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    miércoles, 25 de mayo de 2011

    ANÁLISIS DE LA DERROTA DEL PSRM-PSOE: PASADO, PRESENTE Y FUTURO


    El Partido Popular de la Región de Murcia volverá a gobernar 4 años más en la comunidad autónoma, y lo hará con una mayoría más aplastante si cabe, alcanzando 33 diputados en la asamblea regional frente a los 11 de los socialistas, que pierden 4 escaños de los 15 que obtuvo en las anteriores elecciones. Además los populares gobernarán en la práctica totalidad de los ayuntamientos de la región, con abrumadoras mayorías, con un durísimo castigo para el PSRM en las 3 grandes ciudades, Murcia, Cartagena y Lorca. Los socialistas rompen una vez más su suelo electoral, en una carrera cuesta abajo en la que se siguen perdiendo apoyos en el electorado murciano, con el agravante de que se ha evaporado el escaso poder muncicipal que les quedaba, con la perdida de algunos gobiernos locales tan importantes como históricos. 33 diputados del PP frente a solo 11 diputados socialistas es un balance que no esperaban ni los más pesimistas. Llega, de nuevo, el momento de la reflexión. ¿Qué está pasando en la Región de Murcia y por qué los socialistas pierden en cada elección la confianza de un mayor número de ciudadanos, hasta convertirse en un partido residual y defenestrado por los murcianos? Hablaré en primer lugar de las cuestiones de fondo que explican la debacle para terminar reflexionando sobre los defectos estructurales de la organización socialista y los pasos que a mi modo de ver se deben dar en el futuro inmediato.

    Existen varias explicaciones, varias respuestas que explican la hecatombe del socialismo murciano, pero la primera de éstas origina por defecto las demás. El PSRM-PSOE ha perdido las siglas PSRM, que es tanto como perder su nombre, su identificación y sus orígenes, su propia autonomía. Los socialistas murcianos no tienen un discurso propio, es obvio, porque éste no está cimentado en las particularidades, demandas y necesidades del electorado murciano, sino en la propia complacencia y en el discurso oficial que se diseña a más de 400 kms de distancia, en Madrid. El PSRM-PSOE se ha empeñado en representar a José Luís Rodríguez Zapatero y no a la ciudadanía murciana, a la que se debe. Un partido que prefiere defender los intereses de su partido en Madrid por encima de los intereses de sus propios electores y simpatizantes (y por lo tanto de sus propios intereses como federación y partido) necesariamente debe cosechar sucesivos fracasos electorales, cada vez más rotundos en elecciones regionales y locales. Sobre este eje, el Partido Popular ha visto facilitada su labor de gobierno en la región y de oposición al gobierno central. De un solo golpe, los populares derribaban a Zapatero y de rebote a los socialistas murcianos.

    Si los socialistas a nivel nacional han acusado a los populares de convertir la campaña autonómica y municipal en una primera vuelta de las elecciones generales, en la región de Murcia los socialistas llevan años aplicando precisamente la receta de desarrollar como eje principal de su actuación política la defensa de los intereses de su partido en clave nacional. Mala decisión ésta cuando la primera actuación de Zapatero fue la derogación del trasvase del Ebro. Torpeza de Saura, más empeñado en trabajar desde Madrid y salir en la foto con el presidente que en fortalecer el partido, y torpeza la de la candidata socialista Retegui, que en su primera entrevista se retrataba de la peor manera posible a la pregunta de "a quién admiraba más" respondiendo con el nombre del líder político peor valorado de la historia de la región de Murcia, el señor Zapatero. No confundamos tomar distancia y jugar inteligente con traicionar a tu partido y a tu secretario general, no se trata de renegar de todas sus decisiones. No hacía falta llegar a tanto. Un ejemplo clarificador de la política “seguidista” de los líderes socialistas: en 8 años, jamás hemos escuchado a los socialistas murcianos criticar, denunciar o cuestionar, siquiera someramente, una sola decisión del presidente del gobierno. No se trata entonces de responsabilizar al presidente Zapatero de los males del PSRM por mucha influencia que haya tenido en el devenir de los socialistas murcianos, pues ha sido el PSRM quien ha decidido cargar con el peso de algunas polémicas decisiones del gobierno central, con su silencio y su complacencia. Un apoyo crítico hubiese sido un paso suficiente, cuando éste hubiera estado justificado.

    Como consecuencia de una errónea estrategia política, desarrollada y defendida a ultranza por el secretario general Pedro Saura, muy cercano y hombre de confianza del presidente del gobierno, el PSRM-PSOE se ha terminado convirtiendo en un partido sin rumbo, sin identidad y sin una agenda propia, donde el mérito se ha medido en función de quién era más condescendiente y servicial con la ejecutiva socialista de Ferraz, asumiendo las sucesivas ejecutivas de Princesa una posición mercantilista y espúrea, donde muchos de sus miembros (con honrosas excepciones) medraban con el único objetivo de mantenerse, promocionar y ascender dentro de la propia organización. El PSRM renunció hace mucho tiempo a convencer y liderar un proyecto sólido, alternativo y autónomo conformándose con las migajas que se repartían desde Madrid, y por eso el partido ha acabado convirtiéndose en un medio de subsistencia económica para medio centenar de personas, las mismas caras que se repiten desde tiempos inmemorables, que van rotando de responsabilidad en responsabilidad, protegiéndose los unos a los otros, bajo el paraguas de la indiferencia de Ferraz, obstaculizando sistemáticamente la renovación de la organización.

    El PSRM-PSOE mantiene el mismo discurso y las mismas caras desde 2004, con algunas variaciones estéticas de poca relevancia, que no convencen ni a la propia militancia. No se ha variado una coma el argumentario de la primera gran derrota de los socialistas y por lo tanto, a nadie debe extrañar que los murcianos sigan dando la espalda al proyecto político del PSRM-PSOE. Es como si la ejecutiva socialista no hubiese aprendido de sus errores y se obcecaran en perpetuar posiciones ampliamente censuradas por los ciudadanos de la región de Murcia. Por ejemplo no hay un discurso sólido en materia de agua, una de las principales preocupaciones de los murcianos, y nos guste o no, una seña de identidad para esta tierra, y que define las simpatías políticas de millón y medio de conciudadanos. Primero defendimos los trasvases, después las desaladoras, y ahora no se sabe qué, parece que ninguna de las dos cosas. Porque nunca tuvimos una posición que no fuera la que se dictaba desde Madrid. Si no tenemos una posición propia sobre determinados temas y no sabemos responder a las principales preocupaciones de los murcianos en clave regional, por mucho que sean debates interesados impuestos por el Partido Popular, cualquier iniciativa está destinada a fracasar irremediablemente. Desgraciadamente no podemos dejar de hablar de lo que el PP quiere que hablemos, pues domina todas las instancias y medios regionales, y tiene muchos recursos a su disposición.

    Ciertamente Zapatero ha sido el peor embajador para los socialistas del PSRM-PSOE. Por eso se entiende menos esa obsesiva defensa enrocada de todas sus decisiones. Si bien Zapatero ha sido el presidente que mejor ha tratado esta región presupuestariamente no es menos cierto que siempre ha dejado mucho que desear en el trato institucional y la cercanía emocional que los ciudadanos agradecen y tienen en cuenta a la hora de votar; los murcianos nunca han sentido el calor de su presidente del gobierno. En Murcia siempre hemos tenido la sensación de que, acertando o no, Moncloa siempre antepuso los intereses de otras comunidades a los nuestros. Nuestros líderes deberían haber tomado mayor distancia con el presidente del gobierno, para que el electorado murciano pudiese apreciar la autonomía de ambos proyectos, a pesar de las lógicas coincidencias de fondo, evitando que la marca PSRM se diluyera excesivamente en la figura y el porvenir del propio Zapatero. La docilidad de la federación socialista murciana no ha contribuido a proteger las políticas de Zapatero, todo lo contrario. Como siempre se ha defendido que su postura era la correcta, los murcianos han llegado a la conclusión de que el PSRM-PSOE era un partido seguidista y acrítico, y por lo tanto no tenía credibilidad alguna cuando defendía medidas (la mayoría) que beneficiaban a los murcianios, pues se endosó a la federación murciana el san benito de “perro de su amo”.

    El socialismo murciano hubiese ganado credibilidad de haber puesto en entredicho algunos movimientos políticos del gobierno central, a pesar de un apoyo general y mayoritario a la mayor parte de sus propuestas, como no podía ser de otra manera. Moncloa y Ferraz hubiesen modulado, matizado y acertado con algunas decisiones controvertidas de haber tenido enfrente a una federación socialista capaz de conjugar la defensa de posiciones no coincidentes y de prestar al mismo tiempo un apoyo condicional y crítico. Zapatero siempre tuvo la presión en la nuca de Barreda, Vara y Montilla, como antes la tuvo de Chaves e Ibarra, pero nunca de Saura. Nunca de los socialistas murcianos. El escaso peso de la federación socialista no es excusa. Si en Ferraz no nos han considerado por el menor peso de esta federación, razón de más para levantar la voz y arriesgar con un proyecto político más atrevido, fuera de los guiones escritos en Ferraz. En definitiva hay que trabajar, cambiar y modular mensajes, estrategias y posiciones políticas para hacerlas cercanas a los intereses de los murcianos, y para ello tenemos que reclamar nuestra autonomía. Hasta aquí los análisis de fondo, de mensaje, de concepto. Habrá tiempo para profundizar más.

    Vayamos a los defectos internos del propio partido. La actitud condescendiente del PSRM con el PSOE, la oposición a las principales demandas de la sociedad murciana, y la escasa regeneración interna del partido, han ocasionado las peores derrotas de la historia de la organización y lo que es peor, han terminado por impregnar a toda la militancia de un halo de impotencia y frustración que anticipa, si no se toman medidas contundentes y ejemplarizantes, la descomposición del partido. La militancia exige una depuración total de responsabilidades. No se trata de que los que vienen reflexionando los últimos 8 años vuelvan a reflexionar. Es claro y notorio que reflexionar no es una cualidad inherente a la ejecutiva actual, no es lo suyo. Un gesto de dignidad en forma de dimisión conjunta de la ejecutiva sería el mejor de los comienzos para una verdadera renovación en el socialismo murciano. Aferrarse al cargo solo denota el miedo y el vértigo de perder posiciones de influencia y poder, que no hacen sino confirmar las sospechas de la militancia. Unas decenas de hombres y mujeres que se parapetan en sus cargos y se niegan a dejar paso.

    Tampoco entendería la militancia y menos aun el electorado murciano que viejas glorias y altos cargos del partido se promocionaran como recambios de un nuevo proyecto político. Las ideas son importantes, pero quien las defiende también, la cara es el primer mensaje de un proyecto, en marketing sabemos que la forma es tan importante (o más) que el fondo. Un candidato o una ejecutiva es un mensaje y una propuesta política por sí misma, sin abrir la boca. Por eso es tan importante la renovación de caras además del debate de ideas. Algunos políticos que llevan pilotando la nave socialista más de 20 años no pueden representar la ruptura con el pasado reciente que este partido necesita. Los secretarios generales de las principales agrupaciones también deben asumir responsabilidades. La depuración debe ser profunda y generalizada para que la reflexión pueda tener lugar sin la influencia de los pesos pesados que han dirigido el partido, y bloqueado su renovación. No se trata de rejuvenecer el partido ni de renunciar a la experiencia de muchos cargos orgánicos, que a buen seguro tendrán mucho que aportar. Se trata de renovar unas caras que los murcianos ya han condenado con su indiferencia y en las que no volverán a confiar aunque el discurso sea radicalmente distinto: no se fiarán. En el nuevo proyecto político del PSRM deben sumar los mayores, los más jóvenes y los menos jóvenes pero la vieja guardia debe dar un paso o dos atrás. No pueden ser la imagen de un nuevo proyecto.

    El PSRM-PSOE debe acompasar su regeneración con los cambios que se sucederán a nivel nacional. El PSOE renovará líderes y proyectos en un hipotético Congreso Federal Ordinario o Extraordinario, y el PSRM-PSOE no puede quedarse atrás. Debe aprovechar ese impulso para volver a generar ilusión en su electorado. Estamos a tiempo de recuperar la confianza de los murcianos. Pero todo o casi todo debe cambiar. Quizá los socialistas deban replantarse algunos contenidos aunque los hayan combatido estos últimos años. Otros partidos y otras federaciones lo han hecho, y tendremos que hacerlo seguramente con un paso previo, absolutamente necesario: empezar pidiendo perdón a la sociedad murciana por haberles fallado. Los murcianos se divorciaron de los socialistas hace 8 años cuando los españoles empezaron a reconciliarse con el partido a nivel nacional. Entonces tuvimos que cambiar o modular el paso pero no lo hicimos. Años después tampoco, cuando la experiencia nos decía que teníamos que transformarnos a fondo. No defendimos con brillantez nuestras alternativas, ni supimos explicarnos como los murcianos merecían. Si hacemos autocrítica y empezamos por reconocer los errores en público, quizá los murcianos empiecen a reconciliarse con nosotros, a vernos como amigos y no como enemigos de esta tierra. Solo entonces empezarán a escucharnos. Solo entonces nuestras propuestas serán tenidas en cuenta. Solo entonces, tendremos influencia y poder para convencer.

    La campaña electoral de los socialistas ha sido francamente mejorable pero no es razonable cargar el peso de la derrota sobre las espaldas de Begoña García Retegui. En 8 meses no es posible enmendar el paso de 8 años. El secretario general debería haber asumido la responsabilidad de su gestión asumiendo el cartel electoral o de lo contrario haber renunciado a su cargo con anterioridad para propiciar un verdadero cambio. Begoña nunca debió aceptar el encargo, una trampa envenenada. Una de las mejores diputadas se ha inmolado no se sabe por qué razón, cuando no era su momento ni su lugar. Begoña, por falta de tiempo o por un error de apreciación, no ha variado una coma el discurso de Pedro Saura. Hemos visto una Begoña contenida y maniatada cuando esperábamos que demostrara su cara combativa. Begoña ha jugado a ser Saura, y para ser Saura, nadie mejor que el propio Saura. La campaña ni siquiera ha servido para poner sobre la mesa los cimientos de futuros éxitos electorales. Tiempo perdido. No haber explicado en campaña las diferentes competencias a manos de las distintas administraciones es un error imperdonable. Hoy muchos murcianos siguen pensando que la responsabilidad de los problemas en sanidad, educación, dependencia, urbanismo, empleo, comercio, y tantas otras competencias, es exclusiva del gobierno central. Haber conseguido aclarar estos conceptos, cuyo desconocimiento popular permite el caldo de cultivo para las manipulaciones del PP, hubiese dado valor a la campaña a pesar de la derrota. La información y la pedagogía en este sentido (y en otros temas) es la base para que los ciudadanos, cuando empiecen a escucharnos, puedan además empezar a entendernos.

    Zapatero, la crisis, el paro, los movimientos del 15-M, la fortaleza del PP, el control de los medios de comunicación regionales, la derogación del trasvase del Ebro, la corrupción ejercida en algunos ayuntamientos socialistas, la defensa de los recortes del gobierno central y la crítica a los recortes del gobierno regional, muchas son las razones colaterales que explican el descalabro del PSRM. Éste ha sido una tónica a nivel nacional, con un PSOE castigado en las urnas en todo el territorio, pero no puede constituir excusa, cuando ya se perdía estrepitosamente en la región mientras en otros feudos se ganaba con solvencia con las siglas del puño y la rosa. Perder por 10 puntos no es lo mismo que perder con una diferencia de 40. Perder consecutivamente tantas elecciones, con resultados descendentes, es algo insostenible. Por eso es necesario partir de cero, renovar las estructuras del partido, dotarlo de vitalidad, y abrirlo a la sociedad. Imprescindible la formación de la militancia, el entrenamiento de nuestros candidatos, la especialización de los equipos de trabajo en el partido. Empezar de cero tiene la ventaja de que no hay límites ni condicionantes, todas las ideas son bienvenidas, todos importamos, todos somos iguales. El proyecto debe iniciarse con unos líderes pero debe dar valor a todos los militantes, del primero al último. Todos debemos sentirnos importantes. Pero el tiempo apremia.

    Un nuevo escenario se abre a pesar del panorama sombrío que deja al Partido Popular con la mayor concentración de poder autonómico y municipal jamás conocido en democracia. Es una ventaja que tienen pero también una enorme responsabilidad. Los cambios a peor pueden constituirse en oportunidades si el partido logra regenerarse y culmina una reconciliación con la sociedad murciana. Las oportunidades vendrán y habrá que saber aprovecharlas. De camino, recortes y ajustes sociales sin precedentes que deberán asumir las comunidades autónomas y ayuntamientos, casi todos en manos del PP. Valcárcel no podrá culpar a los socialistas de Castilla La Mancha y de Aragón del bloqueo al trasvase del Ebro y el mantenimiento del Tajo que con toda seguridad no podrán acometer y mantener. El PP murciano tendrá un problema considerable si Rajoy llega a gobernar, pues las exigencias y demandas para con el gobierno de Zapatero han sido tan altas que la no construcción del tubo del Ebro o el impago de la mareante cifra de 4.200 millones de euros de deuda histórica dejaría en muy mal lugar a los populares. Si Valcárcel como parece probable emigra a un ministerio en caso de victoria del PP en las generales o a Europa en caso de derrota, la sucesión puede sangrar a una organización unida en público pero muy dividida en privado. Ahí, entonces, a un año vista, el PSRM debe llegar renovado y fuerte. No queda tanto, por eso el tiempo apremia.

    La catarsis que el partido necesita no puede hacerse esperar. Debemos hacerla con exigencia pero con la comprensión y la generosidad que una organización como la socialista requiere. No podemos cerrar heridas abriendo otras. Tengamos tacto pero que la militancia descontenta no de un paso atrás. La actual ejecutiva y los secretarios generales tienen en su mano hacer fácil este tránsito. De ellos depende que el nuevo proyecto sea viable o que vuelva a encallar una vez más. Algunos militantes indignados ya se están movimiento con manifiestos. Es ahora cuando los dirigentes socialistas deben demostrar su lealtad al partido. Estaremos vigilantes. No valdrán paños calientes esta vez, ni medias soluciones, ni soluciones negociadas. El futuro del PSRM-PSOE no se volverá a decidir, nunca más, en las famosas mesas de camilla. Que lo tengan en cuenta. No hay vuelta atrás.

    13 comentarios:

    Anónimo dijo...

    Me quito el sombrero una vez más,ojalá lo lea todo el mundo.
    Un abrazo peperufo.

    Pepechin dijo...

    La parcepcion de los que estais mas o menos metidos en los partidos es muy diferente del resto, la inmensa mayoria de los murcianos no sabe quien iba en las listas del psoe a la comunidad, la inmensa mayoria de los murcianos de la capital no sabia ni siquiera quien era el candidato a alcalde por el psoe.

    El problema de las personas es casi unicamente interno del partido y a la gente le trae sin cuidado, si el psoe pone 16 premios novel en la lista tampoco le votan y por supuesto, nadie se ha leido el programa ni de uno ni de otro partido.

    El psoe tiene el estigma de inutil, corrupto y traidor a la patria que le han colgado el pp y sus medios de comunicacion pero tambien la propia pasividad del psoe

    Si a esto le añades la torpeza antropologica de ZP, sus medidas caprichosas y absurdas, su buenismo y el grupo de tuercebotas que le rodea, poco podia hacer en Murcia Begoña G. R. para levantar este muerto.

    Y me pareceria una enorme torpeza ponerse ahora a buscar otra candidata o candidato, creo todo lo contrario, tendrian que dejarles trabajar y darse a conocer, pero para eso necesitan una politica de comunicacion mas agresiva y didactica

    Anónimo dijo...

    Suscribo todas tus palabras.

    Luisa dijo...

    !!VAYA REPASO¡¡

    Anónimo dijo...

    EN CUATRO PARTES.

    Magnífico Peperufo.

    Yo voy a ahondar más:

    Hay que tener en cuenta, también, que aunque son ya muchos los años en que venimos perdiendo, un cada vez más profundo suelo de votos, es la primera vez que, claramente, hemos perdido nuestras bases. El que, en muchos municipios, haya habido un número significativo de votantes que han desdoblado voto en las autonómicas y locales, es decir que han votado a IU en unas y al PSRM en otras, no deja de ser un grito silencioso clamando no ya cambios de caras o políticas, sino un auténtico rearme ideológico.

    Sin duda, como bien afirmas y no solo me complace que lo digas, sino que además lo apoyo, el PSRM ha perdido, como en buena parte el PSOE, sus siglas: Lo primero son y deben seguir siendo las personas, pero no las personas de dentro, sino las de fuera del partido, la sociedad en su conjunto. La vida no se ve igual desde los despachos de Moncloa, Ferraz, el Parlamento Nacional o Autonómico, Princesa o cualquier Ayuntamiento que en la calle.

    El inmovilismo, la falta de una inteligente adherencia a la realidad ciudadana, con una triple vertiente de escucha, pedagogía política y liderazgo social, la profesionalización que genera núcleos duros, auténtico corporativismo siquiera humano dentro de la organización, la falta de renovación del oxígeno interno por el empeño en mantener las puertas cerradas, en el peor de los casos, no vaya a ser que alguien nuevo entre que escape a nuestro control o amenace la cómoda y bien pagada posición de nuestras posaderas sobre el sillón institucional u orgánico, cuando no sobre el sofá que supone la multiplicidad de cargos, son cuestiones que hacen que el PSRM agonice poco a poco.

    No me atrevo yo a pedir un paso hacia atrás de tan insignes compañeros, ni mucho menos me atrevo a pedir, como tú haces, que den dos también hacia atrás. No soy yo ni tan modulado ni tan versado e política para pedir esos pasos atrás que tú pides: YO SI NO DAN, AL MENOS DIEZ PASOS PARA ATRÁS O VEINTE O TREINTA, no me conformo. Y resumo: O están cuando se les consulte o directamente a su casa y si quieren llevarse el carnet que se lo lleven y si se lo quieren dejar que se lo dejen. Y me explico:

    Anónimo dijo...

    Todo, en la vida, tiene sus tiempos. Y al igual que yo, por mi edad, no pude combatir a Franco, cosa que ellos hicieron porque era su tiempo, ellos -a quien indudablemente ha de reconocerseles su mérito- no pueden hacer valer permanentemente tal hecho haciéndonos creer que la lucha con la derecha, con sus postulados ideológicos casi siempre injustos para la sociedad, ya no es necesaria. No son ellos quienes pueden dirigir a una sociedad que mayoritariamente no conoce ya a Franco, ni a una sociedad que avanza a un ritmo vertiginoso de la mano de innovaciones diarias que son incapaces de controlar.

    No se me olvidarán tampoco los muchos intentos de aristocratizar el partido. Desde los que, con complacencia, se dejan llamar "barones" por la prensa, hasta los que, en los más recónditos lugares tratan de dinastizar la política poniendo a sus propios cachorros al frente del partido a título de herederos, como si la sangre fuese, en este partido un valor a conservar, o pretendiendo apropiarse de una historia que para nada les pertenece, como por si alguna razón oculta debieran depositarla en gentes de su más absoluta confianza, absteniéndose al propio tiempo de hacer una labor pedagógica interna capaz de basarse en algo más de mantener la propia influencia personal.

    Tampoco olvidaré la imprescindible necesidad de afrontar cambios en la estructura de representación interna. Que las ciudades grandes tienen un mayor número de habitantes y proporcionan un mayor número de votos es algo que cae por su propio peso. Pero que las "economías de escala" que en ellas se producen en todos los sentidos, generan una marginación innecesaria e injusta de otras más pequeñas, también es un hecho. Y aunque cuatro ojos puedan ver más que dos, el tópico no se convierte en cierto si ambos miran la misma cosa, porque a veces dos ojos capaces de estudiar diferentes perspectivas de las cosas ven más que cuatro. La política no es igual en Murcia, Cartagena o Lorca que en otros lugares más pequeños, porque los medios, la mayor cercanía y conocimiento entre candidatos y votates y el conocimiento del adversario político son mayores, aunque la perspectiva política general es idéntica. Y eso también exige adaptación. No apoyo implícitamente con ello, ni particularmente por ello, que deban rodar las cabezas de los secretarios generales de estas ciudades, si bien lo comparto explícitamente porque con el actual sistema de reparto de la representación así lo merecen. Pero también digo que no deben parar las dimisiones ahí, porque no es una cuestión de tamaño, sino de fondo y al igual que puede haber quien pueda y deba salvarse en Murcia, puede haber quien no deba salvarse en cualquier pequeño pueblo murciano.

    Por último he de pedir, anticipando un movimiento que, estoy seguro, no tardará en comenzar, que algunos compañeros hagan un ejercicio de abstención, antes de que la tentación vuelva a poderles.

    Anónimo dijo...

    Solo pensar en que en una época en la que internet ha llevado la formación académica y no académica, la información, la opinión a todos los rincones del mundo; que en una época en la que -precisamente de la mano de las políticas socialistas- en España exista el mayor número de universitarios de todos los tiempos y particularmente con una mayoritaria representación de mujeres, en la Región de Murcia, solo puedan pensar cuatro: Y no lo voy a ocultar, me refiero a los de siempre... No vaya a ser que ahora vengan -sobre todo si han de hacerlo de salvapatrias- los del famoso listado de los ex-Secretarios Generales a postularse o pustular a los nuevos candidatos. Yo, por más valía que tengan ellos o aquellos a quienes patrocinen, les advierto que, como ya ocurrió con Mármol por impulsión o con Pedro López por absorción, la sociedad no traga, porque en definitiva no traga con sus propios patrocinadores.

    A mi, desde luego, me van a tener enfrente y en lo que pueda les voy a dar la batalla.

    Y recapitulando:

    -Elección interna -también externa- en listas abiertas.

    -Limitación absoluta de mandatos a 8 años.

    -Prohibición de ocupar más de un cargo institucional y prohibición absoluta de ocupar más de un cargo institucional y uno orgánico.

    -Apertura inmediata de puertas, sin más límite que echarse un ojico a trepas y acreditados golfos.

    -Compra masiva de orejas: Para escuchar al pueblo más y mejor.

    -Recuperación de la generación perdida para la política. Porque hay una generación de españoles que se ha perdido para la política.

    -Atención a los clanes familiares, a los clanes geográficos y a todo clan que abandere cosas que vayan más allá de ideas comunes.

    Anónimo dijo...

    -Contacto con el pueblo, que no muerde.

    -Revisión del modus vivendi de los políticos socialistas, desde Ferraz hasta el municipio más pequeño de España, que si el hotel no es de 5 estrellas, el coche oficial tiene menos de 3.000 c.c. de cilindrada y el traje hay que plancharlo, no pasa nada, que por eso no se muere nadie y haciendo lo que hacen otros lo único que conseguimos es empezar a parecernos a ellos para acabar confundidos con ellos por la ciudadanía.

    -Por supuesto, un rearme ideológico de todo el socialismo. Y eso no solo tiene que ver con el PSOE. El socialismo, en toda Europa está igual. Y en este punto, cuando el mundo todos los días se mueve, seguimos desorientados, cuando yo me pregunto si es que en el mundo se han acabado las injusticias, se han acabado las desigualdades sin fundamento alguno o si ya nos hemos rendido totalmente a las pautas de Wall Street. Y también en este punto me pregunto ¿tan blandas son las calles ahora para que la gente se acueste en nuestras plazas y nosotros no sepamos escuchar, incluso más allá de lo que su predominante juventud, exprese quizá de modo imperfecto?

    Pues eso, manos a la obra... En esta ocasión, ya sin más paliativos, desde un movimiento de las bases, si queremos ilusionar y cambiar esto. Y cuando digo bases, digo bases ampliadas ya.

    Matias.

    Anónimo dijo...

    Por favor, el enlace la manifiesto no funciona y en la web no hay forma de entrar, si alguien lo tiene y puede ponerlo, sería de agradecer.

    Matias.

    Anónimo dijo...

    De acuerdo con las recapitulaciones de Matías.
    En elgún momento de mi vida me planteé fundar un partido y llamarlo SC (Sentido Común).
    Básicamente se parece mucho a lo que usted propone (salvo en la limitación de mandatos, sobre todo en alcaldías).
    Mi modelo era un modelo empático: 1)¿Qué querría yo para mi hijo?
    2)¿Qué querría yo para la persona más rastrera del mundo?
    3)Y escoger siempre la más restrictiva.
    Me explico: si yo considero que mi hijo debería cobrar de alcalde 80.000 y la persona más rastrera 10.000, el sueldo del alcalde debería estar "cerrado" en 10.000.
    Es la única manera de ser coherente y no caer en dádivas y nepotismo.
    Y como eso, todo: si a mi hijo quiero darle pensión vitalicia pero al señor rastrero solo concibo darle "que sus años coticen como los de cualquier trabajador", lo que tengo que propugnar es lo segundo.
    El movimiento 15-M favorece que la gente piense, y aunque algunas ideas económicas sean disparatadas, parece obvio que hay otras ideas suyas que deberían ser adoptadas: las personas deben poder decidir sobre cuestiones que les afecten directamente.
    Y añado que un socialista en una ejecutiva es un REPRESENTANTE de los demás, no se representa a sí mismo únicamente.
    ¡COHERENCIA Y TRANSPARENCIA YA!
    PD: como siempre, tu exposición ha sido clarísima y acertada. Enhorabuena Peperufo.

    Carlos Egea dijo...

    Alabo este acertado análisis. Ojalá se hubiera tenido en cuenta hace un año o más.
    Para mí la situación está clarísima y la veo resumida en lo que dice una estudiante de bachillerato: "Un partido que se dice 'socialista' y de 'izquierdas' no puede ni debe hacer política de derechas. Los partidos de derechas tienen más experiencia en eso y seguro que les sale mejor".

    Anónimo dijo...

    Acabo de leer, en la edición impresa de La Opinión de Murcia, el contenido del Manifiesto. ¡¡¡Y me alegro de que sustancialmente mi opinión coincida!!!

    Al tiempo me da pena de que, desde 2003, yo haya planteado este mismo discurso -otras personas también y entre ellas, ¡como no! Peperufo.

    Personalmente lo he hecho en mi agrupación, lo he hecho ante los representantes del PSRM, lo he hecho en el Comité Regional... Y hemos perdido 8 años.

    Ya lo anuncié hace tiempo, aprovechando y agradeciendo la oportunidad que este blog y su dueño, Peperufo nos brinda. Si veis post anteriores, ya decía yo hace tiempo, sin conocer los resultados de las urnas del domingo, que de esta no pasaba y, de esta no pasa.

    No sé si lo lee o no lo lee, pero llegué a decir en este blog a Begoña Garcia Retegui -sabiéndola combativa y capaz- que nos llamase a las bases a la puerta de Princesa, pero cuando no puede ser más, no puede ser más. Y ya hemos llegado al punto.

    En el mismo Diario he podido leer cómo, en contra de lo que yo predico -y conste que tienen todo el derecho del mundo- ya han salido todos, Juma, Maria Antonia, Ramón Ortíz y la compaña a dar su opinión, repito, totalmente legítima, pero que he de calificar de imprudente en la medida en que, rápidamente encuentran eco en los medios de comunicación -que no olvidemos que son de la derecha- cuando, en el fondo, con su historia, como cada uno tenemos la nuestra, hoy por hoy son, como yo y como muchos, simples militantes del PSRM-PSOE.

    Por supuesto no tengo derecho alguno a imponerles silencio -faltaría más- pero desde luego que tengo el mismo derecho que ellos a expresar mi propia opinión y esta es que, calladitos en público, están más guapos.

    No cito a Pepe Méndez, adrede, pero no es obstáculo para que yo reivindique aquí, como haré en todos los lugares en que pueda, que esta vez, los cambios tienen que venir desde abajo hacia arriba y que si no se hace así -incluso asumiendo el coste necesario- al final no se habrá cambiado nada y, en más o menos tiempo, estaremos en las mismas.

    Matias.

    Juan dijo...

    Chapeau Peperufo, con un par de huevos!