REFLEXIÓN SOBRE LA RUPTURA DE LA TREGUA POR PARTE DE LA BANDA TERRORISTA ETA.

La cara de Zapatero resume el sentir de los españoles de bien. Otros celebran con champan el retorno de ETA.

La banda terrorista ETA nos desea feliz año nuevo con un brutal atentado en el aeropuerto de Barajas que ha podido costarnos 2 vidas humanas, que sumadas a los 5 heridos y a los numerosos desperfectos en la infraestructura, suponen una ruptura técnica de la tregua que decretaron unilateralmente en marzo.

Eran muchas las voces que advertían que ETA no toleraría por mucho tiempo la actitud de un gobierno que se jactaba de hacer menos de lo que hizo en su día un ejecutivo conservador como el de Aznar. ETA parece pues todavía no entender conceptos como democracia, Estado de Derecho, división de poderes o libertad. Traiciona definitivamente a la sociedad vasca, y lo que es más evidente, al propio mundo abertzale que apostaba por la vía política y el fin de la violencia y el chantaje a pesar de sus reticencias para condenar explicitamente los actos violentos de kale borroca.

Batasuna ha sido considerada por la propia banda como una organización poco madura, sin la determinación suficiente para sacar adelante un proceso de estas características, complaciente por momentos a las presiones de PNV y PSE-EE. Ésto ha llevado a ETA a proyectar su sombra sobre el diálogo político con bombas y extorsiones, queriendo tutorizar a algunas fuerzas políticas y negándose, por miedo, a dejar de lado la violencia como muchos vascos, entre ellos numerosos abertzales, le habían pedido por activa y por pasiva.

Han tenido enfrente a un gobierno duro, enrocado en sus posiciones, y que los ha llevado contra las cuerdas antes y durante la tregua. No podemos olvidar que bajo el gobierno de Rodriguez Zapatero se ha detenido toda la cúpula de ETA, numero 1, numero 2, jefe del aparato internacional, jefe del aparato logistico y jefe del aparato de captación, entre otros. Su frustración y su falta de altura política les ha llevado a la pataleta en forma de atentado, en lo que ya consideran muchos abertzales el mayor error de la historia de ETA.

El presidente del gobierno ha comparecido esta tarde en una rueda de prensa en la que ha dado por finalizadas las conversaciones con la banda terrorista ETA: " He ordenado suspender todas las iniciativas para el diálogo con ETA", ha dicho un Zapatero que ha insistido en la gravedad del atentado y al mismo tiempo en la inutilidad del mismo respecto a la determinación de los demócratas frente a la desidia terrorista. Ha sido un discurso serio, intransigente y cargado de cierta dureza, que se resume en que no se dan las condiciones de la resolución del Congreso de los Diputados y por tanto, el proceso de diálogo se suspende.

Mi análisis es claro respecto a la tregua y su desenlace. El gobierno no podía dejar de recoger el guante que ETA pareció extenderle el 23 de marzo y su obligación era la de constatar la voluntad de la banda para poner fin a la violencia. Ningún gobierno puede negarse a que una banda terrorista conceda una tregua ni suspenda sus acciones armadas, sería una locura. No cabe en cabeza alguna que un presidente del gobierno pudiese decir a una banda de asesinos "no, no hagais tregua, seguid matando, que no nos creemos nada". El presidente del gobierno ha intentado el fin dialogado de una ETA casi derrotada que sacaba la bandera blanca, una vez que parecieron entender que matando jamás conseguirían nada.

ETA no ha derrotado al Estado poniendo 100 muertos por año como en los años 80, no lo va a hacer poniendo 10, ahora ni nunca. El 11-M y el trauma generalizado que supuso parecieron poner a la banda en una dificil tesitura, y su falta de liquidez y la ilegalización de Batasuna auguraban su final, una vez fuentes de la lucha antiterrorista aseguraban que la banda tenía dinero solo para un año o dos más de actividad.

Ningún indicio de racionalidad se puede avistar en esta acción de la banda. Es un suicidio político, social y económico, una oportunidad perdida para todos, pero también para ellos, para su colectivo de presos, para la paz social en Euskadi. Batasuna mientras tanto ha quedado bloqueada y estocada políticamente, cuando aspiraban a presentarse a unas elecciones que se precipitan en unos meses. En mal lugar han dejado a su brazo político.

Zapetero en su discurso no ha negado la posibilidad de reanudar el proceso en el futuro y hace bien. Ningún fenómeno terrorista con base social podrá ser derrotado exclusivamente por la vía policial, no nos llevemos a engaños; se puede arrinconar y forzar a una salida negociada, como ha ocurrido en esta y otras ocasiones, pero la estocada siempre será el diálogo y la negociación. Porque no existen casos en el mundo que respalden que un movimiento terrorista de estas caracteristicas pueda ser derrotado solo con el ejército o la policia, ni en Sudáfrica, ni en Italia, ni en Alemania, ni en Irlanda. No basta con la fuerza, aunque nos pese, hay que sumar dosis de razón, pedagogía y diálogo para convencer a los violentos.

Bajo este prisma, insisto, antes o después, volveremos a un alto al fuego y esperemos que entonces ETA esté más madura porque el tiempo corre en su contra, año a año su situación es más precaria y su status deviene más y más insostenible. Y el gobierno de turno, tendrá que tantear la voluntad de la banda terrorista para alcanzar un final dialogado, una vez más, porque será su obligación moral y porque la seguridad de los españoles debe estar por encima de todo.

El gobierno socialista ha cumplido escrupulosamente con la legalidad en los meses que ha durado la tregua, le pese a quien le pese (sobre todo al PP, La Cope y El Mundo). No ha cedido un ápice ni ha pagado precio político como se ha venido acusando desde las bancadas populares y los púlpitos episcopales. No se han llegado ni siquiera a dar los numerosos pasos que dió Aznar en la tregua de 1998.

En este sentido, la actitud desleal y partidista de una oposición que ha buscado en todo momento hacer política con la política antiterrorista (incumpliendo el punto primero del Pacto Antiterrorista) ha impedido, por su presión asfixiante, que el gobierno diese pasos lógicos en el proceso con cierta naturalidad. Han envilecido a las victimas, a los colectivos afines, a una parte importante de la sociedad. Y eso ha pesado mucho en el presidente que ha tenido que sortear muchas sensibilidades.

La culpa de la ruptura de la tregua es de ETA, y solo de ETA. Pero la responsabilidad, siendo de nuevo principal en ETA, debe apuntar también a ese comportamiento desleal y rastrero del Partido Popular que ha tratado de boicotear por todos los medios el proceso. No han estado a la altura y han preferido el rédito político al fin de la violencia, algo que es sumamente grave. Alcaraz se desgañita exigiendo perdones en los medios episcopales, pero bien estaría que él, que ha hablado de rendición del gobierno y del Estado, pidiese unos cuantos. Y como él, muchos cantamañanas que se han salido con la suya y han dinamitado el proceso.

No tienen vergüenza y algún día lo pagaran, espero que en las urnas. Lo que hemos presenciado en este país con la oposición del Partido Popular sería impensable en cualquier democracia europea, inadmisible. Aquí sin embargo, algunos millones de españoles, en minoría, se han sumado a la estrategia populacha de los populares.

Discrepo de aquellos que lloran que esta ruptura supondrá la derrota de Zapatero. Los ciudadanos no somos tan tontos y por lo tanto, el PP de Rajoy se cuidará muy mucho de aparentar siquiera la intención de pescar en río revuelto. Cuando hay un atentado, sociológicamente está demostrado que la ciudadanía se pone de parte de su gobierno, siempre y cuando la actitud de éste haya sido honesta y leal; no fue el caso del 11-M, lo es en el caso actual.

El gobierno ha reconocido el desaire etarra y ha condenado con firmeza el atentado, no ha engañado a nadie. El impass puede venir incluso bien a un gobierno que veía como sus medidas sociales y económicas estaban siendo enterradas en el ruido mediático del proceso de paz en Euskadi.

No podemos olvidar que en tregua, este gobierno, con todos los instrumentos que le confiere el Estado de Derecho, ha detenido a 28 etarras y/o colaboradores con banda armada, entre ellos jefes de logística y recaudación. Que se han seguido juzgando etarras y que se les han impuesto las condenas merecidas. Que no se ha cedido en nada y que como dijo, no ha habido precio político alguno por mucho que se empeñarán los voceros de turno. Que la Fiscalía ha abierto muchos más procedimientos que en la anterior tregua y que la presión sobre los violentos no ha cesado con la detención de varios radicales abertzales.

La actuación del gobierno ha sido firme, leal y respetuosa hasta la saciedad con la legalidad y la dignidad de las victimas. ETA ha seguido siendo ETA y no se ha convertido en un movimiento liberador. No se han acercado presos, ni se han excarcelado peligrosos asesinos, ni se ha vendido Navarra, ni se ha jugado con las victimas.

Terminaré diciendo que me siento muy orgulloso del gobierno socialista y en especial del presidente Zapatero. Más allá de algunos errores de forma, han llevado dignamente el proceso hasta donde han podido y les han dejado. Han trabajado con todo en contra para evitar más muertes, para que la paz no fuese solo un sueño, sino una realidad.

Han asumido con valentía que habría que pasar malos tragos, que tendrían que reunirse y dialogar con los verdugos de tantos y tantos compañeros, que estéticamente el gobierno podía sufrir desgaste. Y lo han asumido por nosotros, por todos nosotros, por nuestra seguridad, en defensa de nuestra libertad. Es una lección de generosidad que no podemos olvidar. Era la obligación moral de este gobierno intentar el fin dialogado de ETA. Y aunque el proceso no ha muerto, ahora toca suspenderlo hasta que ETA no demuestre sin ningún tipo de duda su voluntad de desarme.

Aún me agarro a la esperanza que me da que otros procesos como el irlandés sufrieron graves atentados en las últimas treguas que han dado paso a la paz. Mientras tanto, los demócratas debemos estar unidos y no permitir que ningún sinvergüenza saque petroleo de los muertos, del dolor, de la frustración. Vuelvo a insistir, desde este humilde blog, que ahora más que nunca es necesaria una movilización urgente a favor de la paz y en apoyo al gobierno.

No permitamos que los fariseos de turno erosionen un ejecutivo que está llevando a cabo una gestión netamente positiva, con reformas sociales, económicas y estructurales de calado que no deben pasar desapercibidas. La solución no es el conservadurismo, el inmovilismo, la bronca y la crispación que se nos ofrece desde el PP.

Miles de personas se han alegrado de que ETA reiniciase su actividad terrorista. Me han llegado personalmente SMS y correos electrónicos de amigos que aprecio pero que hoy, celebran lo que llaman el fracaso de Zapatero y su tumba política. Todos conocemos, seguro, personas que hoy han recuperado la sonrisa. Por duro que os parezca, no podemos negar ni olvidar estas actitudes de quienes dicen amar por encima de todo a España y a los españoles.

Estos planteamientos se descalifican por sí solos, pero debemos recordarles que cuando ellos negociaban con el MNLV, nosotros estábamos detrás empujando, apoyando, con lealtad, con verdadera voluntad. Y que cuando ETA retomó su actividad, todos nos sentimos apenados y no culpamos al gobierno. Esa es la diferencia entre ellos y nosotros. Que cada cual saque sus conclusiones sobre quienes amamos y respetamos más nuestro país como proyecto común de convivencia. Patriotas de hojalata.


Comentarios.