LAS CONEXIONES DEL PP EN MARBELLA.
Gil y Gil (1996): “Voy a votar al PP por conveniencia y convicción”
Gil y Gil, el difunto alcalde de Marbella, pidió el voto para Aznar en 1996. “Los socialistas me han perseguido como auténticos canallas”, argumentó el jefe de la corrupción organizada. En 1995, un pacto/pinza entre Gil y Gil y Javier Arenas permitió que el PP controlara la Diputación de Málaga y que el GIL presidiera la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. Tras la ruptura de 2000 –por razones electorales-, el PP se ha venido negando reiteradamente a que el Ayuntamiento marbellí fuera disuelto.
La primera gran expansión del GIL (el partido de Gil y Gil) obedeció a un pacto/pinza entre el difunto alcalde de Marbella y el PP. Corría el año 1995 cuando el apoyo del partido encabezado por José María Aznar permitió a Jesús Gil convertirse en presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. A cambio, el GIL hizo posible con sus votos que el PP mantuviera el control de la Diputación de Málaga. El presidente del PP en Andalucía en aquella época (también en ésta), Javier Arenas fue uno de los muñidores del pacto. Públicamente pidió “respeto hacia Gil porque representa lo que han querido libremente los ciudadanos en Marbella y Estepona.”
Los Ángeles de San Rafael.
Esa Mancomunidad no era ni una menudencia ni una anécdota más o menos irrelevante. Suponía para el GIL su consolidación y su anhelada implantación urbanística en otros territorios más allá de la ciudad de Marbella. El presupuesto de tal Mancomunidad superaba los 50.000 millones de las antiguas pesetas. Entonces nadie –salvo los analfabetos funcionales o los cínicos a sueldo- ignoraba la verdadera dimensión de un simpático castizo que a finales de los años sesenta ya había sido condenado a la cárcel por su responsabilidad en el caso de la urbanización Los Ángeles de San Rafael.
Indultado por Franco.
Gil fue el constructor de la citada urbanización, uno de cuyos edificios se vino abajo por la deficiente calidad de los materiales empleados y se llevó por delante a varias decenas de personas que pagaron con su vida la falta de escrúpulos del promotor. Salió en libertad gracias a un indulto otorgado significativamente por el Jefe del Estado, el dictador Francisco Franco. Cierto es que Gil y Gil siempre le agradeció tamaña gentileza ensalzando y recordando con devoción al Caudillo en los mítines de su peculiar partido.
27 de febrero de 1996.
¿Pueden sorprender, pues, las declaraciones de Gil el día 27 de febrero de 1996 –a menos de un mes de las elecciones generales- pronunciándose de forma inequívoca en favor uno de los dos candidatos? “Voy a votar al PP por conveniencia y por convicción”, aseguró el tristemente célebre alcalde marbellí. Según la versión de El País (28-2-2006), Gil dijo además: “Los socialistas me han perseguido como auténticos canallas y lo tienen que pagar. Todo el que se ha metido conmigo lo ha pagado y ellos no pueden ser menos”.
Inquietud en Génova.
El idilio -a veces clandestino, a veces a la luz del día- entre el PP y Gil se mantuvo durante tiempo, aunque sufriera un fortísimo trauma cuando el alcalde de Marbella pretendió no sólo conquistar electoralmente Ceuta y Melilla, sino presentar candidaturas en el resto de España y, de modo singular, en Madrid. Inquietos en el estado mayor de Génova 13 ante la posibilidad de que –en los comicios generales de 2000- el GIL sumara los suficientes votos de la extrema derecha como para restarle la mayoría necesaria a José María Aznar, Gil y Gil fue objeto de una implacable cacería judicial y mediática. Sobresalió en este menester el diario El Mundo, como lo hizo cuando el objetivo a batir –por otras razones- fue el flamante presidente de Telefónica, Juan Villalonga.
Pasado el susto.
En febrero de 2001, pasado el susto y con la mayoría absoluta en el zurrón de Aznar, el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Marbella se negó a pedir –junto al PSOE, PA e IU- la disolución del Consistorio que seguía en manos del GIL. Cinco años antes de la iniciativa que han puesto ahora en marcha los Gobiernos andaluz y español, la derecha volvió a las andadas y echó un capote a los gestores, y beneficiarios principales, de una corrupción monumental.
Arenas defiende.
Los mismo sucedió el año 2003, cuando socialistas e IU insistieron en la conveniencia de disolver el Ayuntamiento marbellí, después de la moción de censura contra el alcalde Julián Muñoz y del acceso al poder de la alcaldesa Marisol Yagüe, sucesora directa de los intereses gilísticos, recientemente detenida por la policía y puesta a disposición judicial. El PP cerró filas y de nuevo favoreció objetivamente los intereses de los corruptos. Otra vez avaló el respaldo a los gilistas Javier Arenas, a la sazón vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia. Arenas –según la agencia EFE- “afirmó hoy que los primeros informes de los que dispone el Ejecutivo sobre la situación del Ayuntamiento de Marbella no muestran que se den los supuestos legales que permitan disolver esa corporación municipal”. Arenas lo dijo en el Congreso de los Diputados, interpelado por José Luis Centella, diputado de IU.
Golpecitos en la espalda.
Arenas se acogió dialécticamente, también en esta ocasión, al paraguas protector de Euskadi. Concluyó su intervención recordando que hay otros “escándalos políticos”, como el del Parlamento vasco pagando a Batasuna con los votos de los tres partidos del Gobierno vasco (PNV, EA e IU). Ciertamente, en Marbella ni ETA ni Batasuna controlaban el Ayuntamiento. Lo hacían, y lo han seguido haciendo hasta hoy, una banda organizada de ladrones y mafiosos. Con el PP dándoles golpecitos en la espalda o, simplemente, mirando hacia otro lado.
E.S.
1 comentario:
REJUAS! VAYA PANDA DE GOLFOSS.
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