ANTONIO LAGUNA Hasta las elecciones generales y nada más. Este era el compromiso tácitamente adquirido por todos los socialistas valencianos antes de abordar la reorganización de sus fuerzas. La espera no sólo era necesaria para evitar distraer al electorado del objetivo prioritario, sino porque los resultados de estas elecciones generales son, junto con los de las pasadas autonómicas, las pruebas periciales más destacadas para dictaminar las razones del declive socialista. Y los datos no dejan lugar a la duda: certifican la enorme solidez del PP en la CV, que más allá de los candidatos que presenta o de la coyuntura política en la que compite, consigue en los últimos cinco años superar con facilidad el 50% de los votos, mientras la izquierda no hace sino perder posiciones y votos.
La cuestión vital para el futuro del socialismo valenciano es averiguar de forma certera el porqué de esta situación política. El porqué la otrora progresista y republicana Valencia es ya un mito, con una ciudadanía que se posiciona, dentro de la escala ideológica del 10, en el 5,01, mientras la media nacional lo hace en el 4,64. La cuestión vital es llegar a descubrir si el cambio político en esta comunidad está en manos de los propios socialistas, acometiendo los cambios precisos, acertando en la elección de los nuevos dirigentes y encontrando un nuevo líder que, además de magnífico orador, gran encantador y perfecto actor, tenga el carisma de los grandes caudillos. O si por el contrario la solución está más allá del carisma y la telegenia de la persona que finalmente sea elegida para liderar el partido. Porque el peligro, tal como van las cosas, es caer en el error de creer que el pueblo socialista, cual pueblo judío de la Biblia, sólo puede ser salvado de su suerte por la llegada de un Mesías que discipline a sus apóstoles y los convierta en magníficos propagandistas de un nuevo evangelio. Esta comparación, que a algunos se les antojará excesiva, es ya la forma en que medios de comunicación, pero también no pocos socialistas, están planteando la cuestión.
Y el problema, tal como han ratificado los últimos resultados, no es sólo qué personas lideran el partido o encabezan las listas. El problema se llama tener perfecta noción de cómo entiende el PP el ejercicio del poder, sobre todo en relación con aquellos mecanismos que operan en la conformación de las opiniones de los ciudadanos que son, a la postre, la base de los comportamientos electorales. Apuntemos algunas claves:
1ª. El discurso populista. El populismo, en un partido que se apellida popular, ha sido algo más que una estrategia discursiva, para llegar a ser la verdadera estrategia política desde principios de los años noventa. Así, el discurso de autoafirmación, desarrollado en la etapa de Zaplana a través de la política de grandes obras, se verá complementado y ampliado en la era Camps como consecuencia del cambio de gobierno en Madrid con el discurso victimista. Con el primer tipo de discurso, el triunfalista, el PP construirá una imagen de pueblo valenciano de acuerdo con sus valores y puntos de vista; un pueblo bueno y trabajador, amante de España, que antepone la provincia a la idea de comunidad y la Comunitat a la idea de País Valenciano, esto es, el PP pasaba a ser el partido de la comunidad, el partido de todos. Por otro, con el discurso victimista, el PP conseguía un silogismo perfecto basado en el planteamiento de «somos los mejores y si no lo somos es por culpa de los envidiosos catalanes o de los traidores socialistas», todo ello con el fin último de asentar en el imaginario colectivo de los valencianos el principio de que el PP es único defensor de lo valenciano.
2ª. El voto del corazón. Al ser los valores y los sentimientos una de las claves determinantes del voto, tal como ha enfatizado el sociólogo alicantino Antonio Alaminos, estas estrategias comunicativas populistas desarrolladas por el PP resultan fundamentales. Desde hace una década, las batallas electorales en la Comunitat se libran en el terreno de lo que se denominan clivajes identitarios e ideológicos, muy por encima del llamado voto temático, basado en que el elector decide de acuerdo con la posición que el partido tiene acerca de una cuestión o tema de interés. Si recordamos el postelectoral del CIS tras las autonómicas de 2007, la primera razón de voto de los valencianos a un partido es por defender a la Comunitat, siendo la última por el candidato que presenta. En otras palabras, se vota a las siglas antes que al candidato, se vota antes con el corazón -emotivamente- que con la cabeza -argumentativamente-; se vota al PP por considerarlo el más valenciano, el que mejor defiende a la Comunitat o el más preparado para gobernar, antes que por sus candidatos o programa electoral.
3ª. Los medios como transmisores del mensaje popular. Las estrategias comunicativas del PP son claves para entender los comportamientos electorales de los valencianos. Y esas estrategias no sólo dependen de la habilidad diseñadora del mensaje -en las claves emotivas más persuasivas-, sino que dependen de la calidad, rigurosidad e independencia de los medios de comunicación. Porque el mayor riesgo de una comunicación persuasiva que necesita apelar a sentimientos tan ambiguos como la envidia, el odio o el miedo, se basa en manipular y deformar la realidad sin que se note; se basa en pasar por verdad lo que no lo es; se basa en presentar que no se hace el trasvase del Júcar al Vinalopó cuando ya está en marcha el 50%, o que no se construye el AVE cuando todo él está ya en obras. El mayor riesgo de una comunicación persuasiva como la que hace el PP está en que el medio de comunicación se olvide de las funciones sociales que su profesionalidad le exige, esto es, verificar, contrastar e investigar el rigor del mensaje, sobre todo cuando viene directamente del gabinete de prensa del partido o de la institución. La construcción de la opinión pública, de esta forma, se verifica de modo y forma que interesa a parte. Gracias al control de medios poderosos de comunicación como radios y televisiones, gracias a las hipotecas que establece sobre medios impresos y periodistas, el PP ha forjado un círculo de hierro con los medios que le permite transmutar diariamente la opinión pública en la opinión publicada. O, lo que es lo mismo, gracias al poderoso aparato de comunicación que posee, el PP ha conseguido que su discurso, más que partir de la realidad, acabe construyendo la propia realidad
Comentarios.
6 comentarios:
http://www.laverdad.es/murcia/20080318/region/urbanizacion-marina-cope-pasa-20080318.html
mirad esta noticia
Como valenciano socialista, hay mucho y duro trabajo por delante para simplemente intimidar al PP pero no hay mal que cien años dure.
El PP no estara de por vida en las instituciones valencianas.
Encontrar un nuevo lider es dificil, ya por las familias socialistas existentes ya por la practica nulidad de medios de comunicación que lo promocionen.
Si Valencia fue socialista lo puede llegar a ser. No pierdo los animos.
TOTALMENTE DE ACUERDO, PEPERUFO, pero: "el futuro del socialismo no sólo pasa por el cambio de personas, o de mensajes, sino también por el derecho a cambiar las reglas sobre cómo y de qué manera se conforma la opinión pública"
¿ COMO SE HACE ESO? Por ejemplo en Murcia, sin NINGUN MEDIO INFORMATIVO AFIN, y con un poder omnímodo del PP de los medios de comunicación.
Se lleva muchos años barajando la necesidad de adquirir un periódico en Murcia. Pero la realidad es que solo funcionan DOS, LA VERDAD y LA OPINION, ni uno ni otro se pueden adquirir. Los otros... como la edición murciana de LA RAZON, se lee muy muy poquito, y obviamente tampoco será afín nunca. Una edición de EL PAIS en Murcia, como ha dicho reiteradamente JARA, tampoco sería una solución, pues EL PAIS no es POPULISTA, y se ve incluso raro en ciertos círculos.
En cuanto a las Televisiones locales y radios... no es fácil encontrar una solución.
No obstante, ¿ QUE SE PODRÍA HACER, TENIENDO EN CUENTA, QUE DINERO HAY POCO?
J. Sánchez.
www.losdoloresexiste.com
No puedo hablar sobre Valencia.
En Murcia sí puedo decir que el PSOE no ha estado a la altura en temas esenciales, como son el manido problema del agua o el proyecto Marina Cope. Ya no solo es que haya habido una carencia de información hacia la ciudadanía (que requiere un mayor esfuerzo cuando los medios regionales están tan politizados) sino que se ha jugado muchas veces con la ambiguedad.¿Cómo es posible que el PSOE murciano estuviese a favor del catastrófico plan de Marina Cope y ahora haga gestos de echarse atrás, cuando ya no está en el Ayuntamiento de Lorca?
http://www.laverdad.es/murcia/20080318/local/region/ayuntamiento-lorca-aprueba-inicialmente-200803181657.html
Es necesaria la coordinación y un planteamiento claro e inamovible, algo extendible a cualquier región, pero en Murcia es más necesario que nunca.
Rumores, rumores, rumores ...
PArece que desde Ferraz van a intentar imponer a Leire Pajín como candidata a la Generalitat y digo intentar porque en el PSPV es más que complicado ser secretario general sin el apoyo (o al menos sin la neutralidad) de Joan Lerma.
El ex-presidente de la Generalitat todavía controla un 40% de los votos de los delegados que eligen a la nueva ejecutiva; asi que veremos si hay pacto o seguimos cuantro años de navajazos intestinos para no llegar a ninguna parte.
Creo que Alarte y Ximo Puig lo tienen más que difícil (en el PSPV los primeros que saltan de la trinchera reciben tantas balas que acaban sin posibilidades de entrar en la batalla final, pensad que Sevilla que vino con el repsaldo explicito de Zapatero ya ha dicho que lo deja) ... se sigue rumoreando que Lerma tienen un "tapado" que saldrá a ultima hora y se enfrentará al candidato respaldado por ZApatero y Pepe Blanco (de momento parece que Leire PAjín).
Seguiremos informando de lo que se escucha a nivel "extra oficial".
Saludos,
Sólo para decirte que, más allá de que puedas tener razón en un par de cosas, para hacer un blog de este tamaño de un único tema, ya trasnochadísimo, debes estar un poco tarado. Nada perosonal tío, pero tienes rasgos de visionario obsesivo-compulsivo, un poco paranoide. Chau
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