EL ESTADO DE DERECHO DEBE PRESENTARSE CON URGENCIA EN LA REGIÓN DE MURCIA: "O NOS LIMPIAN EL TERRENO DE JUEGO O NO JUGAMOS"

Dicen que en Ferraz están dispuestos a meter el bisturí en algunas comunidades donde los socialistas han cosechado amargos resultados. Madrid, Valencia, Málaga y Murcia son agujeros negros que hay que tapar para acudir a las urnas en 2012 con ciertas garantías. Las recetas a aplicar deben ser específicas, concretas para cada zona, esto es, lo que puede valer para Málaga puede que no sirva para Valencia y viceversa. Las razones de la hecatombe en estas zonas no siempre son coincidentes aunque algunas taras se comparten. De este grupito mencionado 3 de ellas comparten un patrón común, Madrid, Valencia y Málaga, donde el problema reside en la falta de credibilidad de una oposición sin líderes fiables y/o consolidados, con un Partido Popular que ha ganado el discurso de la calle y ha virado el norte ideológico hacia el neoliberalismo como fórmula maestra para crear riqueza y crecimiento. Camps y Aguirre saben lo que quieren hacer, tienen las ideas muy claras, y eso con sus aparatos mediáticos funcionando las 24 horas se nota y se agradece en la ciudadanía. Como dijo Rajoy, "somos previsibles". Sin embargo el PSM y el PSPV son todo lo contrario, imprevisibles y caóticos, no se entienden ni entre ellos, ¿qué van a ofrecer a los ciudadanos entonces? Si no exportas un modelo de seguridad estás perdido, hay que ofrecer certitudes con un mensaje unánime, creíble e ilusionante, siempre pensando en lo que más importa al ciudadano: el bolsillo.

La Región de Murcia es un caso muy especial porque en él confluyen algunas peculiaridades que no se dan, al menos con tanta fuerza y evidencia, en los otros casos. Sí, en la misma o en mayor medida falla el líder, el discurso, las estrategias empleadas, pero confluyen algunos agravantes que ningún analista debe dejar de comentar. Si en Madrid o Valencia el nudo mediático del PP es importante, en Murcia la situación es exageradamente asfixiante por ser una comunidad pequeña, uniprovincial, donde los poderes están concentrados y los controles pueden relajarse sin levantar grandes sospechas en Madrid. El poder que los populares tienen en la Región de Murcia no tiene parangón ante la progresiva marbellización de una tierra a manos de un minucioso conglomerado de intereses particulares diseñado por los poderes económicos y empresariales regionales en convivencia con la clase política. Solo GIL consiguió tanto poder y peso social como Valcárcel, con grandes y crecientes victorias electorales al ruido ensordecedor de las denuncias en los tribunales, con un pueblo rendido al olor del dinero negro, el pelotazo fácil y la esperanza de una vida bañada en oro que ha absorbido la sesera al obrero de toda la vida, convertido en pseudo burgués de nuevo cuño por obra y gracia de los Sanchez Ladrillos. Y no me parece mal, es legítimo querer prosperar, soñar con un adosado o con ese modelo de coche que siempre anhelaste. El problema viene cuando "te hacen creer" que estás invitado a la mesa, cuando te "meten en la cabeza" que todos parten con la misma ventaja, que cualquiera puede llegar a la meta. En la mesa se han sentado los de siempre, los demás hemos lamido el suelo en busca de unas pocas migajas porque no estabamos invitados; eramos los criados, la chacha que les servía el festín, nada más. Como en Marbella se decía "Jesús Gil roba pero también deja que los demás robemos", pues aquí igual, que espere la educación, la sanidad, los sueldos o las pensiones. El síndrome Willy Fog ha embargado a los murcianos.

Así pues que nadie se engañe, ni en Ferraz ni en Princesa. Si el Estado de Derecho, con toda su fuerza ejemplarizante, no se presenta en la Región de Murcia para derribar la estructura corrupta que permanece intacta desde hace una década, caiga quien caiga, no habrá nada que hacer, porque ni poniendo de líder a Obama ni rodeando al PSRM de los mejores sabios la sociedad lograrían despertar a los murcianos del sueño corrupto, seguiríamos secuestrados por la voluntad de 4 grandes empresarios en convivencia con una clase política escasa de escrúpulos. Y es el que el dinero lo puede comprar casi todo, por eso la Justicia debe actuar sin dilación, no por interés, si no por es su deber. A diferencia de Valencia por ejemplo, la Región de Murcia tiene procedimientos abiertos o por abrir en casi todos sus municipios, más algunas causas que afectan al gobierno regional, funcionarios y altos cargos. Es tal el conglomerado de intereses, sociedades y pelotazos a gran escala que los fiscales ya se atreven a afirmar que "lo que sucede en esta Región deja en mantillas a Marbella". Por algo Juan Antonio Roca es de Cartagena. Aquí los curas dan misas a favor de los corruptos, como en Totana, donde el PP lejos de llevarse una reprimenda electoral ha conseguido un resultado record con una participación altísima. ¿Qué está pasando aquí? Hasta los sindicatos parecen comprados, lamentable espectáculo ver como le bailan el agua a esta derecha tan retrógrada y antisocial.

En la Costa del Sol la familia Gil tenía en nonima, directa o indirectamente al 25% de la población de Marbella, los enchufes estaban al orden del día, se abrían medios afines y se cerraban los críticos, se compraban jueces, se untaba a fiscales, policías nacionales, enfín, un panorama que todos conocemos. Los tentáculos llegaban hasta arriba. Solo cuando entró un gobierno progresista decidido a potenciar los medios en la lucha contra la corrupción el chiringuito dejó de funcionar; solo meses antes de la famosa Operación Malaya Julián Muñoz sacaba una nueva y aplastante mayoría absoluta. Es un dato a tener en cuenta. Ahora gobierna en Marbella un partido que solo contaba con dos testimoniales concejales, el PP, el Gil ha desaparecido. ¿Puede ocurrir lo mismo en la Región de Murcia?

La respuesta sería afirmativa si el gobierno recién reelegido apuesta decididamente por la lucha contra la corrupción de cuello blanco en la Región de Murcia. Se han dado pasos, hay que reconocerlo, pero son claramente insuficientes. ¿Saben los murcianos quienes son los que están luchando a pecho descubierto contra la red corrupta que se extiende como un cáncer por la Región de Murcia? ¿Saben cuantos valientes se están partiendo la cara contra los poderosos poderes económicos y empresariales que hacen y deshacen a su antojo en esta región para procurarse beneficios en detrimento del interés general y la libre competencia? 2 fiscales, 3 guardias civiles y 3 periodistas, alguno de ellos amenazado de muerte por la mafia que todo lo sustenta, ¿asombrados?. Si esa es la apuesta del señor Zapatero vamos apañados, en Marbella por ejemplo destinaron a toda la Udyco, en exclusiva. Que no gasten una neurona más en poner y quitar nombres para liderar la aventura murciana sin atacar la raíz del problema. O se rompe la telaraña corrupta o mejor ni aparecer en escena. Que lo tengan claro, que no esperen que nadie haga aquí con la política el trabajo que deben hacer las instancias judiciales. Es imposible.

Piensen por un momento que las direcciones nacionales de PSOE o PP se hubiesen extrañado de los pírricos resultados que obtenían en Marbella hasta hace un par de años. Que planteasen "ha ganado Gil porque nuestro candidato era flojo" o "hemos conseguido un mal resultado porque nuestro mensaje no era adecuado". Se estarían engañando. No, el problema es que el mensaje no llegaba porque los medios locales lo ahogaban (el corrupto pagaba para censurarlo); no es que el líder sea mejor o peor, es que sufría el constante boicot mediático y social con campañas que los mismos corruptos financiaban para mantener su escalada de privilegios. Gonzalez y Aznar hubiesen sido derrotados por un panoli del tres al cuarto como Julián Muñoz, que a nadie le quepa la menor duda. Cuando una sociedad como tal está secuestrada por los intereses privados de unos poderosos, por el dinero, por el marketing, la persuación, las campañas de lavado de cerebro, por la corrupción, se concluye que ganan elecciones quienes la mafia empresarial quiere. Punto. Es el modelo siciliano exportado a nuestra tierra, y quien se salga de la foto no sale. Al crítico, amenazas, boicots y todo lo necesario. Y es que cuando te juegas negocios de miles de millones de euros no te cuesta nada pagar unos miles para que un sicario termine el trabajo. Por eso la presencia del Estado de Derecho se hace imprescindible desde ya.

Que los señores de Princesa dejen los cuchillos hasta el Congreso extraordinario. Y que pongan toda la carne en el asador para conseguir de Madrid un compromiso que se materialice en un refuerzo decidido en medios para la lucha contra la corrupción: más fiscales, más guardias civiles especializados, técnicos en Hacienda fiables, unidades anticorrupción y contra el crimen organizado, que intervenga el Banco de España para controlar nuestras cajas de ahorros. El todavía ministro de Justicia en funciones conoce la situación pero el PSRM debe presionar obsesivamente porque en Madrid se conozca nuestra situación y se acierte en el diagnóstico. Falta un líder sí, falta un equipo sí, falla el mensaje, también. Pero con todo eso, incluso en una versión sobresaliente, no bastaría para derrotar al Partido Popular. O el Estado de Derecho se presenta aquí con todas las de la ley para limpiar las estructuras corruptas (y eso incluye a gente del partido) o la Región seguirá gobernada por los cuatro chorizos de siempre, los mismos que llevan años riéndose de todo, incluso de la Justicia. Aquí donde consejeros de presidencia expresan con total naturalidad que "esta jueza es muy pepera" hace falta una actuación ejemplarizante.

Si no se recibe una respuesta comprometida del Estado, del gobierno y de las instituciones que tienen como función y obligación perseguir el crimen, los socialistas murcianos, con toda su mediocridad deben tener la dignidad de decirle al presidente del gobierno que no juegan en esta Liga, que baje él de Madrid a defender la cara del socialismo porque aquí no estamos para atarnos la soga al cuello. Cuando pongan a disposición los medios juntos y necesarios, entonces hablamos de poner nuestro rostro, nuestra salud y nuestro tiempo. O nos limpian el terreno de juego o no jugamos. Que quede claro.