PEDRO SOLBES GANA EL PRIMER ROUND Y DILUYE COMO UN AZUCARILLO EL "EFECTO PIZARRO"

El primer debate electoral de esta campaña enfrentaba a los líderes en materia económica de los dos principales partidos políticos que aspiran a gobernar España. Hay quien dice que fue un debate demasiado técnico y espeso en algunos momentos, pero es que la economía es así, árida y complicada, dificil de acaparar intelectualmente por el ciudadano medio. Sin embargo los españoles pudieron sin lugar a dudas dilucidar por otra serie de variables qué candidato es el adecuado para regir los destinos de nuestra economía los próximos 4 años. Quien transmitiese solvencia, confianza y dominio escénico, en definitiva, seguridad, se llevaría el gato al agua.

No cabe la menor duda de que quien consiguió conectar estas variables fue el ministro Pedro Ssolbes frente a un disdibujado y gris Pizarro, perdido en su inferioridad técnica y en los apuntes que le dictó un tal Pujalte, que para que alucinen, es una cabezas pensantes del PP a la hora de hablar de economía, así está el percal. La solidez del ministro fue una pendiente demasiado exigente para un "bluff" que tuvo que echar mano de ETA y del piso ministerial de Bermejo para defender, a las duras, sus posiciones. Solbes tuvo en algún momento que aleccionar y corregir a Pizarro, la imagen fue realmente la de un padre que riñe a un hijo atrevido. La única encuesta que se ha dado a conocer fue la que el mismo medio que televisó el debate ofreció a sus televidentes, más de 10 puntos de ventaja para Solbes. Me queda la duda de que, siendo antena3, no se haya incluso maquillado la derrota de Pizarro. Los medios conservadores sin embargo han hecho piña y de alguna manera han pintado un cuadro bastante distinto al que con seguridad muchos españoles tienen después de hora y pico de debate. Incluso personas afines del PP se mostraban esta mañana "decepcionadas" por la poca guerra que dió su púgil, temiéndo incluso haber perdido del todo ese granero de votos que supone el centro político y sociológico.

La campaña se presenta apasionante mientras los partidos juegan en campos distintos, unos a movilizar, otros a embarrar para que haya abstención. Democráticamente como sociedad no cabe duda de que nos conviene lo primero. Las elecciones se juegan sobre todo en Cataluña y Andalucía, donde la participación debe superar el 75% para poder asegurar un gobierno progresista para la próxima legislatura. Soy de los que piensa, de lo que cree y siente que Cataluña sacará todo su orgullo en las urnas. Tengo la impresión de que a pesar de los mensajes que advierten que los catalanes está hartos de la política irán a votar masivamente el 9M. De ellos depende en parte el avance o no del PP. Pero el juego es más amplio, y hay plazas también dificiles donde torear. El único remedio, la única medicina, movilizar, participar. Ese debe ser el cometido de la izquierda dos semanas.

Comentarios.