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    jueves, 9 de diciembre de 2010

    ¿LA IZQUIERDA ESPAÑOLA HA DECIDIDO YA QUE EL PP VUELVA AL PODER EN 2012? SERVIDOR SE TOMA UN MERECIDO DESCANSO: ¡HASTA PRONTO!


    Después de algunos artículos en los que he compartido mi opinión con vosotros, creo que ha llegado el momento de darme otro merecido descanso. No tengo mucho más que aportar a lo ya dicho. La derecha española pero sobre todo la izquierda de este país ha decidido que el PP vuelva al poder. Los argumentos no parecen hacer entrar en razón a esa masa social desencantada que no entiende lo que está haciendo el gobierno socialista aplicando recortes y reformas antipáticas en nuestra economía. Queda claro que, el PSOE con Zapatero como presidente salvará al país de la quiebra financiera y la suspensión de pagos, como también es evidente que por esa misma razón perderá pavorosamente las elecciones. Ya no queda nadie, ni en la blogosfera, ni en la prensa, ni en la radio, que entienda y apoye las medidas del gobierno. Ni un ápice de empatía. Lees en los foros progresistas, en los blogs, en las webs, y te das cuenta de que se ha instalado una postura crítica radical contra Zapatero. Me siento solo en la batalla, me siento como un bicho raro, y realmente me afecta, porque yo lo veo muy claro y no logro que nadie lo entienda. Las personas de izquierdas, en su mayoría, no entienden lo que está pasando. Creen que tenemos alternativas y que en esta situación de quiebra técnica tenemos las manos libres para tomar decisiones a nuestro antojo, al margen de las instituciones europeas y mundiales. Están equivocados y por eso venden recetas antisistema, no aplicables en esta coyuntura. Interesantes pero irrealizables.

    No merece la pena gastar una línea más en este sentido porque todo parece más que decidido. Ya he dicho todo lo que tenía que decir, hasta que vuelva a tener que decir algo. o me apetezca batallar contra los "míos", cosa que nunca me ha hecho demasiada gracia. La derecha volverá al poder, si el gobierno no lo remedia con una campaña explicativa bestial, y la economía, se recupera a tiempo. Solo ambos factores, sumados, y poco probables, evitarían el desplome del PSOE, y la mayoría absoluta del PP. Luchar contra la derecha fáctica es de lo más divertido. Hacerlo contra tus propios compañeros y conocidos, no lo es. Ellos han decidido que mejor el PP (copia original) que el PSOE, y que "son lo mismo", volvemos a viejos tiempos, a la época de las pinzas contra los socialistas. Los que piensan como yo, que también son muchos, están callados, y parece que avergonzados. En meses no he leído ningún empujón a Zapatero. No dan la cara. Parece que la gente piensa que han comprado a nuestro presidente, o que lo han abducido, y por eso aplica recortes. Traidor, vendido, amigo de la banca, y un largo etc, como mínimo. Nadie piensa que si adopta ciertas medidas es porque no tiene margen de maniobra ni alternativa. Que se ponga en duda su sensibilidad social ya me parece el colmo. Que se diga que el PSOE es igual al PP, algo que no estoy dispuesto a digerir. Paso.

    No seré yo el único que se queme defendiendo a este gobierno, cuando ni sus propios miembros y dirigentes en el partido lo hacen con la mínima convicción. Perderemos en 2012 , antes en 2011 y conoceremos los verdaderos ajustes del PP, que vendrán con una época de crecimiento económico (una vez hechas las reformas impopulares) que venderán como suyo. Al menos 8 años de gobierno del PP nos esperan. Será divertido para algunos y triste para otros. Pero este blog ya ha dicho todo lo que tenía que decir, hasta que tenga que volver a decir algo más. No merece la pena con tanta gente radicalizada a un lado y al otro de la trinchera. La gente ya no escucha ni atiende a razones. El ambiente está muy cargado y hay demasiada hipocresía. Pronto nos acordaremos de Zapatero, como pocos meses tardamos en acordarnos de Gónzalez en 1996. Pero mejor el PP en el gobierno que el país en suspensión de pagos. Eso me consuela al menos.

    Un descanso me vendrá bien para observar cómo todo se cae y cómo nadie ha querido defender el castillo y el proyecto progresista que encarna el PSOE. Buena suerte. Nos vemos espero que pronto. Yo ya he dicho todo lo que tenía que decir y me tomo un descanso. Si queda alguien, valiente y capaz, que levante la voz. Que alguien de la cara por este proyecto y por gente como Rubalcaba, Chacón, Jimenez, Zerolo, Tomás Gómez, y tantos y tantos "traidores". Yo ya me he cansado. Zapatero eres, con tus aciertos y tus errores, el presidente más honrado y honesto que he conocido. Te has inmolado con tal de que España no caiga en manos del rescate financiero. Gracias presidente. Ahora a esperar que la crísis pase y veamos a Rajoy saltando en el balcón de Génova. "Hemos ganado las elecciones" dirán. Les habrá tocado el gordo, una vez más. Con nuestra estimable colaboración.

    Me despido con un fragmento de un texto curiosamente de uno de los más destacados miembros del colectivo ATTAC, Pedro Montes, en su artículo "Reforma o ruptura: no hay salida progresista a la crísis". Resume muy bien los planteamientos que estos últimos días he tratado de trasladaros, que tantas críticas han desatado, que esa izquierda irreal no es capaz de comprender y que terminarán fracturando sin vuelta atrás a las fuerzas progresistas, políticas y sociales, de este país.

    "Surge muchas veces una competición entre la fuerzas de la izquierda por radicalizar sus propuestas para salir de la crisis, al punto que se pierde de vista que las batallas políticas no se ganan sobre el papel sino sobre la realidad social. Una guerra virtual programática es ridícula cuando los objetivos que se proponen son inalcanzables y se olvidan las palancas para ejercer la fuerza que los hagan posibles. Cabe entender el radicalismo como un aspecto necesario de la propaganda e, incluso, de la agitación para expresar el proyecto social que cada fuerza política tiene y la distingue de los demás, pero hay que evitar utilizar los programas como armas arrojadizas para dividir artificialmente la izquierda cuando tanto terreno ideológico y material nos ha sido arrebatado por la derecha. Unas pinceladas sobre la revolución, el socialismo, el socialismo libertario,… bastan para entender el ideario de las fuerzas políticas pero no conviene construir la sociedad del futuro con un radicalismo verbal inútil, surgido de la impaciencia y con base en la imaginación.

    Sobre la realidad económica

    Y, en efecto, no acaban aquí los problemas relacionados con la salida progresista a la crisis. Es preciso comprender la realidad económica de nuestro país, inserto en la globalización capitalista, abierto de par en par, sin frontera alguna protectora y con un Estado sin resortes ni instrumentos para imponer una política económica propia, tras las importantes cesiones de soberanía que tuvieron lugar con la integración en el euro. Hay que destacar su debilidad competitiva por factores históricos y recientes. Los problemas acumulados -endeudamiento de todos los agentes económicos y déficit público descontrolado-; el contexto en que ha de resolverse la crisis -una crisis financiera internacional no resuelta y pendiente de nuevas sacudidas, una Europa desgarrada, una moneda única insostenible por los desequilibrios que ha causado-; las presiones existentes -de los mercados financieros, las instituciones internacionales y los gobiernos ajenos preocupados por la inestabilidad que se puede transmitir y los agujeros financieros que puede originar un país como el nuestro, relevante por su dimensión a escala europea-; un sistema crediticio en convulsión y con problemas de solvencia y liquidez casi irresolubles; una economía que ha sufrido un estallido inmobiliario. En fin, un caso claro de siniestro total.

    Este conjunto de hechos condiciona de tal modo y restringe de manera tan acusada las posibilidades de afrontar la crisis que ésta ha dejado de ser una cuestión interna, aséptica y pura de lucha de clases en nuestra sociedad para convertirse en un verdadero atolladero de carácter histórico.

    Hay que reconocer que la creación de situaciones como ésta, inmanejables y con contradicciones graves cualquiera que sea la opción que se adopte, es una de las victorias del neoliberalismo: haber maniatado a los países, dejándoles inermes y conduciéndoles a un callejón sin salida, donde la alternativa en apariencia menos traumática y más lógica es seguir aplicando el dogmatismo neoliberal. Eso sí, en dosis crecientes. Se ha creado un orden, desorden queremos decir, en el que muchas veces la lucha deja de tener sentido porque las mejoras que puedan conseguirse llevan aparejados efectos tan contraproducente que las hacen discutibles. Las mejoras salariales implican pérdidas de competitividad que, en economías sin protección alguna, implican pérdidas de empleo. Mejoras de los gastos sociales aumentan el déficit público, lo que ocasiona desconfianza de los mercados y elevaciones de los tipos de interés a satisfacer con perjuicios de todo tipo. Avance fiscales progresistas inducen a salidas de capitales que estremecen a las instituciones crediticias y los Gobiernos. Los ejemplos pueden extenderse, al punto de que realmente estamos en un “impasse”, que aprovecha a fondo la derecha.

    El necesario afirmar, y está en la conclusión que pretendo destacar, que, en la actualidad y con los problemas vigentes, en el marco de la globalización neoliberal y en el contexto de la unión monetaria, no hay salida progresista a la crisis. El giro emprendido por el Gobierno Zapatero no se debe a su perversidad, sino a la imposibilidad de preservar el estado de bienestar existente en el marco y las condiciones actuales."

    Si no empezamos a asumir la verdadera situación y nos equivocamos de enemigo, muy pronto, la segunda parte de este video:



    Hasta pronto, me tomo un merecido descanso. Toca reflexionar. Volveré cuando me reponga.

    ¡Un abrazo!

    miércoles, 8 de diciembre de 2010

    LA DEMAGOGIA DE LAS PROPUESTAS DE ATTAC, LA NUEVA POLICÍA DEL PROGRESISMO ESPAÑOL


    Un grupo de intelectuales de izquierdas, asociados en ATTAC y con el profesor Viçent Navarro a la cabeza vienen presentando a la sociedad a través de su página web alternativas progresistas a la salida de la crísis. Bajo análisis más o menos sesudos, estos señores, cuyas opiniones respeto y en parte comparto, se han convertido en los verdaderos policías del ideario izquierdista español. Llevan ya algunos meses repartiendo carnets de lo que es verdadera izquierda y de lo que es progresista (o no lo es), acusando al PSOE de traicionar su ideario para complacer a esos terribles mercados financieros que tanta manía y tirria nos tienen. No pretendo ponerme a la altura del profesor Navarro ni de otros grandes intelectuales de este movimiento, pero en sus argumentaciones advierto enormes contradicciones, en el mejor de los casos, y un exceso de utopía en el peor de ellos. Creo que ATTAC se ha convertido en el peor enemigo del gobierno socialista por el evidente hecho de que sus propuestas han calado en el electorado progresista. Pero son propuestas tramposas en su afán de demonizar al presidente Zapatero: algunas son irrealizables a corto plazo, otras superan con creces los ámbitos de decisión nacionales y otras tantas se basan en una ruptura del sistema que requeriría que España, cuando menos, tuviese fuerza y poder para influir en las grandes potencias, o en caso contrario, procurar la salida del país del propio sistema económico imperante (capitalista). La principal crítica sobre ATTAC es que su acción política y social carga el peso, la responsabilidad y la crítica de las medidas y reformas adoptadas para salir de la crísis sobre el gobierno español más progresista que hemos conocido, como si éste tuviese libertad de acción o no estuviese conglomerado en unas instituciones que por mayoría, imponen algunas decisiones. El peso de la crítica, y el origen de las propuestas de ATTAC debería recaer sobre instituciones que están muy por encima del gobierno español. Pero además hay un problema de fondo: sus propuestas bienintencionadas no son realistas, y rozan la demagogia. No son verdaderas soluciones. Demontemos de una vez por todas una a una las propuestas demagógicas de ATTAC, que exhiben con una malsonante superioridad moral.

    BANCA PÚBLICA

    Una de las principales propuestas de este colectivo es la reconversión de nuestro sistema financiero (banca y cajas de ahorros) en entidades públicas: una banca pública que sea capaz de hacer fluir el crédito hacia empresarios y trabajadores, sin los abusos de la banca privada. No queda muy claro en sus propuestas si apuestan por una banca pública (con fondos públicos) o una banca privada con directivos "públicos", algo que por otra parte sería muy similar a lo que ya conocemos como "cajas de ahorros". Podríamos fijarnos para refutar la quimera de una banca pública en la propuesta que presentó IU y que consiste en convertir el ICO en un banco directo a través de las oficinas del Banco de España o de las oficinas postales, con objeto de hacer llegar el dinero a la “economía real” y saltarse así el paso intermedio de los bancos privados.

    Esa izquierda intelectual que vive en Babia piensa que una banca pública equivale a fluidez del crédito como una fórmula casi matemática. Piensan que, si son gestores públicos los que dan los "ok" para conceder créditos a empresarios y particulares, éstos serán más benévolos que los señores de la banca privada. La realidad desmiente rotundamente esa visión utópica. Veamos precisamente el ejemplo del ICO, quien lleva años avalando operaciones financieras para empresarios y autónomos. Que pregunte ATTAC por las condiciones leoninas que el ICO (Instituto de Crédito Oficial) exige a esas Pymes y autónomos para concederles un crédito. Que pregunte ATTAC cuántos españoles pueden cumplir con esas garantías. Y verán, conocerán, que el ICO por avalar con dinero público exige unas condiciones que hacen muy difícil la obtención del crédito. Cómo serían esas condiciones sin en vez de hablar de avales hablásemos de dinero público. La ecuación banca pública = más crédito se cae como un castillo de naipes en el momento que se baje a la realidad de la calle. No se sostiene.

    Pero pongamos que, como sueña ATTAC, esa banca pública nutrida con fondos públicos (nuestros impuestos) pierde la cabeza como la banca privada, y concede créditos con mano ancha. Pongamos que fluye el dinero a expuertas, por cierto como ha pasado con la banca privada esta última década. Vendrán con toda probabilidad en el futuro nuevas crísis, y vendrán impagos, con o sin recesiones por medio, porque la actividad económica es inherente al riesgo, ¿verdad? Nadie nos garantiza que si montamos un negocio vaya a funcionar. No sería una banca privada la que tendría el pufo de tal fracaso empresarial y/o personal. Seríamos todos los españoles. Todos. Y no "vale" sacar a relucir que con la banca privada también hemos tenido que salir al rescate. La cifra del rescate actual a la banca española sería ridículo comparado con el agujero que el Estado tendría en sus cuentas públicas con miles de impagos de particulares y empresarios. El Estado quebraría con la más leve brisa de desaceleración económica. Basta decir que hoy, con banca pública, ya estaríamos rescatados por el FMI y la UE. Seguramente desde hace muchos meses. No hay que ser intelectual para darse cuenta de esto.

    Por último si ATTAC y la policia progresista de este país se refiere en sus propuestas a la fórmula tramposa de una banca privada dirigida y supervisada por la autoridad pública, decirles que es el momento de despertar, porque esto es algo que ya existe con nuestras cajas de ahorros y con el llamado Banco de España ¿Y cúal es el resultado? Que las cajas de ahorros están en peor situación que nuestros bancos privados, por cierto, punteros en el mundo financiero. Es cierto que las cajas de ahorro no son públicas, pero no tienen accionistas y están controladas por los políticos, que son representantes de lo público. Así que en la práctica están haciendo dicha función que reclama IU. Todos conocemos que representan como nadie el "coño de la Bernarda". Miedo da pensar a una banca pública dando créditos a empresarios del ladrillo todos estos años (porque los hubiesen dado, no seamos ventajistas a toro pasado) y hoy recibiendo impagos a cuenta del Estado. Miedo no, pánico. Hay alguna otra razón, dada por el propio gobierno, que responde a argumentos más técnicos, como el hecho de que una banca pública no es operativa en un breve espacio de tiempo; no se trata de montar un chiringuito donde sea y como sea. Se necesita una infraestructura que hoy por hoy, no se tiene. Conclusión. No es una medida realizable, realista, ni siquiera operativa y haría más díficil y más caro el crédito para la mayoría de españoles.

    TASAS BANCARIAS

    Robin Hood encarna el tópico del justiciero que roba a los ricos para repartir a los pobres. La izquierda más izquierda de este país propone una tasa o impuesto que grave las transacciones bancarias, para financiar al Estado o sufragar futuros rescates bancarios. Suena bien y vende mejor, como en el caso de una Banca Pública. Pero la realidad vuelve a demostrarnos que es una mala idea. La principal razón por la que el gobierno de la nación no respalda tal propuesta se justifica en que al fin y al cabo, volveríamos a ser los usuarios de la banca los que pagaríamos la tasa bancaria. La banca tiene demasiadas herramientas en sus manos como para recuperar lo que la dichosa tasa muerda en sus balances; terminarían repercutiéndo sobre nosotros el pellizco. Ese impuesto a los bancos lo terminaríamos pagando los ciudadanos vía intereses, comisiones y restricciones en el crédito. La idea de una tasa Tobin o similar es justa pero tiene un efecto pernicioso para los usuarios del crédito. Es mucho mejor, puestos a boicotearnos el bolsillo, pedir una subida de impuestos generalizada, que al menos no iría a parar a los balances de los bancos, y sí al presupuesto público del estado. Tasa bancaria, otra utopía que no se sostiene y que perjudicaría a los ciudadanos más humildes de este país. Por último, y como argumento final, habría que decir que en España no sería preciso aplicar esta tasa a la banca, porque, a diferencia de otros países, ya tiene un Fondo de Garantía para proteger los depósitos de los clientes y acumular fondos para futuras crisis.

    MÁS GASTO PÚBLICO

    Dice el señor Viçent Navarro que de la recesión se sale aumentando el gasto público. Y si hay que hacerlo a expuertas, se hace. Señores de ATTAC, despierten, porque la recesión, al menos de momento, la hemos dejado atrás gracias a esos planes de estímulo, por eso España ha llegado a rozar al 12% de déficit cuando venía de un superavit presupuestario. Esa parte de la historia ya la hemos cumplido con creces. Pero para gastar, señor Navarro, hace falta que alguien te preste dinero, en un mercado financiero, porque con los ingresos y los gastos de un Estado no es suficiente. ¡Cachis! Hemos topado con los señores del mercado. Al final parece que, hasta para gastar los necesitamos. Sí señor Navarro y señores de ATTAC, para seguir aumentando el gasto público necesitamos acudir al mercado de capitales, y lo tendríamos que hacer aún subiendo enormemente los impuestos como piden, cosa que desde luego, no haría nada bien a nuestra economía y sobre todo a los posibles emprendedores empresarios, potenciales empleadores de parados. Precisamente porque en un futuro, lo más cercano posible, queremos incrementar nuestro gasto público para mejorar nuestro Estado del bienestar, tenemos que reducir el déficit. Porque esos mercados que permiten en gran parte que gastemos más de lo que ingresamos han dicho BASTA, que no prestan más, que con nuestras cuentas, empezamos a no ser fiables. Que para PRESTAR necesitan FIARSE. Y que no se fian de un estado con un 12% de déficit y con un 20% de paro (que costará años reducir) porque corremos el riesgo de entrar en suspensión de pagos. Los mercados exigen entonces ajustes para creer, fiarse, y volver a prestar dinero con el que financiar políticas sociales.

    ATTAC es una contradicción total. Vemos por un lado a señores que atacan y demonizan a los mercados pero que a su vez exigen medidas de estímulo económico que dependen de que esos mercados presten el dinero para estimular la economía. Es un sinsentido. Tendremos, nos guste o no, que cumplir primero con los requisitos que esos mercados, y nuestras instituciones supranacionales nos exigen para acceder a los créditos que permitan al estado, a las empresas y a los particulares, vivir cada vez un poquito mejor (eso se llama progreso, progresismo). El gobierno español no tenía muchas alternativas: responder a esos mercados u obviarlos. La diferencia entre ambas posiciones es el ligero margen que supone que España sea un país solvente o que entre irremediablemente en una quiebra o suspensión de pagos. El gobierno "traidor" entiende que mejor dar un paso atrás para poder dar dos hacia adelante lo antes posible, cuando la confianza retorne a los mercados y vuelva a fluir el crédito. Que mejor reducir un 5% el sueldo de los funcionarios que hacerlo un 15% como en Grecia o no poder pagar las nóminas de sus empleados. Porque es más socialista, más progresista, sostener la viabilidad de un estado que mandarlo a la suspensión de pagos. ¿Verdad? Algunos lo ponen en duda, todavía.

    NO A LOS RECORTES SOCIALES

    El malísimo gobierno socialista ha congelado también las pensiones, aunque sube las mínimas, cuando el año anterior las subió a pesar de la deflación (no tocaba). Dicen en ATTAC, muy lumbreras ellos, que recuperando el Impuesto del Patrimonio esa congelación se podría haber evitado, pero ésto para el mundo real es muy simplista. Siguen en Babia. No entienden lo que está pasando ni nuestra situación. Los mercados, esos pensionistas alemanes, franceses o italianos, inversores grandes y pequeños, potentes empresarios y particulares que invierten en deuda pública española, imponen, lógicamente sus condiciones para prestar su dinero. Nosotros tenemos la opción de acudir a ellos o no acudir. Insisto, esos mercados empiezan a dudar de que España pueda devolver lo prestado con un 20% de paro y con números rojos en las cuentas públicas. Esos mercados entienden que España solo es de fiar si reduce de forma importante gastos y aumenta muy moderadamente los ingresos. ¿Por qué esa obsesión con el gasto y no con los ingresos? Los mercados, formados también por particulares como usted o como yo (los que compramos bonos del tesoro, por ejemplo) entienden que subir impuestos en un país con una tasa de paro como la nuestra es contraproducente. Que hay que hacerlo pero priorizando la reducción del gasto. Porque temen que esos empresarios que pueden crear empleo, si son excesivamente "sangrados", no vayan a contratar nuevos empleados cayendo en una espiral de desconfianza económica que lastre la recuperación del consumo interno. Es muy elemental si reflexionamos sobre el asunto con serenidad, y dejamos aparte las demonizaciones. Necesitamos esos ajustes aunque no sean simpáticos.

    REFORMA PENSIONES

    No cabe en la cabeza que desde este colectivo se dude de la necesidad de aumentar la edad de jubilación para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Las cuentas son muy simples, basicamente cada vez morimos más tarde, cada vez empezamos a trabajar más tarde, y cada vez tenemos menos hijos. Felipe González lo argumentó muy bien alarmando sobre el hecho de que la pirámide poblacional se está invirtiendo, de manera que en 2030 faltará población activa en España. Decía Felipe en una de sus últimas apariciones: "Hay un argumento fácil: si se retrasa un año la edad de jubilación, hay 200.0000 trabajos menos de oportunidad para los jóvenes. Nos va a faltar población activa, la pirámide se esta invirtiendo". El ex mandatario defiende el sistema público de pensiones como "lo más justo", pero considera que hay que reformarlo "para que sea sostenible". Las previsiones apuntan a que el 30% de la población tendrá más de 65 años en 2030. Llegará un momento en que habrá casi tantos trabajadores como pensionistas. ¿Eso es sostenible? Si vivimos más años, tendremos que trabajar más años. Es de sentido común. La cuestión no es pues si hay que subir 2 años o ninguno la edad de jubilación, sino si queremos cobrar una pensión de jubilación o no.

    CONCLUSIÓN

    El gobierno español con Zapatero a su cabeza ha demostrado una sensibilidad social exquisita con un expediente y una trayectoria política repleta de derechos conquistados y logros en materia social, inimaginables hace tan solo unos años. Pero la coyuntura ha cambiado y estamos sufriendo un estado excepcional, la peor crísis económica en 80 años. Estamos en una fase de emergencia nacional, que pasará o no dependiendo de si hacemos las reformas que necesita el país o no, por muy duras que sean. Es injusto y demencial que la izquierda considere a este gobierno traidor por garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas, y con ello el futuro de nuestra economía. Si Zapatero congela pensiones o recorta sueldos no es por convicción, sino por imperiosa necesidad, porque no le queda otra. Si tuviera la más mínima posibilidad de evitarlo, no lo haría. Pensionistas, funcionarios, parados, nunca han estado mejor protegidos que con este gobierno socialista. Olvidar eso de un plumazo es tremendamente descorazonador. Obviar que somos un pequeño país dentro un sistema económico globalizado y que pertenecemos a instituciones superiores, a nivel político y económico, es querer cargar las tintas sobre un líder que con sus aciertos y sus errores, es honrado y leal a los españoles. Esconder que la mayor parte del peso en la salida de esta crísis no está en Bruselas o en el BCE culpabilizándo la figura de Zapatero es apostar por dejar vía libre al PP para que con la alfombra de ATTAC, IU y otros, vuelva al poder.

    Señores de ATTAC dejen de hacer demagogia, y dejen de engañar con trucos de magia a la izquierda social española. Zapatero no puede aumentar el gasto público, ni puede desarrollar una banca pública, ni debe imponer una tasa a los bancos: porque los grandes perjudicados de tales medidas seríamos los ciudadanos, y en mayor medida de lo sufrido hasta ahora. Los ajustes son un mal menor para lo que podría pasar si no se adoptan con celeridad. Todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y todos hemos cometido errores y toca ajustar. También el gobierno ha cometido errores. Pero está haciendo lo correcto. Está tomando las mejores medidas, las más necesarias, las más realistas. Cuando un país está al borde de la quiebra las utopías sobran, y el tiempo apremia. La salida de la recesión fue posible gracias a las políticas keynesianos que con convicción todos los gobiernos aplicaron. La consolidación de la recuperación llegará por medio de la austeridad y la sostenibilidad de las cuentas públicas, como condición indispensable para financiar nuevas políticas sociales en el futuro. Estamos en una situación de emergencia nacional y europea. Hay mucho por reformar, y muchas injusticias que resolver. Pero la practica totalidad de esas reformas de calado que ustedes exigen están por encima de las competencias del gobierno español, y dependen de la implicación de todos los Estados (con Alemania a la cabeza), de todas las instituciones, y del BCE, entre otros. ¿Por qué cargan el peso sobre Zapatero? ¿No hay un ápice de empatía en este colectivo?

    Señores de ATTAC dejen de hacer demagogia y de confundir a la gente. Si se suprime la ayuda de los 426 euros a los parados de larga duración es porque es una medida extraordinaria que el Estado ya no puede mantener y porque son las CC.AA las que tienen que asumir esa prestación por ley, al ser las administraciones competentes; porque se ligarán esas ayudas a cursos de formación en la reforma de las políticas activas de empleo. Porque no hay otra manera de reducir la temporalidad que hacer más atractivo para el empresario el contrato fijo. Que no hay otra manera de evitar que en la próxima crísis se destruya empleo que procurar que se destruyan horas de trabajo y no puestos de trabajo. Y por eso esta reforma laboral abarata el despido, permite reducciones de jornada, e implica al estado en tales conceptos con fondos públicos como en los países más desarrollados y con los mercados laborales más eficientes. Señores de ATTAC, y de esa izquierda ensoñada, ¿por qué patalean y se indignan cuando se rebaja el impuesto de sociedades a las Pymes? ¿A las Pymes más Pymes? A esos pequeños empresarios, en su mayoría honrados, que no sacan los pies del barro, y que sostienen el 80% del empleo en España. ¿Qué tiene de malo echarles una pequeña mano? En ATTAC tampoco lo ven bien. Quieren reducir la temporalidad a cañonazos o crear empleo invocando trucos de magia. En el mundo real, en el que vive Zapatero y en el que yo me muevo, las cosas no son como ustedes cuentan, señores de ATTAC. El empleo lo crean los pequeños empresarios, y el crecimiento del gasto, lo permite el sistema financiero. Reformas sí, demagogia no. No sea que los traidores al progreso vayan a ser ustedes, tanto que se relamen señalando a los demás.

    Si el gobierno debe explicarse mejor, ustedes señores de ATTAC, también deben hacerlo. De lo contrario, veremos al Partido de los Trabajadores en el gobierno. Muy pronto, y no es lo queremos, procuraremos evitarlo. Al menos creo, que coincidimos todavía en eso. Espero. A veces lo dudo. Crítica sí, demagogía no, por favor. Pies en el suelo. Y apuntemos bien a los objetivos, que luego pasa lo que pasa, y nos arrepentimos. Buena suerte. Les leo atentamente. Pero yo sigo creyendo en Zapatero, en su honradez, en su honestidad, y en sus medidas. Me fío más de él que de ustedes, aunque lo llamen traidor, aunque haciéndolo, también me lo llaman a mí, por cierto. Yo al parecer también lo soy para esa policía progresista. Y yo les respondo a todos, que entonces lo soy, a MUCHA HONRA. Estoy orgulloso de este GOBIERNO y de este PARTIDO SOCIALISTA. Lo digo alto y claro. Muchos otros que también lo piensan deberían empezar a gritarlo. Que no nos coman la moral.

    lunes, 29 de noviembre de 2010

    ODA A LA IZQUIERDA ESPAÑOLA: RESCATAR A LA BANCA Y REDUCIR EL DÉFICIT PÚBLICO SON MEDIDAS PROGRESISTAS (PUES SÍ)


    El descalabro electoral del PSC en las elecciones catalanas es un síntoma inequívoco de la crísis pragmática que sufre la izquierda española, todavía en shock por los duros efectos económicos, sociales e ideológicos de la recesión económica. Aunque existe un análisis interno en clave catalana que explica la debacle de Montilla es evidente que la difícil situación económica ha pesado mucho, desmovilizando a los votantes socialistas. Pido serenidad y cabeza fría. Si algo hemos aprendido de esta crísis es que las cosas no son tan sencillas como todos pensábamos; que la situación económica mundial ha sido y es enormemente compleja; que ni los mejores economistas de este mundo han sabido encontrar una solución factible e inmediata a la misma; que no existe una medida o unas medidas "estrella" para acabar con la lacra del paro; y que los excesos se deben pagar en economía como en la vida "real" con épocas de austeridad, algo que aprendimos desde pequeños en algunas fábulas de Esopo. Los Estados, las empresas y las familias están enfermos, es evidente: sobreendeudados, con ingresos a la baja, y teniendo que hacer frente a pagos y gastos cada vez mayores. El único remedio conocido a este mal se llama austeridad y ahorro. Igual que el obeso que debe purgar su sobrepeso con dieta, o el asmático que tiene que pincharse epinefrina en una crísis, la economía española requiere ahora remedios que no son "simpáticos". Una base social muy diferenciada de la izquierda española no acepta ni entiende que estos años de colesterol en vena haya que purgarlos, aunque no sea simpático, con ciertos sacrificios. Como la economía seguirá estancada por un tiempo por obra y gracia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y no se generarán ingresos suficientes para mantener nuestro nivel de vida (antaño nos hubiésemos pagado a crédito una operación de reducción de estómago) no hay otro remedio que la clásica "dieta", y los "medicamentos" en vena, entre otras putadas, para superar nuestro sobrepeso ladrillero y recuperar la vitalidad perdida.

    Desde que el presidente Zapatero anunció su duro plan de ajuste he tenido innumerables discusiones con amigos y conocidos simpatizantes de lo que podríamos llamar "izquierda social española". Me expresaban su disgusto porque se sentían traicionados por el PSOE: pocos meses antes, el presidente hablaba de una salida de la crísis por la izquierda, y que los débiles no cargarían con el peso y la responsabilidad de una crísis que no habían creado. De la noche a la mañana y por sorpresa, descubrimos que un Estado miembro de la UE falseó sus cuentas, y terminó quebrando (Grecia) ante la desconfianza de los inversores. Cuando ya salíamos de una terrible crísis financiera aparecía de las sombras un nuevo temor en los mercados, sobreviniendo una nueva crísis, esta vez de deuda. Habíamos superado una enfermedad llamada "recesión" con un medicamento llamado "gasto público/planes de estímulo" pero sin apenas tiempo de levantarnos de la cama, llegó otra enfermedad, muy distinta, en forma de crísis en los mercados de deuda. ¿Qué hacer? No era lógico aplicar el mismo medicamento para dos enfermedades tan distintas, de la misma manera que un médico no combate igual una infección vírica que otra bacteriológica. Eso era evidente. Y por eso de un día para otro el presidente socialista español pasaba de hablar de gasto público a hablar de reducción del déficit y de duros ajustes en salarios, pensiones e inversión pública: cambia la enfermedad, cambia el diagnóstico, y lógicamente, cambian los remedios. Esto es lo que no entienden los policías morales de la izquierda española, los que llaman traidor a Zapatero. Ahora dicen que es un pésimo médico. ¿Es de izquierdas reducir gastos y congelar sueldos? -me preguntaban mis amigos-. Y yo les respondía que en esta coyuntura sí, y que esas decisiones eran además de progresistas, las más necesarias y las más adecuadas para nuestro enfermo (la economía española) dadas las nuevas circunstancias,. ¿Por qué? Porque la cara de la crísis (la enfermedad) había cambiado de golpe: ya no preocupaba que el sistema financiero quebrara y que el mundo se diluyese en una recesión; ahora los mercados, los que financian a los estados, a las comunidades autónomas, ayuntamientos, empresarios y ciudadanos, empezaban a dudar de que pudiésemos devolver nuestras deudas, su dinero.

    Insisto con la metáfora para que hasta los iletrados en economía lo entiendan bien. Todos sabemos que la cura a aplicar no es la misma cuando sube la fiebre que cuando baja o cuando te sube la tensión que cuando te baja. Es sentido común. Pero esa izquierda ideologizada al extremo no entiende ni quiere entender que los ajustes económicos en situaciones de urgencia pueden ser medidas progresistas, y lo son. Veremos si son capaces de entenderlo, y lo trataré de explicar yo, ya que el gobierno no lo hace, ni parece que vaya a hacerlo el PSOE. Reducir el déficit y rescatar a la banca (como se hizo en su momento) son dos medidas progresistas en una coyuntura de crísis (de enfermedad); que sí. Son los medicamentos y las curas necesarias para recuperar la salud de España (del mundo), su economía, y la de sus ciudadanos. Esa izquierda hiperideologizada no lo entiende y se atasca en un absolutismo ideológico que insulta la inteligencia. Primero no entiende que estamos en una situación excepcional, una crísis de una envergadura solo comparable al crack del 29. Estamos discutiendo, ante la alegre mirada de la derecha, si el paracetamol es bueno sí o no, independientemente de que tengamos fiebre o no; o de si la dieta es buena o no, independientemente de que si tenemos sobrepeso o anorexia. La izquierda moral clama diciendo que estas cosas son buenas o malas siempre (gasto público siempre, reducción del déficit nunca). Y así, al que tiene hipercolestoremia la izquierda más izquierda (Cayo Lara, sindicatos) respondería "más embutido, más carne roja, no sea que pierda grasa y se muera de hambre". Y así, al que tiene gripe, la izquierda más izquierda respondería "paracetamol, ibuprofeno, tonterías, no necesitamos medicamentos". Zapatero es de derechas, esa es la conclusión, porque combate el déficit y "ayuda" a los bancos. Esos son los mantras de aquellos que, con sus absolutismos ideológicos y su incapacidad estadística, van a poner en bandeja el gobierno al Partido Popular.


    Voy a defender que el rescate bancario es una medida progresista. Vamos a partir de que solo existían dos soluciones cuando el sistema financiero se colapsó, solo dos, y ahora no viene al caso analizar el origen de tal colapso pues es conocido por todos (especulación, descontrol, subprime, Madoff, etc). Los gobiernos tenían dos opciones. La primera era rescatar a la banca; y la segunda era no rescatarla. Pros y contras. Si rescatamos, es una inmoralidad enorme, pero salvaremos nuestras economías de la quiebra, de un corralito financiero que terminarían pagando la mayoría de los ciudadanos y sobre todo los más débiles. Si no rescatamos, habremos dado una lección moral y ética a esos brokers y especuladores de Wall Street, pero nuestros "estados del bienestar" desaparecían sin el crédito financiero, y sabemos quienes pagarían eso, desde luego no esos peces gordos: nosotros los ciudadanos. Sin sistema financiero ningún estado tendría fondos suficientes para pagar la nónima a sus funcionarios, ninguna empresa liquidez para pagar a sus trabajadores, ningún trabajador una renta para vivir dignamente. Por no hablar de que los ahorros y los depósitos de miles de españoles (en España viven millones de personas aparte de Emilio Botín y Florentino Pérez) se irían por el retrete. ¿Qué era más progresista, rescatar o no rescatar? Para esa izquierda que quiere resquebrajar y vilipendiar al presidente del gobierno, lo "progre" era no rescatar a la banca. Además quieren hacernos creer que una persona con la sensibilidad social y la honradez de Zapatero pensó antes en los bolsillos de Botín que en los pobres parados, los ahorradores o los curritos de este país. Ni González Pons llegaría a plantear semejantes canalladas. Pero es el fuego amigo al que estamos acostumbrados, y que permite, que de vez en cuando, el Partido Popular gobierne. Sigamos.


    La demonización del sistema financiero es una enorme hipocresía y me dirijo a todos esos "progres de pedigrí" que han puesto en duda mis principios y mi ideología en tantas conversaciones y mensajes en este blog. El problema no es el sistema financiero ni el capitalismo en sí, sino su desregulación, el descontrol de los mercados que da pie a la especulación y la pérdida de peso de los estados en la economía en favor de las liberalizaciones masivas que se defienden desde la derecha política y económica mundial: ésta es la batalla que hay que dar para reformar de una vez por todas el sistema financiero para que cuatro sinvergüenzas especuladores no vuelvan a poner el mundo patas arriba cuando se les antoje y quieran jugar al Monopoly a nuestra costa. Críticos sí, pero que nadie olvide que ese sistema financiero es imprescindible y de él, se aprovecha el trabajador, el obrero, y el ciudadano, y sin el cual, no podríamos tener la calidad de vida que disfrutamos en las economías occidentales, España entre ellas. Sin el sistema financiero (un grupo de personas que aportan capital privado para financiar a estados, empresas y personas) todos nos deberíamos regir por el "tanto gano, tanto gasto". Sería imposible comprar un gran número de bienes, y de acceder a una buena cantidad de servicios si ese sistema financiero desapareciera. Ese sistema financiero tiene nombre de tarjeta de crédito, pago a plazos, hipoteca o prestamo. El dinero, queridos comisarios de la izquierda, no cae del cielo. Si los bancos son tiranos, muy bien, no hagamos uso de ellos, nadie nos obliga a hacerlo; y sí, cobran intereses por arriesgar su dinero, faltaría más. Si no queremos pasar por sus condiciones, ahorremos, alquilemos y seamos muy austeros. Adelgacemos el estado del bienestar y nuestras economías domésticas. Y si tenemos que comprar un televisor de 1500 euros, nada de ir a una multinacional y hacer uso de sus financieras para pagar en cómodos plazos sin intereses; ahorremos 100 euros cada mes y en 15 meses podremos comprar ese maravilloso televisor. Éste es solo un ejemplo pero piensen en las empresas y en los autónomos. Pongamos que servidor tiene una buena idea, y quiere montar un negocio, pero cosas de la vida, la inmensa mayoría de ciudadanos no tenemos la suerte de tener un padre multimillonario que nos pueda prestar el dinero en mano. El demoniaco sistema financiero lo hace, lógicamente a cambio de un interés, y gracias a esto, millones de personas en el mundo son hoy empresarios, crean puestos de trabajo, y obtienen beneficios. Igual que millones de personas pueden tener casa, coche, viajes y otros gastos que, sin sistema financiero, no estarían a nuestro alcance.


    Si la izquierda española apuesta ahora por la estabilidad presupuestaria, que lo diga, y nos olvidamos de los bancos. Tanto ingreso, tanto gasto. En la casa, en la empresa y en la administración pública. Pero claro, el Estado del Bienestar no se sostendría ni se entiendería sin fondos públicos crecientes, sin un aumento exponencial del gasto público, sin acudir al endeudamiento público: porque siempre queremos más progreso, más derechos, más y mejores prestaciones, y cada vez somos más ciudadanos, somos más viejecitos, hay más parados, los jóvenes necesitan becas, hay más dependientes, etc. Pero creemos que el dinero cae del cielo y es gratis. El Estado, como una empresa o una familia, para mejorar su calidad de vida, tiene que endeudarse, pedir prestado dinero, mucho dinero, porque los ingresos no dan para tanto. Y alguien al otro lado, tiene que atenerse a prestarlo, lógico. Con ese dinero se pagan carreteras, se construyen colegios y hospitales, se pagan nóminas, se dan ayudas a empresarios y prestaciones al parado; a crédito, porque de golpe, no se podrían cubrir tantos gastos sociales (somos 45 millones de españoles), igual que nadie de golpe tiene 200.000 euros en mano para pagar la hipoteca, y lo resuelve a plazos con un banco. Pero la izquierda "moralista" no se rinde y ofrece soluciones, y dice "subid impuestos a los ricos, a las sicavs". Tonterías, se hace y se ha hecho, pero el ingreso es tan pequeño como eliminar un ministerio, es estético pero nada más, esto es algo que todos reconocemos. Y la izquierda moral entonces contraataca "luchad más contra la economía sumergida". Se hace, pero sin sangrar en estos momentos, ¿por qué? Porque valientes policías de la izquierda moral, quienes viven y subsisten de esa economía negra en época de crísis son los menos pudientes, los más desfavorecidos, los más desgraciados, los que sin contrato, reciben cuatro duros por hacer un "mandado" o por "arreglar tal chapuza". O eso o nada que comer. Si encima te echas sobre ellos, muchos de ellos autónomos y trabajadores parados de larga duración con la soga en el cuello, ¿qué estaríamos diciendo? Que se machaca a los débiles mientras a los bancos...ya sabéis lo que sigue. ¿Es que se cree esta gente que las bolsas de economía sumergida están en Telefónica, El Santander o El Pozo? No, se encuentran en las zonas más deprimidas. Hay que luchar contra al fraude, siempre, pero éste no es el momento de cargar las tintas sobre ese tema. No es tan fácil ni tan justo como se piensa.

    Esto nos lleva a la cuestión de la reducción del déficit, horror, el demonio, vade retro. Esos malditos mercados nos exigen recortes porque dicen que a lo mejor no pagamos lo que un día nos prestaron para crecer más y mejor, porque los españoles con muy buen criterio no nos conformábamos con ser un país de pandereta, subdesarrollado, queríamos ser como nuestros vecinos del norte. Pero claro cuando hablamos de los mercados nos imaginamos a unos señores vestidos de frac, multimillonarios, en la piscina de su lujoso chalet, con copa y puro, clamando contra nosotros, pobres de nosotros, mileuristas desnudados. ¿Pero quienes compran nuestra deuda para financiar el crecimiento de nuestra economía? Esa deuda que permite que vayamos más allá de nuestros ingresos y tengamos más y mejores servicios púbicos, más y mejores derechos, mejores hospitales, mejores profesores, más policías en las calles, crédito para nuestras empresas. Pues son Inversores privados, entre los que se cuentan por ejemplo, a muchos pensionistas alemanes que invierten parte del dinero logrado tras una vida de trabajo en bonos españoles; o particulares franceses, trabajadores italianos o inversionistas ingleses que deciden meter sus ahorros en un lugar seguro, nuestra deuda, confiando en que cuando se cumplan los plazos, la recuperarán con un pequeño interés. No solo hay grandes empresarios y grandes tiburones en los mercados de deuda, y en eso estamos muy confundidos. ¿O es que en este país no hemos comprado o conocido a alguien que haya comprado letras del Tesoro? Sí particulares, personas como usted y como yo, unas más adineradas, otras más humildes, quizá tú que lees has formado parte de esos terribles mercados alguna vez. El problema es que como la economía no va del todo bien, y ven caer a otros países, creen que el dinero de sus ahorros, invertidos en deuda española, no se lo vamos a poder devolver como pactamos. Problemón al canto. Si no se fían, lo retirarán o nos lo renovarán a un tipo de interés elevadísimo, lo que ocasionará que aumenten nuestros gastos financieros...y aumente nuestra deuda más todavía, haciendola más insostenible si cabe...la pescadilla que se muerde la cola. ¿Debe el gobierno tomar medidas, por impopulares que sean, para persuadiar a esos inversores privados de que nuestra deuda sigue siendo segura, para ellos, y para nuevos y futuros inversores? Parece crucial, ¿verdad? Sin gasolina no funcionan los coches. Sin dinero, no funcionan las economías, ni con Rajoy de presidente (permitidme la ironía).

    Sigamos. Esos mercados solo creen que podamos devolverle su pasta si reducimos gastos a mansalva, dado que nuestra tasa de paro es alta y la posibilidad de que la economía crezca con fuerza los próximos 4-5 años es mínima. Piensan en los pufos de nuestros bancos y en la burbuja inmobiliaria y temen que debajo de las alfombras tengamos mucha mierda. Ven que nuestros ingresos se desplomaron con la crísis, y que los gastos crecieron, porque hubo que salir el rescate de la banca, y de la economía despues, en forma de planes de estímulo y prestaciones sociales para parados, entre otros. Esperan por lo tanto gestos contundentes que demuestren que les vamos a devolver su dinero, cueste lo que nos cueste, porque es suyo, no nuestro. El asunto es muy serio para nuestro futuro (por eso el presidente habla de las bases del crecimiento de los próximos 25 años) porque si fallamos un pago, no nos volverán a prestar, y dejaremos de ser fiables para los prestamistas y los inversores; consecuencia, sin gasolina (dinero) nuestra economía se hundirá sin remedio y por muchos años. Por eso el gobierno rebaja sueldos, y congela pensiones, y se muestra duro y contundente, precisamente porque son recortes cuantificables fácil, rápida y directamente, además de que son una muestra de fortaleza, y de que vamos en serio. ¿Por qué no se recortan otras partidas, por qué no se suben más los impuestos, por qué no se lucha contra al fraude? Se han recortado otras muchas partidas, entre ellas las infraestructuras. Se han subido los impuestos, IVA y tramos del IRPF, pero los mercados consideran que subirlos mucho más estancaría el crecimiento español; y se lucha contra el fraude pero no es una medida que satisfaga a los inversores, porque no es cuantificable.

    Pondremos el ejemplo de una empresa (España) que acude a un banco (los mercados) a pedir un crédito para pagar nónimas y otras deudas. El banco mira las cuentas de la empresa y observa en su contabilidad que los números son rojos, es decir, que gasta más de lo que ingresa ; entonces el banquero responde al gerente de la empresa que si quiere el crédito/prestamo, tiene que reducir gastos ya que como hay crísis los ingresos tardarán en subir unos años; que de lo contrario es evidente que no podrá devolver el prestamo, y para la banca, eso conllevaría un enorme riesgo. - "¿Quiere el crédito o no?" - "Sí, si no, mi empresa quebraría y tendría que cerrar dejando en la calle a todos mis trabajadores suspendiendo pagos". - "Entonces queremos un plan de saneamiento, y lo queremos ya, cuantificado y creíble". Esa empresa que se podría llamar "Ibresa SL" debería reducir gastos en lo corriente (agua, luz, teléfonos), sueldos (rebaja salarial) y otros conceptos (seguros, refinanciar deudas, etc), algo cuantificable y creíble. No sería creíble que el gerente dijera "voy a vigilar a mis trabajadores para que no se escaqueen del trabajo y sean más productivos". Así no te darían ningún crédito. Por eso la lucha contra el fraude no es una medida efectiva para los mercados.


    ¿Y que hay del paro? La primera y única medida posible contra al paro a día de hoy es reducir el déficit público y privado. Recortar gastos y ahorrar. Para que los mercados, esos inversores privados, sigan comprando deuda española, y pueda fluir el crédito hacia nuestros bancos y cajas, y éste pueda llegar a empresarios para que puedan crear empresas y emplear trabajadores, a particulares para que puedan consumir casas, coches, bienes y servicios varios, y la economía se vuelva a reactivar cuando retorne la confianza. Sin esa condición (que vuelva la confianza en los mercados y fluya el crédito) no se creará empleo en cantidad. Sin esa condición no es posible mantener el estado del bienestar, no será posible cobrar una pensión o una prestación por desempleo, porque no habrá dinero suficiente para cubrir a todos los beneficiarios. Por eso las medidas de Zapatero son progresistas, sociales, y adecuadas. Son recortes para que en el futuro no haya más recortes, y podamos seguir creciendo, y progresando en derechos, modernizando y ampliando nuestro estado del bienestar. Al PP todo esto le da igual, y por eso atacan la solvencia de España. Nuestra quiebra significaría recortes sociales mayores, y tener que renunciar a nuestro estado del bienestar, dando paso a una cadena de privatizaciones en sanidad y educación, reduciendo prestaciones por desempleo, ayudas sociales, aboliendo derechos. Es lo que siempre han querido y lo que ya hacen allá donde gobiernan con potentes mayorías. Solo hay que mirar a Cameron. ¿Es preferible reducir un 5% los sueldos o echar a medio millón de funcionarios? Otra exigencia de esos mercados es que adoptemos una reforma laboral. España crea mucho empleo cuando crece y destruye mucho empleo cuando cae. El problema se llama temporalidad. La única forma de reducir la temporalidad es hacer más atractivo para el empresario el contrato fijo. Eso unicamente se consigue abaratando el despido y utilizando jornadas de trabajo parciales, para que en vez de empleos se destruyan horas de trabajo y se equipare la necesidad de capital humano a la producción de la empresa en cada momento. Por eso otros países no tienen nuestras tasas de paro: no resciden puestos de trabajo, rescinden horas de trabajo. Os aconsejo que leáis la nueva reforma laboral porque es mucho más que una reducción en la indemnización del despido. Es interesante y va por el buen camino.

    En resumen cunde lo de "Zapatero es de derechas, y por eso mejor el original que la copia". Zapatero es muy malo lo dicen los datos, Aznar es muy bueno, tambien lo dicen los datos. Esto está en la calle y en el PSOE no saben ni quieren explicarlo. Vamos, que si a un presidente le toca bailar con una crísis económica (una recesión mundial) lo tiramos al pantano y le echamos la culpa de todo, y si a otro le toca una época de bonanza, es cojonudo porque él lo vale, así sin ningún criterio, sin tener en cuenta la coyuntura, la situación, los condicionantes y la económica mundial. Sin tener en cuenta que tenemos 17 presidentes autonómicos que manejan más presupuesto que el gobierno central (¿nadie se queja de Esperanza, de Camps, y compañía?) y 8000 alcaldes cojonudos. Vamos que España ha quebrado por culpa de Zapatero, que construyó 800.000 viviendas al año y especuló hasta la saciedad y se lo llevó calentito en trajes y dinero en B. El mismo que sacó una nueva ley de suelo para poner freno a la especulación urbanística y se lo comían con patatas hasta los curritos obreros que estaban encantados con el ladrillo; hasta llevaron la ley a los tribunales por inmiscuirse en competencias autonómicas, decía el PP. Cojonudo, aquí nadie ha metido la pata, empresarios, trabajadores, particulares, solo "algunos" políticos...claro coño, esto es España, no iba a ser de otra forma. Cambiemos de presidente porque a lo mejor, cambiando al presidente, mejora la economía, por arte de magia.

    Lo que algunos plantean es aterrador, y es lo que llevó a personajes muy oscuros al poder; como las cosas van mal, culpemos al muñeco, y no cambiemos nada, que vuelvan los de antes o el primer populista de turno, y sálvese quien pueda. Que la propia izquierda contribuya a esto es desolador. Que reciten el mantra pepero es, descorazonador. No entienden a Zapatero y no conocen los problemas de nuestra economía, que no son fruto de 2 ni de 3 ni de 10 años. Los arrastramos décadas. Tenemos con Zapatero la crueldad que no tenemos con otros responsables de la recesión y del paro. Es como si una empresa le va mal por la crísis, y echamos a patadas al empresario, por muy honrado que sea, y ponemos otro, porque aquel lo ha hecho muy mal al tener que despedir trabajadores. No importa si los bancos le han cerrado el crédito, si la gente consume menos, y si otras empresas tambien sufren la crísis: hay que echarlo a patadas, por mucho que haya sudado para salvar la empresa. Mejor poner a otro empresario aunque sea un sinvergüenza sin escrúpulos, que lo único que ha dicho es que con él la empresa iría mejor (sin decir cómo ni cuándo), con la salvedad de que sus mini-empresas están igual de quebradas o peor (CC.AA y ayuntamientos), y peor aún, en las que se permite y se premia que se hagan desfases contables y los trabajadores cobren en negro. Cojonudo.

    Yo creo que el PSOE y Zapatero han cometido errores, más de forma que de fondo, porque los contenidos de su política económica han sido consensuados en el G-20 y otros foros como la UE. No se han adoptado medidas que otros no hayan adoptado. Porque la crísis mundial necesitaba una respuesta coordinada mundialmente: primero estímulo económico y después reducción del déficit, dos recetas para dos enfermedades diferentes. Zapatero ha hecho lo mismo que Merkel, Obama o Sarkozy. Todos hemos aprendido que en épocas de crísis los dogmas no tienen sentido. Unos muy conservadores tuvieron que abrazar el gasto público en contra de sus principios, otros después tuvieron que abrazarse a la reducción del déficit en contra de los nuestros, todos han tenido que dejar de lado sus ideologías por el bien de sus economías y de sus países. Y ante estos sacrificios, tenemos un PP que no solo no tiene propuestas, sino que disfruta con la crísis, alienta el desánimo, ampara la corrupción e incluso se atreve a lesionar los intereses españoles con ataques públicos a la solvencia de nuestras cuentas públicas: les importamos un bledo. Dan lecciones de economía sin decir nada, pero dejan un rastro maloliente que les delata: la Comunitat Valenciana es la campeona del déficit y la deuda, así como a nivel municipal, la ciudad de Madrid es campeona en déficit y deuda, y para muchas décadas. Esos son los ejemplos de austeridad del PP, por no hablar de las tasas de paro altísimas y de la corrupción galopante en sus feudos de poder, una tomadura de pelo a los ciudadanos.

    Con Rajoy todo es posible, dicen, pero podría empezar a dar ejemplo allá donde gobierna. Lo peor es que la gente se cree que si vuelve el PP volverá automáticamente la época dorada del ladrillo. Hay gente que lo cree de verdad. Y ese es un error muy grave. Solo un partido como el PSOE puede reformar el modelo productivo del país y dinamizar la economía con reformas valientes porque históricamente ha sido el partido que ha hecho las grandes reformas en España, incluso las más dolorosas (¿qué reforma o medida hizo el PP en sus años que se recuerde como un gran avance social, quitando la Ley del Suelo del 98?). Que los electores decidan pero yo no veo ninguna alternativa en la oposición, real y objetiva. Ni siquiera en la oposición de izquierdas, que exige irresponsablemente más colesterol y más veneno para el enfermo aduciendo que morirá pero sufrirá menos. Los socialistas preferimos que el enfermo sufra más pero siga viviendo. No le hagamos más el juego a esta derecha tan peligrosa y entendamos, intentémoslo al menos, al que es, con sus aciertos y sus errores, el presidente más progresista que ha conocido España: José Luís Rodríguez Zapatero. La alternativa es Rajoy de presidente, Montoro de ministro de economía y Cospedal de vicepresidenta. No es lo mismo señoras y señores de la izquierda pura e inmaculada. Las recetas de los sindicatos y de IU basadas en seguir aumentando el gasto público nos llevan a la suspensión de pagos. No se puede gastar más en este escenario, tan complicado en los mercados financieros, tenemos que ser austeros. No sigan por ese camino, porque no es razonable más política expansiva, es contraproducente y puede acabar con el enfermo en el cementerio.

    Conclusión: los socialistas deberían dejar atrás todos sus complejos porque se está haciendo lo que hay que hacer, lo correcto. Porque nuestros ajustes son más progresistas que las lecciones que nos pretenden dar a nuestra izquierda y a nuestra derecha. Somos razonables y tenemos los pies en el suelo. El partido debe acometer una campaña nacional para explicar sus medidas en un lenguaje claro y sencillo, parecido (y mejorado a poder ser) al que empleo en este artículo. La gente no es tonta pero no tiene suficiente información. Es más, la poca que tiene, es la suministrada por un PP que solo repite que el problema es "Zapatero". Este pequeño tirón de orejas va dirigido a esa izquierda intelectual que ha abandonado al gobierno más progresista, socialista e izquierdista que hemos conocido. Ellos en sus artículos, en sus editoriales, en sus blogs, han abandonado al presidente y ahora reniegan de él. El mismo que se partió la cara con lo más retrógrado del país para implantar medidas sociales de calado. Ahora no es posible seguir avanzando porque no queda gasolina en el motor y la prioridad es conseguir combustible. Combustible para seguir avanzando en políticas y derechos sociales. Cuanto antes mejor. Por eso cuanto antes hagamos y aceptemos esos ajustes necesarios, antes podremos volver a ejercer la centralidad de nuestras políticas y nuestra propia ideología. La alternativa en 2012 no tomará ese camino. Nosotros decidimos.

    domingo, 21 de noviembre de 2010

    "LA SOCIEDAD CIVIL MURCIANA HA MUERTO"




    El último barómetro demoscópico presentado por expertos sociólogos de la Universidad de Murcia radiografía muy bien la situación política, económica y social de nuestra región, aunque los titulares sean cada vez más sorprendentes. Con un reparto de escaños bipartidista en la Asamblea Regional, y solo con la intermitente interrupción de IURM, resulta sorprendente que el PPRM no toque techo, alcanzando ya cifras que rozan el 65% de apoyo electoral, mientras que el PSRM, marca del partido que gobierna el país y que mayores logros electorales ha logrado en democracia (PSOE), apenas supere el 21% de apoyos; recordemos que el treinta y poco % cosechado en 2007 ya fue considerado como una catástrofe electoral sin precedentes para los socialistas, y todos, o casi todos, pensábamos que más “bajo” no se podría caer; pero nos equivocamos una vez más. Los análisis políticos que quieren explicar tal situación, repetidos hasta la saciedad en prensa, justifican en mayor o menor medida tal descalabro con argumentos políticos, coyunturales y circunstanciales: los socialistas murcianos “pagan” la gestión de Zapatero (muy criticada sobre todo en la región), su servilismo con Ferraz en temas de agua e infraestructuras, la escasa oposición ejercida los últimos años, y una política centrada en denunciar la corrupción que los ciudadanos han considerado incompatible con los intereses deconómicos y empresariales de la región. Todas estas explicaciones, más o menos técnicas, pueden ser ciertas y explicar parte del descalabro socialista y del éxito del PP. Pero la enorme diferencia entre ambos partidos deja de ser ya anecdótica y pasa a ser preocupante, estética y políticamente. El PSRM puede haber cometido muchos errores, como sin duda comete el propio PPRM, y como cometen otras federaciones, socialistas y populares, en las diversas comunidades autónomas y ayuntamientos donde gobiernan y son oposición. Conocemos victorias de PP o PSOE en sus feudos “afines” que pueden ser más o menos amplias, pero nunca tan amplias ni tan aplastantes como las pronosticadas para la región de Murcia.

    Intentaré explicarme con ejemplos. Hablemos de una comunidad históricamente gobernada por el PSOE, y que a menudo se utiliza como argumento desde posiciones conservadoras, en respuesta a las acusaciones de "rodillo" que recaen sobre el PP murciano (valenciano, madrileño, etc): Andalucía. Para empezar, allí la diferencia electoral entre ambos partidos nunca ha sido más amplia de los 10-15 puntos, e incluso en algunas elecciones, como en el año 2000, el PSOE llegó a perder la mayoría absoluta. En 1999, por poner otro ejemplo, el PP andaluz gobernaba todas las capitales de provincia incluida la capital Sevilla (menos Córdoba) y controlaba una mayoría de diputaciones, un contrapoder municipal que sigue manteniendo mayoritariamente. No ha habido nunca la sensación de que unos u otros barrían al rival en las urnas por mucho que el poder regional quedara siempre en manos de los socialistas; muchos ayuntamientos importantes y diputaciones, donde se gestionaban fondos e influencias, quedaban en manos del PP. Si hablamos de una comunidad gobernada por el PP, que podría ser la valenciana o la madrileña, encontraríamos un panorama de dominio de un partido sobre otro, pero sin llegar a ser aplastante como en Murcia; puede que coyunturalmente el PP obtenga cuotas de apoyo muy amplias, pero PSM y PSPV, aún en épocas de crisis internas, se han mantenido siempre a tiro del poder, aunque fuese necesitando la coalición con otras fuerzas de izquierdas para sumar mayorías. Aunque Valencia parece ser un objetivo complicado, el PSPV rondará una cifra cerca al 30-35%; y en Madrid, aunque difícil, algunos creen posible la derrota (por perder la "absoluta") de Aguirre. En el peor momento del “Zapaterismo”, con una crisis durísima, son federaciones socialistas que resisten y resistirán, y que mantendrán una base sólida a pesar de una posible derrota. Son federaciones “dormidas”, donde cunde desencanto y se manifiesta en una escasa movilización electoral. Pero en cualquier momento nadie duda que conservan un músculo suficiente para poder alcanzar el poder en una coyuntura más favorable para sus intereses.

    En la región de Murcia no hay tal posibilidad ni semejante "higiene democrática"; parece que hay un mundo entre los dos partidos, y peor aún, entre el PSRM y los ciudadanos. No es sano, ni sensato, por muy democrático y justificado que puede ser, que haya una diferencia de más de 40 puntos entre estos dos partidos: que los socialistas sean unos repudiados sociales; que nadie quiera acercarse a esa marca como si “apestara” o fuera indigna; que ámbitos anteriormente "controlados" por la izquierda hayan caído en manos de la "derecha"; que la gente considere que ser murciano y socialista no es compatible. Hay una persecución mediática y política, un aplastamiento social, y un ahogamiento paulatino a nivel económico de los centros de poder e influencia que históricamente han sustentado a la sociedad progresista murciana. Pero más allá del cerco a la izquierda política y social, encontramos una sociedad civil adormecida, cuando no liquidada. Es muy extraño que un régimen o gobierno democrático no tenga una contestación en la calle, en las juntas vecinales, en las organizaciones sociales (incluyendo empresarios y sindicatos). Todos los gobiernos, por muy mayoritarios que sean en las urnas, por muchos éxitos que lleven a sus espaldas, han sufrido bolsas de contrapoder que con el tiempo han llegado a generar cambios y alternativas. González parecía invencible, como Aznar, pero a pesar de sus mayorías, siempre tuvieron a miles de ciudadanos, organizaciones, colectivos, en batalla constante contra sus políticas. En la región de Murcia esto no existe. ¿Por errores políticos imperdonables? Todos los gobiernos cometen graves errores, pero esos errores se diluyen, se perdonan o se olvidan con el tiempo. Y gracias a esa flexibilidad en el ciudadano, la alternancia, y el contrapoder aunque ésta alternancia no se produzca de facto, se producen y se pueden producir en cualquier momento, y ésto determina la calidad, la pluralidad y la riqueza de una sociedad, rica y diversa en ideas.

    Algo muy grave está pasando en esta región cuando la diversidad de ideas y planteamientos está seriamente amenazada y en vías de extinción; cuando el contrapoder no existe; cuando cualquier movimiento crítico es automáticamente demonizado y aplastado por las presiones del poder gubernamental, ya sean económicas o políticas, y rallando en muchas ocasiones lo indecoroso, rozando los límites de la ley bajo amenazas y coacciones. Algo muy grave está pasando en esta región cuando la oposición se encuentra totalmente anulada, bloqueada, aplastada, incluso bajo la alarmante sospecha de que, como los medios de comunicación regionales, organizaciones sociales, y movimientos ciudadanos mayoritarios, también se encuentra "comprada" por el poder económico que sustenta al gobierno regional. Algo muy grave está pasando cuando los colegios profesionales callan ante innumerables injusticias; cuando la universidad de Murcia y Cartagena es acrítica con el modelo económico regional; cuando los sindicatos, la sociedad civil progresista en conjunto, es incapaz de implementar la más mínima crítica, y elevar la más elemental alternativa ante el discurso unitario y homogéneo del Partido Popular. Algo muy grave está pasando cuando la ciudadanía asume conductas totalmente indecentes e inmorales, y defiende que sus representantes roben, estafen o malversen dinero público, por mucha presunción de inocencia que valga. Algo muy grave está pasando cuando la economía murciana está sufriendo un colapso mucho mayor que nuestros vecinos, con una tasa de paro que roza el 25%, con una precariedad laboral histórica, y con una sanidad en quiebra técnica, una educación pública abandonada, con una organización del territorio caótica, y miles de jóvenes en la estocada, sin esperanza; y la única respuesta que nuestros gobernantes dan es que desde Murcia todo lo hacemos de maravilla y todas las decisiones han sido y son acertadas, y que la culpa de los errores (toda) la tiene un señor de Madrid llamado Zapatero.

    Que muchos murcianos miren a Madrid (Zapatero) y no a su gobierno regional, ayuntamiento, caja de ahorros o banco, cacique empresarial, especulador ladrillero o sindicato de turno, puede ser hasta entendible en una situación como la que nos ha tocado vivir., siempre buscamos una cabeza de turco donde descargar nuestras frustraciones y fracasos personales. ¿Pero en tan aplastante mayoría? ¿Siempre "paga" el mismo? Parece haber tanta unanimidad en algunas temas que da la impresión de que los ciudadanos hubiesen sido "programados" para pensar de una determinada manera...muy sospechoso...como si hubiese una mano negra detrás que mece las conciencias. Políticos, periodistas, abogados, arquitectos, economistas, expertos de todo tipo tiene un discurso unitario y sospechosamente coordinado...¿están organizados entorno a cierto poder fáctico? En la región de Murcia hay consenso social en temas que, en ninguna otra parte del mundo del mundo, tienen tal unanimidad. En todas las sociedades hay matices, alternativas, núcleos de poder alternativo, pluralidad informativa, de ideas, de propuestas. En la región de Murcia no. Y eso no es sano y nadie, ni siquiera un votante del PP, debería alegrarse. Todos a la una cantan la traviatta de "la culpa de lo malo que pase es de los demás y lo bueno, es gracias a nosotros". ¿Por qué? ¿Realmente lo creen así o quieren que los ciudadanos lo crean así? Tenemos informaciones, cifras, documentos, hechos, que contradicen la propaganda oficial y que no justifican el victimismo nacionalista aplicado por los intereses políticos-empresariales en la región. ¿Pero cómo hacerlos llegar si toda la sociedad "compra" esa propaganda, empezando por los medios de comunicación que subsisten gracias a las subvenciones del gobierno regional?

    Intento ser delicado expresando mis ideas y no quiero que nadie se sienta ofendido. Pero la región de Murcia recuerda mucho a la Marbella del GIL, y no es la primera vez que lo digo. Allí los gobernantes aplastaban a la oposición, como aquí. Controlaban todos los medios de comunicación, como aquí. Se organizaban campañas de desprestigio contra los “elementos” críticos, como aquí. Los empresarios encantados y enrocados con el poder, como aquí. Los sindicatos silenciados, como aquí. Los jueces, controlados, directa o indirectamente, por el poder político, como aquí parecen estarlo. Los políticos marbellís hicieran lo que hicieran, bien o mal, mejor o peor, eran jaleados por los ciudadanos, como aquí. Gracias a ese control de medios y recursos económicos, la sociedad civil marbellí fue aplastada; desapareció, murió, como aquí. Y los corruptos, los pésimos gobernantes, los peores gestores, hicieron su agosto, como aquí. Primero liquidaron a la oposición. Después otorgaron distintivos de buenos y malos marbellís. Y por fin, crearon un régimen clientelar y absolutista, donde quienes se arrimaban podían recoger migas del pastel y subsistir, y quienes no, eran automáticamente ninguneados política, social y económicamente, como aquí.

    Esta región recuerda mucho a aquel bonito municipio malagueño. Algo muy grave está pasando, como allí, aquí. Algo muy grave vienen tramando, quizás, políticos y grandes empresarios, poderes locales y financieros, que consiguen anestesiar la capacidad crítica de los ciudadanos, aquí, como allí. La oposición puede desaparecer, como allí, y no es una metáfora ni una alarma injustificada y exagerada. Sería la confirmación de que un régimen absolutista, aunque refrendado en las urnas, se ha instalado para quedarse en Murcia, Cartagena, Lorca y en todos y cada uno de nuestros municipios. Un pensamiento único que se impone inexorablemente, una única forma de ser murciano, de defender esta región, de vivir en ciudadanía dentro de la sociedad murciana: ser del PP, y demonizar a quien no lo sea. Como en Marbella con el GIL, aquí, sí. Y será así mientras los ciudadanos así lo quieran, aquí, como allí. Se llama democracia. Tendremos que respetar la palabra de los ciudadanos. Pero no quita que algunos exclamemos que algo muy grave, algo que huele muy mal, está pasando y está gestándose en las cloacas de la región de Murcia desde hace algunos años. Esperemos que aquí, no terminemos como allí...aunque tiene toda la pinta. Algunos soñamos con una sociedad plural, sostenible, crítica, y sana, aunque sea bajo un gobierno del PP. Pero tendrá que ser con otros gobernantes, con estos, es imposible. De momento han logrado su objetivo: aniquilar a la sociedad civil murciana. Tienen vía libre para hacer y deshacer a su antojo. O los jueces lo remedian, o terminamos como Marbella, o peor, como Sicilia. Una pena.

    lunes, 15 de noviembre de 2010

    APUNTES DE PRETEMPORADA: LA DEFENSA ALOPLÁSTICA DEL GOBIERNO REGIONAL MURCIANO



    El pasado sábado Begoña García Retegui hizo su presentación como candidata oficial a la presidencia de la Comunidad Autónoma en un acto-mítin en el pabellón del barrio Infante. Las crónicas periodísticas subrayaron los símiles futbolísticos que Retegui utilizó para motivar a los simpatizantes socialistas: el espíritu del Alcorcón, "la Roja", el no dar nunca el partido por perdido, etc. Me gustaría continuar con el símil para plantear una pequeña radiografía del tipo de "partido" que le espera a Begoña, y a los socialistas murcianos. Ahora que están tan de moda los entrenadores (Mourinho, Guardiola) y que tienen tanto peso sus decisiones (el fútbol ha evolucionado de la anarquía al tacticismo) los socialistas tienen que hacer su particular pretemporada antes de salir a jugar el partido: análisis técnico y táctico del oponente; virtudes y puntos débiles; análisis técnico y táctico de nuestro equipo; virtudes y puntos débiles. No pueden los amigos del PSRM volver a saltar al "terreno de juego electoral" como pollos sin cabeza, con la estampita de ZP en el pecho, y los rezos paganos de turno: pero sobre todo no pueden salir como el soldado que mandan al frente, a primera línea, seguro de que perecerá en la batalla .Ya me entendéis.

    En pretemporada (siguiendo el símil) se establecen las bases de la temporada.y se gestan los éxitos y los fracasos en el futuro, la posibilidad de ganar títulos. Es el momento donde se empiezan a ganar o a perder los partidos. Begoña puso el pasado fin de semana las bases motivacionales que necesita cualquier equipo: coraje y determinación, que no hay que amilanarse, que hay que creer, que hay que pelear, que hay que sacar el orgullo y recuperar la dignidad. Habrá que seguir ahondando en el ánimo y soporte constante de la "tropa". Es imprescindible y éste es el momento de hacerlo. Pero en breves semanas habrá que ir más allá, y eso será lo más complicado. ¿A quién nos enfrentamos? ¿Dónde residen las fortalezas de nuestros rivales? ¿Cómo confrontarlas? Esas son las preguntas difíciles, y son las que marcarán la tendencia en los próximos meses: ¿empezará a calar el discurso del PSRM o seguirá provocando el rechazo de los ciudadanos? Si el electorado socialista/progresista no atisba una ligera mejora en las expectativas, la épica no será posible. Esto significa que la alternativa debe "probar" formas de oposición no empleadas hasta ahora. Begoña debe tener claro que lo hecho en los últimos años no ha procurado un solo voto. No será suficiente plantear una labor de oposición potente a base de sudor y trabajo sino se actúa con inteligencia, sino se establecen unos objetivos claros y se procura una estretegia electoral eficiente y eficaz. Eficiente porque con recursos mínimos se ha de llegar a la mayor cantidad de gente posible. Eficaz porque cuando se "llegue" el elector hay que "impactarlo" para tener la posibilidad al menos, de recabar su apoyo.

    La principal fortaleza del oponente político, y su principal arma, es su sistema defensivo. El PP murciano practica una "defensa aloplástica", un término psiquiátrico que describe una conducta psicopática que implica colocar sistemáticamente la responsabilidad de los resultados desfavorables en los otros y el entorno, para evitar las consecuencias y asumir su participación. Esto era algo que todos conocíamos, no descubro nada nuevo: el mejor ataque del PP es una buena defensa, despejar el balón a patadones, pasando el esférico a campo contrario (Moncloa, Ferraz, Zapatero, Saura). Begoña y sus colaboradores tienen que "rebañarse" la cabeza para diseñar una estrategia comunicativa eficiente y eficaz que logre derribar esa barrera defensiva; sin ese paso, no habrá ni siquiera batalla política, será un "coser y cantar" para el PP, de nuevo. La defensa aloplástica es la armadura de los Valcárcel y cia. Es su escudo protector. En una imagen (la mejor forma de impactar una idea en alguien), para quienes hayan visto la película "Independence Day" que narra una invasión extraterrestre, donde las naves espaciales son inmunes a los bombardeos de los cazas americanos (y hasta de bombas nucleares) porque están rodeadas de un escudo protector que repele todos los ataques; solo cuando "alguien" se paró a pensar cómo se podrían desactivar esos escudos (inoculándo un virus en la nave nodriza), las naves quedaron desprovistas de sus protecciones, y fueron, entonces sí, blanco fácil del armamento de los aviones "humanos". Valga la metáfora.

    Entonces hay una cuestión primordial. ¿Cómo combatir una defensa aloplástica? ¿Cómo desarmar, desactivar, a quienes automáticamente repelen cualquier ataque, con su escudo protector, calumniando y dirigiendo las responsabilidades en un enemigo exterior? ¿Cómo convencer a la gente de que los gobernantes murcianos tienen inmersa a la sociedad murciana en una especie de truco mental, de estrategia de engaño masivo, de ingienería social? Pónganse a pensar, por una vez, en este partido, y todas las cabezas pensantes e intelectuales progresistas murcianos. Ahora es cuando hay que dar la talla. Y piensen en esa defensa aloplástica, término que espero retumbe en todos nosotros a partir de ahora. Un halo de esperanza: ¿es imbatible una defensa de este tipo, labrada durante años? No lo es; pero es harto díficil, hay que dar con ese virus concreto que la desactive.

    ¿Alguna proposición? No cometeré la estupidez de desarrollar aquí mis ideas, las que pueda tener, para que el entrenador del equipo oponente tome nota y contraataque. Pero daré algunas pinceladas de las cualidades que debe reunir ese "virus": originalidad, espíritu transgresor y atrevimiento .La campaña electoral socialista debe ser algo tan diferente, tan impactante, y a la vez tan sencilla, que logre la atención del elector. Un elector que a golpe de vista pueda entender el mensaje. Como estamos en pretemporada, es el momento de pensar, entre todos, cómo romper el escudo protector del PP. Que los intelectuales de izquierdas de esta región, magníficos columnistas, grandes filósofos, empiecen a carburar desde ya. Y que desde el partido no se de un paso, que no se encargue un maldito cartel electoral, que no se plantee un discurso, sin atender ese objetivo. Hay una defensa aloplástica, casi invencible, que superar. Algunos ya estamos pensando en ese virus que desactive las defensas del PP. Pero es tarea de todos. A pensar. Ya.


    miércoles, 20 de octubre de 2010

    UN ANÁLISIS SOBRE LA REMODELACIÓN DEL GOBIERNO


    "Llegan personas con un perfil político muy claro, con gran capacidad de comunicación, con capacidad de explicar a la sociedad española lo que estamos haciendo para completar una tarea de gran envergadura, la de las reformas para la recuperación. Ese es el sentido de los cambios". El presidente del gobierno parece haber entendido el valor de la pedagogía en la acción política, que se hace más imprescindible si cabe en época de reformas de calado como las que se están acometiendo en nuestra economía. Zapatero ha reaccionado con contundencia, y por sorpresa como es habitual en él, remodelando en profundidad un gobierno que pedía a gritos un relevo, por el escaso perfíl político de sus miembros. Precisamente el nuevo gobierno adquiere un marcado peso político, con una reubicación de cargos y competencias más que razonable, y la incorporación de nuevas aunque conocidas caras, con mayor bagaje y cintura política, y con el encargo presidencial de comunicar y explicar a los ciudadanos "qué" se está haciendo y "por qué" para superar la crísis económica. Con la aprobación de los prespuestos generales y la remodelación del gobierno, ahora sí, Zapatero pasa definitivamente al ataque para remontar las encuestas.


    En líneas generales los cambios me parecen acertados, y constituyen un balón de oxígeno, no solo para el gobierno y el PSOE, sino también para sus militantes y simpatizantes. Es especialmente gratificante el peso político que el presidente ha otorgado a Alfredo Pérez Rubalcaba, el mejor parlamentario, orador y comunicador del partido, y posiblemente de todos los Parlamentos surgidos en democracia. Su ascenso es el símbolo del cambio de gobierno, y toda una declaración de intenciones: efectivamente, toca explicar, comunicar y defender un proyecto político. Nadie mejor que Rubalcaba para ello. Se mantiene como ministro del Interior, además de ser vicepresidente y portavoz del gobierno; esto puede significar que Zapatero espera gestos de ETA y/o su entorno que el ministro puede capitalizar. Es por ello que parece claro que en caso de que el presidente decida no presentarse a la reelección, Rubalcaba tiene todas las papeletas para tomar el mando de la nave socialista para la cita de 2012. Hay que hacer una mención especial a la sustituída, Maria Teresa Fernández de La Vega, todo un símbolo para una etapa de progreso y grandes logros sociales. Incansable trabajadora, preparada como nadie, Maria Teresa mostraba claros síntomas de agotamiento en su labor gubernamental, pero especialmente en sede parlamentaria, donde cada miércoles era superada por la frescura y desparpajo de Sáez de Santamaría. Había terminado su momento.


    Ramón Jauregui es otro de esos valores eternos en el partido, y otra persona que suscita el consenso y la simpatía mayoritaria en el partido, como Rubalcaba. Otro excelente comunicador, una persona que transmite cernanía y honestidad como pocos; a buen seguro cumplirá con su papel como primer espada en el gobierno, y será un magnífico ministro de la presidencia. Solo con los cambios de Rubalcaba y Jauregui, la crísis de gobierno habría merecido la pena. Ellos mejor que nadie tendrán y sabrán explicar aquellas razones que justifican las reformas, como en éste blog me he desgañitado a mostrar, y que si los ciudadanos conocen, pueden aceptar y hasta empatizar. Con la fortaleza y el peso político de estos dos sabuesos se pretende además dejar en evidencia el "no discurso" de Rajoy, que estaba calando por la ausencia de réplica en el gobierno y el partido. Ahora podremos visualizar un relato fiable para la crísis y su salida, y también habrá voces que denuncien el silencio y juego sucio de un Rajoy sin propuestas, ni ideas ni soluciones para la crísis, rodeado de corrupción, carente de sentido de estado, y con la carga de no haber arrimado el hombro en años, deseoso de que las cosas vayan mal para su propio beneficio e interés. Habrá que pasarle factura.


    Valeriano Gómez es la nueva cara para el temido Ministerio de Trabajo, y representa un acierto a la vez que un gesto político para con los sindicatos. Su militancia en UGT, donde ha sido asesor de Cándido Méndez, a la vez que su posición afín al movimiento sindical, permite aventurar una nueva etapa política de diálogo social. Valeriano sabe explicarse bien, y sabe generar espacios de acuerdo. Su personalidad amable y afable le lleva a caer bien "automáticamente" y a transmitir una imagen cargada de empatía que lo identifica rápidamente como "uno de los nuestros". Junto a él, aparece el nombre de Rosa Aguilar, un gesto a la izquierda más izquierda del electorado socialista, estrategicamente designada para una cartera especialmente apreciada por los movimientos ecologistas. Siempre ha estado en las quinielas y siempre ha suscitado, al menos en la militancia, consenso y simpatía por igual. Será un revulsivo en imagen y discurso, gracias a la enorme frescura que ofrece a pesar ser ya una política veterana con muchas batallas a sus espaldas. Trinidad Jimenez irá a Exteriores, algo que también y siempre estuvo en las quinielas. Será una magnífica representante para España, como lo ha sido Moratinos, un prestigioso diplomático que ha ejercido con una enorme dignidad su labor.


    El movimiento con Leire Pajín tiene varias lecturas. Sale de la secretaría de organización que ocupará el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, un barón y peso pesado, con suficiente preparación y experiencia como para dirigir el partido, y ofrecer una imagen contundente y serena, alejada de la mediocridad que vendía Pajín. Leire aterriza en el ministerio más "simpático", por cercanía con el presidente o como agradecimiento a su fidelidad todos estos años, en un claro intento de "blanquear" su imagen. Es posible que lo consiga porque Leire no es tan mediocre como parece; necesita un buen asesor de imagen, nada más. Pepe Blanco recupera peso y competencias en el partido, que sin duda se fortalecerá por su influencia en la organización, ganada a pulso durante años. Permanece además como ministro de Fomento asumiendo Vivienda. Chacón, Garmendia, Chavez, Gabilondo, y otros tantos permanecen en el gobierno. Salen Corredor, Espinosa y Aído. Por rizar el rizo, mencionar que yo hubiese puesto a Bibiana en Sanidad y política social. Es una política de raza, una gran desconocida, inteligente, con un discurso compacto, y muy capaz. Espero que en Andalucía, donde puede ser cartel electoral, sepan aprovecharla. Ya por pedir, hubiese ascendido a Eduardo Madina como portavoz del grupo parlamentario socialista. Más pronto que tarde, sucederá.


    En resumen y en definitiva: Zapatero ha reaccionado. Zapatero ha escuchado. Zapatero está vivo y los simpatizantes socialistas hoy tenemos más moral que ayer. Rajoy tiene motivos suficientes para dudar de su victoria y de su estrategia para ganar las elecciones, porque el electorado socialista con estos pesos pesados en primera línea despertará. En 2012 la economía estará creciendo y creando empleo. Sí, la tasa de paro será alta, pero lo que cuentan son las tendencias, y parece que por entonces será al alza, salvo imprevistos. Como mínimo, hay partido. Hay esperanza.

    lunes, 18 de octubre de 2010

    EL DEBATE MORAL, ECONÓMICO Y SOCIAL SOBRE LA CORRUPCIÓN Y SUS CONSECUENCIAS


    Fuentes cercanas a la investigación del caso "Umbra" cifran en 300 millones de euros (como mínimo) el perjuicio que la trama corrupta en el ayuntamiento de Murcia causó a las arcas públicas. Hablamos de 50.000 millones de pesetas, una cifra mareante, muy difícil de imaginar para una mayoría acostumbrada a navegar en el mileurismo, el paro y la precariedad laboral. Lo que cuesta llegar a final de mes para el común de los mortales, y lo fácil que "algunos" lo tienen para presentarse en un despacho, y ganar millones de euros en plusvalías a costa del patrimonio ajeno, con total impunidad. El problema de fondo, caldo de cultivo para los pillos, es que esa mayoría trabajadora, obrera y empresarial, honrada, la que paga sus impuestos religiosamente y que es tratada con intransigencia y sin favoritismos por el sistema, es incapaz de entender ese fenómeno llamado corrupción, y por lo tanto, de condenarlo y combatirlo. Cree la sociedad española, mayoritariamente honrada y cumplidora con el fisco, que la corrupción es un asunto menor que no va con ellos ni con sus problemas. Que es algo propio de la disputa y el debate político, sin la menor influencia en el bolsillo, la calidad de vida o las actividades empresariales de los ciudadanos de apie. Lo que nos diferencia verdaderamente de los países más avanzados social y culturalmente es precisamente nuestra escasa interiorización de "lo público"; el hastío y el desinterés generado artificialmente contra nuestra clase política y nuestras instituciones desde los poderes fácticos, coyuntura propicia que permite que los "tiburones corruptores" naden a favor de corriente para hacer sus negocios con total impunidad, en un clima social favorable para sus intereses en el que cunde la sensación de que "todos son iguales, por lo tanto, para qué controlarlos, para qué cambiar, para qué participar".

    La ciudadanía maldice el descontrol de la clase política, sus privilegios, sus excesos, y lo acertadas o no que son ciertas políticas. Sin embargo, y paradójicamente, cuando toca votar, los españoles refrendan a los políticos más corruptos sin ningún tipo de rubor. No hay problema en votar a un señor que tiene más de 400 cuentas corrientes y un ritmo de vida por encima de sus posibilidades. Se hacen misas y procesiones para honrar al alcalde de turno, nuevo inquilino en prisión por sus fechorías, mientras se escupe, casi literalmente a jueces y policias."Se confunde al poli con el caco, y al caco con la poli". ¿Una España del siglo XXI o más propia de una historia de bandoleros del siglo XVII? Falta autocrítica. Algunos políticos, y los poderes empresariales que mueven los hilos parapetados detrás, se frotan las manos ante el mensaje de impunidad que lanza la ciudadanía. Y la actividad económica entonces se descontrola, se convierte en un caos. Y todos caemos en la trampa porque vemos reyes Midas donde solo hay negocio privado, especulación pura y dura, pan para hoy, hambre para mañana. Llega el día en que despertamos del sueño. El resultado es un país con una enorme crísis moral que se suma a la económica, con una tasa de paro escandalosa, con una economía sumergida que según estimaciones de Gestha puede alcanzar el 25% del PIB y con una geografía incendiada por el fenómeno de la corrupción urbanística, millones de euros defraudados y evadidos en paraísos fiscales, ahora en manos privadas. Millones de millones de euros que no salen de la nada y que son de todos, aunque los ciudadanos jueguen a mirar para otro lado. Deben saber y conocer la realidad para juzgarla, pero necesitan información.

    Esos fondos malversados o perdidos por el camino no salen de la nada porque salen del trabajo y el sudor de esa mayoría honrada que sobrevive trabajando para dar de comer a sus familias y dinamizar el país con su esfuerzo, sus ideas y sus iniciativas empresariales. Así lo acordamos por contrato social, en forma de leyes y en nuestra Constitución, respaldados por nuestro parlamento, aceptando que los ciudadanos de este país, trabajadores y empresarios, cederíamos una parte de nuestros ingresos en forma de impuestos para sostener el estado del bienestar, para garantizar unos servicios públicos mínimos y justos para todos y el mantenimiento de unos derechos civiles y sociales por los que hemos luchado durante siglos, y por los que se ha derramado mucha sangre para conseguirlos. Los políticos, y cargos públicos, se comprometían a gestionar esos fondos diligentemente, en favor del interés público y general. Los trabajadores y los empresarios honrados de este país aceptamos que parte de nuestros ingresos fuesen destinados a la caja pública para la sanidad, la educación, la defensa o la lucha contra la delincuencia. Para pagar pensiones dignas a nuestros jubilados, para ayudar a los parados, para generar subvenciones para nuestros emprendedores y potenciales empresarios y un largo etc que todos los días, deberíamos recordar y dignificar como grandes logros colectivos, el llamado Estado del Bienestar. Un país que en pocos años ha logrado acercarse a un ideal donde todos tenemos los mismos derechos independientemente de nuestra capacidad adquisitva, donde el sistema facilita las mismas oportunidades al pobre y al rico, donde todos somos iguales, por ley. Ese era el acuerdo, el contrato, el compromiso que la sociedad española se dió. Y la sociedad murciana, madrileña, andaluza, la valenciana, etc en forma de autonomías, esto es, centros de poder autónomos del poder central. Por algo somos un "Estado de la Autonomías".

    La mayoría hemos cumplido ese contrato social. Una minoría lo ha roto en mil pedazos. La consecuencia lógica, desde el punto de vista moral, ético, jurídico o político, debería consistir en el castigo de quien incumple lo pactado. El lema "Spain is diferent" adquiere aquí su mayor trascendencia. La sociedad española, y muy especialmente la murciana, ha aceptado sin embargo que nuestra clase política incumpla los acuerdos, y además, abogamos por procurarles perdón, cuando no una total impunidad para sus actos. Estamos de acuerdo en meter en la cárcel a cualquier mindundi que roba en una joyería o un supermercado, pero renegamos de nuestra policía cuando se pilla con los manos en la masa a un hombre trajeado, perfumado, con gomina en el pelo, y una cuenta corriente multimillonaria. Votamos en masa a políticos que incumplen lo pactado, y que, ya sea por incompetencia o por corrupción, desvían esos fondos públicos (impuestos que vienen del trabajo del obrero y de los beneficios del empresario) a los bolsillos de empresarios corruptores, testaferros y familiares, con la complacencia y la pasividad ciudadana. Nos congraciamos y avalamos que nuestros presidentes, consejeros, alcaldes y concejales, se metan en el bolsillo o en ajeno nuestros impuestos, nuestros esfuerzo, nuestro sudor, y el futuro de nuestros hijos.

    ¿Cómo podemos avanzar como sociedad, solucionar los problemas del país, progresar económicamente, si renegamos de los valores del esfuerzo, el trabajo, la honradez o la defensa del interés general? Los países nórdicos, y los más desarrollados y admirados (Alemania, Francia entre otros) han alcanzados una madurez democrática y una conciencia colectiva que les lleva a renegar de la corrupción, castigándola social y políticamente, sin contemplaciones. Con leyes duras e intransigentes y un control férreo sobre los cargos públicos. En Suecia o Alemania un político por muy presuntamente corrupto que sea, es señalado publicamente al primer indicio o sospecha sobre su gestión y tiene que dimitir, por fuerza mayor, y demostrar, ya sin el parapeto del cargo público, su inocencia. Los propios partidos son los primeros interesados en purgar estas conductas porque son castigadas por sus votantes, ya sean de derechas o de izquierdas. Allí políticamente rige la presunción de culpabilidad, sin menoscabo de la presunción de inocencia que rige en el panorama jurídico y personal. Algo tendremos que aprender de estos países si queremos algún día igualar sus condiciones y prosperidad. Empecemos por copiar su mentalidad. Empecemos por luchar contra la corrupción.

    Si volvemos al caso "Umbra" tenemos la desoladora fotografía de un ayuntamiento que ha dejado de ingresar como mínimo 50.000 millones de pesetas. Mientras tanto observamos que el consistorio tiene enormes dificultades para pagar a sus proveedores, entre ellos muchos pequeños autónomos y empresarios, y cuando algunos trabajadores municipales ya sufren retrasos en el pago de sus nóminas, y temen que la cosa no se quede ahí y vaya a peor. Nuestros centros públicos educativos y sanitarios sufren enormes restricciones presupuestarias que afectan a la atención y calidad de vida de los ciudadanos, colegios, centros de salud, y servicios sociales varios. Miguel Angel Cámara, alcalde de Murcia, ha ordenado como respuesta importantes subidas en los impuestos municipales que suponen en muchos casos aumentos del 20% en los tributos y aún así, las cuentas parecen no salir. Trabajadores, comerciantes, restauradores, pequeños empresarios, autónomos, sufren un efecto de doble ronda. Que en realidad es de triple ronda cuando conocemos que el mismo ayuntamiento que reduce gastos municipales y sube impuestos (economía de guerra) perdona millones de euros a un conglomerado de empresarios especuladores; los mismos que han cogido la pasta y han volado del municipio, dejando a su paso a miles de murcianos en el paro. Para la sociedad murciana esto merece un premio en las urnas, y si jueces, policías y fiscales, pero sobre todo la oposición no lo evita, estos gañanes irán a recogerlo en mayo como si de un Planeta o Principe de Asturias se tratara.

    Necesitamos altas dosis de pedagogía. El personal está muy confundido y desinformado. Algo está fallando. Porque nadie en su esfera privada contrataría a un contable acusado de defraudar a las empresas por las que ha pasado; nadie en su esfera privada se dejaría a operar por un médico reiteradamente denunciado por mala praxis; nadie en su esfera privada compraría un producto defectuoso a sabiendas. Nosotros estamos contratando políticos que presuntamente roban, o en el mejor de los casos, son pésimos gestores del dinero público. Caso Umbra, 300 millones de euros. Con esa cantidad de dinero se podrían perdonar los impuestos municipales durante años y así aliviar la carga de muchas empresas y trabajadores del municipio de Murcia. Se podrían hacer unas cuantas escuelas para que nuestros hijos no estudien hacinados, o una red de guarderías que faciliten la conciliación de la vida laboral. Se podría dotar de mejores medios a la Policía Local, o a los Bomberos, e incluso subirle el sueldo a los trabajadores municipales. Con 300 millones de euros se podría sacar del olvido y del atraso a numerosas pedanías de Murcia, las grandes perjudicadas. Con 300 millones de euros más en nuestras arcas, los pequeños empresarios y autónomos no tendrían que suplicar al ayuntamiento para cobrar por el trabajo realizado. Con 300 millones de euros, 50.000 millones de pesetas, seguramente se podrían crear muchos puestos de trabajo, miles, y dinamizar la economía local. Se podrían hacer obras varias, inversiones, o sufragar nuestra deuda con los bancos. Esos 300 millones de euros sin embargo se han perdonado a unos empresarios del ladrillo, a cambio de algunas contrapartidas personales para algunos cargos públicos. Y a los ciudadanos parece que "nos parece" bien. Prueben algunos de ustedes a no pagar algún recibo municipal, aunque suponga 20 o 30 euros y verán lo que pasará.


    Hay un problema de fondo, educativo, ético y moral que hay que combatir. En cualquier cultura avanzada el señor alcalde de Murcia habría dimitido, y/o obligado a dimitir por la propia ciudadanía. En Alemania, un espejo donde nos solemos mirar, sería imprensable que alguien que ha "perdido", supuestamente, para su ciudad 50.000 millones de euros, siguiese en su cargo. 50.000 millones que se han ahorrado unos listos con contactos o han ido a parar a manos privadas de forma opaca...en los países punteros de occidente, ese cargo público estaría inhabilitado social y políticamente, para siempre. En algunos como China, fusilados. Pero la batalla en Murcia, Valencia o Madrid contra la corrupción es muy difícil porque confluyen elementos propios del "Gilismo" o el "Berlusconismo", muy característicos en los movimientos "neocon" americanos y europeos: medios públicos y privados controlados por el poder político que riegan la opinión pública con el discurso partidista de los interesados; demonización de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, jueces y fiscales; anulación de la oposición política con feroces campañas de propaganda; evasión de la propia responsabilidad culpando a un hipótetico enemigo exterior de los problemas propios; una red clientelar nutrida a base de favores varios; un poder judicial controlado y mediatizado. Resultado: sensación de impunidad. Normalización de la corrupción. Desinformación, desorientación y desconocimiento en los ciudadanos.


    Soluciones. Mucha pedagogía, sobre todo mucha pedagogía, pero con inteligencia, priorizando un par de objetivos concretos para no "aburrir" al ciudadano. Campañas explicativas centradas en informar a los ciudadanos de las responsabilidades, competencias y obligaciones de los cargos públicos, distinguiendo entre administraciones. No es razonable que los presidentes autonómicos y alcaldes no asuman ninguna responsabilidad de su gestión y culpen a otros administraciones de sus propias decisiones políticas. Los ciudadanos no saben a quien tienen que pedir cuentas en según qué asuntos, lo que facilita enormemente los discursos victimistas y de corte nacionalista en las autonomías. La mayor parte del gasto público en España lo manejan las autonomías y los ayuntamientos, la mayor parte de ayudas europeas, la mayor parte de las competencias. Los ciudadanos merecen saberlo porque muchos se quedaron en la cultura franquista del estado que lo centraliza todo, el panorama ha cambiado con el Estado de las Autonomías. ¿Cómo llegar al ciudadano? Para trasladar cualquier mensaje alternativo hay que generar espacios de comunicación alternativos, medios audiovisuales, escritos, y plantear una labor política, estratégica y concienzuda. Se requiere una oposición política con instinto, que machaque en sus discursos dos o tres temas, no más, hasta normalizarlos en la sociedad, por repetitivos, coherentes e identificativos. La oposición necesita conectar emocionalmente con los ciudadanos para que éstos se identifiquen con sus mensajes.

    Alguien tendrá que reunirse con colectivos y asociaciones ciudadanas, asociaciones de vecinos, organizaciones de comerciantes y pequeños empresarios, colectivos autónomos, para explicarles las consecuencias de la corrupción sobre la actividad económica. La corrupción, como el colesterol para la salud, es el peligro oculto y silencioso número uno del sistema económico. Crea castas, favoritos, enchufados, ciudadanos de primera (unos pocos) y de segunda (la mayoría). La corrupción crea injusticias, paro y desincetiva la inversión extranjera. Ocasiona peores servicios públicos y mayores subidas de impuestos. Haya crísis o no, es una cuestión de competitividad para nuestra economía. De justicia social. No podemos demorar un debate que va mucho allá de lo moral, es económico y social, y casi de identidad. ¿Qué economía queremos? ¿A quién queremos parecernos? No podemos incentivar a los pillos, a los corruptos, o a los corruptores porque entonces estaremos imitando a Venezuela, El Salvador o Costa Rica. Necesitamos controles, información y una oposición política de verdad. Hay que explicarse con claridad: al pensionista, al trabajador, al parado, a los jóvenes. El mensaje tiene que calar. De lo contrario no solo estaremos abocados a una economía estancada, precaria y con altas tasas de paro de por vida, sino abocados a repetir los mismos errores en el futuro, cuando la situación empiece a mejorar. Las nuevas generaciones merecen que les dejemos un mundo mejor, más justo, más limpio, más auténtico. Que no se detenga el progreso que hemos conseguido y logrado juntos como sociedad. Necesitamos un rearme moral sobre el que edificar un nuevo modelo de sociedad que deje atrás el siglo XX y nos devuelva al siglo XXI. No lo conseguiremos manteniendo códigos de conducta de siglos pasados. A ver si despertamos, y sobre todo en Murcia, de una vez ya.