
¿LOS CIUDADANOS APRECIAN EL GASTO SOCIAL?
Me pregunto si los ciudadanos más humildes de este país aprecian y reconocen el esfuerzo de los gobiernos socialistas por incrementar el gasto social. Si al fin y al cabo, ven en este discurso como un acto de justicia social y redistributiva o como una milonga que no les interesa y que les suena a chino, a propaganda barata, a eslogan tontorrón. Si me tengo que basar en mis conversaciones, anécdotas y apreciaciones, la respuesta es evidente: a la gente, incluso a la más humilde, el gasto social como concepto ni le va ni le viene, es como hablarles en chino. Tenemos, y esto es evidente, una sociedad que no aprecia, y a veces desprecia, el Estado del Bienestar como concepto y realidad. Hemos interiorizado tanto nuestros derechos que hemos olvidado que los mismos se sustentan en unas decisiones políticas concretas que se financian y materializan en presupuestos vía recaudación fiscal. En resumen, exigimos nuestros derechos pero cada vez son más los ciudadanos que se resisten a financiarlos. Ese ha sido el éxito de la derecha, se ha apropiado de los logros sociales de la izquierda cuando hasta hace bien poco, los combatían.
Esta es la verdadera batalla de la izquierda y la explicación de su derrumbe en toda europa. No hemos sabido poner en valor las ventajas del Estado del Bienestar. No hemos dibujado a los ciudadanos cómo sería nuestra sociedad sin un sector público potente, el mismo que te recoge la basura para que tu barrio no sea un estércolero o el que permite que tus hijos tengan una educación o una sanidad gratuitas por derecho. Los valores del neoliberalismo, el crecimiento por encima de todo, la aspiración a una riqueza que te permita pagar servicios privados, el "nuevo-riquismo", han ganado definitivamente la batalla ante la pasividad de una izquierda que no ha sabido contrarrestar con efectividad los mensajes conservadores. Y todo nace por no poner en valor lo que tenemos, un Estado del Bienestar que es admirado en todo el mundo. ¿Ha dado la talla la izquierda española y europea en este sentido? A la vista de los resultados electorales, parece que no hay discusión. A la vista de la multitud de obreros y trabajadores de origen humilde que besan las tésis del liberalismo económico más neocon, la conclusión es muy preocupante.
Tenemos una sociedad "neoconizada". Uno llega a preguntarse si sirve de algo la buena voluntad del gobierno socialista por aumentar los derechos sociales y las coberturas correspondientes. Si las personas que reciben 2500 euros por el nacimiento de un hijo realmente valoran la medida o la ven como un cheque-voto. Yo he visto a gente despreciar el dinero de una beca o mofarse de las ayudas al alquiler. Desde luego utilizan dichas ayudas, pero no las valoran. ¿Cómo vencer dicha evolución social y cómo volver a poner en valor los beneficios del Estado del Bienestar? Esa es la pregunta clave. En este blog he repetido hasta la saciedad la que considero que es la fórmula magistral: hablar del Estado del Bienestar en término de beneficios/ahorros directos en el ciudadano. Es la única forma de volver a enganchar a nuestros potenciales votantes, aquellos que partiendo de una simpatía ideológica fueron arrastrados por las promesas de dinero fácil y para todos.
Tenemos que darle la vuelta a nuestro discurso y bajar al nivel de entendimiento de los ciudadanos: los euros. Sí, tenemos que hablar y hacer pedagogía sobre los servicios públicos o las ayudas sociales desde la vertiente puramente económica y doméstica. "¿Qué gano, qué pierdo, qué me ahorro?". Es la respuesta a la pregunta universal "¿qué hay de lo mío?". Esta es la terminología que sistemáticamente ha despreciado la izquierda, hablar de euros, de money money, de ahorro, de dinerito fresco en el bolsillo. No han entendido las izquierdas que el poder del dinero todo lo puede, seas de clase media, baja o alta, esto es así y no hay distinción. Todos esperamos del gobierno mejoras en la calidad de vida, y la mayoría, espera que eso se traduzca en un alivio para el bolsillo. Es por esto que la derecha económica y social gana la partida: rebajas de impuestos, aumento de deducciones por compra, etc. La izquierda se dedica a hablar de gasto social, ¿y qué demonios es el gasto social si no tengo empleo y no llego a final de mes? Gasto social termina siendo uno de esos términos manoseados por los políticos, como "reformas estructurales". La izquierda debe modular el discurso.
Lo he dicho en más de una ocasión y a riesgo de repetirme, insisto. Alguien debería dibujar, con cifras y argumentos válidos, cómo sería nuestra calidad de vida sin esas ayudas sociales y derechos laborales. Quizá así los ciudadanos empiecen a poner en valor lo que significa el Estado del Bienestar. Porque solo lo harán cuando se les diga claramente lo que ganan y ahorran con su mantenimiento y fortalecimiento. Podríamos dirigirnos a los ciudadanos y decirles que sin una sanidad como la española tendrían que pagar un seguro privado que puede rondar los 700 euros al año por persona. O que un año de escolarización de sus hijos, puede ahorrarles 3000 euros al mes, que es lo que cuesta una enseñanza privada. Que sin impuestos, cuando quiebre un negocio o alguien se quede en un paro, se quedaría en la más abosluta miseria sin derecho a protección. Y así con todo. En resumen el Estado del Bienestar es el garante de la redistribución de riqueza que discurre desde las rentas más altas hacia las rentas más humildes. En realidad "los más pudientes" están soportándo la mayor carga impsoitiva para que "los más pobres" no tengan que pagar nada por recibir servicios públicos de calidad que sin el apoyo del Estado no recibirían. Ese es un concepto muy populista y por lo tanto, interesante para utilizar.
Si empezamos a vender mejor nuestro producto, seremos convincentes. Cuando tengamos que luchar por una red de guarderías en nuestras ciudades, tendremos que venderlo como un ahorro mensual por familia de 300 euros: 300 euros que usted se ahorra con guarderías municipales, los 300 que usted paga por hijo para una guardería privada. Porque es posible vender el Estado del Bienestar y es posible ponerlo en valor. Es posible volver al debate ideológico de que las rebajas de impuestos indiscriminadas adelgazan el Estado del Bienestar que mantiene protegidos a una mayoría de ciudadanos. Es posible volver a convencer si tocamos el bolsillo de los ciudadanos. Si les explicamos cómo serían sus vidas sin becas, ayudas y prestaciones, y cómo puede ser (todavía mejor) si avanzamos por ese camino. Se puede conseguir si jugamos con inteligencia para movilizar a nuestra base social. La izquierda debe renacer para resultar convicente y recuperar la confianza de una mayoría de ciudadanos.
PD: Flaco favor, entonces, hace el vaivén del gobierno Zapatero con los impuestos y la política de comunicación. Así vamos directos a la derrota.