POR DIGNIDAD POLÍTICA: DIMISIONES EN EL PSRM Y VERGÜENZA TORERA

Después de sonadas derrotas electorales y de una evidente incapacidad de reacción política, la ejecutiva del PSRM-PSOE solo tiene una salida digna al cúmulo de despropósitos electorales de los últimos años: la dimisión en pleno. Que el señor Saura siga al frente de esta organización un día más es un insulto a miles de militantes y simpatizantes, una actitud de indignidad y ceguera política que puede pasar una factura definitiva a los socialistas murcianos. No se puede mantener con respiración asistida al moribundo por más que en Ferraz y Princesa pongan parches en las heridas, ha llegado la hora de dar un paso al frente y soltrar lastre, aunque ésto suponga nacer de nuevo y empezar gateando, con un nuevo cuerpo, con nuevas ideas, con gente joven, capaz e ilusionada que entierre definitivamente todos los vicios de la organización. La refundación es prioritaria y necesaria bajo peligro de defunción definitiva, con la seria amenaza de una ruptura irreversible con las bases progresistas regionales.

La dimisión de Saura y de su ejecutiva debería ser lo más inmediata posible. Es una cuestión de orgullo político. Que nadie trate de ponerse la venda en los ojos. Algunos dirán que están donde están "por responsabilidad política" o porque en estos momentos "es lo mejor" para mantener artificialmente "unido al partido". Pues es al revés, el partido debe estallar de una vez y entrar en crisis existencial para después, refundarse. Cada minuto que pasa estos señores, sentados en sus sillones de poder, nos avergüenzan con sus omisiones, errores y ausencias. ¿Quién vota en esta región al PSRM sin ponerse una pinza en la nariz? Solo hay que mirar las listas regionales y municipales. Salvo honrosas excepciones, que las hay, tenemos a la vieja guardia por un lado, representantes de las distintas familias que hundieron al partido; por otro lado, políticos sin sangre, sin preparación y sin ambición. ¿Es que no hay nada mejor? ¿Cómo pretendemos convencer a los ciudadanos con "más de lo mismo"? Estas caras, este discurso, estos planteamientos, objetivamente, nos dan el 32% de los sufragios, el peor resultado de los socialistas en toda España. Algo habrá que hacer.

Abrir una crísis de ruptura total con los últimos 15 años sería beneficioso por varias razones. La primera es la necesaria catarsis que pide a gritos esta organización. Pero también la apertura de un proceso de diálogo y negociación interna, sin ataduras ni complejos, para rescatar un proyecto joven, moderno y de futuro. Que nadie tema el debate, las candidaturas y los personalismos, es la hora de que quienes tienen un proyecto para el PSRM den un paso adelante. Que no se escondan más, fuera conspiraciones, es mejor ir de cara y jugar las cartas. Para facilitar la tarea, la ejecutiva debería dimitir para no jugar con ninguna ventaja, predicar con el ejemplo y devolver el pulso al partido. Ya tardan en pedir a Ferraz que una gestora independiente, si es necesario intervenida por un peso pesado de Madrid, se haga cargo de la situación para tutorizar el proceso. Pero ya y desde ya, no se puede esperar más, la organización se desangra a marchas forzadas.

El PSRM no debe dejar pasar más días, más meses, los congresos quedan lejos, hasta entonces están pasando y pasarán muchas cosas sin que el partido esté presente en los debates, sin una alternativa que proponer, sin rumbo ni estrategia, no se puede "pulular" por los rincones de la Región un minuto más. En estos meses la desconexión con la sociedad puede ser total. Conozco militantes que están a un paso de romper el carnet y darse de baja, y no uno ni dos, varios. Además abrir un proceso interno, público y en catarsis daría al PSRM portadas, noticias, espacios en los medios, capacidad mediática. La gente se interesaría por los candidatos, por las propuestas, se abriría un proceso de reflexión que beneficiaría la imagen de los socialistas. Se teme por las disputas, bueno, estas se darán sí o sí, al menos que tenga repercusión social presentándolas como el debate de ideas, sin complejos. Esto no puede verse como un problema, más bien como una oportunidad, ya dice el dicho "que hablen de mí aunque sea mal, pero que se hable".

Meter mano ya en vez de esconderla, abriendo un proceso de renovación profunda y con recorrido. En el mundo del fútbol, cuando un equipo grande juega mal, se suele utilizar la expresión "para jugar así, prefiero que salten al campo los juveniles, que al menos le pondrán ganas". Esa es la idea, para jugar así, que entre la sabia nueva para empezar a curtirse en la batalla. El cambio generacional debe acometerse sin dilación, aún a riesgo de parecer inexpertos, pero se ganará en ilusión, entusiasmo y ganas de trabajar. Este proyecto debe ser pilotado por la generación anterior, gente con recorrido pero aún fresca, sin contaminar, con las manos sueltas, hombres y mujeres comprometidos y decididos a plantar batalla. Claro que todo esto requerirá mucha generosidad por parte de los cargos actuales y pasados. Los cambios, las renuncias, las dimisiones, se deben plantear en todas las esferas, ayuntamientos incluídos. Poner el partido patas arriba, esa es la única solución frente a los que temen que todo se rompa. ¿Más aún?

Gente nueva, sabia joven, personalidades de la universidad, de la docencia, del mundo de la empresa, valores que el partido debe cuidar, promocionar y convencer para refundar un partido centenario que no merece el escarnio público al que está sometido. Una tercera vía, un partido enraizado en su Región por encima de todo lo demás, que luche por las preocupaciones de los murcianos y de soluciones a las mismas. Y a partir de ahí, se puede ganar, se puede perder, pero se hará con dignidad, con la cabeza bien alta, cumpliendo en forma y fondo con un proyecto coherente, comprometido y beligerante. Nadie puede negar tampoco que el debate ideológico es otra apuesta pendiente en el partido, así como la necesidad de trabajar la firme convicción de que no somos un apéndice de Ferraz, hay que ganarse la autonomía y el respeto de los jefazos de Madrid, no somos perritos falderos de nadie, ni de Zapatero. La credibilidad se gana cuando eres capaz de decir no a tus semejantes, de ponerte enfrente de un gobierno de tu color, de ser reivindicativo, de no morderte la lengua. Lo contrario es ser dócil, cobarde, traidor, es no querer molestar al amo del calabozo, ¿para qué, para seguir chupando del bote y salir en la foto?

Estos políticos no viven para la política, viven de ella, ese es el problema. Cuando se pierde esa vocación pública y el cargo se convierte en una posición económica y social cómoda que resuelve la papeleta, llega la hora de dar un paso atrás y por dignidad, decir adiós, volver al trabajo original y dejar que otros se pringuen hasta los codos. Los diputados, concejales y cargos electos que no quieran mojarse fuera, que corra la lista. Que se hagan gestos, que alguien tenga la dignidad de dimitir (y eso no significará que no valga para un nuevo proyecto). No valen más excusas, no hay más colchón. Que Saura renuncie y que una gestora dirija el partido hasta el Congreso, por dignidad, por vergüenza torera. Lo demás, es engañarse, es aplicar la receta de siempre. Una gripe no se cura con agua de limón. La paciencia se agota. Un gesto es imprescindible ahora. Si no se produce, algunos nos alejaremos definitivamente y sin retorno. Que se lo piensen (y a poder ser rapidito).

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