ANÁLISIS ELECTORAL: 5 PREGUNTAS Y 5 RESPUESTAS PARA LOS PROGRESISTAS DE LA REGIÓN DE MURCIA

¿Por qué el Partido Popular renueva en cada cita en las urnas la confianza de los ciudadanos?
Varios factores explican el éxito del PP en la Región de Murcia pero entre todos ellos resalta uno principal. Los populares han sabido capitalizar con éxito los sentimientos de los murcianos valiéndose principalmente de la derogación del trasvase del Ebro. El "Agua para todos" se ha convertido en una punta de lanza para arrastrar a la sociedad murciana a posiciones próximas al PP partiendo de algunas premisas sociales y sociológicas eficientemente desarrolladas que buscan lograr la "cohesión del grupo", esto es, un tema que suscite la práctica unanimidad de los ciudadanos en un tema concreto que consiga la unidad de todos respecto a una idea frente a un adversario que se encuentra en otro grupo. Entorno al tema del agua el PP ha sabido desarrollar un discurso victimista que a fuerza de machacar y repetir ha conseguido trasladar un sentimiento de afrenta a los murcianos, quienes entienden (despues de una poderosa labor de manipulación y persuasión) que Zapatero es un enemigo con mayúsculas de la región. La lógica mental en la que se mueven los ciudadanos a partir de ahí es la siguiente: "alguien que ha sido capaz de derogar el trasvase del Ebro y dejarnos sin el agua que se tira al mar...no puede querer ni traer nada bueno a esta tierra".
La desconfianza y el odio visceral se abren paso en una sociedad que no perdona, ni olvida, fundamentalmente porque la maquinaria electoral y propagandística del PP persiste en la utilización del tema del agua para que ni se perdone ni se olvide. En definitiva, los murcianos no pueden digerir aquello que consideraron una afrenta porque la derecha política, social y económica murciana hace de cualquier acto, decisión o política un recuerdo consciente de lo que en 2004 los socialistas murcianos votaron. La desconexión emocional del PSOE a nivel nacional primero y del PSRM por continuación convierte al socialismo en una marca apestada y rechazada en nuestra Región. Con este panorama, al que hay que unir los intereses de la banca, el empresariado y los grandes capitales, mucho más cómodos con la ideología neoliberal de los populares, y quienes han apoyado mediática y económica las campañas que defendían una determinada forma de hacer política que les convenía, se explica facilmente el poder del PP y sus resultados electorales en la Región.
¿Por qué el PSRM-PSOE cosecha en cada cita con las urnas peores resultados?
Desde 1995 los socialistas murcianos cosechan derrotas cada vez más abultadas. El comienzo del fín pudo ser la conspiración desde algunos sectores del partido contra el propio ex-presidente Collado, aunque las luchas internas datan de mucho antes. Sin embargo, la desestruración de un partido, incluso la desunión interna, no explican del todo los pírricos resultados obtenidos en las últimas citas electorales sobre todo cuando España apostaba por un gobierno progresista para Madrid y los indices de movilización de la izquierda han sido elevados. Vuelve a aparecer en escena la derogación del trasvase del Ebro y todo lo que la misma supuso. Mi hipótesis es que aquella derogación impidió el desgaste y el agotamiento de los gobiernos del PP en la Región. Fue como un balón de oxígeno que no se esperaban y al que se agarraron bien asesorados por sus asesores en marketing y comunicación. Sin este hecho y la manida guerra del agua, seguramente los populares no hubieran obtenido unos resultados tan abultados en 2004- 2007 ni el PSRM-PSOE hubiese sufrido una desconexión total con la sociedad murciana. El tema del agua supuso un filón en el que el PP consiguió nadar hasta la orilla para arrinconar un discurso alternativo que podría haber calado hondo en las capas sociales más humildes de la región: esto es, que el crecimiento económico queda en unas pocas manos y no llega a la mayoría, que la especulación provoca que los jóvenes no puedan acceder a la vivienda, o que la sanidad murciana es un desastre con interminables listas de espera y falta de personal sanitario.
Los ciudadanos, sin esta barrera del agua, hubiesen sido mucho más receptivos a las propuestas de la oposición. Nos hubiesen escuchado y con la justa habilidad de nuestros representantes, hasta hubiesen empatizado con nuestra visión económica y social porque somos una región pobre en origen, más cercana a la realidad andaluza que a la valenciana, y por lo tanto, donde el discurso social podría germinar con aparante facilidad. Sin embargo, la afrenta del Ebro se manifestó como desafección total en lo social, por mérito principalmente del PP pues supo crear un problema que no existía para una mayoría de ciudadanos que ni son regantes ni se dedican a la agricultura, haciendo del apoyo a sus propuestas una "cuestión de orgullo murciano"; mientras que el PSRM-PSOE quedó retratado como un partido secuestrado que hacía seguidismo de Madrid incluso cuando las decisiones del gobierno central eran aparentemente contrarias a los intereses de la región. El Ebro es la barrera de la desconfianza y después se "jode del todo lo que ya estaba oxidado".
Cuando la gente piensa no te quiere, cuando te odia, cuando están heridos contigo, no quieren ni escucharte, ni prestarte atención, y en esas estamos en esta tierra. No se fían después de la última puñalada y eso provoca que su nivel de receptividad está sesgado siempre a favor de entender cualquier propuesta o medida de los socialistas como igual o tan negativa como las anteriores. El recorrido normal sin la derogación (o la amenaza de derogación) hubiese sido un resultado bastante digno en las elecciones generales de 2004, entorno al 40% por el empujón de una juventud cabreada por las mentiras del 11-M, la precariedad del empleo o la especulación con la vivienda. El recorrido electoral podría haber continuado con un resultado aún igual o más digno en las elecciones municipales de 2007 apareciendo de nuevo como alternativa de gobierno. Tras la crísis que nos golpea actualmente, lo natural hubiese sido una victoria socialista en 2011 despues de 16 años de gobiernos del PP, golpeados por la corrupción, el paro y la quiebra del modelo de corte liberal-conservadora. Pero el agotamiento y el desgaste queda enmascarado por la percepción de que los otros son aún peores porque "hicieron y votaron lo que hicieron y votaron y eso no lo olvidamos". Al fin y al cabo, Valcárcel no está más desgastado hoy que ayer, ni hoy más que mañana.
¿Por qué los ciudadanos de la Región de Murcia toleran la corrupción?
Los ciudadanos de la región se mueven en tres parámetros o tres perfiles, como lo queramos llamar. El primero lo conforma una minoría que no tolera la corrupción bajo ningún concepto, y eso incluye la corrupción que salpica a las propias filas, y que incluso, puede desmovilizarse en algunos casos. La segunda mucho más mayoritaria la conforman ciudadanos conservadores que pertenecen a la derecha económica y social de toda la vida y que entienden y consideran lícita la corrupción como medio de supervivencia empresarial en una economía libre y de mercado donde las instituciones no deberían intervenir lo más mínimo. La tercera, la más mayoritaria aunque sea escandaloso, la conforman ciudadanos de clase humilde, obreros y trabajadores, que envilecidos por la afrenta del tema del agua, creen a pies juntillas el discurso de que en Madrid hay un señor muy malo que pretende hundir a la región de Murcia, y que como en Murcia se vota masivamente al PP (el único partido que presuntamente defiende los intereses de la región según lo venden) ese señor (ZP) manda fiscales muy malos para darnos, encima, una lección por negarle el voto. Sí, aunque suene duro, provinciano, infantil o tercer mundista, una mayoría de los ciudadanos entienden que detrás de las operaciones policiales y judiciales existen operaciones políticas orquestadas desde el gobierno central o desde la sede de Princesa. La oposición y la Justicia nunca han respondido con rotundidad y rápidez a las sospechas que se han lanzado sobre las actuaciones judiciales.
Los ciudadanos creen a los buenos hombres del Agua para Todos, los que dan la cara por la región y los que hacen gala de murcianía. "Si alguien nos ha dejado sin agua es capaz tambien de castigarnos con redadas anticorrupción para cercenar tambien nuestro derecho a desarrollarnos urbanísticamente y a beneficiarnos de las plusvalías del negocio del ladrillo". El discurso victimista tiene esa ventaja, cuando se inicia, ya no tiene fin. Del agua nos podemos agarrar al derecho a crecer y a la riqueza, y de la riqueza al Ave, y del Ave a la financiación. Es un discurso creíble para el intelecto del ciudadano medio, con escasa cultura política y económica. Por lo tanto, en una sociedad dirigida a golpe de persuasión por los poderes fácticos, a los ciudadanos se les ha indicado por medio de esas mismas técnicas sociológicas y psicológicas quienes son "los buenos" y "los malos". En realidad todo se resume a ese cuento-historia donde la bruja (ZP) intenta dañar a la princesa (Región de Murcia) mientras el caballero armado sale en su defensa (PP). Si a esto sumamos el poder de nuestros alcaldes, la capacidad para comprar voluntades, el dinero fácil y la especulación de estos años, los medios económicos, mediáticos y periodísticos que maneja la derecha murciana, y la escasa capacidad de respuesta de la oposición, tenemos el caldo de cultivo perfecto para una nueva etapa de "Gilismo" en la Región de Murcia, donde el resto de fuerzas políticas, periodistas díscolos, medios de comunicación alternativos y movimientos sociales son demonizados y aplastados por el poder gobernante con el beneplácito y el jaleo de los propios ciudadanos.
¿Por qué las políticas progresistas no calan en los ciudadanos de una región donde el 30% de las personas vive en el umbral de la pobreza?
En una década en la que ha imperado el dinero por encima de todo y el enriquecimiento fácil e inmediato, a pesar de que la mayoría se ha empobrecido a costa del nacimiento de algunos nuevos ricos y el apuntalamiento de los ricos de siempre, el discurso de las políticas sociales no se ha sabido vender con eficacia desde las trincheras de la izquierda. En el caso regional, de nuevo el tema del agua ha sido la cortina que ha impedido la comunicación con los ciudadanos. Pero tampoco el mensaje estaba bien construído para persuadir y convencer a la sociedad de principios del siglo XXI sobre el interés y la necesidad de las políticas sociales que defienden las opciones socialdemócratas europeas, nacionales y regionales. A los ciudadanos hay que hablarles el clave económica siempre, incluso cuando hablamos de sanidad, educación o ayudas a las dependencia. Es la única manera de captar su atención. No sirve de nada hablar de guarderías públicas, becas universitarias o sanidad de calidad de un modo "generalista" si no resaltamos la vertiente económica y el desahogo monetario en la vida corriente y práctica que estas políticas pueden suponer para el ciudadano.
Decir que "hacen falta guarderías públicas porque ahora no hay" es un mensaje con poco poder. Decir que con "x" nuevas guarderías los padres de nuestra región se ahorrarían 300 euros al mes o 3000 euros al año (y resaltamos la cifra al año para hacerla más espectacular) es un mensaje poderoso que inmediatamente capta la atención del receptor. Ya te está escuchando porque le has tocado el corazón (el bolsillo). Sí, vivimos en una sociedad materialista, qué le vamos a hacer. No se ha sabido explicar, por lo tanto, que el gasto público es una transferencia de fondos públicos (impuestos progresivos que graban las rentas de los más poderosos) al bolsillo de los ciudadanos más necesitados, que en esta Región son mayoría. Por lo tanto, las políticas sociales son vistas con extraña desafección y llaman muy poco la atención de una clase trabajadora que solo piensa en dinero, dinero y dinero. De la misma manera tampoco se ha sabido explicar que la corrupción es el recorrido contrario, esto es, una transferencia de fondos públicos hacia las rentas más pudientes. Pensad por un momento lo jugoso y populista que podría haber sido el discurso.
¿Qué deberían hacer los socialistas murcianos?
El primer remedio de urgencia consiste en curar la herida del problema del agua en la Región de Murcia. Hasta que no se ofrezca una verdadera solución al déficit hídrico los murcianos no volverán a confiar en los socialistas murcianos. Por lo tanto urge una presión efectiva sobre el gobierno de España para que en un breve plazo de tiempo consolide el trasvase Tajo-Segura y plantee un trasvase adicional y alternativo para garantizar la agricultura murciana, una vez que la desalación solucionará el problema de los abastecimientos. Habría que apostar, en primer lugar, por un trabajo privado de negociación con Madrid. Si las propuestas de la delegación murciana no fueran tenidas en cuenta, al menos razonablemente, habría que pasar de una estrategia privada a una pública, por medio de declaraciones en los medios que hagan ver a Madrid que Murcia tiene independencia y que sabrá defender los intereses de la región por encima de los intereses de partido. Barreda, Montilla o Vara lo hacen continuamente. ¿Por qué no el líder de los socialistas murcianos? Hay que establecer una línea clara que Madrid no pueda traspasar porque la paciencia tiene un límite.
En segundo lugar, y una vez conseguidas algunas garantías en Madrid para que se solucione el tema del agua y se corte la sangría de votos, los actuales dirigentes del PSRM-PSOE deberán apartarse y dejar paso a nuevas personas para liderar un nuevo proyecto fresco y renovador, una mezcla de gente experimentada de consenso junto a jóvenes valores que logren una ruptura con el pasado que se pueda hacer efectiva en el menor plazo de tiempo. ¿Por qué? Todo aquel político de primera línea que haya sido relacionado por los ciudadanos con la desafección del problema del agua serán automáticamente descartados y nunca jamás serán refrendados en las urnas porque el pecado y el pecador van unidos para siempre. Generarían rechazo automático porque un día pulsaron un botón que echaba por tierra los intereses de la Región de Murcia. El paso a un nuevo equipo y a una nueva dirección se debe hacer con elegancia y con un profundo sentimiento de agradecimiento por quienes se han inmolado política y personalmente por el partido estos largos y duros años. Hacerlo de otra manera además de ser injusto sería profundizar en el rencor y en las luchas internas que han contaminado a este partido durante largos años. Han hecho el servicio más digno y necesario para apuntalar una futura victoria. El cambio debe nacer desde el cariño y el afecto. Y desde ese reconocimiento tendrá que nacer un líder de consenso que sea capaz de generar simpatía y cercanía con los ciudadanos, con un lenguaje popular que logre alcanzar a las capas obreras y humildes de la Región, a la inmesa mayoría.
La tercera y última medida sería la de dotar de capital humano al partido y rodearlo de los más capaces y mejores, a un nivel interno pero tambien externo, especialmente expertos y gente capaz de pensar e innovar que aporte un valor añadido al partido. Pienso especialmente en el mundo universitario y en los expertos que derivan de la universidad. Pero será tambien necesario que los tentáculos del partido lleguen tambien a la agricultura, a la industria, al profesorado, al mundo sanitario, e incluso a la esfera de las Pymes. Imprescindible y todavía más urgente, que el partido cuente con un equipo de marketing potente, que sea capaz de rastrear las inquietudes y verdaderas preocupaciones de los ciudadanos, y que con astucia, conocimientos y formación sepan dar una respuesta mediática y social a tales requerimientos. Es imprescindible empezar a vender el producto socialista, y es más imprescindible aún que se haga por los cauces que la sociológia, la psicología y el markenting establecen en la literatura correspondiente.
3 grandes medidas, progresivas y que nacen la una de la otra, de la primera nacerá la segunda y de la segunda la tercera. Porque cuando el problema del agua esté resuelto, los ciudadanos estarán otra vez dispuestos a escucharnos. Porque cuando estén dispuestos a escucharnos, un nuevo equipo que cortocircuite el pasado va a generar mayor interés si cabe en los ciudadanos y el partido de nuevo será un melón abierto que pueda engancharse a la sociedad murciana. Porque cuando volvamos a ser creíbles y a tener alguna simpatía en el electorado, el capital humano que hasta ahora había huído de los que eran considerados unos traidores y apestados (¿jugarse el prestigio personal?) volverá a acercarse al partido y apoyo intelectual y recursos no faltarán. Entonces, solo entonces, el PSRM-PSOE estará en condiciones de derrotar al Partido Popular en la Región de Murcia.