DEBATE SOBRE POLÍTICA ANTITERRORISTA: ZAPATERO VUELVE A TOMAR EL MANDO MIENTRAS RAJOY SE PASA DE FRENADA Y SE INHABILITA COMO ALTERNATIVA.





Zapatero y Rajoy han escenificado una vez más lo evidente, que el consenso es imposible cuando uno de los dos no tiene entre sus planes ejercer con lealtad y sentido de estado de líder del principal partido de la oposición, sino como principal partido de la crispación siguiendo un discurso dictado y amañado desde algunas ondas con discursos anticuados y retrógrados conocidas por todos. La decisión y la solidez argumental de Zapatero ha contrastado con el discurso zafio, bronco y casi barriobajero de un Rajoy que se apretaba la soga política cada vez que abría la boca. Hoy Mariano ha cesado como alternativa y ha relegado al PP definitivamente a la oposición por 4 años más.

Su mediocridad y su falta de liderazgo lo han delatado, pero mucho más sus malas intenciones y su falta de sentido de Estado, algo básico en un político que aspira a dirigir los destinos de un país. Dudo que mucha gente, salvo los fieles de siempre, apoye a un personaje capaz de todo, hasta de perder su dignidad personal, para alcanzar el poder. No todo vale y la lucha antiterrorista es para los ciudadanos sagrada.

La primera intervención de Jose Luis Rodríguez Zapatero ha tenido un carácter institucional y comedido, en su papel como jefe del ejecutivo y principal responsable de la lucha antiterrorista, haciendo un llamamiento al consenso y a la unidad de los demócratas pero a su vez sin pasar por alto que es la primera vez que un presidente comparece en el Congreso como respuesta a una ruptura de tregua de la banda terrorista ETA. Era necesario marcar distancias y dejar las cosas en su sitio. La situación que vivimos hoy no tiene precedentes pero el boicot del PP la ha hecho inevitable.

Se agradece que en la contienda parlamentaria aún existan políticos con suficiente altura personal y profesional como para pedir disculpas por un error cometido. Es un ejercicio sano de autocrítica delante de los ciudadanos, que honra a quien lo lleva a cabo. En este caso, el excesivo enfasis del presidente un día antes del atentado merecía una rectificación. Y la hubo. Rajoy no tomó sin embargo el testigo; no lo hizo cuando gobernaba no lo iba a hacer ahora, sopena de tener que recibir 10 latigazos en la sala de tortura ideológica de una emisora de radio.

Así, esta tarde el presidente Zapatero ha dignificado la política cuando ha dicho: "Quiero reconocer el claro error que cometí ante todos los ciudadanos españoles", en referencia a sus declaraciones del día 29 cuando dijo que en 2007 todo estaría "mejor". No ha sido esta la primera vez que el presidente reconoce errores, algo que echamos mucho de menos los ciudadanos en la anterior etapa popular en la que las palabras "dimisión", "perdón", "equivocación" no formaban parte del ejecutivo de Aznar. Zapatero ha empezando dandonos una lección de humildad pero no sería la única, para desgracia de un Rajoy sin talla ni cintura para enfrentarse al sentido común del presidente.

Zapatero ha tendido la mano a Rajoy y lo ha hecho con "hechos", no simplemente de palabra por meras cuestiones estéticas. Convocará una reunión del Pacto Antiterrorista para informar al detalle a los populares de los planteamientos de futuro y aclarar así cualquier duda que pueda existir. Donde debe ser, porque la política antiterrorista al detalle es una cuestión que afecta a la seguridad de los españoles y como bien le ha dicho Duran (CIU) a don Mariano, el parlamento no es lugar para hablar de esas cosas. Como era de esperar Zapetero ha sido más ambicioso y ha declarado que espera que se pueda conseguir un pacto de mayor calado con todas las fuerzas política, entre las que destaca especialmente el PNV de Josu Jon Imaz. Es esencial, para presionar el entorno abertzale, el acuerdo con los nacionalistas vascos.

Sin embargo como era de esperar Mariano Rajoy, más desquiciado que nunca, ha mordido la mano tendida y se ha mostrado como un peligroso doberman obsesionado con morder carne al precio que sea aunque sea a costa de su credibilidad política. Su intervención ha rozado lo patético, por momentos vomitiva, sin ningún tipo de rubor a la hora de mentir y lo que es peor, de acusar al presidente de todo tipo de colaboraciones indirectas en favor de la banda terrorista ETA. Un discurso por momentos delictivo, que insulta nuestra inteligencia y que daña a las instituciones, indigno. Porque decir que ETA está más fuerte por culpa del gobierno es una sinvergonzonería, pero más aún volver a sacar a la palestra a la víctimas para lanzarlas contra el gobierno.

Rajoy ha sido un disco rayado y una pésima imitación del vocero de las mañanas de La Cope. Ha acusado de ceder ante los terroristas, de darles esperanzas, de poner sobre la mesa autodeterminación, constitución y Navarra para trocearla, enfin, un sinfín de estupideces que demuestran que esta gente ha perdido el norte y que solo una bofetada electoral los despertará de su travesía hacia la extrema derecha; tendrán su medicina, que no se preocupen. Para Mariano, el único culpable de lo acontenido en Barajas es el presidente Zapatero. Eso lo inhabilita no solo como líder de un partido como el PP, si no también como político, como representante de los ciudadanos. Estas declaraciones no son admisibles ni para un concejal de un pueblo pérdido en la montaña.

Ha vuelto a pedir, en su paranoia habitual y su sordera crónica, que se diga clara y netamente que nunca habrá precio político a ETA, cuando solo hacía 10 minutos el presidente lo había repetido por activa o por pasiva y cuando la resolución del Congreso lo explicitaba expresamente. Lo peor es que ya no le da vergüenza, ha asumido el discurso de La Cope. Y lo digo porque al principio de legislatura leer los guiones de Acebes, Losantos y César Vidal le daba vergüenza y se le notaba, estaba incomodo, por momentos su cara nos hacía ver que era consciente de los disparates. Ahora parece convencido, quizá animado por esas encuestas a la carta que le dan una posibilidad que no tiene en realidad, presa de su mediocridad, falta de criterio y lo peor, falta de liderazgo.

Ante estos despropósitos, después de un inicio conciliador, el presidente se ha tenido que defender y lo ha hecho con convencimiento y no sin contención. Se le notaba cabreado, bastante exasperado por las soflamas de Rajoy, como queriendo explotar pero agarrándose al cargo que sustenta, moerdiéndose la lengua. Ha desbozado una por una las mentiras de Rajoy, empezando por el Pacto Antiterrorista y terminando por el remenber de treguas anteriores. Los hechos dan la razón al presidente (eso le da firmeza a sus argumentos) y por momentos a Rajoy parecía faltarle al aire desde su banco ante el tirón de orejas de Zapatero. Ejemplares las lecciones que le ha dado el presidente, principalmente cuando se ha negado a poner encima del debate a las víctimas. Ha sido otro gesto, como la disculpa inicial, que dignifica la política y pone las cosas en su sitio, en el sentido común y en el verdadero respeto institucional.

Su petición de consenso, incluso de olvidar todos los insultos que ha recibido, no han sido suficientes porque el PP está enroscado y no tiene remedio salvo las urnas. No podrá nadie, definitivamente, hablar ya más de equidistancia y de que la desunión es responsabilidad de todos por igual. No lo ha sido antes y menos a partir de hoy, con tres peticiones de vuelta al pacto y a la unión de Zapatero que no han tenido siquiera contestación en Rajoy. Ha quedado claro lo que ya era evidente, Rajoy está sordo para el consenso y por primera vez en la democracia juega con la política antiterrorista para buscar réditos electorales, ya sin caretas. Los ciudadanos no lo olvidarán y la historia les pasará página, seguro.

La frase estrella, por estrellada, "si usted no cede le pondrán bombas y si no le ponen bombas es porque ha cedido", para los anales de la infrahistoria de la España paleta, cañí y antidemocrática. Este monigote, que después se ha negado a retirar la frase (insisto, ya no le da vergüenza), es especialista en plasmar barbaridades y eso que venía como moderado y modosito. ¡Menos mal! La frase no merece comentarios, se retrata por sí sola. No es propia de un democráta, menos aún de un político que dice representar a más de nueve millones de ciudadanos. Son basura, mierda pura, putrefacción, propias de un fascista que no cree en los valores democráticos. Espero que haya sido un lapsus, pero me da que no, que lo piensa de verdad.

Así pues, Zapatero ha hecho los deberes, ha intentado el consenso, ha dado explicaciones (las que se pueden dar cuando hablamos de política antiterrorista y de seguridad del Estado, las justas), ha reconocido errores, pero no ha sido posible porque la cuerda está rota. No con esta extrema derecha que urge renovarse con una derrota contundente en las urnas. Esa obsesión por romper todos los puentes hacia una salida negociada en el futuro demuestran que los populares juegan al corto plazo y que su sentido de Estado ya no prevalece en sus siglas. Se han convertido en un partido de camorristas, desleales y antiespañoles. Porque el resto de fuerzas políticas, incluso aquellos denominados antiespañolistas, han apoyado al gobierno sin fisuras. ERC y PNV han dado una lección de sentido de Estado al Partido Popular; eso debería sonrojarles.

Todavía recordamos, algunos que nos empeñamos en no olvidar, algunas declaraciones de Aznar, antes, durante, y después de la tregua. No olvidamos el Movimiento de Liberación Vasco, ni el apoyo de Aznar a la negociación como vía para solucionar el conflicto vasco, ni cuando éste pedía a Blair que persistiese en sus negociaciones con el Ira a pesar de un atentado con 28 muertos, los acercamientos de presos, las excarcelaciones, ni cuando estaban dispuestos a todo por la paz, ni cuando Rajoy y Piqué hablaban de cambios en la política penitenciaria. No olvidamos y esa cruz siempre la tendrá el único partido de la oposición que no ha apoyado al gobierno en su lucha contra ETA. Con respetar el Pacto Antiterrorista hubiese sido suficiente, pero ni eso, no tiene ni palabra.

Zapatero ha usado una cita de Aznar que expresa muy bien lo que supone tener sentido de Estado en la lucha antiterrorista, idéntica a la pronunciada por el líder cósmico después de la ruptura de tregua en 1998:

"El gobierno ha hecho, hace y hará todo cuanto esté en su mano por buscar los caminos de una paz definitiva. Pero al mismo tiempo, lo ha hecho, lo hace y lo hará desde el más estricto respeto a las normas del Estado de Derecho y garantizando en todo caso los derechos y las libertades de todos. Tengo la seguridad de que triunfará la voluntad de paz que todos los españoles compartimos y que entre todos haremos realidad ese camino de esperanza"

Estoy de acuerdo con ella. Es la misma antes, y ahora. Yo estaba de acuerdo antes, y estoy de acuerdo ahora. El señor de los hilillos, no solo no tiene vergüenza, es que no es ni coherente, antes la acataba y la aplaudía, ahora le parece una traición a los muertos y una debilidad. O no tenía cojones para hacerle frente a su líder o es un hipócrita de mucho cuidado. Que le sea leve su decadencia a partir de ahora. Ir de matón en el Congreso no la dará réditos.

Que los populares se comporten como mamporreros de su líder, interrumpiendo las intervenciones de Zapatero e insultandole reiteradamente no hace más que dibujarles cara a la opinión pública, retratarlos como la mediocridad que son. Han perdido definitivamente el centro político que da la victoria electoral y no se dan ni cuenta. Por ser no son ni inteligentes. Zapatero le ha vuelto a ganar la partida a Rajoy y además, le ha dado una lección acelerada de lo que es sentido de Estado, algo que Mariano ni huele y que lo inhabilita para presidir una nación como la española. Estoy muy orgulloso del presidente, como político pero más como persona. Menos mal que aún nos quedan políticos de peso, de los que merecen la pena. Zapatero es uno de ellos.

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