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    jueves, 26 de mayo de 2011

    LA CRÍSIS ESPAÑOLA



    Magnífico.

    miércoles, 25 de mayo de 2011

    ANÁLISIS DE LA DERROTA DEL PSRM-PSOE: PASADO, PRESENTE Y FUTURO


    El Partido Popular de la Región de Murcia volverá a gobernar 4 años más en la comunidad autónoma, y lo hará con una mayoría más aplastante si cabe, alcanzando 33 diputados en la asamblea regional frente a los 11 de los socialistas, que pierden 4 escaños de los 15 que obtuvo en las anteriores elecciones. Además los populares gobernarán en la práctica totalidad de los ayuntamientos de la región, con abrumadoras mayorías, con un durísimo castigo para el PSRM en las 3 grandes ciudades, Murcia, Cartagena y Lorca. Los socialistas rompen una vez más su suelo electoral, en una carrera cuesta abajo en la que se siguen perdiendo apoyos en el electorado murciano, con el agravante de que se ha evaporado el escaso poder muncicipal que les quedaba, con la perdida de algunos gobiernos locales tan importantes como históricos. 33 diputados del PP frente a solo 11 diputados socialistas es un balance que no esperaban ni los más pesimistas. Llega, de nuevo, el momento de la reflexión. ¿Qué está pasando en la Región de Murcia y por qué los socialistas pierden en cada elección la confianza de un mayor número de ciudadanos, hasta convertirse en un partido residual y defenestrado por los murcianos? Hablaré en primer lugar de las cuestiones de fondo que explican la debacle para terminar reflexionando sobre los defectos estructurales de la organización socialista y los pasos que a mi modo de ver se deben dar en el futuro inmediato.

    Existen varias explicaciones, varias respuestas que explican la hecatombe del socialismo murciano, pero la primera de éstas origina por defecto las demás. El PSRM-PSOE ha perdido las siglas PSRM, que es tanto como perder su nombre, su identificación y sus orígenes, su propia autonomía. Los socialistas murcianos no tienen un discurso propio, es obvio, porque éste no está cimentado en las particularidades, demandas y necesidades del electorado murciano, sino en la propia complacencia y en el discurso oficial que se diseña a más de 400 kms de distancia, en Madrid. El PSRM-PSOE se ha empeñado en representar a José Luís Rodríguez Zapatero y no a la ciudadanía murciana, a la que se debe. Un partido que prefiere defender los intereses de su partido en Madrid por encima de los intereses de sus propios electores y simpatizantes (y por lo tanto de sus propios intereses como federación y partido) necesariamente debe cosechar sucesivos fracasos electorales, cada vez más rotundos en elecciones regionales y locales. Sobre este eje, el Partido Popular ha visto facilitada su labor de gobierno en la región y de oposición al gobierno central. De un solo golpe, los populares derribaban a Zapatero y de rebote a los socialistas murcianos.

    Si los socialistas a nivel nacional han acusado a los populares de convertir la campaña autonómica y municipal en una primera vuelta de las elecciones generales, en la región de Murcia los socialistas llevan años aplicando precisamente la receta de desarrollar como eje principal de su actuación política la defensa de los intereses de su partido en clave nacional. Mala decisión ésta cuando la primera actuación de Zapatero fue la derogación del trasvase del Ebro. Torpeza de Saura, más empeñado en trabajar desde Madrid y salir en la foto con el presidente que en fortalecer el partido, y torpeza la de la candidata socialista Retegui, que en su primera entrevista se retrataba de la peor manera posible a la pregunta de "a quién admiraba más" respondiendo con el nombre del líder político peor valorado de la historia de la región de Murcia, el señor Zapatero. No confundamos tomar distancia y jugar inteligente con traicionar a tu partido y a tu secretario general, no se trata de renegar de todas sus decisiones. No hacía falta llegar a tanto. Un ejemplo clarificador de la política “seguidista” de los líderes socialistas: en 8 años, jamás hemos escuchado a los socialistas murcianos criticar, denunciar o cuestionar, siquiera someramente, una sola decisión del presidente del gobierno. No se trata entonces de responsabilizar al presidente Zapatero de los males del PSRM por mucha influencia que haya tenido en el devenir de los socialistas murcianos, pues ha sido el PSRM quien ha decidido cargar con el peso de algunas polémicas decisiones del gobierno central, con su silencio y su complacencia. Un apoyo crítico hubiese sido un paso suficiente, cuando éste hubiera estado justificado.

    Como consecuencia de una errónea estrategia política, desarrollada y defendida a ultranza por el secretario general Pedro Saura, muy cercano y hombre de confianza del presidente del gobierno, el PSRM-PSOE se ha terminado convirtiendo en un partido sin rumbo, sin identidad y sin una agenda propia, donde el mérito se ha medido en función de quién era más condescendiente y servicial con la ejecutiva socialista de Ferraz, asumiendo las sucesivas ejecutivas de Princesa una posición mercantilista y espúrea, donde muchos de sus miembros (con honrosas excepciones) medraban con el único objetivo de mantenerse, promocionar y ascender dentro de la propia organización. El PSRM renunció hace mucho tiempo a convencer y liderar un proyecto sólido, alternativo y autónomo conformándose con las migajas que se repartían desde Madrid, y por eso el partido ha acabado convirtiéndose en un medio de subsistencia económica para medio centenar de personas, las mismas caras que se repiten desde tiempos inmemorables, que van rotando de responsabilidad en responsabilidad, protegiéndose los unos a los otros, bajo el paraguas de la indiferencia de Ferraz, obstaculizando sistemáticamente la renovación de la organización.

    El PSRM-PSOE mantiene el mismo discurso y las mismas caras desde 2004, con algunas variaciones estéticas de poca relevancia, que no convencen ni a la propia militancia. No se ha variado una coma el argumentario de la primera gran derrota de los socialistas y por lo tanto, a nadie debe extrañar que los murcianos sigan dando la espalda al proyecto político del PSRM-PSOE. Es como si la ejecutiva socialista no hubiese aprendido de sus errores y se obcecaran en perpetuar posiciones ampliamente censuradas por los ciudadanos de la región de Murcia. Por ejemplo no hay un discurso sólido en materia de agua, una de las principales preocupaciones de los murcianos, y nos guste o no, una seña de identidad para esta tierra, y que define las simpatías políticas de millón y medio de conciudadanos. Primero defendimos los trasvases, después las desaladoras, y ahora no se sabe qué, parece que ninguna de las dos cosas. Porque nunca tuvimos una posición que no fuera la que se dictaba desde Madrid. Si no tenemos una posición propia sobre determinados temas y no sabemos responder a las principales preocupaciones de los murcianos en clave regional, por mucho que sean debates interesados impuestos por el Partido Popular, cualquier iniciativa está destinada a fracasar irremediablemente. Desgraciadamente no podemos dejar de hablar de lo que el PP quiere que hablemos, pues domina todas las instancias y medios regionales, y tiene muchos recursos a su disposición.

    Ciertamente Zapatero ha sido el peor embajador para los socialistas del PSRM-PSOE. Por eso se entiende menos esa obsesiva defensa enrocada de todas sus decisiones. Si bien Zapatero ha sido el presidente que mejor ha tratado esta región presupuestariamente no es menos cierto que siempre ha dejado mucho que desear en el trato institucional y la cercanía emocional que los ciudadanos agradecen y tienen en cuenta a la hora de votar; los murcianos nunca han sentido el calor de su presidente del gobierno. En Murcia siempre hemos tenido la sensación de que, acertando o no, Moncloa siempre antepuso los intereses de otras comunidades a los nuestros. Nuestros líderes deberían haber tomado mayor distancia con el presidente del gobierno, para que el electorado murciano pudiese apreciar la autonomía de ambos proyectos, a pesar de las lógicas coincidencias de fondo, evitando que la marca PSRM se diluyera excesivamente en la figura y el porvenir del propio Zapatero. La docilidad de la federación socialista murciana no ha contribuido a proteger las políticas de Zapatero, todo lo contrario. Como siempre se ha defendido que su postura era la correcta, los murcianos han llegado a la conclusión de que el PSRM-PSOE era un partido seguidista y acrítico, y por lo tanto no tenía credibilidad alguna cuando defendía medidas (la mayoría) que beneficiaban a los murcianios, pues se endosó a la federación murciana el san benito de “perro de su amo”.

    El socialismo murciano hubiese ganado credibilidad de haber puesto en entredicho algunos movimientos políticos del gobierno central, a pesar de un apoyo general y mayoritario a la mayor parte de sus propuestas, como no podía ser de otra manera. Moncloa y Ferraz hubiesen modulado, matizado y acertado con algunas decisiones controvertidas de haber tenido enfrente a una federación socialista capaz de conjugar la defensa de posiciones no coincidentes y de prestar al mismo tiempo un apoyo condicional y crítico. Zapatero siempre tuvo la presión en la nuca de Barreda, Vara y Montilla, como antes la tuvo de Chaves e Ibarra, pero nunca de Saura. Nunca de los socialistas murcianos. El escaso peso de la federación socialista no es excusa. Si en Ferraz no nos han considerado por el menor peso de esta federación, razón de más para levantar la voz y arriesgar con un proyecto político más atrevido, fuera de los guiones escritos en Ferraz. En definitiva hay que trabajar, cambiar y modular mensajes, estrategias y posiciones políticas para hacerlas cercanas a los intereses de los murcianos, y para ello tenemos que reclamar nuestra autonomía. Hasta aquí los análisis de fondo, de mensaje, de concepto. Habrá tiempo para profundizar más.

    Vayamos a los defectos internos del propio partido. La actitud condescendiente del PSRM con el PSOE, la oposición a las principales demandas de la sociedad murciana, y la escasa regeneración interna del partido, han ocasionado las peores derrotas de la historia de la organización y lo que es peor, han terminado por impregnar a toda la militancia de un halo de impotencia y frustración que anticipa, si no se toman medidas contundentes y ejemplarizantes, la descomposición del partido. La militancia exige una depuración total de responsabilidades. No se trata de que los que vienen reflexionando los últimos 8 años vuelvan a reflexionar. Es claro y notorio que reflexionar no es una cualidad inherente a la ejecutiva actual, no es lo suyo. Un gesto de dignidad en forma de dimisión conjunta de la ejecutiva sería el mejor de los comienzos para una verdadera renovación en el socialismo murciano. Aferrarse al cargo solo denota el miedo y el vértigo de perder posiciones de influencia y poder, que no hacen sino confirmar las sospechas de la militancia. Unas decenas de hombres y mujeres que se parapetan en sus cargos y se niegan a dejar paso.

    Tampoco entendería la militancia y menos aun el electorado murciano que viejas glorias y altos cargos del partido se promocionaran como recambios de un nuevo proyecto político. Las ideas son importantes, pero quien las defiende también, la cara es el primer mensaje de un proyecto, en marketing sabemos que la forma es tan importante (o más) que el fondo. Un candidato o una ejecutiva es un mensaje y una propuesta política por sí misma, sin abrir la boca. Por eso es tan importante la renovación de caras además del debate de ideas. Algunos políticos que llevan pilotando la nave socialista más de 20 años no pueden representar la ruptura con el pasado reciente que este partido necesita. Los secretarios generales de las principales agrupaciones también deben asumir responsabilidades. La depuración debe ser profunda y generalizada para que la reflexión pueda tener lugar sin la influencia de los pesos pesados que han dirigido el partido, y bloqueado su renovación. No se trata de rejuvenecer el partido ni de renunciar a la experiencia de muchos cargos orgánicos, que a buen seguro tendrán mucho que aportar. Se trata de renovar unas caras que los murcianos ya han condenado con su indiferencia y en las que no volverán a confiar aunque el discurso sea radicalmente distinto: no se fiarán. En el nuevo proyecto político del PSRM deben sumar los mayores, los más jóvenes y los menos jóvenes pero la vieja guardia debe dar un paso o dos atrás. No pueden ser la imagen de un nuevo proyecto.

    El PSRM-PSOE debe acompasar su regeneración con los cambios que se sucederán a nivel nacional. El PSOE renovará líderes y proyectos en un hipotético Congreso Federal Ordinario o Extraordinario, y el PSRM-PSOE no puede quedarse atrás. Debe aprovechar ese impulso para volver a generar ilusión en su electorado. Estamos a tiempo de recuperar la confianza de los murcianos. Pero todo o casi todo debe cambiar. Quizá los socialistas deban replantarse algunos contenidos aunque los hayan combatido estos últimos años. Otros partidos y otras federaciones lo han hecho, y tendremos que hacerlo seguramente con un paso previo, absolutamente necesario: empezar pidiendo perdón a la sociedad murciana por haberles fallado. Los murcianos se divorciaron de los socialistas hace 8 años cuando los españoles empezaron a reconciliarse con el partido a nivel nacional. Entonces tuvimos que cambiar o modular el paso pero no lo hicimos. Años después tampoco, cuando la experiencia nos decía que teníamos que transformarnos a fondo. No defendimos con brillantez nuestras alternativas, ni supimos explicarnos como los murcianos merecían. Si hacemos autocrítica y empezamos por reconocer los errores en público, quizá los murcianos empiecen a reconciliarse con nosotros, a vernos como amigos y no como enemigos de esta tierra. Solo entonces empezarán a escucharnos. Solo entonces nuestras propuestas serán tenidas en cuenta. Solo entonces, tendremos influencia y poder para convencer.

    La campaña electoral de los socialistas ha sido francamente mejorable pero no es razonable cargar el peso de la derrota sobre las espaldas de Begoña García Retegui. En 8 meses no es posible enmendar el paso de 8 años. El secretario general debería haber asumido la responsabilidad de su gestión asumiendo el cartel electoral o de lo contrario haber renunciado a su cargo con anterioridad para propiciar un verdadero cambio. Begoña nunca debió aceptar el encargo, una trampa envenenada. Una de las mejores diputadas se ha inmolado no se sabe por qué razón, cuando no era su momento ni su lugar. Begoña, por falta de tiempo o por un error de apreciación, no ha variado una coma el discurso de Pedro Saura. Hemos visto una Begoña contenida y maniatada cuando esperábamos que demostrara su cara combativa. Begoña ha jugado a ser Saura, y para ser Saura, nadie mejor que el propio Saura. La campaña ni siquiera ha servido para poner sobre la mesa los cimientos de futuros éxitos electorales. Tiempo perdido. No haber explicado en campaña las diferentes competencias a manos de las distintas administraciones es un error imperdonable. Hoy muchos murcianos siguen pensando que la responsabilidad de los problemas en sanidad, educación, dependencia, urbanismo, empleo, comercio, y tantas otras competencias, es exclusiva del gobierno central. Haber conseguido aclarar estos conceptos, cuyo desconocimiento popular permite el caldo de cultivo para las manipulaciones del PP, hubiese dado valor a la campaña a pesar de la derrota. La información y la pedagogía en este sentido (y en otros temas) es la base para que los ciudadanos, cuando empiecen a escucharnos, puedan además empezar a entendernos.

    Zapatero, la crisis, el paro, los movimientos del 15-M, la fortaleza del PP, el control de los medios de comunicación regionales, la derogación del trasvase del Ebro, la corrupción ejercida en algunos ayuntamientos socialistas, la defensa de los recortes del gobierno central y la crítica a los recortes del gobierno regional, muchas son las razones colaterales que explican el descalabro del PSRM. Éste ha sido una tónica a nivel nacional, con un PSOE castigado en las urnas en todo el territorio, pero no puede constituir excusa, cuando ya se perdía estrepitosamente en la región mientras en otros feudos se ganaba con solvencia con las siglas del puño y la rosa. Perder por 10 puntos no es lo mismo que perder con una diferencia de 40. Perder consecutivamente tantas elecciones, con resultados descendentes, es algo insostenible. Por eso es necesario partir de cero, renovar las estructuras del partido, dotarlo de vitalidad, y abrirlo a la sociedad. Imprescindible la formación de la militancia, el entrenamiento de nuestros candidatos, la especialización de los equipos de trabajo en el partido. Empezar de cero tiene la ventaja de que no hay límites ni condicionantes, todas las ideas son bienvenidas, todos importamos, todos somos iguales. El proyecto debe iniciarse con unos líderes pero debe dar valor a todos los militantes, del primero al último. Todos debemos sentirnos importantes. Pero el tiempo apremia.

    Un nuevo escenario se abre a pesar del panorama sombrío que deja al Partido Popular con la mayor concentración de poder autonómico y municipal jamás conocido en democracia. Es una ventaja que tienen pero también una enorme responsabilidad. Los cambios a peor pueden constituirse en oportunidades si el partido logra regenerarse y culmina una reconciliación con la sociedad murciana. Las oportunidades vendrán y habrá que saber aprovecharlas. De camino, recortes y ajustes sociales sin precedentes que deberán asumir las comunidades autónomas y ayuntamientos, casi todos en manos del PP. Valcárcel no podrá culpar a los socialistas de Castilla La Mancha y de Aragón del bloqueo al trasvase del Ebro y el mantenimiento del Tajo que con toda seguridad no podrán acometer y mantener. El PP murciano tendrá un problema considerable si Rajoy llega a gobernar, pues las exigencias y demandas para con el gobierno de Zapatero han sido tan altas que la no construcción del tubo del Ebro o el impago de la mareante cifra de 4.200 millones de euros de deuda histórica dejaría en muy mal lugar a los populares. Si Valcárcel como parece probable emigra a un ministerio en caso de victoria del PP en las generales o a Europa en caso de derrota, la sucesión puede sangrar a una organización unida en público pero muy dividida en privado. Ahí, entonces, a un año vista, el PSRM debe llegar renovado y fuerte. No queda tanto, por eso el tiempo apremia.

    La catarsis que el partido necesita no puede hacerse esperar. Debemos hacerla con exigencia pero con la comprensión y la generosidad que una organización como la socialista requiere. No podemos cerrar heridas abriendo otras. Tengamos tacto pero que la militancia descontenta no de un paso atrás. La actual ejecutiva y los secretarios generales tienen en su mano hacer fácil este tránsito. De ellos depende que el nuevo proyecto sea viable o que vuelva a encallar una vez más. Algunos militantes indignados ya se están movimiento con manifiestos. Es ahora cuando los dirigentes socialistas deben demostrar su lealtad al partido. Estaremos vigilantes. No valdrán paños calientes esta vez, ni medias soluciones, ni soluciones negociadas. El futuro del PSRM-PSOE no se volverá a decidir, nunca más, en las famosas mesas de camilla. Que lo tengan en cuenta. No hay vuelta atrás.

    jueves, 19 de mayo de 2011

    RUBALCABA EN MURCIA

    DEBATE SOBRE LAS PROPUESTAS DE "DEMOCRACIAREALYA" (I): CÓMO CREAR EMPLEO



    CONTRA EL DESEMPLEO: (www.democraciarealya.es)

    1. Reparto del trabajo fomentando las reducciones de jornada y la conciliación laboral hasta acabar con el desempleo estructural (es decir, hasta que el desempleo descienda por debajo del 5%).

    Esta medida tendría como primera consecuencia una disminución generalizada del salario medio de los trabajadores españoles y por extensión de su capacidad adquisitiva. No es una fórmula novedosa pues ya se puso en práctica en Francia con las 35 horas semanales. El resultado fue desastroso con un nulo impacto en la creación de empleo. Reducir jornadas para que se emplee más gente puede parecer una medida sensata pero deja de serlo en el momento en que reflexionas sobre lo que implica en el terreno práctico. Supongo que los defensores de este planteamiento sabrán que si te reducen la jornada (para contratar a otro trabajador que complemente el horario laboral, cosa improbable en la vida real) también te reducirán el sueldo, como mínimo en proporción a la reducción de jornada aplicada. Conclusión: esta medida implica que los que ya cobran salarios humildes de 900-1000 euros cobren 500 euros para que un parado pueda trabajar y cobrar otros 500 euros.

    Animo a los defensores de esta idea a que desarrollen un "proyecto piloto" dando ejemplo, pidiendo a sus jefes y superiores la oportunidad de partir la jornada (y el sueldo que perciben) para emplear a otro ciudadano parado. Cuando lo hagan sin rechistar me creeré este tipo de planteamientos. No hay que ser muy avispado para saber, de antemano, que los trabajadores españoles jamás aceptarían una medida como ésta. Sí es razonable, sin embargo, el planteamiento incluído en la última reforma laboral que, aunque parecido, es diferente en el terreno práctico: facilitar que cuando una empresa tenga que reducir costes en el factor trabajo, no destruya empleos, sino que destruya horas de empleo, con reducciones de jornada adecuadas al nivel de producción de la empresa. Ésta es una medida para mantener empleo que de otra manera se destruye en épocas de crísis o cuando la empresa incurre en situaciones de perdidas económicas. Esta versión si es realizable positivamente en nuestro mercado laboral, y se aplica con éxito en países como Alemania. Sin embargo la propuesta de "democraciarealya" no es una fórmula adecuada para crear empleo, ni siquiera para mantener el ya existente, y además, tendría una fuerte contestación social.

    2. Jubilación a los 65 y ningún aumento de la edad de jubilación hasta acabar con el desempleo juvenil.

    Los españoles cada vez vivimos más años y con mejor calidad de vida. Al mismo tiempo cada vez tenemos menos niños, con lo que nuestra pirámide poblacional envejece paulatinamente. La consecuencia es evidente, el sistema público de pensiones actual no es viable a medio plazo. Si no se aumenta la edad de jubilación como piden los movimientos de protesta solo queda como opción subir impuestos para financiar el sistema público de pensiones; concretamente, aumentando las cotizaciones a la Seguridad Social. Ésta medida está incluida en un apartado donde se habla de luchar contra el desempleo estructural de la economía española. Que pregunten a los empleadores y a los trabajadores si están de acuerdo. Los pequeños empresarios y los autónomos no crearán puestos de trabajo ni podrán mantener los existentes si aumentamos la carga impositiva de sus contratos y ampliamos las cotizaciones a la Seguridad Social. A más impuestos, a mayores costes, menos dinero para personal, salarios y retribuciones, consecuencia: menor contratación. Esta medida no solo desincentiva la contratación sino que fomenta, indirectamente, el mercado negro y la economía sumergida. Que los empresarios no den de alta a muchos trabajadores. Que muchos trabajadores (autónomos y pequeños empresarios) no quieran dar de alta sus negocios y actividades económicas. Esta medida no soluciona el problema: lo empeora claramente haciendo inviable el sistema público de pensiones a medio plazo o de lo contrario, generando mayores bolsas de economía sumergida y fraude fiscal.

    3. Bonificaciones para aquellas empresas con menos de un 10% de contratación temporal.

    Esta política de bonificaciones se lleva aplicando los últimos 30 años con resultados poco favorables para mejorar nuestro mercado de trabajo. Las bonificaciones a la contratación no han incentivado la contratación fija ni han provocado un aumento signitificativo en las contrataciones. No es una figura que sea atractiva para el empresario. Tenemos experiencia en este tipo de fórmulas, y los resultados son claros: no sirven para generar empleo y por lo tanto representan un evidente despilfarro de fondos públicos.

    4. Seguridad en el empleo: imposibilidad de despidos colectivos o por causas objetivas en las grandes empresas mientras haya beneficios, fiscalización a las grandes empresas para asegurar que no cubren con trabajadores temporales empleos que podrían ser fijos.

    Suena bien la melodía pero la letra de la canción es horrorosa porque implica un cambio legislativo que empeora la situación de rigidez en el mercado de trabajo. Esta medida pasa por impedir, en la práctica, que el despido sea libre en nuestro país. En España el despido es libre pero no gratuito, es importante conocer este matiz para no llevarnos a una conclusión errónea. Abolir el despido libre no incentivará a los empresarios para que utilicen las figuras de contratación fija y estable, todo lo contrario. El empresario será reticente a contratar por miedo a tener que "tragar" con un trabajador ineficiente o que no cumple sus expectativas. La diferenciación entre grandes y pequeñas empresas tampoco tiene mucho sentido. ¿Es más razonable o más justo que una Pyme despida trabajadores mientras tenga beneficios? El tamaño no puede ser una medida razonable para hacer más rígidas las relaciones laborales. Entre otras razones porque esas grandes empresas estarán encantadas de llevar su fábrica y sus puestos de trabajo a países vecinos con mercados laborales menos rígidos. Bienvenidos amigos contestatarios a la globalización económica.

    5. Restablecimiento del subsidio de 426€ para todos los parados de larga duración.

    Estoy de acuerdo. Ya se está aplicando esta ayuda, o una similar, a cambio de un compromiso de formación. Sería muy positivo y adecuado responder al paro estructural de este país aumentando la protección social, todavía más. Ése debe ser el camino a corto plazo.

    Las propuestas de este colectivo para crear empleo, en conclusión:

    - No responden a las necesidades del mercado laboral español
    - No fomentan la contratación, ni en el sector público y ni en el sector privado
    - No favorecen los contratos fijos y estables
    - Generalizan la precariedad en el empleo y los salarios
    - Provocarían una deslocalización de empresas hacia otros países destruyendo tejido productivo y generando despidos masivos en sectores estratégicos
    - Constituirían un despilfarro de fondos públicos en la aplicación de bonificaciones que no se traducen en creaciones de puestos de trabajo de calidad
    - En el plano positivo, la generalización de las ayudas a los desempleados de larga duración, medida que ya se está aplicando

    En breve, las siguientes partes.

    lunes, 16 de mayo de 2011

    CRÍTICA A LOS MOVIMIENTOS CIUDADANOS "ANTISISTEMA": UN FRAUDE SOCIAL ENCUBIERTO


    "DemocraciaRealYa","NoLesVotes","Indignate" y otros movimientos similares se están haciendo notar estos últimos días. El número de "sublevados" va -al parecer- en aumento pero el ejército que trata de emular el mayo del 68 sigue siendo tan escaso como el de una manifestación de la AVT liderada por Alcaraz y Mayor Oreja contra el gobierno socialista. Sin embargo algunos medios de comunicación y algunas plataformas antisistema -satélites de partidos políticos minoritarios- se han propuesto meternos por los ojos y hasta en la sopa un particular cuento de hadas que dibuja una sociedad levantada en armas (o en ciernes a ello) cada vez más indignada contra las injusticias sociales y económicas del sistema imperante (capitalismo). Nada más lejos de la realidad. Este tipo de movimientos están basados en premisas fundamentalmente demagógicas (os animo a conocerlas), enarboladas a partir de esa manía enfermiza por demonizar a la clase política en bloque, para culparla de todas las desgracias habidas y por haber, cuando en realidad si profundizamos un poco en las bases de estos movimientos el objetivo soterrado es protestar contra el bipartidismo imperante (que deciden los españoles mayoritariamente) para "rascar" algún "votico" para la urna, que la "camadería" tampoco vive del aire y necesita escaños, diputados y concejales como los demás, mismos pecados y mismos pecadores para pecar igual que el resto, por mucha moralina se nos quiera vender desde estos movimientos "apolíticos", tan políticos como los demás. En realidad se trata de derribar el voto útil como una estrategia electoral más, como cualquier otra. En realidad estos movimientos tratan de derribar la fe en la política (como por cierto suele hacer Falange o España 2000) para que los ciudadanos voten a nuevas opciones políticas (a ellos). En realidad quienes están encantados con estos planteamientos son los banqueros, los grandes poderes empresariales, y como no, el Partido Popular. En realidad, apoyados en la buena voluntad y en los buenos valores de mucha gente, estas plataformas solo buscan lo mismo que los demás: votos, cargos, poder. A mí no me engañan.

    Me sobrepasan algunas generalidades y algunas imbecilidades que cuenta el personal a cargo de tan "desinteresados movimientos": "los políticos cobran mucho" "los políticos nos han hundido" "la democracia está agotada", y otros "etc" que se pueden escuchar estos días por el altavoz en las manifas. Muchas de las argumentaciones defendidas por estos movimientos, lejos de plantear un reformismo sano y realista dentro del sistema, plantean un rupturismo infantil, utópico y facilón, expresado en una batería de razonamientos que bien podrían servir como una justificación del fascismo, la dictadura o el final del sistema democrático. Lo que más me fastidia es que mucha gente se está uniendo a esta protesta 2.0 (como ellos la llaman) desde la frustración o desesperación personal, como una manera de evadirse y volver a confiar en que las cosas cambiarán, pero no en el plano social para lograr una sociedad más justa y equitativa sino para salvar las habichuelas en el plano personal (recuperar un empleo, cobrar más sueldo, poder volver a tirar de tarjeta). No nos engañemos. Somos los españoles, como sociedad y país, los que hemos decidido nuestro modelo económico y los que sembramos en el pasado lo que queríamos hacer con nuestro futuro, el sistema económico y social que queríamos para seguir avanzando como sociedad. Los políticos son el mejor reflejo de nuestros excesos, son el mejor de los espejos donde mirarnos para aprender de nuestros errores colectivos. Las políticas llevadas a cabo también. Queríamos más neoliberalismo, más libertad económica, menos impuestos, nos individualizamos como los que más y nos pusimos las botas en eso de especular y destrozar el medio ambiente para vivir como reyes midas. De este fenómeno participaron obreros, sindicalistas, izquierdistas, de todos los palos, y al parecer encantados...hasta que se jodió el invento. Chuparon del bote casi tanto como esos a los que ahora demonizan, y que solo ejercían de mano ejecutora de sus deseos, como sus representantes. ¿Quién no recuerda el chascarrillo de "roban pero reparten migajas"? Solo algunos irreductibles resistieron, quizá por su sólida moral o quizá porque no tuvieron la posibilidad de meter la mano y enriquecerse como los demás. La cuestión es que a estas alturas no es la política la que carece de credibilidad sino la ciudadanía en su conjunto. El país del "¿con IVA o sin IVA?" va a dar lecciones...¿a quién?

    Yo propongo una manifestación efectiva contra los ciudadanos españoles en vez de contra la clase política española, pues ésta es un mero efecto, una mera consecuencia, un reflejo de la propia condición ciudadana, y no al revés. ¿Es la sociedad española, la que premia a los corruptos con mayorías absolutas, y la que se mueve a gusto y con gusto en la economía sumergida, la que va a pedir cuentas a los políticos? Que alguien me explique con qué catadura moral la sociedad puede exigir giros copernicanos a la clase política si a la hora de la verdad (cuando hay que hablar de verdad) metemos en la urna un votito para el Camps o Fabra de turno. ¿Por qué pasa ésto entonces? Bueno, porque la ciudadanía española ha perdido gran parte de sus valores, si es que alguna vez los tuvo. Si mañana llegara alguien y prometiera volver a los mismos excesos del pasado casi todos firmaríamos encantados. Dicen que nos pesa nuestro carácter latino, mediterráneo o ibérico, muy dado a la burlesca y al pillaje, al pelotazo y el negocio fácil, a la vida regalada, y por eso aquí sacamos en procesión a los corruptos, cuando en cualquier país nórdico o medianamente desarrollado (EEUU, Japón, Alemania) quien defrauda a hacienda, quien mete la mano en la caja, o quien miente a sabiendas, es irremediablemente apartado de la vida pública y sometido a escarnio. Aquí no, y por algo será. Esa es la medida que dan los ciudadanos españoles y por eso pido, por si alguien se anima, que nos manifestemos contra nosotros mismos. Los verdaderos culpables de tantos y tantos excesos. Cambiemos las reivindicaciones populistas del tipo "los políticos cobran mucho" por otros sloganes protesta como "alquilar es tirar el dinero", "me voy a comprar un coche mejor que el tuyo", "el alcalde roba pero trae riqueza para el pueblo" o "tengo que ver la manera de pagar menos impuestos a hacienda". Nos habremos acercado más a la realidad. Porque si cambian los políticos pero no cambia la sociedad, mal asunto. En definitiva, estos movimientos son un fraude y un engaño que nos sirve como autodefensa psicológica y poco más. Proyectamos en los políticos que lo que deberíamos proyectar sobre nosotros mismos.


    jueves, 5 de mayo de 2011

    EL CIS PRONOSTICA EL HUNDIMIENTO ELECTORAL DEL PSOE EL 22-M: ALGUNAS REFLEXIONES



    1. El CIS pronostica un mapa practicamente azul en España con el PP como fuerza mayoritaria en casi todas las comunidades autónomas. El PSOE se hunde en intención de voto en todas las regiones e incluso podría perder feudos históricos como Extremadura, Castilla La Mancha, y capitales como Sevilla o Barcelona. Ciertamente estos resultados pueden ser desoladores para los socialistas, pero también se pueden salvar los muebles, ya que muchas "plazas" estarán disputadas por un escaso margen de votos y no se decidirán hasta incluso pasadas algunas semanas tras las elecciones, debido a las posibles alianzas, circunstancia con la que los socialistas parten con cierta ventaja. Mientras tanto al PP no le vale con vencer, tiene que arrasar y convencer después de las expectativas que han trasladado las encuestas, que son un arma de doble filo. Pueden movilizar a tu rival y ponerte el listón tan alto que termines ahogándote en un vaso de agua.

    2. El Partido Popular mejora ampliamente en sus principales feudos (Madrid, Valencia, La Rioja, Murcia, etc) y el PSOE se hunde en los mismos como oposición. Los ciudadanos no responsabilizan de la crísis económica a las autonomías y castigan la marca electoral que gobierna el país. Solo la mala imagen de Zapatero tapa y oculta la mediocridad del líder de la oposición y la de muchos de los candidatos del PP, con gestiones muy deficientes en sus respectivas responsabilidades. No se entendería de otra manera que por ejemplo Camps o Valcárcel mejoren resultados gobernando dos comunidades en quiebra técnica y con cifras de paro alarmantes mientras se castiga a la oposición que predijo y combatió los excesos de la política del monocultivo del ladrillo. El control de los medios de comunicación explica en parte este hecho tan insólito, amén de errores de organización y coordinación en las fuerzas de oposición.

    3. En clave nacional, de confirmarse tales resultados, habría dos posibles consecuencias. La primera, la posibilidad de un adelanto electoral a otoño, resultante de la debacle del partido de gobierno en las elecciones y la posible beligerencia de las fuerzas nacionalistas, que sustentan al gobierno, en el escenario post electoral. La segunda, Rubalcaba y Chacón, miembros del gobierno, empezarían a no resultar candidatos solventes con aspiraciones a la victoria. Mejorarían los resultados pero sin posibilidad de gobernar. Cabe preguntarse si el castigo del electorado socialista se mantendría en una segunda elección visto el precedente de 1995, donde una debacle autonómica y municipal dejó paso a un escenario de empate técnico entre los dos partidos en las generales. Tenemos otros ejemplos en Europa donde es habitual castigar en elecciones municipales a los gobiernos centrales. Merkel, Sarkozy, Berlusconi, han perdido recientemente elecciones, con debacles históricas.

    4. El futuro de los socialistas se decide por lo tanto a los puntos.,Caer estrepitosamente como pronostica el CIS pasaría por buscar y relanzar a un candidato rupturista, renovador y alejado del "Zapaterismo". Salvar los muebles, mantener los gobiernos de Extremadura y Castilla La Mancha, daría posibilidades a Rubalcaba para la batalla con Rajoy. Los resultados de las autónomicas y municipales no son extrapolables a las generales pero generan una tendencia casi definitiva en la coyuntura de crísis actual. Son más temibles los resultados psicológicos y anímicos que los que dicten las cifras de votos. El partido puede salir derrotado psicológicamente o reforzado a pesar de la adversidad. Lado positivo: en campaña el PSOE no puede más que mejorar y el PP empeorar esta radiografía pre-electoral.

    5. El PSOE paga los efectos de la crísis económica pero también su pésima política de comunicación. Las reformas no se han explicado diligentemente. Hay una quiebra de confianza de un gobierno que aplica recetas necesarias pero que infunde una imagen de precariedad e improvisación que no transmite la solvencia y confianza necesarias. La gestión del gobierno central definitivamente pesará en la decisión de los electores más de lo que los socialistas desearían. Los socialistas deben hablar en clave autónomica y municipal pero no deben huir del cuerpo a cuerpo en temas nacionales porque serán los que decidan en gran medida estas elecciones. Por ejemplo: los ciudadanos utilizan un "frame" repetido por los populares y no resuelto por el PSOE: "nosotros creamos empleo y los socialistas lo destruyen, ya solucionamos una crísis en 1996, lo haremos otra vez". El PSOE debe combatirlo y diseñar un discurso de contrarréplica porque tendrá que enfrentarlo en todas las campañas.

    6. Con un país con casi 5 millones de parados y una economía estancada, el partido no ha sabido conjugar el ajuste fiscal comprometido con las instituciones europeas con una respuesta social al drama del desempleo. La razón, no traspasar ciertas líneas rojas que se ha marcado el partido en materia de educación, sanidad o cultura. El PSOE debería marcar algunas prioridades y entender que la situación económica en España es de emergencia nacional, citaré algunos ejemplos en sucesivos puntos. Y aunque tarde, siempre se está a tiempo de explicar qué se está haciendo, cómo y por qué. Los socialistas tienen 15 días para provocar una reacción en su electorado, hay cosas por hacer e intentar, y sobre todo no hay que rendirse a pesar de las encuestas. Por ejemplo no se ha explicado el peso y la responsabilidad de las comunidades en el desempleo, ni las competencias propias de las diferentes administraciones ni se han trasladado propuestas que interesen realmente a los ciudadanos en materia económica. Tenemos que volver a la senda reformista para ilusionar a nuestro electorado.

    7. Los ciudadanos de las comunidades autónomas donde los socialistas son oposición no entienden por qué apoyan las medidas de austeridad aplicadas por el gobierno central y sin embargo son beligerantes con los ajustes que nacen de los gobiernos autonómicos del PP. Hay que ajustar los discursos. Los ciudadanos entienden mejor algunos ajustes que otros, y son especialmente comprensivos si reciben una explicación de por qué son necesarios y en qué medida les benefician a medio plazo. Toca exigir responsabilidades pero también trasladar el mensaje de que los sacrificios son necesarios y además son la garantía de que nadie quede abandonado a su suerte en medio de la crísis. La diferencia debe ser clara: unos hacen los ajustes por convicción, otros para mantener la cohesión social. Los socialistas ahorran para repartir y ayudar a los que necesitan ayuda de los poderes públicos, los populares como una estrategia centrada en la justificación de la privatización y el negocio con los servicios públicos.

    8. Los socialistas deben dar una respuesta social al drama del paro. Actualmente, y posiblemente en los próximos años no será posible crear empleo neto por lo que millones de españoles quedarán expuestos a situaciones de precariedad y dificultades vitales varias. Es posible, por ejemplo, articular una batería de medidas como mantener y multiplicar la ayuda de 400 euros a los desempleados que agoten su prestación, al menos hasta que la economía sea capaz de crear empleo neto. Si la cobertura por desempleo es del 75% hay que llegar más allá, y ahí las comunidades autónomas tienen mucho que decir. Se debe plantear una solución social a las ejecuciones hipotecarias que dejan en la calle a miles de personas, sin poner en peligro la viabilidad de nuestro sistema financiero. Dichos esfuerzos deben conjugarse con ajustes adicionales en partidas "intocables" como la educación y la sanidad. Estamos en un estado de emergencia, los ciudadanos lo entenderán perfectamente.

    9. El país está pidiendo un cambio, un revulsivo, de partido o de líder. Millones de ciudadanos tienen problemas de subsistencia económica, de desempleo, de endeudamiento, y además incertidumbres con el futuro. Los socialistas no están respondiendo de momento a esas necesidades en pre-campaña pero pueden hacerlo todavía. Los ciudadanos cuando les falta el pan no se interesan por la transparencia, la corrupción, si en las aulas hay 30 alumnos o si las listas de espera son mayores o menores, si hay suficiente política cultural o si el medio ambiente está en peligro: solo piensan en trabajar, en ganar dinero, en vivir una vida digna, en salir del agujero. Hay que hablar de lo que interesa a la gente. El PSOE debe diseñar una estrategia económica y social para combatir estas necesidades ciudadanas, extendiendo la red de protección social y ajustando gastos si fuera preciso para que no se dispare el déficit. Insisto, en Alemania 4 millones de personas reciben una prestación pública de 400-500 euros a cambio de 15 horas de trabajo mensual en tareas de colectividad. Debemos asumir que nuestra tasa de paro estructural ronda el 15%, y la época del ladrillo intensivo no volverá. El escenario es "qué hacer con 2-3 millones de ciudadanos" que no volverán a encontrar empleo en mucho tiempo.

    10. La crísis nos ha demostrado que no existen líneas rojas ideológicas. Los conservadores tuvieron que asumir el keynesianismo durante dos años, incluyendo rescates públicos, aumento del gasto social y nacionalizaciones varias. Los progresistas tuvieron que aceptar posteriormente la ortodoxia en la lucha contra el déficit generado por dichos planes de estímulo. Se necesitan ideas nuevas, propuestas sociales austeras y sostenibles. Y sobre todo, hay que explicar con crudeza la realidad. Los ciudadanos necesitan un líder en quién confiar y que el Estado del Bienestar no se convierta en una palabra vacía como las famosas "reformas estructurales". Hay tiempo. Hay margen. Buenos candidatos. Se puede mejorar. Si el PSOE resiste y el PP no alcanza sus objetivos, el testigo y el problema cambiará de acera. Que el PP no cante victoria. El resultado estará reñido porque del hundimiento a la derrota digna no hay una distancia insalvable. No se debe caer en el derrotismo ni menos aun empezar con luchas internas que no llevan a ningún sitio. Porque hay partido. Hay que dar la batalla aunque sea jugando al estilo "Mourinho". Ya vendrán tiempos mejores para jugar como el Barça de Guardiola.