ARTÍCULO: AZNAR NO CREE EN ESPAÑA.

















ARTÍCULO AZNAR NO CREE EN ESPAÑA Josep maria espinàs

Los que ya tenemos muchos años estamos a punto de recuperar nuestra adolescencia franquista, con la satisfacción de algunos, parece, y la angustia de muchos, espero, entre los que me cuento. De momento, el organizador de este túnel del tiempo es el expresidente Aznar, mientras sus Rajoy, Zaplana, Acebes se encargan de ir abriendo puertas para que la gente vaya entrando.

Tras la discreta retirada de Aznar, confieso que no me esperaba que resucitara públicamente con tanta voluntad de omnipresencia, omnipotencia y omnisciencia, que como es sabido son tres atributos de Dios. Ahora se dedica a reunir a multitudes para que vean que él está más vivo que nunca, que es más potente que nunca --nada de ocupar un puesto consultivo como nos habíamos imaginado-- y que lo sabe todo, lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer, lo que es patriótico y lo que es antipatriótico.
El catastrofismo que predica ¿tiene alguna base? La importancia que ha dado al nuevo Estatut es espectacular. "El Estatut pone España en peligro" o "España no sobrevivirá al Estatut". ¿Tan frágil es España que el estatuto de una autonomía puede destruirla? La falta de fe en España de Aznar es sorprendente. ¿Es verdad que cree que España es un vestidito que se sostiene con cuatro alfileres? ¿Tan inestable es el equilibro español que si una parte del Estado hace alguna reclamación queda al descubierto la debilidad de la doctrina oficial sobre la nación?

Según Aznar, España se morirá por un texto parlamentario. Un político que no cree en la consistencia de su país no puede gobernarlo. "Con el Estatut no quedará nada de España". Pues sí que es poca cosa, España, y cómo nos habían engañado los patrioteros. Ahora resulta que con un soplido estatutario pueden caer "las más altas torres". ¿Son de cartón?

Y sólo faltaba que Fraga proclamara que los golpistas del 23-F eran "personas llenas de buena voluntad". Llegar a los 79 años para asistir a la impunidad de la desvergüenza es muy desalentador. Por el túnel del futuro nos está llegando el pasado.