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    viernes, 30 de julio de 2010

    ¿Y SI GOBERNASE IZQUIERDA UNIDA? ¿LA QUIEBRA DEL ESTADO?


    Cuando el mundo conoció las mieles de la recesión más importante desde el crack del 29 los miembros del G-20 y el resto de organismos internacionales apostaron por políticas de estímulo fiscal en forma de gasto público para sostener a un sistema financiero que se tambaleaba. Las políticas en forma de obra pública, ayudas a empresas y trabajadores, y las sucesivamente recapitalizaciones bancarias sumieron a los estados en una espiral de déficit y deuda creciente. Una vez salvada la recesión y rescatado el sistema financiero que sostiene a las economías occidentales, los burócratas de europa con mayoría conservadora (comisión, banco cental europeo, eurocámara) apostaron por la retirada de los estímulos fiscales, frente a la posición americana de mantenerlos hasta que el crecimiento económico fuera vigoroso. La crísis griega cambió de nuevo el panorama económico en Europa como antes lo hizo la caída de Lehman Brothers en Estados Unidos. Los mercados dudaban de la solvencia de algunos países en forma de ataques especulativos, lo que llevó al eurogrupo a reaccionar con un fondo de rescate multimillonario que exigió que se ahondase en la política de reducción del déficit que se había acordado: un 1,5% adicional este mismo año, casi 15.000 millones de euros para España, que se sumaba a un esfuerzo de 10.000 millones comprometido para cumplir el pacto de estabilidad en 2013. Zapatero metió la tijera, muy a su pesar, para asegurar la financiación del reino de España (de sus empresas, de sus habitantes, de sus administraciones, de nuestra deuda pública y privada). A partir de ahí, criticas a un lado y al otro del hemiciclo. Unas justas más justas que otras. Pero todas o casi toda, profundamente demagógicas.


    Ya conocemos la posición del PP. Se oponían a los estímulos fiscales cuando todos los gobiernos del mundo, conservadores y progresistas, los desarrollaban con convicción (incluídos Bush, Merkel, Berlusconi o Sarkozy). Entonces importaba menos incurrir en déficit y más evitar el colapso de la economía, era la prioridad, y por entonces todos abrazamosa Keynes y pedían recesos en la economía de mercado. Todo el mundo menos el PP español, pero con doble discurso (para acertar pasara lo que pasara) porque curiosamentelas declaraciones críticas del PP contrastaban con sus enmiendas, que como demostramos en este blog, duplicaban el gasto público y el consiguiente déficit aplicado por el gobierno, basta recordar que las ayudas al alquiler, a los nacimientos o las rebajas fiscales les parecían insuficientes. Después, cuando las circunstancias obligaron a cambiar el rumbo, el PP tampoco estuvo de acuerdo; la reducción del déficit una vez rescatada la economía era la propiedad, la respuesta de los populares fue vender una serie de mensajes hipócritas del tipo "somos el partido de los trabajadores" y "no a los recortes sociales pero hay que reducir más el déficit", pero una vez (otra más) presentando enmiendas en Zurbano que lejos de recortar 10.000 millones de euros, lograban desgranar una reducción de apenas 711 millones, una broma. Se oponen a su vez a una reforma laboral dura. muy dura, que habrían firmado con sus amigos de la patronal con los ojos cerrados hace unos meses. Ni una palabra sobre la edad de la jubilación, ni una sola propuesta serie para sacar al país de la crísis. Contradicciones las de ellos, que no responden a un interés nacional sino electoral.


    Pero me llama mucho la atención de la especial virulencia de los partidos de izquierdas y los sindicatos, por la enorme carga de demagogia de sus reclamaciones. Es lícito y sano protestar contra las medidas del gobierno, medidas que se toman con pesar y contrariedad pero impuestas por las circunstancias cambiantes en el exterior (crísis de deuda originada por el contagio griego) y por las decisiones que se toman desde la cúspide del poder político y económico europeo (de corte conservador). España tiene que cumplir sus compromisos y respetar las decisiones que se adoptan por mayorías en la eurocámara. IU no entiende ésto, y los sindicatos tampoco. Ellos proponen más gasto público, más inversiones, más déficit, más deuda pública. Sería la política correcta y en Estados Unidos han tratado de convercer al lobby europeo de la no retirada de los estímulos económicos. Pero desgraciadamente el poder político sigue estando supeditado al poder ecónomico, y son los países acreedores y organismos internacionales financieros los que financian nuestra deuda (a nuestras entidades financieras y bancos que a su vez financian la economía real, empresas y particulares) y por lo tanto son aquellos que imponen sus condiciones para seguir comprando nuestros "pufos" y prestarnos dinero. No hay que ser muy listo para entender que sin que circule de nuevo el crédito (o al menos asegurar el poco que circula) la salida a la crísis sería imposible. Esto lo ha entendido un socialdemócrata convencido, quien renuncia a sus principios con la famosa frase "dar un paso atrás para poder dar dos pasos hacia adelante".


    Lo que propone IU y algunos sindicatos, además de los demagogos que votaron en contra de la reducción del déficit es que España entre en una quiebra o en suspensión de pagos. Cualquiera de las iniciativas que plantean suponen el colapso económico de España. Los mercados exigen carnaza y hay que darsela porque los poderes políticos en la élite siguen siendo conservadores (Alemania, Francia, EEUU) y no se han atrevido a poner coto a los desmanes del mundo financiero. "Yo tengo la pasta que necesitas, o pasas por el aro, o no hay pasta". España y el resto de estados del mundo se han topado con una escena muy cotidiana para aquellos que vamos a un banco a pedir un crédito, y que después de apretarnos el cuello hasta dejarnos sin respiración, nos obligan a aceptar condiciones e intereses despiados...pero es que amigo, o firmas eso, te tragas unos intereses abusivos y demuestras tu solvencia con 1000 papeles, o tu empresa no podrá refinanciar sus deudas. A mí me parece bien debatir donde hay que recortar, pero los mercados, como ya expliqué en otras ocasión, no se contentan con medidas poco concretables, quieren ver gestos en los gobiernos que demuestren sus firmE convicción en la reducción del déficit. Y nada contenta más a los que financian nuestra deuda que ver a un gobierno adoptar medidas para la reducción de ese déficit que impliquen un coste electoral: eso demuestra que el gobierno, va en serio y es creíble.


    La situación de la economía española irá mejorando progresivamente, y hoy estaría mejor sin la reducción del déficit, pero son reglas impuestas que hay que asumir e interiorizar. El problema no es nuestra deuda pública, de las más bajas de europa, ni nuestro déficit, inferior al de países como EEUU o Reino Unido. El problemón es nuestra deuda privada, insisto, la de nuestras empresas y particulares, muy especialmente la ligada al mundo inmobiliario del que todos participamos sin que el Zapatero de turno nos pusiese una pistola en la cabeza. Lo que nos estamos jugando no es ya la subsistencia del Estado (con los planes de reducción del déficit y los tests de estrés a los bancos está garantizada y así se está viendo en las emisiones de deuda a intereses más bajos) sino que desde el sistema financiero y los acreedores de deuda alemanes, franceses, chinos, etc se financie a nuestras empresas para volver a crear empleo. Las medidas de austeridad necesarias son temporales, no son para toda la vida. Cuando se recupere el crédito y la confianza, y se logren los objetivos de reducción del déficit, el país estará en condiciones de volver a una época expansiva en el gasto. Mientras tanto es demagogo que la izquierda obvie que sin estos recortes el país entraría en una severa quiebra.


    El señor Cayo Lara, Llamazares y los señores Méndez y Toxo no están a la altura, como el señor Rajoy. Lo tenía que decír. Ni todos ellos juntos alcanzan un pelo de la sensibilidad social de Zapatero demostrada todos estos años en materia de política social, pensiones y salarios. Si la alternativa de la izquierda es la quiebra del estado me quedo con Zapatero y sus bandazos. Creo que el presidente todavía merece nuestro crédito y confianza. Y en 2012, que pase lo que tenga que pasar. Eso es la democracia.

    lunes, 26 de julio de 2010

    ESTRATEGIA ELECTORAL PARA EL PSRM-PSOE DE CARA A LAS ELECCIONES DE 2011



    Con las elecciones regionales y municipales a la vuelta de la esquina, las principales incognitas electorales siguen sin despejarse, a la espera de los congresos y las proclamaciones de candidatos, que se esperan para septiembre-octubre en el seno de la familia socialista. En la región de Murcia, pese a rumores de última hora, y salvo sorpresas, Pedro Saura repetirá como candidato. Estaría dispuesto a dejar su lugar, pero no se atisba en el horizonte ningún valiente dispuesto a iniciar su camino como secretario general y/o candidato cosechando los peores resultados de la historia del PSRM-PSOE. Es por ello que, pese a la filtración de las buenas intenciones de Pedro ("si yo soy el problema me aparto"), el actual secretario general tiene todo a favor para repetir como cabeza de lista para la asamblea regional.


    Las expectativas son malas, muy malas, y en Ferraz-Princesa lo saben. Algunos piensan que un cambio de líder puede salvar algunos muebles, pero no se termina de encontrar a la persona con el perfil adecuado. Valcárcel volverá a arrasar, y lo hará, muy probablemente, con una diferencia todavía más abultada. La pregunta que sobrevuela es: ¿qué puede hacer el PSRM-PSOE ante semejante "misión imposible"? Bajo mi punto de vista los socialistas murcianos deben priorizar un gran objetivo y centrarse en él con todos los recursos posibles; desde luego, a la vista de las encuestas y las simpatías que despierta un carismático Valcárcel, el objetivo nunca puede ser llegar a San Esteban.


    El PSRM-PSOE debe priorizar un objetivo y destinar una parte de los recursos que irían destinados a la campaña autonómica a las campañas municipales, y muy concretamente, a la campaña para la alcaldía de Murcia. ¿Por qué? La principal fortaleza del Valcárcelato es que en esta región no existe ningún contrapoder al gobierno regional. Las principales alcaldías son a su vez bastiones del PP. Estoy convencido de que hasta que el PSRM-PSOE no alcance una gran alcaldía (o mejore expectativas) no habrá posibilidad alguna para derrocar a Valcárcel. Esta región necesita que la oposición ostente algún contrapoder para poner en serias dificultades al ejecutivo regional. Dicho de otra manera, divide y vencerás. Si los socialistas pusiesen toda la carne en el asador apostando todo a una gran alcaldía, el Valcárcelato empezaría a llegar a su fín. Solo hay que fijarse en el contrapoder que ejerce el PP murciano respecto a Madrid. ¿Se imaginan lo que se podría hacer desde La Glorieta hacia San Esteban?


    Valcárcel es imbatible, pero Miguel Angel Cámara no. Si el PSRM-PSOE se centrase en plantear una campaña aplastante en el muncipio de Murcia, presentando un candidato solvente y respetado, un equipo de concejales con tirón, Cámara sufriría mucho, porque a diferencia de Ramón Luís, ni tiene un gran carisma, ni los murcianos le tienen demasiada simpatía. La ciudad de Murcia tiene muchos problemas, a todos los niveles. Las pedanías están abandonadas a su suerte. El ayuntamiento al borde de la quiebra. Y el ciudadano sí percibe las competencias y responsabilidades municipales, a diferencia de lo que sucede con las autonómicas, que se suelen imputar al gobierno central (por ejemplo la gente sigue pensando que sanidad y educación dependen más del gobierno central). En un ayuntamiento, con una campaña potente, y con una fuerte presencia en la calle, se puede alcanzar un resultado favorable. Si no la victoria, acercarse a algo muy digno que empiece a poner nervioso "al personal".


    Ganar espacios, ganar poder, manejar presupuestos, tener a su disposición los medios locales, capacidad de influencia sobre los medios regionales: ganar una gran alcaldía te ofrece la posibilidad de ejercer un poderoso contrapoder frente a San Esteban. Cámara es fuerte pero es el más débil entre los fuertes, por muchas razones conocidas y otras que se conocerán. Su pésima relación con Valcárcel es otra razón importante a sopesar. Otro punto a favor.


    Propongo otra estrategia de marketing adicional, una especie de apelación al voto útil. En la calle, en el boca a boca, se puede jugar con el mensaje de que es posible votar a un partido para la asamblea y a otro para la alcaldía. Que el voto ideológico se puede ejercer en la urna autonómica pero que se puede apostar por un cambio en la urna municipal, y que el contrapoder puede ser beneficioso para Murcia porque la comunidad autónoma tiene abandonado al municipio...o porque nuestro candidato es mejor, porque la ciudad merece un cambio, o simplemente porque es una oportunidad para comprobar si los socialistas merecen la confianza de los murcianos. En resumen "usted puede seguir votando a su querido Valcárcel, pero confíe en nuestro equipo para la alcaldía porque Cámara no está siendo un buen alcalde".


    Un candidato potente, una campaña potente y un equipo potente. Ideas, pedagogía y cierta dosis de agresividad. Inteligencia y honestidad a la hora de vender un mensaje de cambio. El PSRM-PSOE debería trabajar para avanzar en el municipio de Murcia. Y por supuesto, mantener al menos y donde se pueda mejorar el poder en otros pequeños municipios. La clave de estas elecciones y los objetivos deben ser municipales. Gastar demasiado dinero y esfuerzo en la derrota más importante en la historia del socialismo murciano no tiene mucho sentido. A lo sumo se puede jugar a quedarnos como estamos. Cámara es el objetivo. Y muy pronto, puede que sepáis otra razón para entender que el alcalde de Murcia se presentará posiblemente debilitado a las elecciones. Insisto, el partido debería volcarse en la alcaldía de Murcia. Ahí queda dicho.