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    sábado, 13 de mayo de 2006

    LA CONSPIRACIÓN, EL ULTIMO ATENTADO DEL GAL.


















    José Amedo, ex policía condenado a 108 años por el caso GAL

    Aznar, Cascos y Pedro J. y Garzón están en deuda conmigo"


    “NADIE SE QUERELLA CONMIGO, PORQUE PODRÍAN ESCUCHARSE DICIENDO LO QUE YO CUENTO”

    “GARZÓN QUERÍA VENGARSE DEL PSOE Y SUS INTERESES COINCIDÍAN CON LOS DE LA OPOSICION Y PEDROJOTA”


    -Qué le ha llevado a publicar este libro y por qué ahora, después de tantos años?

    Porque, lógicamente, he protagonizado una serie de acontecimientos de gran importancia para este país y yo no estaba conforme con lo que se había contado de toda esta historia desde fuera. Quería contarla desde dentro. Me limito a contar unos hechos reales, tal como ocurrieron. Yo pensaba publicarlo antes. Una editorial, me compró los derechos y hasta me pagó un anticipo por ello. El contrato venció y el libro no se publicó. Por eso contacté con la nueva editorial, Espejo de Tinta, y aquí está mi historia.

    -Da la sensación de que usted trata de saldar deudas pendientes en este libro…

    ¿Yo con ellos o ellos conmigo? Yo no tengo deudas con nadie, pero los que salen mencionados en el libro sí. Están en deuda moral conmigo, porque especialmente con respecto a la última parte del libro (se refiere a la conspiración que él describe entre Garzón, Pedro J. Ramírez, Cascos y Aznar para relanzar el Caso GAL) nadie se ha querellado conmigo. Todos han mirado hacia otro lado. Además, como digo en el libro, la mayor satisfacción que puedo tener es que alguno de estos aludidos tomase alguna iniciativa judicial, porque posiblemente podrían tener la oportunidad de escucharse ellos mismos diciendo exactamente lo que yo cuento.

    -¿Los tiene grabados en cintas?

    Que cada cual lo entienda como quiera, pero como a mí me forzaron, a finales del 94, a tomar una actitud, con unas presiones enormes, para sus fines políticos y de venganza, yo quiero que se sepa cómo fueron las cosas y que la gente vea cómo es cada una de esas personas, que se dedican a dar lecciones cada día al resto de la sociedad, con una dignidad suprema.

    -¿A quién se refiere exactamente, de todos los mencionados en su libro?

    A Aznar, a Alvarez Cascos, al ínclito periodista Pedro J. Ramírez, al juez de causas insalvables, Baltasar Garzón, etc. Todos ellos tienen una deuda conmigo.

    -En “La Conspiración. El último atentado de los GAL”, usted, entre otras muchas cosas, acusa al juez Baltasar Garzón de haberle presionado y amenazado…Cuando menos lo describe como un prevaricador…

    Lo digo muy claro. Y narro diálogos completos, o semicompletos, que son muy jugosos y muy interesantes. Difícilmente una persona se puede inventar esas cosas y más difícilmente todavía, nadie se puede arriesgar a meterse con personas que tienen tanto poder, salvo que tenga todas las pruebas. Yo no podría afirmar con la crudeza que afirmo estas cosas tan graves, si no tuviera una base sólida apoyando mi testimonio y unos testigos que el tiempo no borra. Esto (señala una grabadora, que está grabando la conversación) dentro de cinco años, no se habrá borrado ¿verdad?

    -En todo caso, los aludidos han asegurado que no se querellan contra usted porque carece de credibilidad alguna…

    ¿Me están diciendo que a finales del 94 y principios del 95, 96 yo les merecía una credibilidad absoluta, que mis manifestaciones provocaron una quiebra del Estado, que hubo un desasosiego político tremendo y que ahora ya no me creen? Tuve credibilidad ante ellos, porque les era necesario y tuve credibilidad ante los tribunales. Pues es la misma credibilidad que tengo ahora. Lo que ocurre es que entonces no podía contar lo que he contado ahora, en el libro. Ellos (Garzón, Pedrojota, etc.) me forzaron a contar lo que conté entonces. Yo estaba bloqueado, amenazado de una forma tremenda.

    -¿Se refiere al pasaje de su libro en el cuenta que Baltasar Garzón le amenaza con meter en la cárcel a su mujer y le anima a que retire el dinero de las cuentas de Suiza antes de que él las intervenga?

    Me amenazó valiéndose de un hecho que nunca se demostró que fuera como él dice y del que se enteró extrajudicialmente. Se enteró de la existencia de las cuentas cuando estaba en marcha la investigación de Luis Roldán. Y yo no tenía ninguna causa pendiente. Garzón entonces quería venganza, porque el PSOE le prometió que sería ministro y, finalmente, no lo fue. La venganza de Garzón coincidió con los intereses de la oposición, para llegar al poder, y con los intereses de Pedro J. Eso queda clarísimo en el libro.

    -Usted ha metido en el saco de la supuesta trama para relanzar el Caso GAL a José María Aznar, pero en el libro no reproduce ni una sola conversación suya con el entonces presidente del PP…

    Es que el intermediario, naturalmente, es Pedro J. Cuando Garzón se presentó en la lista del PSOE, en 1993, me dice que “a callar”, vamos, que el juez no quiere justicia. Paraliza cualquier actuación sobre los GAL, porque piensa que lo van a nombrar ministro del Interior. Después, cuando el PSOE no lo nombra, quiere que haya venganza. Sus intereses, los del PP y los de Pedro J. coinciden. Por eso me hacen una “pinza” y me obligan a contar la verdad. No se puede obligar a nadie a hacer eso, porque cada cual cuenta la verdad cuando quiere. Y yo he decidido contarla ahora libremente.

    -A lo largo del libro se presenta usted como una víctima ¿Por qué?

    Porque cuando alguien te presiona, eres víctima de esa persona. Y fui la víctima de los que me forzaron a hablar.

    -Pero existe una primera parte de la historia, por la que usted fue condenado a 108 años de cárcel ¿también cree que fue víctima?

    También lo fui, porque pasé por unas situaciones que asumí, por muchas cuestiones de Estado y tuve unas vivencias extremas. De algún modo, fui víctima de intereses políticos. Está claro.

    - Usted se acogió a la figura del “arrepentido”…

    Garzón me hizo asumir la figura de arrepentido.

    -¿No lo estaba?

    Había que hacer un teatro y asumir lo que nunca hubiera pensado asumir. Si a ti te están forzando a decir una serie de cosas y te coaccionan para que cuentes una serie de cosas, tienes que adoptar la postura que te están indicando. Lo que no había contado en juicios anteriores, lo tuve que contar entonces. Es así de sencillo.

    -¿Pero usted no se ha arrepentido nunca de lo que hizo?

    ¿De luchar contra ETA? ¿Por qué voy a estar arrepentido por luchar contra ETA? No, no lo estoy. Y el que diga lo contrario, es un payaso y un hipócrita.

    -Recientemente se ha hablado mucho del supuesto arrepentimiento de Batasuna, o de Arnaldo Otegi, para ser exactos ¿Cree que eso sí es arrepentimiento?

    Se está creando una dinámica determinada en la que hay que asumir una serie de papeles y confortar a la sociedad. Y en toda esa interpretación se están dando unas manifestaciones, orientadas a que la gente entienda que Batasuna, que es el brazo político de ETA, se está alejando del pasado y se aproxima a lo que todos quieren: que dé el paso de criticar la lucha armada, o el terrorismo, que es el mejor calificativo y que se arrepienta de haberlo practicado y de haberlo defendido.

    -¿Cree que estamos asistiendo a un puro teatro?

    Creo que estamos viendo una actitud coherente, dentro de la política que se está haciendo últimamente.

    -¿Cree usted en la veracidad del alto el fuego permanente anunciado por ETA y su voluntad de dejar las armas?

    Es que no creo que se pueda decir que ETA abandona las armas, es que ETA ya no puede seguir con las armas. Está agotada, ha acabado su recorrido y está lanzando mensajes diciendo que es un alto el fuego permanente anunciado voluntariamente. No tienen otra salida. Tras los atentados del 11-S y el 11-M se han intensificado los servicios de inteligencia de todos los Estados, se ha tecnificado el servicio de inteligencia, se ha concienciado la justicia, la base social de ETA, la base social de Euskadi, que ya no admite más terrorismo. A ETA la han bloqueado y obligado a finalizar su recorrido. Por eso ha declarado el alto el fuego permanente. Si no lo hicieran, no tendrían una oportunidad mejor que ésta para salir de su situación, porque se podría acabar con ellos legalmente.

    -Usted no estuvo en la búsqueda del fin de ETA legalmente, precisamente (el terrorismo de Estado de los GAL)…

    Porque en aquella época era necesario ejercer presión sobre Francia, que no colaboraba con España. Francia, es más, facilitaba la vida de los etarras en el sur de su territorio. ETA tenía toda su infraestructura en el Sur de Francia. Allí cobraban el impuesto revolucionario, entrenaban a sus comandos, etc. Digo más: cuando volvían de matar, de España, alternaban y tomaban vinos con los policías franceses. Como Francia no quería colaborar, tuvo que sufrir en sus propias carnes lo que hacía ETA en España, hasta que aprendieron que tenían que colaborar con España.

    -Insisto: más que arrepentido, parece usted sentirse orgulloso de lo ocurrido…

    ¿Yo de qué voy a estar arrepentido? ¿De qué? Oiga, a mí me han intentado matar ya en el año 73. ¿Cree usted que a mí me da pena que se muera un etarra? Ellos me han querido matar y he visto sufrir a mucha gente por su culpa.

    -¿Eso justifica la práctica del terrorismo de Estado?

    Llámele usted como quiera. Yo no estoy justificando nada. Digo que era necesario y punto. ES una forma de luchar contra ETA, que en aquel momento era válida. Cuando esto se acabe, en nuestro bando van a quedar 1000 muertos y en el de ellos 4. ¿Eso qué es? ¿Encima se van a reír de nosotros? ¡Pues qué quiere que le diga! Por lo menos, el número de muertos tendría que estar equilibrado en ambos bandos. Eso, de entrada. ¿no dicen ellos que es una guerra? Pues que asuman las consecuencias.

    - Se dijo, aunque nunca se probó que Felipe González era la X de los GAL…

    Es que la X también podían ser otras personas. Cuando se tomó esa decisión política, el jefe de la oposición, Manuel Fraga, estaba al corriente y lo aceptó. ¿Qué se cree, que la oposición no sabía de dónde venían los GAL? ¿Acaso no lo aplaudían? Yo he visto incluso a gente del PNV aplaudir cuando había un atentado en Francia, del GAL contra ETA. Ellos vivieron en su propia carne lo que ellos practicaban habitualmente.

    -En cuanto a esa “pinza” que dice que le hicieron Pedro J. Ramírez, el PP y Garzón, usted mismo cuenta en el libro que cobró por ello…

    No, no, no…A mí me obligaron y no me ofrecieron dinero. Pero después de haberme forzado a empezar a hablar, para lavar sus conciencias, supongo, o para quedarse más tranquilos, me dieron dinero. Pero primero me forzaron.

    -Cuenta usted que cobró “en negro”…

    Yo digo que una persona allegada a Pedro J. Ramírez comenta en algunos momentos que cuando sale ese tema, Pedro J. se pone histérico y dice que ese dinero no procede del periódico sino “del partido”. NO digo más: del partido. Eso fue lo que yo escuché. Creo que es fácilmente entendible la procedencia. No hay que ser muy listo para interpretar lo que quieren decir.

    -También dice que Pedro J. Ramírez le transmitió el agradecimiento de Aznar por su actitud y que nunca se olvidaría del favor que usted le hizo ¿Ha recibido alguna muestra de agradecimiento realizada en primera persona, por el ex presidente Aznar?

    Pedro J. me dijo: “Me ha dicho José María Aznar que nunca se olvidará del favor que le has hecho”…¡Pues hasta hoy! Esa es una práctica habitual de los políticos. Pero también está bien que se cuente ¿no? Aznar estaba agradecido porque le ayudé. Primero quería ocultar la participación de un amigo suyo, Ricardo García Damborenea, en la trama de los GAL. Y yo le dije que si lo ocultaban, no podrían utilizar el documento básico de reivindicación del secuestro de Segundo Marey, que estaba escrito por él. Entonces dijeron que no, que para adelante con todo. El caso es que Aznar tenía reservada la candidatura del PP a la alcaldía de Bilbao para Damborenea, para luego ir prosperando políticamente dentro del PP.

    - ¿Nos va a sorprender con alguna nueva entrega de novedades con respecto al terrorismo y a sus historias paralelas?

    Bueno, ahora estamos con este libro, pero vienen acontecimientos muy importantes con respecto a la futura paz que nos están preparando y que bienvenida sea. Hay que ver qué ocurre.

    -Dice que le obligaron a contar la verdad ¿Pero ha dicho ya toda la verdad, o se guarda algún secreto?

    Usted sabe que, en cuestiones de Estado, nunca se dice toda la verdad. Se cuenta la parte que se puede contar. Además, contar toda la verdad es muy duro. Se quebrarían muchas cabezas.

    -Recientemente se ha terminado el rodaje de una película sobre los GAL en la que uno de los protagonistas es usted, interpretado por el actor Jordi Mollà…

    No la he visto ni tengo nada que ver con ese film. Soy absolutamente ajeno a esa película. Además, estoy convencido de que se va a distanciar absolutamente de lo que ocurrió en la realidad, como pasó con la película de “El lobo”.

    -En todo caso, usted aparece retratado como un policía sanguinario, asesino y sin escrúpulos ¿Se ve usted bien reflejado en el papel?

    Sanguinario, asesino y sin escrúpulos, pero con respecto a una organización terrorista, no por capricho. Pensando en salvar vidas.

    -¿Piensa ir a ver la película y ver a su personaje?

    Pues todavía no lo sé. Puedo tomar algún otro tipo de medidas…Pero para hacerlo, tendré que verla. Desde ahora mismo sé que me van a acusar de cosas de las que, incluso, he sido absuelto. Supongo que afectará a mi imagen. Pero tomaré decisiones cuando lo estime oportuno.

    Esther Jaén

    3 comentarios:

    Anónimo dijo...

    Claro que FRAGA lo sabía, fue uno de los impulsores.

    Yukio Seki F1 dijo...

    también es facha....

    Anónimo dijo...

    Claro fachitas, lo que vosotros digais!!