LA SOCIEDAD CIVIL VANGUARDISTA DEBE RESPONDER PACÍFICAMENTE A AQUELLOS QUE AMENAZAN NUESTRA CONVIVENCIA Y ALIENTAN EL GUERRA CIVILISMO ENTRE ESPAÑOLES.





Después de ver la comparecencia de Zapatero en el Senado y leer las declaraciones de Rajoy llamandole "hooligan" me pregunto con qué adjetivo calificaría el líder de los populares a los senadores del PP en su actuación de la mañana de ayer. ¿Gente de bien? La actuación de la bancada popular no es digna de una democracia europea en pleno siglo XXI. Avergüenza y abochorna ver a representantes del pueblo escupiendo malediciencias, interrumpiendo maleducadamente a quienes no les interrumpen y boicoteando rastreramente la acción parlamentaria en vez de dignificarla como sería exigible a quienes ostenta cargos de responsabilidad en nuestras instituciones. ¿Qué respeto nos tienen estos indecentes del Partido Popular cuando llenan de estiércol los escaños del Congreso y el Senado? Ninguno.

Lo de ayer no fue novedoso, es una constante en la acción parlamentaria del Partido Popular, estrategia camorrista utilizada con el convencimiento de que en el pasado ya les dió resultados cuando torpedearon el efecto Borrell en un Debate del Estado de la Nación que prometía y mucho. No podemos esperar otra cosa que juego sucio cuando la oposición es dirigida por carroñeros de la fiabilidad de Zaplana. Solo se escuchan a si mismos. Preguntan y no dejan responder. No respetan al Presidente del Senado ni al del Congreso, hacen desplantes, burla, bufonada, como si estuviesen en un patio de colegio y no en ejercicio de una responsabilidad que millones de ciudadanos delegamos en ellos.

Imitan a Pujante, la verdadera alma mater de la bancada popular, el payasín al que le rien todas las gracias. Los ciudadanos no merecemos representantes sin escrúpulos, educación y mesura. Cobran sueldazos y trabajan pocas horas, lo mínimo es un respeto y un decoro, no solo a los rivales políticos, si no a nosotros. El Congreso no es un circo ni un corral. Es la sede de la soberanía popular señores del Partido Popular. Muchos no creyeron ni creen en la Constitución pero la educación es un mínimo exigible que ustedes no alcanzar a llegar. ¿No tienen ni un poquito de vergüenza?

Visto lo visto menos mal que no entraron en vigor las leyes educativas de los gobiernos del señor Aznar, solo con ver la mala educación de sus senadores y diputados ya tenemos una muestra de en qué tipo de personas nos querían convertir. ¿Pero esta gentucilla no se ha educado en los mejores colegios privados de corte católica? ¿Entonces cómo es posible que sean tan sinvergüenzas y maleducados? Sí, es una pregunta con tintes retóricos. Pero es que poco se puede esperar de personajes que tienen escasa cultura, bagaje e historia democrática. No han crecido en los valores de la libertad, el respeto, la convivencia, porque la Constitución y la democracia fueron cuestiones que muchos (no todos) tuvieron que aceptar sin remedio ni derecho de protesta.

La destructiva política del PP, centrada en la utilización del terrorismo como arma política no tiene parangón en Europa. Tal vez les sirva para uso interno, para satisfacer las espectativas de sus simpatizantes más extremistas, pero no para construir un país como el nuestro. Sus teorías conspirativas sobre el 11-M no son tomadas en serio en el extranjero. Ni siquiera la prensa de derechas se hace eco de ellas. Preocupa mucho visto desde aquí este sistemático acoso al Gobierno y a las instituciones democráticas por parte de una oposición tan sectaria y agresiva. Tengo esperanzas que el pueblo español muestre su madurez y haga reflexionar al PP con un severo castigo en las urnas. No creo que haya otra solución posible. Nos jugamos demasiado como para caer en la pasividad, en la confianza ciega y terminemos pasando el domingo electoral en la playa.

La práctica totalidad de la acción política del PP se concentra en el tema terrorista del que históricamente se han servido para llegar al poder. Cuesta recordar en boca de los populares asuntos que no posean una capacidad tan emotiva como el terrorismo, las víctimas y el dolor que sufren. Casi todas sus maniobras giran alrededor de la gestión de esta cuestión tan visceral, autoproclamándose como los auténticos y único defensores e intérpretes de la voluntad de las víctimas, víctimas que consideran no un fín si no como un medio del que servirse y escudarse, "estamos con las víctimas". ¿Qué víctimas? ¿Todas las víctimas? ¿O solo aquellas de las que se pueden servir para sus propósitos electorales? ¿Qué decimos de las victimas del 11-M ninguneadas por Aguirre? ¿No hay vida más allá de la AVT?

Manipulan, envalentonan y contiman a las víctimas. De ahí la rabia, la furia, el odio desatados en las últimas concentraciones y la aproximación a una extrema derecha cada vez más cómoda en los albores del principal partido de la oposición y toda su corte de palmeros adosados. En algún momento y por poco estético que sea también habrá que poner en su sitio a muchas víctimas del terrorismo, convencidas de que su condición les otorga potestades divinas y superioridades morales. Algunas me tienen harto y me provocan el vómito, como el señor Alcaraz. ¿Por qué callarnos?

De aquellos polvos, estos lodos. Respecto al juicio del 11-M y la atenuación de la prisión de De Juana, puede verse claramente en el primer caso que el PP ofrece confabulaciones y patrañas y siembra dudas sobre el funcionamiento del Estado de Derecho, y en el segundo, aviva la confrontación y pide lo contrario de lo que hacía cuando estaba en el poder. ¿De qué clase de personajes estamos hablando? ¿Tratamos con demócratas o con resignados que vuelven a asomar la cabeza aprovechando el clima prebélico que sus correligionarios han extendido por el país? Por otra parte, estos señores ciudadanos que piden la muerte de De Juana Chaos, no habría que considerarlos mejores seres humanos que los terroristas. E irónicamente aún se declararán católicos y cristianos. Incitando al asesinato y la venganza.... ¡Excomulgados y al infierno!

El uso descarado, hipócrita, manipulador y falso que utiliza el PP para confundir a la gente con sus mentiras, sus afirmaciones confusas y su apropiación indebida del concepto de España con un único proposito electoral sí que resulta denunciable e incluso sancionable. Agitar a la sociedad con falsedades para llevarla a enfrentarse al gobierno y provocar el caos para aprovecharse de ello y alcanzar el poder es la táctica típica del dictador. Ejemplo de ello tuvimos hace tiempo en este país con uno de ellos. El señor Rajoy y miembros del Partido Popular no merecen el menor respeto por su maldad al provocar intencionadamente este conflicto. Mientras que sus seguidores, voceros y manifestantes por las calles no lo merecen por su falta de personalidad y juicio democrático.

La ciudadanía española con firmes creencias democráticas debe reaccionar con determinación para parar los pies a aquellos que fiando su acción a prácticas antidemocráticas y ofensivas que dinamitan nuestra convivencia aspiran a derribar antidemocráticamente a un gobierno legítimo elegido por mandato popular. La sociedad civil vanguardista, sea de la opción que sea, debe recuperar el pulso social y responder pacífica y organizadamente. Somos más y mejores, más creativos, más tolerantes, más abiertos al mundo, a la pluralidad, a la tolerancia. Aglutinamos mucha más gente, mucha más porción del pastel. Ellos son minoría y lo serán más cuando nosotros seamos capaces con nuestra acción cívica de abrir los ojos a miles de engañados y confundidos en el albor del juego sucio.

Es hora pues de plantear iniciativas en forma de movimientos o plataformas populares capaces de desarrollar proyectos en favor de la convivencia, la paz, el fin de violencia y otros tantos valores cívicos que merecen la pena. Ciudadanos capaces de decir basta a las mentiras, a los insultos, a las difamaciones, organizados en un gran proyecto capaz de unir las sensibilidades de los que con nuestras legítimas discrepancias no nos resignamos a tener que soportar, por ejemplo, que una radio supuestamente episcopal tenga licencia para disparar con total impunidad y cobrando de nuestros impuestos. Nuestra voz se tiene que oir nítida y clara, no difuminada, hace falta coordinación, mucha coordinación.

La sociedad debe hacerse oir para que el Estado de Derecho responda a todos los que se atrevan a echarle un pulso y no tenga reparos en normalizar una situación que se ha desmadrado por ceder demasiada cuerda a los radicales. En cualquier democracia decente La Cope o El Mundo serían multadas y/o cerradas por muchas razones de sobra conocidas. ¿Se imaginan qué pasaría si en Alemania un locutor de radio dijese que prefiere la bandera nazi a la oficial alemana? Esto pasó ayer en España y lo dijo Jimenez Losantos refiriéndose a la bandera preconstitucional. ¿Y qué decir de las teorías de la conspiración y las acusaciones de colaboración con banda armadas manchando a la Policia, a los Jueces y a las instituciones del Estado? ¿Quién le para los pies a esta gentuza, señor Fiscal General?

Es por ello que es necesaria una iniciativa popular contundente para denunciar las actuaciones cuasi golpistas de quienes no creen y amenazan nuestra democracia. No se le puede dar ni un centímentro más de ventaja a quienes alientan el clima bélico guerracivilista. Una plataforma que organice sentadas pacíficas, recogidas de firmas, actividades culturales en favor de la paz, que reuna diversos colectivos ciudadanos capaces de movilizarse por aquellos principios de los que estamos tan orgullosos y que en las últimas fechas son pisoteados por personajes de bajos escrúpulos como Zaplana o Acebes pero la lista podría ser interminable. ¡Movilización! ¡Estamos aquí y tenemos voz! ¡Que se oiga bien clarito que con nuestra democracia no se juega! ¡Aislemos a los que crispan! ¡A los que desean el finiquito de nuestro sistema democrático!

Vuestra opinión cuenta más que nunca y las iniciativas están abiertas a vuestras propuestas. Mi propuestas es clara: una plataforma ciudadana nacional que movilice a la sociedad civil frente a la barbarie y la desvergüenza de quienes se han situado a la extrema derecha. Porque el país necesita una derecha democrática, moderada y europea, porque no nos merecemos una oposición tan ruín, tan desleal, tan dispuesta a desgastar nuestras instituciones más preciadas para ocultar su fracaso electoral y su nulidad de ideas. Están vacíos de contenido y llenos de odio, desatados y sin rumbo, por eso son peligrosos. ¡Reacción cívica ya! ¡Rebelión popular contra la intolerancia, el fascismo, el insulto, la mentira, la corrupción! ¡Hay tantos cosas por las que levantar la voz!

Organicémonos de una vez, no es tan díficil. Si los incompetentes de hazteoir han sido capaces, nosotros también. La paz, la convivencia, la democracia, la libertad, el respeto, la legalidad, la Constitución, todo aquellos por lo que luchamos y por lo que creemos merece la pena. No me cansaré de repetirlo. Que una ola de tolerancia y civilización llene nuestras calles y que juntos, todos, culminemos nuestra lucha en las urnas. Allí es donde terminaremos el trabajo. ¿Nos animamos?

Os añado el video manipulador de las Nuevas Generaciones: qué asco!



Comentarios.