que tenemos encima y los recortes que van a ser necesarios, comprometerse a una infraestructura que costará mucho más de cinco mil millones de euros. No me imagino de dónde los iba a sacar. Prometer ese disparate sería un suicidio fulminante. Y total, ¿para qué? ¿Para ganar votos en Murcia? Por favor, los últimos sondeos le dan al PP 43 puntos de ventaja sobre el PSOE en Murcia. Seamos serios. Ese tipo de promesas irrealizables se las puede permitir IU, pero no el PP.
ResponderEliminarSaludos.
¡Chapeau! Peperufo.
ResponderEliminar¿Y por qué no lo ponían claramente en los programas electorales anteriores? ¿Para tener una escusa ahora, después de apoyar el estatuto de Aragón, el plan de protección del delta, contentar a Cospedal/Rudi y pactar con el PAR antitrasvasista?
Ahora se demuestra la catadura moral de unos y las tragaderas de otros…
Al menos que dejen ya de mentir y de engañar y cambien de lema, por si algún panoli quiere seguir creyéndolos:
“EXCEDENTES SI LOS HUBIERE PARA TODOS”
http://www.youtube.com/watch?v=ktHgW-XXRZg
ResponderEliminarPedro Saura publica hoy un artículo en La Verdad y lo titula "Rajoy dice 'no' al Trasvase del Ebro". Es increíble lo torpe que puede llegar a ser este nombre. ¿Es que no sabe lo que piensan automáticamente los murcianos cuando ven juntas las palabras 'Saura' y 'Ebro'? ¿Es que nunca ha leído a Lakoff?
ResponderEliminarNo estaría mal una encuesta para el nuevo eslogan sobre la ESTAFA del AGUA:
ResponderEliminar“AGUA PARA VOTOS”
“EXCEDENTES SI LOS HUBIERA PARA TODOS”
“VERGÜENZA PARA TODOS”
“AGUA PARA BOBOS”
Etc…
Magnífica exposición. Especialmente acertada la interrelación entre las tres burbujas: votos, agua y pelotazos. Como un trilero utiliza su labia para que no te fijes en la trampa, el PP ha usado el agua para tapar sus negocios, sus negocios para justificar la demanda de agua, el agua y sus negocios para ganar votos, los votos para tapar el derrumbe de los negocios (o sus causas) y ambos para tapar ahora el bluf del agua. Lo que no sé es dónde nos llevará la fustración colectiva cuando el trilero, al verse pillado, grite "agua" y salga corriendo.
ResponderEliminarEnhorabuena Peperufo!!, te echabamos de menos. No cabe duda que el PP arrasará España, en estas elecciones, pero quizás sea el principio de su fin en esta región de buenas gentes, que no leen, no se informan y no quieren saber.
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