EL PERIODISTA CHEMA GIL SUFRE UN INTENTO DE AGRESIÓN TRAS PUBLICAR INVESTIGACIONES SOBRE CORRUPCIÓN URBANÍSTICA EN LA REGIÓN DE MURCIA

¿Qué está pasando en la Región de Murcia? Es lo primero que me pregunto algunas mañanas cuando me empapo de las informaciones que aparecen en la prensa y en la radio. Hoy hemos conocido que el periodista Chema Gil sufrió anoche un intento de agresión a manos de un energúmeno, bate de beisbol en mano, quien le instaba bajo insultos y amenazas a no seguir publicando noticias sobre asuntos de corrupción. El periodista pudo afortunadamente escapar en su coche, el cual por cierto sufrió desperfectos por los golpes del matón. No es la primera vez que Chema Gil sufre amenazas y coacciones por parte de "enviados" encargados de recordarle que en cualquier momento lo pueden aplastar como una cucaracha, y lo que es peor, sugiriendo represalias contra sus familiares.

Chema Gil ha venido desvelando a lo largo de dos años asuntos turbios en la gestión del Ayuntamiento de Torre Pacheco, uno de los más importantes de la Región de Murcia. Investigaciones que finalmente llamaron la atención de la Fiscalía de Murcia, lo que dió paso a una investigación judicial, en la que ya van quince imputados por la jueza, entre alcaldes, técnicos municipales, funcionarios y empresarios. En la investigación, cuyo sumario está bajo secreto aunque oficialmente se ha levantado tal medida sobre parte del mismo, algunas escuchas telefónicas ponen al descubierto como el alcalde pidió datos de la familia del periodista, amenazaba con dejarle sin trabajo e, incluso, mandó controlar su vivienda particular.

Todo está de nuevo en manos de la autoridad y el periodista se encuentra protegido por la Guardia Civil tomando las pertinentes precauciones para su seguridad y la de los suyos. Una situación lamentable y escandalosa que recuerda el calvario que sufren decenas de cargos y concejales en el País Vasco bajo la amenaza de ETA. Hemos llegado a un punto de putrefacción civil y social que una persona honrada, un periodista de investigación en este caso, ha de ir protegido por la calle por denunciar casos de corrupción, esto es, supuestos delitos contra el patrimonio de todos los ciudadanos, mientras tanto, los supuestos andan de mariscadas, recibiéndo misas del párroco y abrazos de sus vecinos, recibidos como héroes por malversar o prevaricar, quien lo iba a decir en pleno siglo XXI. Hemos llegado, ahora sí, a los niveles de Venezuela o el Congo, y lo que es más grave, el terrorismo empieza a asomar la cabeza en esta Región con total impunidad, con silencios complices que recuerdan lamentables situaciones en otras comunidades autónomas del norte de España.

La reacción social, pública y notoria no puede hacerse esperar más. En esta Región muy a pesar de la mafia existen miles de ciudadanos honrados que no solo no nos vamos a callar, si no que vamos a redoblar esfuerzos para echar a patadas a los corruptos, ladrones y chorizos que campan a sus anchas por estas tierras. Hemos llegado a un punto crítico en el que opinar, denunciar e informar conlleva un serio peligro a la integridad física, ¿Por qué? ¿qué temen quienes envían a los matones? ¿Por qué buscan amedrantar a un periodista como Chema Gil? Son reflexiones que debemos hacernos todos como ciudadanos, independientemente de nuestra ideología. Y tras reflexionar, actuar con contundencia desde nuestras posibilidades.

No podemos dejar abandonada a una persona valiente y comprometida que se juega su cara y la de los suyos por descubrirnos esa realidad oculta que los medios afines al "régimen" tratan de robarnos. Desde aquí pido que se pronuncien sobre este grave hecho los partidos políticos, todos, con especial impetu aquellos que sustentan la oposición, porque su silencio sería un claro sintoma de que no tienen los bemoles suficientes para jugar el partido. Tambien deben pronunciarse, a la mayor brevedad posible, los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO, asociaciones de periodistas y colectivos ciudadanos comprometidos en la lucha contra la corrupción. Y por supuesto, medios de comunicación escritos y orales de la Región sin excepcíón. No estamos ante un caso aislado, ni en una refriega particular, estamos ante el sintoma inequívoco de la miseria que campa a sus anchas en la Región de Murcia sin que nadie ponga medios para atajarla.

Me dirijo ahora al gobierno de España y en concreto al señor ministro de Justicia, incluyendo al delegado del gobierno. Es ahora cuando los ciudadanos vamos a conocer si ustedes apuestan por la regeneración de la vida pública y por la lucha contra la delincuencia de cuello blanco. No vamos a tolerar más dilaciones, más excusas, hemos llegado a un nivel insoportable, de hedor nauseabundo. Diganos señor Bermejo si los ciudadanos podemos seguir creyendo en la Justicia o en la Ley, o si en caso contrario tenemos mano ancha para robar, estafar y malversar como algunos capos en esta Región. Corre el tiempo y los pasos dados son claramente insuficientes. Todo un Fiscal Jefe rogaba hace unos días "20 fiscales anticorrupción más" para la Región de Murcia, porque están desbordados y algunas investigaciones amenazadas por falta de medios. Compromisos, necesitamos compromisos para no perder la fe, para que la Justicia ejerza toda su acción ejemplarizante sobre los canallas y la sociedad se libere de las ataduras.

Gobierno, partidos políticos, sindicatos, asociaciones, colectivos. Quien se calle cuando se amenaza la vida de una persona y la de toda su familia es un maldito cobarde. Este caso hay que denunciarlo, machacarlo y sacarlo en todas las portadas, no puede quedar como una mera anécdota. Es la hora de los murcianos honrados, de izquierdas y de derechas, del golpe sobre la mesa, de la lucha sin cuartel. Hay que organizar una plataforma fuerte, unida y consolidada, que tenga capacidad de convocatoria para desarrollar una estrategia de presión social mantenida en el tiempo. No podemos asistir impasibles a como un abogado defensor llama "Torquemada" a un juez o se agrede a periodistas bajo tintes xenófobos como en Totana, o que la Iglesia tome parte por los encarcelados, o que los políticos callen y miren para otro lado. No, no y no. ¿Qué ejemplo estamos dando a las nuevas generaciones?

Dejo aquí una idea que lleva rondándome algunos días y que esta triste noticia me ha reafirmado. Urge una manifestación importante frente a la Delegación del Gobierno para pedir un compromiso en la lucha contra la corrupción, medios materiales y policiales y respeto por la Justicia y por los fiscales. Hay que presionar al gobierno, hay que montarles el pollo para que no miren para otro lado, tenemos que desarrollar iniciativas que llamen la atención de Madrid, de los medios de comunicación, de la ciudadanía. Y mantener un calendario de convocatorias, cada cierto tiempo una nueva concentración en defensa de los valores cívicos y contra la delincuencia de cuello blanco. Algo habrá que hacer, hay que volver a ganar la calle aunque seamos minoría. ¿O nos vamos a quedar quietos? La pelota está en manos de los partidos políticos y las organizaciones con capacidad de movilización.

Comentarios.