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    martes, 13 de diciembre de 2011

    PSRM: EMPEZAR DE CERO O DESAPARECER



    Esta vez no valdrán medias tintas. Esta vez no servirán acuerdos o pactos de última hora. Tampoco los retoques estéticos en la correspondiente mesa de camilla o el "aquí paz y luego gloria" para que nada cambie sustancialmente. No bastará con un candidato de consenso, pactado por las familias del partido. No será suficiente con modificar superficialmente un programa electoral de mínimos. Esta vez no será suficiente el típico cambio de chapa y pintura en el próximo Congreso Extraordinario del PSRM: hay que cambiar el motor del partido sin mayor dilación; y la chapa y la pintura después, también, y sin perder un segundo de reloj. Los tiempos de las pequeñeces, de los apaños, de la política "en petit comité" han pasado. Los jueguecitos de poder entre barones, agrupaciones y familias también. Porque el PSRM-PSOE se juega su porvenir, su propia existencia: ¿empezar de cero o desaparecer definitivamente? Esa es la pregunta crucial que tendrá respuesta en muy pocos meses. Esto quiere decir que en pocos meses podremos aventurar si el PSRM tiene recorrido o ha llegado al final de su camino.

    Suena la campana del destino, la que nos convoca a la última reunión para decidir si somos o si dejamos de ser. La militancia se teme lo peor dados los antecendentes. Pero si la ejecutiva socialista y los grandes líderes del partido no entienden que esta vez con los gestos y las buenas intenciones de siempre el partido no se salvará de la autodestrucción, entonces entraremos irremediablemente en un gravísimo punto de no retorno, donde el PSRM quedará para los anales de la historia como un partido residual y marginal que tristemente terminará desapareciendo, sumido en el olvido más absoluto para los murcianos. Esta organización, esta vez sí, está en ese punto de inflexión definitivo que anticipa como nunca su propia supervivencia o su propia desaparición. Lo sé. Se ha advertido muchas veces (como el cuento "que viene el lobo") pero esta vez es definitiva, es la hora de la verdad. Por lo tanto sería bastante desolador que los líderes del partido encararan este Congreso Extraordinario como todos los anteriores: vendiéndonos en un primer momento buenas intenciones y grandes cambios, y terminando como siempre, repartiéndose el pastel entre los mismos y cambiándose si acaso de silla. No, esta vez no porque ya no quedará tiempo, ni otra oportunidad, ni paciencia, señores dirigentes del PSRM-PSOE. La militancia y los simpatizantes no volverán a perdonar que se repita el macabro juego de los últimos 20 años.

    Hay un diagnóstico claro, compartido por una mayoría aplastante. El PSRM necesita resetearse, empezar de cero. Se ha dicho y prometido tantas veces que cansa volver a repetirlo, pero estamos ante el momento más crucial de la historia de esta organización: entre "el punto y aparte" y "el punto final". La estructura caduca del partido sin embargo parece no entender esta encrucijada, y se defiende, pensando que está en juego solo su supervivencia y no la de toda la organización. Los cantos de sirena de los que advierten a las primeras de cambio de fricciones y riesgos de ruptura para a continuación recomendarnos un "cambio tranquilo" no saben que se está jugando el devenir de las siglas que representan. Aquellos que defienden que "tampoco hay que cambiarlo todo", lo que soterradamente nos están diciendo es "que no se van", que "no podemos prescindir de ellos" o "de sus padrinos", en cristiano, que quieren seguir mandando, dirigiendo. El partido les importa, en el fondo, un bledo. Por eso no hay cambio tranquilo posible si persisten con esa actitud esa decena de dirigentes que todos conocemos. Ya no queda una gota de paciencia y esa historia del cambio tranquilo no la compran los militantes y los simpatizantes del PSRM, ya no. Eso nos hace dudar si es deseable un cambio ordenado porque claro está, los cambios ordenados en los congresos anteriores sabemos cómo terminaron, en ningún cambio. La catarsis debe producirse por lo tanto sin dilación y debe ser explosiva, radical. Como un cáncer que es extirpado sin miramientos. ¿Quién manejará el bisturí? Es la hora de darle voz los militantes. Y de escuchar a los simpatizantes. No hay más remedio que ese.

    Habrá quien dirá que estamos en una organización democrática y que se puede hablar y debatir de todo a través de los cauces establecidos. ¡Hablad en las agrupaciones o callad! Algunos se sienten muy cómodos y muy protegidos en las agrupaciones; mientras que otros -la mayoría- ni aparecen porque se encuentran incómodos y desprotegidos, todo lo contrario. Las agrupaciones son el cáncer de esta organización. Dejaron hace mucho tiempo de ser un cauce democrático y verdaderamente libre por la presión que ejercen sus secretarios generales y los intereses creados alrededor de ellos. Dejaron de ser un hogar cálido para los socialistas con carnet y sin carnet. Se han convertido en pequeños cotos feudales, con algunas excepciones, que las hay. Demasiadas agrupaciones, demasiados intereses creados, demasiados reinos dentro del reino. También trendrán que renovarse o morir porque al ciudadano ya no le basta con oir el "tenemos las puertas abiertas" o "pase que le escuchamos". No basta porque los que se acercan ven que esas agrupaciones son los tentáculos del poder de cada familia, barón o cacique de turno, y que al final se trata de mantener un "statu quo" de contrapoderes donde hay empujones por ver quien pesa más o menos, donde se medran rencores pasados, presentes y futuros, ya sea porque la agrupación se siente maltratada al no estar representada con la justicia que merece en algún órgano de dirección o porque no lo pueda estar en el futuro. Si no teníamos bastante con cuatro familias en el partido, tenemos decenas de pequeñas familias, que se miran de reojo las unas a las otras, sin nexo de unión, como forma de organización.

    Luego viene el debate del líder y el de las ideas. ¿Qué esperan los murcianos de nosotros? Una disculpa pública para empezar. Seguida de una reprobación pública -constricción- de nuestros errores en los últimos 20 años. Después, y solo después, el reconocimiento y puesta en valor de nuestros aciertos históricos. Los ciudadanos deben conocer que muchos de los logros sociales que disfrutan nacieron en el PSRM. ¿Y qué más? Sobre todo y ante todo esperan de nosotros la demostración palpable e irrefutable -con hechos- de que hemos tomado nota. Ésta es la parte difícil y radical del asunto, claro. No serían creíbles, ni las disculpas, ni la constricción de nuestros errores, ni el reconocimiento de nuestros valores, si no cambiamos radicalmente de líderes y de gestores. Radicalmente significa radicalmente. No debe quedar en primera línea ni uno de los líderes de los últimos 20 años. Y ni uno es, ni uno: cero. La excusa de que no podemos desaprovechar la experiencia y el conocimiento de muchos de los líderes que han estado en primera línea es simplemente eso, una burda excusa: que se cree un órgano externo consultivo-asesor que los aglutine, y punto. Porque asesorar no es dirigir ni pilotar, y seguramente esos políticos experimentados sean grandes asesores pero han demostrado sobradamente ser dirigentes y pilotos más que mediocres, dañinos para el partido. Cambio radical en el fondo pero también en las formas. Un líder nuevo y un equipo a su alrededor nuevo, radicalmente nuevos. Una ejecutiva nueva y un grupo de asesores nuevo, radicalmente nuevos. Una forma de presentarnos a la sociedad radicalmente nueva. Que ningún murciano pueda decir "son los mismos" o "este está otra vez ahí".

    La situación es crítica y preocupante. Sé que muchos han escrito largo y tendido sobre qué hacer. Después de cada derrota electoral solemos llenar la prensa y los blogs de artículos dando nuestras opiniones, y nuestros remedios. Seguramente seamos injustos en nuestras apreciaciones, pero estamos en un país donde hay 46 millones de seleccionadores de fútbol, y con la política no iba a ser menos. Me parece bien aportar, aunque sea fuera de las agrupaciones, y aunque no se sea militante, toda opinión es bienvenida, aunque "ojito". En muchos casos esas opiniones son un desahogo sincero, se nota que duele la derrota, que se sienten los colores hasta el fondo de las siglas: se escribe con ganas de aportar algo, de ser útil, de participar sin otro interés que ese, participar. En otros casos se advierte un claro afán de notoriedad, una promoción personal aprovechando la convulsión del partido. Habrá que llevar cuidado para diferenciar a los unos de los otros porque hay quien ve en la debilidad interna la oportunidad de emerger o resurgir. Una cosa debe quedar clara para no engañarnos. No hay mesías, ni ideas mágicas, ni milagros. Hay trabajo que hacer, el que se debería haber hecho hace muchos años, el que no se ha hecho por confiar demasiado en nuestro propio desempeño, que está claramente quebrado, viciado, equivocado. No es que fallen las ideas, es que fallan "los pensadores".

    Alfonso Guerra dijo en los inicios de la época dorada del socialismo español: "A este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió". Yo os digo que "al PSRM después del Congreso no lo debe conocer ni la madre que lo parió". Os doy una pista nítida del éxito o del fracaso del resultado de ese congreso. Si en la calle la gente se pregunta "¿quién es ese?" es que hemos acertado con el líder. Si en la calle la gente exclama "ya era hora" es que hemos acertado con el mensaje y con lo que los murcianos esperan de nosotros. Si las preguntas y las respuestas en la calle son otras, las de siempre, atención porque los ciudadanos tienen escogido su resguardo, una nueva novia/novio a la que abrazarse: UPyD. Sí amigos y amigas, si el PSRM que salga del Congreso "lo conoce hasta la madre que nos parió a todos", mal asunto, será su fín como fuerza influyente en esta región y el relevo lo tomarán los chicos y chicas color magenta. Ya están ahí, cerquita, llamando a la puerta. En los municipios surgirán nuevas escisiones, como en Librilla, por cierto, con notable éxito. No tardarán esas escisiones en proyectar un partido regional que aglutine los enormes graneros de descontento que se van a generar, y que nacerán en nosotros (si nos volvemos a equivocar), y en la inevitable debacle que sufrirá el Partido Popular. Estamos pues en el temido "todo o nada". El "ser o no ser". El "ahora o nunca". Esta vez sí.

    Queridos amigos y amigas. La comunidad autónoma está a un paso de la suspensión de pagos. Os lo diré más claro, la CARM está peor que el PSRM, aún peor, que ya es decir, y eso es un drama enorme. Es cuestión de tiempo que la situación económica alcance un nivel insoportable que va a erosionar a velocidad de vértigo al Partido Popular en España y a Valcárcel en la región de Murcia. La austeridad forzosa y la incompetencia del gobierno regional nos llevan a un camino de difícil retorno, que dejará estancada a nuestra comunidad autónoma aún cuando el país consiga levantar el vuelo. La situación es mucho peor de lo que nos cuentan y hasta los empresarios más afines claman en privado contra la inoperancia del consejo de gobierno regional. La región está rota, su tejido productivo, su turismo, su agricultura, su comercio. Tan grave es la situación que Valcárcel partirá en el próximo tren europeo, dejando atrás no solo una región desmoronada en sus excesos, sino un partido roto y dividido por las luchas internas que me consta, ya se están produciendo. La oposición tendrá entonces un papel crucial. La gente mirará, buscará un líder, una esperanza, una solución. ¿Estará allí el PSRM, visible, esta vez, para todos los ciudadanos?

    Os diré cual es mi percepción. No soy optimista. Conozco algunos movimientos que no me gustan, los de siempre, nada que no sepáis o intuyáis. Los barones se resisten a perder su poder e influencia, organizan sus jugadas maestras, mueven sus peones, y contaminan a buenos candidatos, que algunos hay, promocionándolos y dirigiéndolos sibilinamente a su antojo. Conspiran en cafeterías aunque nos venden que son reuniones para hablar de fútbol, toros y otros asuntos mundanales. La ejecutiva actual no es de fiar, no porque la formen malas personas, todo lo contrario, sino porque nadie confía en ella, y esto crea tirantez y rencor en los más aperturistas, que temen de nuevo el rodillo de su influencia. Los militantes en paralelo y a la desesperada, y todavía con escasa organización, se reunen para ver qué se puede hacer. Temen, como yo, como muchos, moviéndose con mayor o menor acierto, que este sea el final para el PSRM. Pero habrá que dar un paso más. Yo miraría más allá de la militancia. Habrá que preguntar a los simpatizantes sin carnet. Ellos llevan en sus ojos la pena de su propia intuición, esa intuición que les dice que el PSRM no tiene remedio. ¿No es triste esto, lo suficientemente conmovedor para que ese mensaje desesperado llegue a quien tiene que llegar?

    Quiero hacer un llamamiento a Princesa. A todas las viejas glorias del partido. Al grupo parlamentario. A los grandes secretarios generales de las innumerables agrupaciones de esta organización. A quienes buscan solo su interés personal, o el de los suyos, y tambien a quienes no lo buscan pero están marchitos a los ojos de los ciudadanos. Me dirijo incluso a aquellos que aun con el peso de los años y de largas trayectorias se encuentran con fuerzas para recoger el testigo. A todos os digo: por favor, dejadlo ya. Dejad en paz a este partido si de verdad lo queréis. Iros ya a vuestras casas, a vuestros negocios, a vuestros puestos de trabajo, ya habéis habitado esta casa bastante. No sois imprescindibles, no sois el partido, el partido es mucho más que vosotros y mucho más que vuestros egos. Confiad en los jóvenes, en los menos jóvenes, en los renovadores, en los que buscan un cambio valiente aunque sea casi utópico en el partido. Si se equivocan en los inicios, ¿acaso no os habéis equivocado vosotros durante 20 años, con toda vuestra experiencia, conocimiento y galones? Tenéis que iros. Ya. Y cuando os hayáis ido, seguro que os volverán a llamar. Porque los nuevos que llegarán a llenar el hueco que dejáis necesitarán vuestra experiencia. Porque en la profundidad de vuestros vicios adquiridos, hay grandes valores, buenas ideas, y mejores consejos. Desde la distancia es donde podéis ayudar, como un padre que deja a su hijo salir fuera de los límites de su protección. El partido tiene que crecer desde abajo. Pero para eso tenéis que abrir la mano, tenéis que estar fuera. Porque si no, ¿sabéis que va a pasar? De nuevo las guerras internas. Y una escisión en el horizonte que dará paso a la desaparición del partido, y con el del partido, también la vuestra. A veces llego a pensar que esto incluso lo deseáis antes que ver un partido que crece sin vuestra mano.

    Nadie está por encima del partido. Nadie es imprescindible en el partido. Nadie es el salvador del partido. El partido es de sus militantes, de sus simpatizantes y de sus votantes. Ellos no llenan las agrupaciones porque no confían en vosotros, les habéis fallado. Pero hablan en las urnas, y esa voz es inapelable. Hablan desde la lejanía, donde pueden, como pueden y como saben, pero es imposible no oirles, no prestarles atención. Dad un paso atrás. Mejor dos, o tres, no sea que volváis a tener la tentación de avanzar. Gracias pero vuestro tiempo pasó. Tened un gesto de dignidad, de amor por vuestro partido. Dimitid de los cargos no institucionales. Para empezar, la ejecutiva debe dimitir en pleno. Este partido necesita un cambio radical o desaparecerá. Y para anclar con fuerza esas ansias de cambio nada como un gesto de dignidad para devolvernos la confianza y la autoestima, para hacernos creer que esta vez el cambio será posible, de verdad, que no lo tutelaréis, que no lo bloquearéis, que no saldremos otra vez decepcionados con nosotros mismos. Apartaos, de una vez, y que una gestora pilote el Congreso. Se lo debéis a los militantes, a los votantes que aun en el peor momento han ido a las urnas a echar la papeleta con el puño y la rosa, con vuestro nombre. Aun con pinzas en la nariz lo han hecho por las ideas que representáis, no por vosotros. De vosotros ya solo esperan eso, un gesto de dignidad, que os apartéis. Solo saliendo lo viejo entrará lo nuevo. Porque necesitamos empezar de cero. Ya.

    PD: Ésta es una opinión personal, la de un simple simpatizante socialista, que siente los colores, que los ama, que sufre cuando ve como se pisotean esas siglas (P.S.R.M) y que quiere lo mejor para su región. Y lo mejor para mi región es un gobierno socialista. Quiero pedir disculpas a quien se pueda sentir ofendido por mis palabras. Asumo que algunas generalizaciones pueden ser injustas. Pero estamos en un punto en el que más vale pasarse que no llegar. Nos la estamos jugando de verdad.

    Un abrazo socialista.

    viernes, 2 de diciembre de 2011

    LA ALCALDESA DE TOTANA (PP)



    Sin palabras.