ALGUNAS CLAVES DEL ÉXITO SOCIAL DEL PARTIDO POPULAR Y DE LA DEFENESTACIÓN DEL PARTIDO SOCIALISTA EN LA REGIÓN DE MURCIA.

Los socialistas de la Región de Murcia necesitan una catarsis para salir del agujero donde ellos mismos se han metido, para regocijo de los populares. Han perdido toda la presencia social que hace años tuvieron. El clientelismo que practicaron hace años en asociaciones de vecinos y los barrios ha cambiado hace mucho de sponsors. Valcárcel, Cámara y su basta red de colaboradores y colaboradoras es mucho más eficiente en “currarse” a todo tipo de asociaciones, peñas, cabildos y demás tropa aficionada a darse un homenaje de vez en cuando. El PP está incrustado en los confines de la sociedad murciana succionando todas las capas sociales con sus tentáculos, sus promesas faraónicas y sus cantos de sirena. No faltan fiestas y celebraciones con alboroque público en las que se prodigan concejales y una amplio cortejo de caras “populares”, siempre dispuestas a hacer un favor, una gestión… o a traer al mismísimo alcalde. ¿Quién está metido hasta las trancas en las peñas sardineras, en el bando de la huerta y los nazarenos? Los amigos del PP. Hay una sensación generalizada de que han comprado todos los resortes de la sociedad, incluídos los sindicatos y los movimientos vecinales progresistas salvo honrosas excepciones como el Movimiento Ciudadano.

Durante la campaña electoral, mientras el PP llenaba los pueblos de pancartas, carteles, anuncios y actos de todo tipo con su habitual “sutileza”, los coches corrían de un lado para otro llevando a ancianos, jóvenes y deficientes a votar. ¿Dónde estaba el PSOE? Cuentan que en las pedanías de Murcia se han usado todo tipo de tratas para arañar votos, llegando incluso a “amenazar” a jóvenes en jardines bajo consignas como “si ganan los socialistas pondrán un cuartel de la Guardia Civil en el pueblo y no se podrán fumar porros, id a votar al PP”. En La Unión la comidilla del pueblo es a día de hoy cómo el PP ha actuado con los miembros de etnia gitana a través de los predicadores del "culto", viéndose el domingo el pago de 10 y 20€ por voto en las puertas y esquinas de los colegios electorales, poniendo hasta 16 apoderados en grupos para crear confusión, mientras el resto de partidos siempre han puesto dos apoderados. La tensión de unos y otros, la implicación de unos y otros ha sido bien distinta. No sabemos si por incompetencia, mala conciencia o por una trayectoria mermada por el distanciamiento con las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos. Pero los socialistas no son respetados en las calles de Murcia o Cartagena. Son estigmatizados y tachados, injustamente por supuesto, de anti murcianos y de tirar piedras contra el tejado de la Región. Como mínimo, la política de comunicación ha sido nefasta.

Está visto. Esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, ha cambiado su escala de valores. El chanchullo y la corrupción, ha dejado de ser algo rechazable, para convertirse en normal, cuando no encomiable y digno de admiración. Ya no se repudia a los corruptos, sino que se envidian, y en las mentes está de forma permanente aquello del "Yo haría lo mismo" o “a ver si me toca a mí”. Parace que la meta de todos es conjugar el verbo tener, ansiar, codiciar. Tener el mejor chalet, tener el mejor coche, tener, tener y tener, incluso a costa de lo que sea. Y es muy respetable, y no seré yo quien diga que es una actitud equivocada u egoista, es lo que hay. La sociedad se ha individualizado y liberalizado a un ritmo pletórico y al parecer no hay vuelta atrás. Ante esta realidad, los partidos y las personas que defienden la ética y la moral, la superioridad de la razón sobre los sentimientos, la sostenibilidad sobre la voracidad del “aprovecha el momento y sal corriendo”, estan jugando en clara desventaja y así es difícil de ganar el encuentro. Cuando el rival lleva pistola y tú decides defenderte solo con los puños no hay posibilidad alguna de salir victorioso.

Mete la mano cuanto te venga en gana, aprovéchate tú y los tuyos, y si eres capaz de "vender" que todos van a tener la oportunidad de lograr lo que tú has logrado, aunque sea por estos medios, el éxito lo tienes asegurado. Jesús Gil lo sabía muy bien, también su séquito de tramposos encabezados por Juan Antonio Roca, aún en prisión por corrupto y famoso autor de la frase “Murcia es la hostia”. El modelo ecologista-progresista nunca vencerá en las urnas. Hay que moderar el mensaje, defender lo que quieren los ciudadanos y solo retocar algunos aspectos puntuales porque una cosa hay clara, para cambiar las cosas, hay que tocar poder. Si no se toca poder, no se pueden cambiar las cosas.

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