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    martes, 29 de junio de 2010

    RAJOY, EL SALVADOR DE LA PATRIA

    jueves, 17 de junio de 2010

    SINVERGONZONERÍA NACIONAL-POPULAR


    Dicen los cuentos populares que España es el país de la picaresca, el fiel reflejo de lo narrado en la obra "el Lazarillo de Tormes". Un lugar donde la trampa, el pillaje y la sinvergonzonería están grabados a fuego en nuestro ADN. Puede ser una descripción dura, y puede que sea injusta por generalizada, pero basta ver cómo está respondiendo la sociedad española a los avatares de la crísis económica para tener una buena muestra de ese carácter ibérico, ancestral y ramplón que nos diferencia, para bien y para mal, de las culturas sajonas y nórdicas. Me empieza a cansar ese slogan de que los ciudadanos no tenemos responsabilidad alguna en la crísis y que por lo tanto, no debemos pagarla. Como premisa es una media verdad peligrosa porque puede dar la impresión de que los errores que hayamos cometido como país se circunscriben unicamente al ámbito de la política; y esto es terriblemente equivocado.Yo diría que llegar a esta conclusión es el germen de la próxima crísis. Este slogan facilón, a estas alturas cansino, se puede utilizar ciertamente como parapeto para señalar a aquellos que tienen la máxima carga en el origen de la situación económica que sufrimos. Servidor lo ha hecho. Pero no como un axioma absoluto, cerrado, no como una forma de terminar la frase en falso, no como zancadilla para alcanzar una explicación más profunda y detallada de lo que nos está sucediendo.

    Es cierto, es veraz, es de justicia, afirmar que esta crísis se origina en Estados Unidos, en el mundo financiero, cosecha de la especulación a gran escala de la banca a merced de un grupo de desalmados desaprensivos. Podríamos hacer críticas a su vez a los estados, por permitir que el mercado campase a sus anchas, o sobre la conveniencia de unas políticas u otras, primero el estímulo, y después el recorte. Podemos echar en cara a los gobiernos que reconociesen tarde la magnitud de la crísis. Y en el plano nacional, podemos debatir sobre si es mejor gastar dinero público o rebajar impuestos, si era conveniente hablar de desaceleración o recesión, si el gobierno transmite confianza ó si la oposición está preparada para tomar el relevo. Todo esto está muy bien pero nada cambiará (realmente) si los verdaderos actores de esta película, los ciudadanos, no aprendemos alguna lección y hacemos autocrítica. Es cansino, injusto, exasperante que la culpa de todo lo acontecido la tenga el gobierno central, el señor Zapatero. No existen más actores, más culpables que el señor de la zeja a los ojos de los ciudadanos.

    Un solo dato nos da la pista necesaria para recordar de dónde venimos y lo que nos atenaza: el problema de España no es su deuda pública, de las más bajas en los países desarrollados, 20 puntos por debajo de la media europa. El verdadero problema es nuestra deuda privada, la adquirida por nuestros bancos y cajas en forma de créditos a empresarios, autónomos, trabajadores y ciudadanos rasos, créditos que nuestros deudores ahora temen que no podamos devolver (usted, el vecino, yo, no el gobierno). En resumen, los que tenemos el verdadero pufo somos nosotros, y los que empujados por la banca, hemos creado un enorme montón de mierda que ahora nos cuesta "padre" devolver. El que España sea hoy blanco de las especulaciones no viene tanto por una mala gestión del sector público, sino por una pésima gestión del sector privado, las decisiones empresariales, domésticas, particulares de los habitantes de este país. Nos endeudamos más de lo que debíamos. Vivímos por encima de nuestras posibilidades. Ésta es una conclusión que reconocemos de carrerilla, a la ligera, para a continuación dar estopa al Zapatero de turno. ¿Por qué tenemos entonces a la población sublevada contra un gobierno que ha hecho mejor los deberes que nosotros mismos? ¿Y por qué sistemáticamente medio país contribuye al despretigio de España, e incluso se alegra del mismo como si la cosa no fuera con ellos?

    Muchos ciudadanos han sido víctimas de los mercados, pero también de su propia avaricia. Puede que actuaran engañados, cegados por los bajos tipos de interés y por las facilidades que daban los bancos. Muchos españoles tomaron decisiones equivocadas, como meterse en la construcción sin experiencia previa, o invirtiendo los ahorros de toda una vida en comprar un par de pisos, con la expectativa de venderlos 3 meses después y sacarles una plusvalía. Estos ciudadanos son víctimas o verdugos según se mire. Tenían alternativas, podían haber llevado una vida más austera, más cercana y propia de su nivel adquisitivo. Nadie puso una pistola a esos empresarios, trabajadores, ciudadanos, para que especularan con la vivienda. Ningún gobierno obligó a sus jóvenes a abandonar los estudios con 16 años para irse a la obra. Un largo etc que plantea serias dudas sobre el victimismo de la población. Muchos ciudadanos, incluso tuvieron éxito, aflorando el fenómeno de "las barrigas gordas", los típicos nuevos ricos horteras que tanto abundaron estos últimos años, y que hoy, maldicen su suerte culpando de no se qué a un gobierno, a todo el Estado. ¿Se puede tener más cara? Los que se daban la vida padre mientras nos miraban por encima del hombro, esos mismos.

    ¿Cuando van a asumir los españoles su responsabilidad en la parte que les toca? El gobierno como representante de los ciudadanos está sudando la gota para salvar al país de nuestras desastrosas decisiones como sector privado. Primero saliendo al rescate de éste cuando agonizaba, incurriendo el déficit, y hoy, trabajando por la solvencia de un país cuyos ciudadanos se endeudaron por encima de sus posibilidades. Los problemas actuales vendrían, pues, y hay que repetirlo, derivados de un aumento en la deuda del sector privado que no era en absoluto consistente con los fundamentos reales de la economía. En otras palabras, el nivel de endeudamiento crecía a un ritmo mucho mayor al de las rentas necesarias para pagar esas deudas. Españolitos y españolitas, el desastre, lo hemos creado entre todos. No se ha equivocado un gobierno, nos hemos equivocados todos, en nuestras decisiones colectivas e individuales. Alguién debería empezar a decirlo claro porque empiezan a abundar por la calle esos mismos barrigas gordas, clones de tertulianos de intereconomía, que se regodean en posibles rescates financieros, como si la gestión de nuestra administraciones, por muy mejorable que sea, hubiese sido tan pésima como la nuestra propia, la de empresarios y ciudadanos. Todos estamos en el mismo barco.

    La España del pillaje, amoral y déspota de estos años resiste, pues piensa que la crísis no tiene nada que ver con ella. Así, en multitud de municipicios y regiones, todavía se eleva a los altares a los políticos corruptos. En Valencia, tienen un presidente imputado y rodeado por la Justicia, sin embargo, los ciudadanos premian su gestión (burbuja inmobiliaria, privatización del sector público, corrupción). Día sí día también se conocen informaciones sonrojantes que apuntan a malversiones de fondos públicos y otros delitos, un verdadero despilfarro que el ciudadano tolera e incluso defiende al mismo tiempo que, curiosamente, señala enfurecido y crispado que es un despilfarro ampliar las ayudas a los parados (los famosos 420 euros). El problema de España no es su clase política, son sus ciudadanos. ¿Qué mensaje reciben los políticos cuando roban y encima aumentan su apoyo popular? El rescate bancario que explica nuestro déficit público (muchos más que los planes de estímulo a la economía real) nace de los impagos de los ciudadanos, de la morosidad privada. Surgen de una primera irresponsabilidad, de los bancos que prestan mucho dinero a gente no demasiado solvente (subprime); pero el trabajador, el empresario, el autónomo que se endeuda y firma por encima de sus posibilidades. ¿No es también, un irresponsable? ¿o es también culpa de Zapatero que el negocio haya quebrado o que no me compren los pisos con los que me había "empufado"?

    Señores, España es un país con una falta de ética y moral alarmante. Un país donde los empresarios declaran un nivel de ingresos inferior que el de sus trabajadores. Donde el fraude fiscal y el dinero negro son el pan de cada día. Un lugar recondito y paleto donde el currito echa la culpa al gobierno de que suba el euribor. Donde se hacen misas por el alma de un alcalde encarcelado por corrupto. Donde malversar se castiga con la pena de 4 años más de mayoría absoluta. Donde los Gil y compañía son el ejemplo a seguir porque "roban pero también dejan que los demás roben". España, donde la oposición va soltando disparates sobre la solvencia del país mientras abrazan la bandera y reparten carnets de buenos españoles. España, un país en el que no tener vivienda en propiedad te hace un desgraciado social. Un estado de las autonomías con 17 machotes y machotas en época de bonanza, pero con un solo presidente nacional cuando vienen las vacas flacas, un tal Zapatero que clonado (por 17 y por 8000), preside y gobierna cada comunidad, diputación y alcaldía de este país. España, necesitas un lavado de cara, porque te has convertido en el paraíso de la sinvergonzonería popular. Supongo que esto también será, culpa de Zapatero.

    miércoles, 16 de junio de 2010

    EL DISCURSO INCENDIARIO DEL PP: JUAN CARLOS RUÍZ, PORTAVOZ DEL GRUPO POPULAR EN LA ASAMBLEA


    "Zapatero ha preferido quitarle la pensión a un jubilado a quitar la cartera a un ciudadano. Los socialistas no son los garantes de las políticas sociales como ha quedado de manifiesta. Es el mismo Gobierno socialista el que tras sus recortes pretende adelantar la edad de jubilación. Por ser injustas, mi Gobierno no está de acuerdo con las medidas aprobadas para paliar el déficit. Mientras estábamos en crisis despilfarramos dinero que no teníamos, como los 420 euros para los parados o el Plan E"

    Juan Carlos Ruíz, portavoz del PP en la Asamblea Regional

    martes, 15 de junio de 2010

    "TRATADO DE ECONOMÍA PARANORMAL"


    Os recomiendo el artículo de Jesús Mota en El País titulado "Tratado de economía paranormal"

    Espero vuestros comentarios. Un saludo

    jueves, 10 de junio de 2010

    LAS HUELGAS QUE TENEMOS PENDIENTES (¡ADELANTE ZAPATERO!)


    No sé si conocéis la anécdota, pero hace un par de días, un grupo de bomberos de la comunidad de Madrid, pertinentemente uniformados, decidieron "asaltar" la Bolsa de Madrid para mostrar su más enérgica protesta contra los mercados financieros, los verdaderos culpables de la crísis económica que nos está azotando. Desplegaron unas pancartas que rezaban así: "Los mercados causan la crísis", "los ciudadanos pagan vuestra avaricia". Me sentí enormemente aliviado. Alguien, estaba apuntando al fin, con tino, hacia los responsables de tamaño desastre. Cuando casi había perdido la esperanza, estos valientes me la devolvieron con su valentía y acierto. Bravo por ellos.


    Solo un día antes, los sindicatos se estrellaban en su conato de huelga general. Estaban apuntando al gobierno español como principal responsable de los ajustes adoptados estas últimas semanas, ajustes que se han producido no solo en España, sino a gran escala en toda Europa. Desde luego los ajustes los materializó el gobierno, pero vinieron impuestos por Bruselas, el FMI y el mundo del capital financiero. Los sindicatos se equivocaron. Apuntaron al eslabón más débil. Es como si un recien despedido cargase las tintas contra el jefe de personal que le comunica la noticia, y no contra el empresario que exige un recorte de plantilla. Manifestarse contra "un" estado no sirve absolutamente de nada porque la crísis es global y mundial, y las soluciones debes ser globales y mundiales. Combatir a un gobierno, a un solo gobierno, es una estupidez. Es alimentar el discurso tramposo de la derecha. No se pueden imaginar los sindicatos el error que cometieron porque han fracturado la unidad de la izquierda social española a costa de su propia imagen. Un "harakiri" en potencia.


    Puestos a hacer huelgas y a manifestarnos, hagámoslo de una vez con criterio. Propongo que nos manifestemos, a diario si hace falta, a las puertas de la Bolsa de Madrid, como hicieron nuestros amigos los bomberos de Madrid, para exigir el fín de los ataques especulativos al país. Convoquemos protestas, pacíficas pero decididas, a las puertas de las sedes de los principales bancos y cajas de ahorros de este país, trabajadores y empresarios de la mano, para exigir que fluya el crédito. Convoquen señores sindicatos, una huelga general, una protesta masiva, en toda Europa, y contra el gobierno de Europa. Vayamos a Bruselas, vayamos a la sede de la soberanía europea, y protestemos contra al pacto de estabilidad. Plantemos cara en las sedes del FMI, del Banco Mundial, y de las agencias de calificación. Que el sistema financiero, que los peces gordos de Wall Street, que los especuladores financieros, y sí, que los gobiernos en conjunto, noten nuestro aliento en el cogote para que rectifiquen y actuen coordinadamente, metiendo en cintura en primer lugar, a quienes causaron el desastre. Hagamos caceroladas allá donde asomen la cabeza sus dirigentes. Ataquemos a los verdaderos culpables de esta crísis. ¡Mientras tanto no cuenten conmigo para ninguna huelga contra el gobierno más social y progresista que hemos conocido!


    Me indigna escuchar a ciudadanos, incluso ideológicamente progresistas, entrar en debates populistas, del tipo "sobran funcionarios" ó "claro, es que el Plan E no sirvió para nada". Estamos errando el tiro amigos y amigas. Ahora toca ajustarse el cinturón, pero el problema no está en los estados, y la deuda, el déficit, no nace de las medidas de gasto social del gobierno. Somos a pesar de la política social del gobierno socialista, uno de los tres países que menos gasto social tiene de toda Europa. La deuda, el déficit, ha nacido, y se origina el mayor medida, por el rescate bancario. Nuestro sistema financiero, a pesar de haber resistido mejor que otros la crísis de los mercados, ha necesitado de la inyección de 150.000 millones de euros, el 15% de nuestro PIB en el último año. Solo el FROB tiene 9000 millones de euros en fondos, practicamente todo el ajuste adoptado por el gobierno para este año.


    Pueden sobrar funcionarios, alcaldes o altos cargos, incluso ministerios. Pero esta crísis no es consecuencia del número de funcionarios, alcaldes o altos cargos, ni del sueldo de los políticos. Por favor, el ahorro por estos conceptos supone una cifra pírrica, en millones de euros, sobre todo si se compara con los 150.000 millones que se tuvieron que poner a disposición de nuestras entidades de crédito, no por gusto, no por convicción, sino porque nuestros ahorros peligraban. Sin esa intervención, injusta, como la actual, pero necesaria, hubiésemos entrado en un corralito financiero mundial de consecuencias inabarcables. Y curiosamente, ahora los ciudadanos, miran a sus gobiernos, y los culpan del déficit, del paro, de la recesión. Nadie mira, nadie centra sus protestas, contra los que causaron el problema, contra aquellos que lo perpetuan. Todo el mundo se queja de que el gobierno tiene tres vicepresidencias, pero parece que nadie se lamenta de las comisiones abusivas que nos cobran los bancos, después de haberlos rescatado con nuestros impuestos. Miramos indignados a los gobiernos porque hay paro, como si el paro dependiese de la voluntad de los gobiernos, pero nadie se indigna porque los bancos y cajas de ahorros no presten dinero a los empresarios y autónomos (eso sí explica que muchas empresas tengan que despedir y/o cerrar).


    ¿Nos hemos vuelto locos? Todo esto, y todo lo que conlleva, me hace estar, cada día, más cerca de mi gobierno, y de mi presidente. Con sus errores, con sus equivocaciones, hoy admiro más a Zapatero que ayer, y seguro que menos que mañana. Estoy con él. Me siento cerca de alguien que tiene que renunciar a sus principios, y puede que a su carrera política, para adoptar medidas impopulares por el bien del país. Tengo muy claro que el gobierno es parte de la solución al problema que los bancos y el sistema financieron crearon. Orgulloso estoy, más que nunca, de ser socialista. Yo apoyaré hasta su final si hace falta a este, mi gobierno. ¡Adelante Zapatero!

    miércoles, 2 de junio de 2010

    EN EL PSOE NO SE ENTERAN (JODER YA)


    Breve apunte: señores líderes y dirigentes del PSOE, no se enteran de misa la mitad. En toda la puñetera organización nadie está sabiendo dar con la clave para defender la labor del gobierno en la calle. ¡Espabilen! Lo que está minando la moral de la gente no son los recortes en sí, sino las razones que entiende el ciudadano llevan al gobierno a adoptar las medidas de ajuste. Lo que está cabreando a los electores, incluso a los votantes socialistas, es que piensan-creen-les han vendido que el gobierno ha tenido que meter la tijera por culpa de sus políticas de gasto en el pasado, que si hoy pagan la crísis los funcionarios, los pensionistas y los trabajadores la explicación se encuentra en el despilfarro del gobierno en los últimos dos años. ¡La gente está entendiendo que los recortes son consecuencia de una mala política desarrollada por el gobierno! ¡Cuando esa política de gasto nos salvó de la quiebra total! ¡Los liberales que asumieron como inevitable esa política keynesiana están dándole la vuelta a la tortilla para vendernos que fue esa política la que originó los problemas actuales!


    Lo que quema es que millones de personas no entienden todavía el Plan E, por ejemplo; entre otras cosas porque nadie ha explicado sus verdaderos beneficios y objetivos (no crear empleo estable, sino sostener artificialmente la actividad). Que ese plan no solo era poner ladrillos y farolas, sino que extendía medidas de apoyo financiero al crédito cuando los bancos no daban un duro, o estímulos a sectores intensivos en empleo industrial como el automóvil. No entienden los ciudadanos que los planes de estímulo fueron una política adoptada a nivel mundial, y de forma consensuada, para evitar la hecatombe de la economía. Que no fue despilfarro, ni fue gasto inútil. Bush, Brown y otros líderes asumieron como inevitable incurrir en déficit, gastar, gastar, para sostener el sistema financiero que se caía. Nadie ha explicado, ni una sola puñetera vez, qué habría pasado de no adoptar esos planes de estímulo en forma de gasto público. ¡Nadie! ¡Háganlo de una puñetera vez! ¡Que ya nadie se acuerda (por ejemplo) que durante unos meses estuvimos temiendo por nuestros ahorros! ¡Y de esto no hace tanto!


    Señores dirigentes del PSOE, expliquen dónde estaríamos y qué habría pasado, aquí y en el mundo, de no gastar más de lo que se tenía, de no incurrir en déficit. ¡Explíquenlo de una maldita vez! ¡Expliquen de una maldita vez que sin el Plan E nuestra economía hubiese caído el doble! ¡Defiendan lo que han hecho, porque es lo que han hecho todos, gobiernos de derechas e izquierdas! Y entonces, cuando lo hayan explicado clarito, los ciudadanos podrán entender, sin tanto cabreo y frustración, unos recortes llevados a cabo por un gobierno socialista. Expliquen que los mercados exigen esas medidas. ¡Ya están ustedes tardando, porque en la calle solo se escuchan los argumentos del PP! ¡Defiendan su pasado antes de defender su presente porque "esta" historia no comenzó la semana pasada! ¡Que no se enteran, joder ya!