GOBIERNOS COBARDES Y PROFESIONALIZACIÓN POLÍTICA

Ultimamente escribo poco. Temo parecer demasiado criticón, demasiado exigente, excesivamente perfeccionista. Dirán y con razón que es fácil poner puntos sobres las "íes" desde la barrera. Pero como no cobro sueldo, ni soy político ni vivo de esto, no voy a morderme la lengua mucho más. La actualidad no da grandes titulares ni excelsos debates, sin embargo yo me fijo en otra vertiente importante, básica en política, a la que se suele prestar poca atención: las omisiones. De qué no se habla y se debería hablar, qué deberían hacer nuestros políticos y no hacen, en definitiva, qué cuestiones no tienen respuesta para los ciudadanos y deberían tenerla.

Zapatero es una decepción personal que me está costando digerir. Soy un simpatizante socialista convencido, un socialdemócrata del siglo XXI, afirmar tal cosa no es baladí para mí. Brillante en ideas, mediocre como político. Sus iniciativas, valientes y decididas, han ocultado estos cuatro años una capacidad política que deja mucho que desear. Zapatero no habla, no está, no responde cuando los ciudadanos necesitan respuestas. Zapatero no encara sus responsabilidades como presidente del gobierno porque desaparece durante días de la escena pública. Zapatero no tiene presencia en los medios ni la opinión pública para contrarrestar la sigilosa propaganda del rival. No ha aprendido absolutamente nada. Ha perdido el pulso de la calle. Es un extraño en Moncloa. Gana porque el de enfrente hasta hoy ha sido rematadamente peor. Pero eso puede cambiar en cualquier momento.

No entiendo por qué no aprovecha su magnífica telegenia y se prodiga más en medios y ruedas de prensa, por dios estamos en una época de incertidumbre, hay que dar más la cara, hay que salir a la palestra a explicar a los ciudadanos que se está trabajando en un plan, que se están diseñando estrategias para solucionar los problemas que nos acontecen. El ciudadano tiene la impresión de que está abandonado a su suerte por el gobierno, que están de vacaciones en la sombra, que viven de los males del PP y que creen que con poco esfuerzo les bastará para revalidar. Seguramente no sea así, pero hay que decir y explicar: "estamos trabajando por vosotros y pronto presentaremos nuestras propuestas".

Se confían los socialistas porque ven al PP con el gallinero revuelto, pero sepan que los populares a la hora de las urnas van fijos como el reloj y si hay que votar a Gallardón se vota, no son como nosotros. Es vergonzoso, diría más, escandaloso, que el señor ministro de Justicia no haya salido a la palestra para tranquilizar y explicar a los ciudadanos el cómo, cuando y donde se va a poner remedio al caos de la Justicia. Están dejando que los periodistas hagan sangre y carguen las tintas sobre el gobierno, "Justicia tercer mundista" empiezan a decir. Hasta Iñaki Gabilondo tiró anoche de las orejas a Zapatero por su pasividad en este tema. Este gobierno es políticamente torpe e incompetente. Hasta un ciego lo ve. Deberían estar hasta en la sopa, sin dejar un resquicio ni un margen para que los demás se aprovechen de las épocas de incertidumbre donde florecen sentimientos y frustraciones por doquier. El peor de los errores del gobierno no se corrije, entonces, ¿en qué quedamos señor Zapatero?

La izquierda española necesita profesionalizarse. No sirve de nada tener la mejor idea, la solución más innovadora, la ley perfecta si no sabes venderla. No sirve de nada tener las mejores intenciones si no estás cuando debes estar o te callas cuando la gente espera respuestas. Vendrán políticos profesionales con ideas deshonestas, con proyectos insolidarios y con propuestas incendiarias y ganarán, solo porque son profesionales. Un profesional entiende que el marketing electoral es lo más importante y que sobre él gira todo. Un profesional responde a las necesidades de las personas independientemente de ideologías o posiciones interesadas. Un profesional político lleva la iniciativa siempre y marca los tiempos y los debates, nunca va rezagado. Zapatero, sus ministros, el partido socialista, ¿son profesionales? No lo son y la prueba la tenemos en sus omisiones estos días (que se suman a las de estos 4 años).

El partido demócrata americano es un equipo profesional, es una maquinaria engrasada preparada para ganar; luego puedes perder porque el rival tambien juega pero has dado la cara hasta el final. Hilary y Obama no dan un paso sin que un grupo de asesores expertos de su visto bueno. Y tranquilos, no pierdes un ápice de naturalidad, tienen margen para relajarse y mostrarse auténticos, el marketing político tambien tiene en cuenta esas cosas. Un macaco como Bush se mantiene porque tiene un equipo de profesionales que le empujan a dar una rueda de prensa en televisión cada dos por tres, ¿por qué?, porque saben que los ciudadanos tienen unas necesidades concretas de liderazgo, de un mensaje que ofrezca seguridad, estabilidad, confianza, aunque el país esté al borde del abismo, saben que tienen un jefe que está al pie del cañón anunciando planes y ejerciendo un presidencialismo exigente.

Un presidente debe ser líder, pero no líder de partido, líder social, para lo bueno y para lo malo. Que hablen de tí, que te mencionen, que te critiquen, pero no por tus omisiones sino por tus decisiones. Has actuado y puedes equivocarte, pero has actuado. El fuerte de Aznar, otro personaje sin escrúpulos, es que ofrecía certidumbres, seguridad; podías estar de acuerdo o en desacuerdo con él, pero sabías que tenía las ideas claras y que no se dejaba pisar por nadie. No daba ventaja alguna a la oposición, mordía aún cuando estaba herido, luchaba cada espacio corto, por eso en las municipales el PP no pagó Irak con millones de ciudadanos protestando en la calle. Sus propios militantes estaban en contra, pero sumaron el error y pensaron que así con todo merecía la pena porque Aznar era un líder que ofrecía algo esencial como esa certeza banal de que en Moncloa hay alguien dando el do de pecho que no se esconde. Zapatero toma decisiones polémicas y desaparece, y eso provoca la impresión erronea de que está acomplejado y avergonzando, de que tiene mala conciencia.

Zapatero, definitivamente, no es Gonzalez ni Aznar. Es un Adolfo Suarez, una buena persona, un político reformador, pero con escasa talla política y social. Me ha decepcionado. Tengo la impresión de que tenemos un gobierno caótico incapaz de generar ilusión, certidumbre. Se esconde el presidente, se esconden los ministros y el ciudadano concluye (logicamente) "eso es porque no tienen la conciencia tranquila, nos dijeron en campaña que...". Los incompetentes que asesoran al presidente son incapaces de atajar la sangría así que preparados porque de nuevo la crisis será culpa de Zapatero y los socialistas volverán a cargar durante una década con ser el partido que arruinó España. Como además los socialistas no meten mano al tema de la corrupción, ni lo utilizan ni saben utilizarlo (estoy harto de tanta honestidad y juego limpio) el Partido Popular no pagará un solo voto por centenares de políticos condenados por corrupción. Esto lo pilla un asesor demócrata o republicano en Estados Unidos y hunde al rival por años.

Los socialistas si no quieren perder el rumbo tendrán que girar a una Tercera Vía, algunos pasos han dado en el discurso, pero queda esa profesionalización política que les merma en las citas electorales. Porque todos sabemos que la legislatura anterior debió ganarse por mayoría absoluta y no se hizo, por esos malditos errores de comunicación que parecían haberse tomado en cuenta pero que dos meses después no se corrijen. Esto me desespera realmente y me enfurece. Zapatero sigue missing, Bermejo out y la Vice off side. Menuda decepción me he llevado.

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