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    lunes, 8 de mayo de 2006


    VAMOS A CONTAR MENTIRAS
    Francisco Poveda.
    El Minarete.


    Lo del presidente Valcárcel ya es patético. Se ha puesto, a la desesperada, en manos de una agencia británica de relaciones públicas (que, seguro, le ha sacado sus buenos euros a la Comunidad Autónoma) para ir a contarle una sarta de mentiras a potenciales supuestos inversores ingleses que, para colmo de la desgracia presidencial son, a la vez, espectadores de la BBC, y que ya nos conocen bien por los varios reportajes “in situ” con ecologistas, catedráticos, agricultores, vecinos, periodistas, regantes, profesores, funcionarios responsables… amén de alguna primera página en los tabloides.

    Y todo eso, sin saber inglés, ni él ni sus acompañantes, los no menos patéticos consejeros, Ruiz Abellán y Ruiz Vivo. Vaya embajada murciana al teórico mejor mercado clásico de la Región. Es la última versión del pretencioso “Abarán-París-Londres”. ¡Cuanto cateto en la proa!

    Imagino, sabiendo lo que sé de los ingleses, que los tres han vuelto a hacer en poco tiempo el más completo ridículo político ofreciendo unas ventajas comparativas en las que Murcia sale perdiendo frente a otros destinos residenciales cercanos, más competitivos en un segmento de calidad (Portugal, Túnez, Croacia, Cerdeña, Baleares, Egeo) que aquí es falso que tengamos, y que no vamos a tener, visto, por ahora, nuestro peculiar “know-how” (quiere decir “saber como”, presidente) con los ejemplos tangibles de La Manga, Mazarrón y casi todo el Mar Menor.

    Nos faltan credenciales para convencer y nos sobran desaguisados para ocultar. La machada londinense, o yo sé muy poca comunicación, o se terminará volviendo en contra de la Región de Murcia por acudir éstos allí a vender tanta “cabra”. Ahora para engañar, hay que estudiar mucho. De muy poco sirve el bagaje vital acumulado en los viejos billares de la plaza Fontes y el único “master”, de jotero, pese a ser esencia huertana y “murcianísima”, en tanta edición vivida a tope en el Festival Internacional del Folclore Mediterráneo.

    Se nota nerviosismo en el presidente, necesidad de ganar apresuradamente tiempo al tiempo, de ofrecer algo después de doce años sin un logro tangible para Murcia. Con una credibilidad cero y una generación de confianza nula, se aferra a un sillón debajo del cual le están explotando todos los escándalos imaginables de presunta corrupción político-económica en su entorno personal más próximo. Fracasado, por manipulador e indigno, el lema “Agua para todos”, las encuestas de intención electoral comienzan a revertir a un año escaso de la cita con las urnas, mientras los cuchillos de los aspirantes de su propio partido terminan de afilarse.

    En Génova 13 ya se habla de Miguel Ángel Cámara (apadrinado por el cartagenero Eduardo Zaplana) para candidato a San Esteban, un palacio ahora lleno de intrigas y desazón en el seno de un gobierno autónomo totalmente desmoralizado y sin cohesión, donde el tal Mercader llega como un voluntario sin nada mejor que hacer en política antes de su nombramiento y ante la negativa de varios de asumir el cargo.

    En Londres, vieja capital imperial en la que viví un tiempo, percibí que tienen sus habitantes un fino olfato para oler a millas a un farsante, y para hacerle creer que los ha engañado si está dispuesto a pagar, sólo por aparentar que lo ha conseguido. Es comprensible que, ante la ruina que amenaza a muchos de sus patrocinadores del ladrillo, Valcárcel tenga que echar el resto para tratar de evitar salir por la puerta trasera de la política murciana y sin nada que echarse a la boca en medio de una debacle. ¿Por qué Rajoy no le ofrece una salida honrosa que le evite tener que proclamar que se quiere volver a presentar, demostrando así que no tiene a dónde ir?

    Ni va a inaugurar el comienzo de obra alguna del fantasmal aeropuerto de Corvera (¿de dónde se ha sacado, quien no sabe de números, que las rutas aéreas de mercancías USA-Asia pasan por Europa, si las pocas que no van por el Pacífico lo hacen por Siberia?), ni a ver la llegada de un AVE no previsto, cuando el tema del agua lo ha solucionado ya la tecnología. Rajoy no desea seguir por más tiempo con este lastre incómodo pero los sutiles mensajes que envía a Murcia no se responden por nadie que puede hacerlo.

    Los murcianos tampoco podemos estar más tiempo al albur de un sonado de la política, sin formación “ad hoc” suficiente y ni un contacto de altura en Madrid. Contaban que el ex diputado del PP por Murcia, el catedrático Luis Gámir, “pasaba” de presentarlo en sociedad porque, en algún intento no dio la talla y hubo que desistir de que conociera en corto a Boyer, Rato, Fuentes Quintana, Solbes, Solchaga… y todos los amigos de ese círculo exquisito del Banco de España, que son verdaderamente quienes manejan la macroeconomía de este país. ¿Cómo se le ocurre hablar de la deficitaria balaza exterior murciana si hace años que la tasa de cobertura nos es desfavorable? No sabe tampoco nada de comercio exterior. Habla de oído.

    Luego, Aznar casi no lo recibía, Cascos le tomaba el pelo, Matas ha dejado de frecuentarlo, Zaplana sencillamente lo subestima, y Camps hace el paripé por pura estrategia, pero lo mínimo. De ahí, que en los congresos y convenciones nacionales de PP nadie quisiera ser visto almorzando con él. Por eso, tampoco nadie da un duro por el futuro político de Valcárcel tras las chapuzas que le caracterizan, su falta de sentido común responsable y los fuertes rumores de que se avecina un gran estruendo económico-financiero en la Región si antes Madrid no logra evitarlo por una pura cuestión de imagen internacional de España. Lo de Londres (dos veces en poco tiempo) indica una fuga hacia delante, previa al derrumbe de todo el montaje estilo “polaris” (no es aquí una referencia a empresa concreta alguna) por ser pura filfa ante la fuerte contracción del mercado turístico-residencial europeo, incluido el de Gran Bretaña.

    El discurso de Londres ha hecho echarse las manos a la cabeza a muchos murcianos. ¿De qué está hablando el presidente? ¿Delirio casi tremendo como con la conspiración de la SER? Somos objeto de deseo pero de sus amigos depredadores; da por hecho un falso sueño (que él necesita sea realidad virtual para no pegarse un tiro político ante su nula gestión); nos quiere camareros y albañiles a todos los murcianos; se viste de ecologista para la ocasión, y no entiende que crece el tráfico aéreo en San Javier (“Alicante sur”) por la congestión transitoria de El Altet debido a la proliferación de vuelos de bajo coste, llamados ya a desaparecer con un barril de crudo próximo a los 100 $. Ni una sola alusión ni apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación como verdaderas exigencias de nuestro tiempo. Sólo golf, cubatas, arroz caldero y ladrillo. No es un gobernante de futuro y, como se ve, ya ni de presente. Eso es todo lo que ambiciona para Murcia: sirvientes de todos los europeos pudientes.

    ¿Cómo se atreve a salir públicamente a teorizar bondades, trufadas de voluntarismo, a un más que experimentado escenario internacional cuando, después de todo lo que se está viendo, oyendo y publicando sobre la Región de Murcia en Gran Bretaña, Alemania Bélgica o Escandinavia, pasamos por ser, seguro que no muy justamente, una supuesta región-delincuente en la Unión Europea tras demostradas sistemáticas agresiones al medio ambiente; por presuntas y crecientes estafas inmobiliarias a extranjeros; por introducir droga en Reino Unido desde algunos de nuestros camiones (como denunció en su día la patronal “Atranscar”); por tener una “relación” financiera sobredimensionada con las islas Caimán; por el presunto fraude de ley en las adjudicaciones del Tercer Canal de TV; por intentar burlar, previa interpretación muy “sui géneris”, la legislación comunitaria en más de una ocasión, o por insultar a los dirigentes de Bruselas desde la bancada “popular” en la Asamblea Regional…

    Con esa imagen tan acrisolada, ya se puede contratar a la mejor agencia de relaciones públicas del Mundo, que con Valcárcel y sus amigos no tenemos nada que hacer, ni en España ni en Europa. Así es ya sin remedio cuando, además, el citado trío viajero pertenece, por derecho, a una Murcia residual y costumbrista, y que no puede entender, ni quiere, las claves del siglo XXI porque, tengo entendido, gozan de fama de no buenos estudiantes. Pero, ¿cuánto nos ha costado a todos la tontada del “Murcia comes to London”? That is the cuestion.

    3 comentarios:

    Anónimo dijo...

    DIOS QUE BUENO XDDDDDDD

    Anónimo dijo...

    Muy bueno el artículo.

    Anónimo dijo...

    Genial, me ha encantado. Gracias.