EL DOBLE RASERO DEL PARTIDO POPULAR CON LOS NACIONALISMOS PERIFÉRICOS.

Recuerdo lo que desde las filas populares se dijo cuando Felipe Gonzalez cedió el 15% del IRPF a Cataluña como contrapartida al apoyo de CIU, que España se rompía, que era el fin de la caja única, que Cataluña se quedaba con el dinero de los españoles, que era un chantaje inaceptable, que era un gobierno débil que se achantaba ante quienes no creían en España. Todo eso y más dijeron los populares liderados por Jose María Aznar. La misma noche de la victoria del PP aún cantaban lo de Pujol enano habla castellano, porque la lengua fue otro caballo de batalla de los Cascos y compañía para erosionar al gobierno socialista.

La hipocresía más repugnante se dió pocas semanas después cuando en los Pactos del Majestic Aznar cedía el 30% del IRPF a Cataluña como contrapartida a CIU por apoyar al gobierno. Se pasó del Pujol enano a hablar catalán en la intimidad y la crísis lingüistica se apagó. Ceder el 15% del IRPF era romper España pero ceder el 30% no. El catalán ya no era un dialecto, era un bonito idioma. Y Pujol llegó a recibir ofrecimientos para entrar al gobierno con algunos ministros, tal era el idilio de Aznar con los enemigos de la patria!

Más curioso fue ver a Aznar dandose palmaditas en Moncloa con Javi Arzalluz, quién tambiñen terminó apoyando al gobierno popular a cambio de algunas competencias, entre las más señaladas las de Interior (en otras comunidades autónomas las manifestaciones las autorizan las delegaciones del gobierno, en Euskadi no). Pero quizás la cita que mejor resumen la actitud complaciente y desesperada de los populares fue cuando ese mismo dirigente del PNV (ahora considerado de nuevo un peligroso antiespañolista) dijo que "en 14 días hemos conseguido más de Aznar que en 14 años con Gonzalez". Más claro, agua del Ebro.

Una vez perdieron el poder, aunque ya cuando gobernaron con absoluta, se empeñaron en una campaña de acoso y derribo contra las sensibilidades nacionalistas periféricas, tan respetables y legítimas como las suyas (el PP es un partido nacionalista españolista en toda regla), demonizando a aquellos que pensaban, sentían y se expresaban de forma distintiva y diferencial. Ya sin la necesidad de apoyos, el catalán retornó a ser un vulgar diálecto diana de bromas, chistes e insultos varios. El PNV se equiparó a ETA. El resultado más evidente, ya anterior a la derrota en las urnas del digital Rajoy, fue el crecimiento desmesurado del sentimiento separatista en Euskadi, Galicia y sobre todo Cataluña. ERC pasó de ser inexistente a conseguir 8 diputados en las cortes, el PNV presentaba su Plan Ibarretxe y el BNG ganaba posiciones. Nadie mejor que Aznar para dar votos a los Rovira y compañía. Históricamente la presencia de la derecha en el poder, y su empeño homogeneizador, ha dado como resultado el crecimiento descontrolado de sentimientos disgregadores. Por algo será.

Después de 3 años demonizando de nuevo los pactos de los socialistas en el gobierno con este tipo de fuerzas (democráticas y legítimas como las que más) ahora nos encontramos con que el PP de Rajoy, consciente de que volverá a necesitar a esos peligrosos españolistas para gobernar, se despendola en guiños hacia los amigos del PNV y CIU. Es más, la masa social de los populares ya pide que se tiendan puentes con ellos, con los mismos que han destruído España con el Estatut, los mismos que quieren cederlo todo a la Eta. ¿No son graciosos estos peperos? No, no tienen ni puta gracia. Son hipócritas y cínicos, pero nada más. Su trayectoria los delata y a nadie pueden engañar ya. Yo soy de los que piensa que, en el caso improbable de que gobiernen en 2008, en tres semanas están acercando presos a Euskadi. Principios, los justos. Ellos son los buenos, los demás, proterroristas. Hipócritas.

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