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    miércoles, 14 de junio de 2006

    LA HIPOCRESIA DE MAYOR OREJA Y PEDRO JETA RAMIREZ SOBRE EL PROCESO EN EUSKADI.
















    El ex ministro de Aznar apostaba por un diálogo PP-HB.

    El Mundo alentó un plan de paz de Mayor Oreja, antes de la tregua del 98.


    I.P.A.

    El diario El Mundo, que dirige desde sus inicios Pedro J. Ramírez, empezó a abonar el terreno a favor de un proceso de paz, nueve meses antes de que ETA declarara la tregua indefinida de 1998 y seis meses después de que los terroristas secuestraran y asesinaran en julio de 1997 al concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco. La hemeroteca pone de manifiesto que las posiciones que entonces defendían El Mundo, y el ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja nada tienen que ver con su actitud en la actualidad.


    El periódico que dirige Pedro J. Ramírez encabezó su portada del 17 de enero de 1998 con el siguiente titular: “Mayor Oreja impulsaría un plan de pacificación si ETA declarara una tregua indefinida”. El Mundo lanzaba la noticia porque había tenido antes acceso a un documento escrito por Juan Gutiérrez, director entonces del Centro de Investigación para la Paz Gernika Gogoratuz (Guernica en el recuerdo).

    Credibilidad asegurada

    El Mundo explicaba que el documento recogía “el espíritu de las palabras del ministro, aunque no textualmente”. El diario le concedió la máxima credibilidad, porque basó su portada en ese texto. Además, en su editorial de ese día avaló la solidez del escrito, tiutlado Notas al vuelo, como “suficientemente explícito”; y a su autor, Juan Gutiérrez, como un hombre “cuya voluntad, de puro buena, es enternecedora”.

    “Ni vencedores ni vencidos”

    En efecto, Gutiérrez había reunido en Notas al vuelo el resultado de una reunión, mantenida a iniciativa suya el 29 de julio de 1997, con Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior en aquellas fechas. En aquel encuentro, tal y como relataba El Mundo, Mayor Oreja trasladó al director de Gernika Gogoratuz que, “en el supuesto de que el ruido de las armas hubiera callado, su partido alentaría un proyecto de paz y no habrá ni vencedores ni vencidos”.

    A un mes del asesinato de Blanco

    El examen más detenido de las fechas permite descubrir que el entonces ministro de Interior, posterioremente con fama probada de duro, hablaba de hipotéticos procesos de paz, cuando sólo habían transcurrido diecisiete días desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el 12 de julio de 1997. Un hecho que mantuvo en vilo a toda España y que dio lugar al llamado Espíritu de Ermua.

    ”Proceso de construcción nacional"

    Los planteamientos de Mayor Oreja sobre un proceso de paz, con todo, eran bastante claros. La entonces periodista de El Mundo Carmen Gurruchaga continuaba destapando el pensamiento de Mayor Oreja: “El proceso no es simplemente de paz, es también de maduración democrática y construcción nacional”, sostenía en aquella época el ahora eurodiputado del PP.

    Las guerras carlistas

    El proyecto del ex ministro contemplaba una primera fase, dedicada a los presos, un terreno en el que podría resultar “relativamente fácil hacer grandes movimientos”, según reconoció Oreja ante el director de Gernika Gogoratuz. Resuelto ese asunto, el dirigente conservador admitía la discusión de los derechos históricos reclamados por el nacionalismo vasco. Casi asumía los postulados nacionalistas, al contemplar la segunda fase del proceso como el momento en que “se cierra el conflicto, llegando hasta las guerras carlistas”.

    Diálogo PP-HB

    En la segunda fase del proyecto que tenía en mente, Mayor Oreja situaba como protagonistas del diálogo al Partido Popular y a Herri Batasuna. De sus palabras, recogidas por El Mundo en el documento Notas al vuelo, se deduce cierta dificultad del ex ministro para convencer a los suyos: “Los contenidos son un tema muy complicado de plantear en su propio partido y en el Gobierno”, escribió Juan Gutiérrez tras su conversación con el responsable de Interior en 1997.

    Los elogios de El Mundo

    Las ideas que manejaba hace nueve años el eurodiputado del PP llaman la atención, a la vista de su actual oposición a cualquier avance tras el alto el fuego de ETA del pasado 22 de marzo. Lo mismo sucede con el diario El Mundo y su director, Pedro J. Ramírez. El editorial del 17 de enero de 1998 elogiaba “la apertura de miras del ministro del Interior, en lo referente a las soluciones que cabría dar al problema de la violencia en el País Vasco”.

    “Ninguna puerta cerrada de antemano"

    Aún más, el periódico afirmaba, literalmente, que le parecía muy bien que Mayor Oreja acogiera “con interés las vías que otros han abierto”, en referencia al director de Gernika Gogoratuz, y que lo hubiera hecho “sin prejuicios, dispuesto a evaluar todas las posibilidades, con tal de que se sitúen en la política”. El Mundo cerraba su editorial con afirmaciones que marcan una clara contradicción con su actitud en la actualidad: “Entendemos que ése es el camino que debe seguirse. Es a ETA a quien corresponde mover pieza. De hacerlo, no habrá ninguna puerta cerrada de antemano".


    Vomitivo.

    1 comentario:

    Anónimo dijo...

    ¿A alguien le extraña? A mi ya no.