CRÓNICA DE UN CONGRESO SOCIALISTA: DE LA DECEPCIÓN A LA DEPRESIÓN

Fin de semana en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Murcia, razón: Congreso de los socialistas murcianos. Un edificio feo y desagradable donde los haya, tan frío y distante como el ambiente que reinaba entre la camadería socialista. No hablaría ni de tensión entre "oficialistas" y "críticos", más bien de depresión, decepción y frustración. Por un lado el sector de Mármol parecía un alma en pena, sus chicos y chicas estaban muy tocados, casi ejerciendo de floreros, "estaban porque tenían que estar". En el otro lado, risas forzadas y teatro por doquier: no estaban exultantes, ni siquiera contentos. Si el Congreso dura un par de días más tengo que poner un chiringuito en la puerta que rece: "Psicólogo de guardia, pase y cuénteme sus penas".

El Congreso estaba herido de muerte, Mármol había decidido, abandonado por algunos apoyos con los que él decía contar, renunciar a disputarle la secretaría general a Pedro Saura. Javier, enorme candidez la tuya, así es la política, no puedes ni siquiera culpar a los que cambiaron de parecer, pues esa es su libertad y legitimidad. Pregúntate en qué fallaste tú para que torciesen al ala, porque si fueras realmente convincente podría haber venido San Pedro en una nube que esos disidentes se hubiesen quedado contigo esperando una nueva oportunidad. Mención especial haré al sector "joven" que apoyaba su ex-candidatura, realmente se movieron y curraron, y realmente estaban derrotados, a un paso de echar la lágrima. Nada parecido al sector más mediocre, la vieja guardia, que también tenían detrás los "Mármol boys" y sobre el que hemos hablado en otras ocasiones. Han mermado la credibilidad y la independencia de Javier, han sido su derrota. Que el núcleo duro de su candidatura estuviese formado por concejales de dudoso rendimiento en sus ayuntamientos, hizo el resto.

El Congreso se convirtió pues en un paseo militar para Pedro Saura. Hizo un discurso correcto, con alguna dosis de sentido común, pero poco más. Mirabas, desde arriba, y veías más de lo mismo. No veías ilusión en los ojos, en las caras, de aquellos que tienen que levantar el partido en los próximos cuatro años. No había euforia, y si no hay euforia, al menos una pizca, es que el Congreso ha fracasado y el proyecto, más que nos pese, tiene corto recorrido. No conozco militante que haya salido convencido del lugar, y entre ellos incluyo a los que han apoyado al reelegido secretario general. Han votado "al menos malo", según su parecer.

Por mi parte, salí casi apestado de allí por razones que no voy a comentar porque no se entenderían. Pero lo que sí puedo decir es que firmo a día de hoy, con más convicción que nunca, aquel escrito titulado "Ni Saura ni Mármol, la tercera vía". Pedro Saura es un buen político, trabajador, con talante, pero es un apestado social, es una figura que no genera credibilidad, más bien al contrario. No es, hablando como psicólogo, un líder recuperable. Javier Mármol es otro buen político, trabajador, con talante, pero se cebó demasiado aceptando la responsabilidad de luchar por la secretaría: no era su lugar, ni su día ni su hora. Fue un atrevido, y eso lo puedes rechazar o lo puedes aplaudir. Ilusionó porque en el otro lado tenía a Pedro Saura, no nos engañemos. Unió no por su personalidad o valía (que la tiene) sino por la convicción de que había que derribar a Saura. Y esa fue su muerte porque una parte de sus apoyos estaba ahí no por un deseo puro, si no por pillar un cachito de pastel.

Habrá que darle a Saura la cortesía de los 100 días. Es el ganador y el secretario general, y por ende, habrá que apoyarlo en su justa medida, esto es, si se lo merece, no por su pasado, sino por su presente. Pero el hecho, es que el Congreso ha sido un fracaso. Que los militantes no han salido ilusionados. Que la sensación es "más de lo mismo", que poco o nada va a cambiar. Espeluznante el cambio de este partido respecto a la corrupción. ¿Han pactado silencios con el PP a cambio de que este partido empiece a depurar algunas responsabilidades? Espero que no. Cantos de sirenas.

Yo por mi parte espero energía, contundencia, en la acción política. El problema es que en todo el puñetero PSRM-PSOE no veo a un solo dirigente capaz de aportar un gramo de contundencia. Tenemos un grave problema de personas, más que de ideas. Tenemos un partido poco formado, poco curtido, que se expresa tarde y mal delante de los murcianos. Muchos hombros pero poca espalda. La gente de la universidad ha huido. Los empresarios ni quieren aparecer. Tengo la impresión de que el partido está desconectado y se dibuja en una panda de amiguetes donde cada vez hay menos amiguetes. Falla la formación, falla la representación, falla el proyecto. Pero quedan 100 días y a lo mejor, Saura nos sorprende. Esperaremos.

Comentarios.