LA SOMBRA DE AZNAR APOYA A JORGE ALARTE COMO CANDIDATO DEL PSPV A LA SECRETARÍA GENERAL

Desde este blog quiero dar todo mi apoyo al actual alcalde de Alaquás, Jorge Alarte, en su candidatura al Congreso del PSPV, en la que luchará por la secretaría general del partido para liderarlo con la vista puesta en las elecciones municipales de 2011. Jorge Alarte ha apostado por la “renovación” para “recuperar la confianza de los ciudadanos”. En su opinión, el PSPV necesita articular “discursos propios” que acaben “con las medias tintas y la incertidumbre”. No puedo estar más de acuerdo. Como mencioné en mi ultimo escrito, los socialistas madrileños, valencianos y murcianos deben trabajar sobre discursos autóctonos, sin servilismos hacia Moncloa, con una autonomía de facto a la hora de defender las posiciones sin titubeos, sin malas conciencias, sim complejos. Acierta Alarte cuando señala el enemigo público número uno del partido en estas federaciones: la incertidumbre, el caos, la incapacidad de colar en la sociedad un mensaje sólido, robusto, que se pueda mantener siempre, que se pueda defender con convicción. No hay continuismo en las estrategias sino una mera improvisación que termina asustando a los ciudadanos. Un rumbo errático que resta coherencia y credibilidad al partido.

Con solo 33 años Jorge lo tiene muy claro. Es ambicioso, popular, un tipo con una autoestima a prueba de bombas, y sobre todo con las ideas muy claras. Es pragmático y aunque no se casa con nadie, puede sentarse en la mesa con cualquiera, desde empresarios del ladrillo hasta el último de los obreros. Su objetivo es ganar, punto. Cuando las cosas no pintan bien, es capaz de flexibilizar, adaptar y modular, un camaleón en potenia; el ideario nunca es una barrera para él, es una oportunidad, al revés, para ir más allá (de los ideales) centrándose en las personas y en los intereses particulares, en el ciudadanos, en el pueblo. Para muestra un botón. Dicen que cuando este joven político logró el 27 de mayo su tercera mayoría absoluta, convocó a la ejecutiva del partido de su localidad para una reunión de urgencia: tenían que hacer autocrítica, había conseguido un concejal menos. Les preguntó : “¿En qué hemos fallado?”. Este es un político ganador.

Es un defensor de las políticas de Zapatero, a quien admira, pero tiene un estilo propio. Tiene ese carisma, ese encanto, que le procura simpatías en todos los sectores sociales y el reconocimiento incluso de sus vecinos más conservadores aunque esto pueda despetar el recelo de la izquierda más izquierdosa. Sabe que el Zapaterismo no es una doctrina, sino un patrón, que no hay que copiar, si no que se debe usar como base para aplicar una política de mínimos que asegure los valores progresistas en un entorno marcadamente conservador. Aplica una Tercera Vía inteligente porque sabe que Valencia es Valencia con su particular realidad ideológica y social. Tiene mano izquierda y mano derecha, por eso gusta, incluso a los empresarios, que no lo ven como una amenaza sino como un hombre razonable que tiene muy claro lo que quiere. Que no levante temores y sospechas entre el poder económico es un plus, aunque podamos decir que eso no es progresismo obrero. ¡Por favor señores del PSPV (PSM, PSRM), los obreros aquí votan al PP! ¡Votan al ladrillo!

La calle es suya, está en todos los saraos, fiestas, tiene el pueblo metido en un bolsillo. Es un buen comienzo. Es eso, populacho, echado "palante". Cuando 8 de mayo se inauguró oficialmente la sede de la Sección Valenciana de la Fundación Ernest Lluch (3ª en España) en el espléndido Castell renacentista de Alaquàs recientemente rehabilitado, Levante-EMV quiso afearle reprochandole “pero Zapatero no viene a inaugurarlo ¿verdad?”. A lo que piquito de oro respondió: “¿Sabes quién va a ser el visitante Nº1 de la exposición?: el pueblo, que para él se ha montado esta exposición.” Esas formas "populachas" como pedía el otro día son las que definen simpatías, confianzas y seguridades en los electores, y cuando se trabaja bien el discurso y la percha, el centro político es tuyo y hasta puede que algún desencantado de la derecha te de su apoyo. Se trata de ampliar redes sociales, crear un clima de confianza, vender independencia de Madrid y de Cataluña (sí, aquí eso hace daño). Hay que tenerlo claro.

La Comunidad Valenciana, como Murcia y Madrid, tiene un marcado caracter conservador desde hace algunos años. Se ha trabajado con eficacia la conciencia del ciudadano. Conceptos como el ecologismo y la sostenibilidad no venden, no se entienden, tampoco el mensaje de la izquierda más extrema, o el del nacionalismo de corte catalán. Hay que apartar ese discurso. Así, Alarte apuesta por “presentarnos a las próximas elecciones con un proyecto que aspire a ser mayoría en solitario”. Alarte fue especialmente crítico con la “pre-coalición” con el Compromís pel País Valencià que, en su opinión, percibieron los ciudadanos de la Comunitat en la campaña del 27-M. “Cuando oigo hablar a Glòria Marcos pienso que su discurso no responde a la mayoría”. Esta reflexión no puede ser más acertada. El PSPV, como el PSRM o el PSM debe aspirar a gobernar el solitario porque los pactos con las otras opciones de izquierdas restan credibilidad y confianza en los ciudadanos de estas comunidades. ¿Por qué? Porque son vistos como radicales, como opciones políticas que anteponen el medio ambiente a la economía, y eso, ni gusta ni vende. Hay que soltar ese lastre.

Para Alarte el problema del PSPV no es programático “no hay una sola de nuestras propuestas que les parezcan mal a los valencianos, como por ejemplo dar hora antes en el médico. El problema es que no nos creen cuando lo decimos, ni una sola de las propuestas de campaña está mal. Desde la red de escuelas infantiles a la renta básica de 600 euros. Pero para el futuro deberíamos transmitir una idea clara y global de lo que queremos para la Comunitat". El problema, dice acertadamente, consiste en que "los ciudadanos no nos creen". Efectivamente, la credibilidad es un punto a trabajar honestamente, partiendo de un líder, que debe ser creíble y además, aparentarlo. En Murcia nadie cree a Saura, tampoco al PSMR "no son de fiar" dice la gente. Tener carisma no es suficiente, de acuerdo, pero sí necesario.

Jorge cumple los requisitos que planteo en mis anteriores reflexiones. Por eso es mi apuesta para dirigir los próximos años al PSPV con ciertas aspiraciones para desbancar a Camps de la Generalitat. Los demás candidatos son más de lo mismo. Que nadie se engañe. Si hay un candidato que puede ganar las elecciones de 2011 es él. Y quiero dejar clara una cosa, en mi vida he hablado con este señor ni con nadie de su equipo. Mi apuesta es arriesgada porque sé que en el fondo el PSPV nunca elegirá a un tío como Jorge. Será Madrid quien decida. Volverá a ser un error. Cuidado amigos de Valencia. Que no piensen por vosotros.

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