CAROD ROVIRA DA UNA LECCIÓN EN TVE A LA ESPAÑA CONSERVADORA QUE REPRESENTA EL PARTIDO POPULAR.

Era mucha la expectación existente por la presencia en el debate cara a cara con los ciudadanos de Josep Lluis Carod Rovira ayer noche en TVE. Y como siempre el líder de ERC no ha defraudado porque con sus declaraciones no deja indiferente a nadie. Personalmente he de decir que la intervención de Carod me impactó por la brillantez y la claridad de su mensaje, hasta el punto que podría decir, siendo murciano, que podría suscribir al 100% todas y cada una de sus palabras. El independentista catalán lanzó un discurso pedagógico, enérgico y a la vez conciliador para defender sus posiciones legítimas, en un tono desenfadado (parecía cómodo) manteniendo un esfuerzo notorio por no caer en las muestras de falta de respeto que recibió de algunos ciudadanos de escasa educación y menor cultura.

Después de ver su intervención me quedo con la sensación de que se maltrata injustamente a este señor en algunas zonas de España usandolo como avatar para justificar que se de rienda suelta a un sentimiento catalanófobo que no hace más que encharcarnos en debates infructuosos que menoscaban la convivencia cívica entre españoles. Que se han magníficado interesadamente errores que haya podido cometer y que se ha orquestado desde los medios de comunicación más conservadores una campaña de desprestigio e insultos que no obedecen a la realidad de los hechos debe hacernos reflexionar sobre la figura de Carod y sobre los intereses desatados en torno a ella por sectores de la derecha española.

Carod Rovira se declara independentista porque en sus años de existencia ha comprobado que España no acepta a Cataluña tal y como es, reflexión que comparto hasta las últimas consecuencias. Entiende que, como en algunos de mis últimos escritos expreso, España no se reconoce ante el espejo negando su realidad plural en el ámbito político, social y económico. España se niega y se empeña en castellanizar todo su territorio eliminando los hechos diferenciales que, lejos de ser consideros riqueza cultural, son tomados a pecho como sucesos peligrosos para la unidad patria o como desprecios a lo español: de alguna forma la herencia del franquismo sigue presente en nuestro subconsciente colectivo menoscabando los derechos de los ciudadanos catalanes o vascos que tienen una visión diferencial y legítima más acorde con el desarrollo histórico que desemboca en ese proyecto común actual llamado España.

Es muy clarificadora la actitud chulesca de algunos ciudadanos que se han empeñado en llamar Jose Luis a Josep Lluis y que ante la petición educada del indicado no solo no han rectificado sino que han respondido con un infundado desprecio hacia la lengua catalana. Por el mismo camino iban las preguntas, algunas más inocentes que otras, que le atribuían identidad y origenes al señor Rovira "usted es maño y su padre Guardia Civil", muestra de las campañas de propaganda sucia y barriobajera que se han montado a diestro y siniestro en las cadenas episcopales, hoy reductos crecientes de la misma extrema derecha que como dice Carod niega lo que es España anclándose en la uniformidad del franquismo.

Tiene razón Carod cuando dice que es normal que algunos catalanes quieran formar su propio Estado cuando desde el resto del país se niega, y lo que es peor, se ataca con crudeza la cultura catalana. El caso del estudio del catalán en 26 universidad alemanas frente al escaso fomento del mismo en España es claro ejemplo de que algo no funciona aquí. Quizá como dice Carod, con un encaje más amable y con el reconocimiento de lo que nos une y lo que nos diferencia, en Cataluña no existiría el independentismo. Lo que está claro es que es perfectamente legítimo que se defiendan postulados secesionistas al igual que se defienden postulados centralistas; sin violencia todo es defendible. ¿Por qué demonizar las ideas políticas expresadas en los parlamentos?

Carod ha tenido la oportunidad de aclarar algunos puntos oscuros de su gestión pública. Para empezar ha echado abajo la leyenda urbana que dice que se reunió con ETA para pedirle que no matase en Cataluña pero que en el resto de España sí. El líder de ERC ha explicado con cierto tono molesto (normal por la acusación) que nadie salvo él estaba en esa reunión y que esas interpretaciones aparte de gratuitas no se sostienen en ninguna evidencia. Que gracias a esa reunión, quizá, tenemos una legislatura con solo 2 muertos. Que no merece la pena una sola gota de sangre por ninguna idea política; que la independencia de Cataluña no merece un solo muerto como tampoco la vasca. Que de todo se puede hablar en política y que lo único reprobable es la violencia: ese fue su mensaje a ETA.

Que algunos españoles traten de equiparar violencia a independentismo por el hecho de que dos chavales manden una bala al líder de Ciutadans es otro claro ejemplo de lo casposos y cenutrios que podemos llegar a ser. Porque todos los partidos han tenido militantes que han agredido y delincuentes en las cárceles y no por eso vamos a hacer generalizaciones. Carod se ha apresurado a condenar a aquellos que queman fotos tachándolos de débiles e incapaces por no saber ganar con la inteligencia los debates políticos. Y pide que curemos esa doble moral o vara de medir a la hora de denunciar a los insurrectos. ¿Por qué es delito quemar la foto del rey y no la suya? ¿Por qué se puede insultar al rey desde La Cope y nadie actua? Son preguntas que dejan en ciernes la hipocresía del nacionalista españolista, aquel que como bien dice Carod, no abre portadas ni enciende debates entre los contertulios.

Carod es independentista pero conoce la verdadera España. Una España que se asemeja bastante a la España constitucional. Porque no me cabe duda, Josep Lluis está más cercano a la Constitución Española y a la normativa actual que la señora que lo llama Jose Luis o al chaval que se queja extrañado de que en Cataluña le exijen hablar catalán para trabajar en una administración regida por la cooficialidad. Es el desconocimiento absoluto de la historia, la cultura y el origen de nuestras instituciones, de nuestro ordenamiento jurídico, de nuestro proyecto en común. Es el retrato del paleto español, cerrado, castizo, que sigue enclavado en el borrico y la pandereta. Porque la España del PP no existe a no ser que sea impuesta por las armas, y como dice Carod, todo lo que se impone es un parche que el tiempo destapará porque la voluntad popular reside inexorablemente en el pueblo.

Recomiendo vivamente que cuando el video de su intervención se cuelgue en youtube sea visto por la mayor cantidad de gente posible. La explicación sobre los Paisos Catalans, tan manida en Valencia o Baleares, dejando claro que no hay voluntad de anexionar nada y que estos territorios serán lo que ellos quieran ser, debería despejar cualquier duda sobre el talante de este hombre, capaz de reconocer que hoy en día Cataluña no es independentista ni de lejos, algo que demuestra que tiene los pies en el suelo. Que en un futuro se puede hacer una consulta si la mayoría de catalanes vota a ERC y hay un acuerdo con el gobierno central. Y que eso como hoy no ocurre, no es posible hablar de consulta. Que todas esas manipulaciones interesadas tachando a los republicanos catalanes de conquistadores es falaz e interesada.

En definitiva, el señor Carod se ha destapado hoy para miles de españoles que no le seguimos a diario. Felicidades por una intervención tan brillante. Su España (la que no puede ser hoy) es la que espero que pronto, muy pronto, se refleje en nuestro ordenamiento jurídico con el consenso de todos los españoles. Intervenciones como la suya contribuyen a ello.



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